Aunque la política de empleo incluyente en Neiva arrancó hace tres años, la administración de Rodrigo Lara le metió el acelerador desde principios de 2017.
En Neiva el empleo incluyente apenas despega
Aunque la política de empleo incluyente en Neiva arrancó hace tres años, la administración de Rodrigo Lara le ha metido el acelerador hasta hace poco. Como las banderas con las que fue elegido Lara fueron las de atacar la corrupción, defender lo público y proteger el medio ambiente, generar empleo a grupos vulnerables como víctimas, mujeres y jóvenes no ha sido una prioridad y por eso es una política que apenas está despegando.
El problema es que Neiva es una de las ciudades con mayor índice de desempleo según el Dane (el desempleo es del 11 por ciento, mientras que el del país está en 9,1 por ciento).
La política
La política de empleo incluyente de la alcaldía de Neiva tiene tres patas.
La primera es el Centro de Orientación del Empleo y el Emprendimiento, COEE.
Ese centro depende de la secretaría de TICs y competitividad de la alcaldía y se creó específicamente para que víctimas del conflicto, mujeres, desplazados y personas Lgbti pudieran inscribirse, pasar por un curso de ocho módulos (en el que les enseñan desde cómo vestirse hasta como responder una entrevista) y después recomendarlos con empresas para que consigan un trabajo.
Aunque el COEE existe hace tres años, Yamile Rico, que es la cabeza de la secretaría de TICS, le explicaba a La Silla Sur que sólo hasta comienzos de este año es que pudieron meterle el acelerador. Pudieron porque firmaron desde febrero un “pacto de competitividad” con 94 empresas de Neiva que se comprometieron a recibir personas formadas en el COEE. Como antes no tenían ese pacto, podían recomendar gente pero las empresas decir que no.
Según cifras de la alcaldía, por esa vía se han inscrito 1870 personas desde 2014 hasta hoy. De ese total, 1200 ya fueron formados y 812 ya consiguieron un trabajo. Es decir, menos de la mitad tienen un puesto.
A eso se suma que lo que hay de fondo es un problema de oferta y demanda. Solo para el caso de víctimas, en Neiva, según cifras de la Unidad de Víctimas hay 3979 víctimas registradas. Eso de entrada es casi el doble de los que están inscritos en el programa.
La segunda estrategia para que las minorías tengan una oferta de trabajo es a través de un convenio que la alcaldía firmó en marzo de este año con el Sena para crear una oficina satélite de la Agencia Pública de Empleo.
Esa oficina funciona en realidad desde mayo, queda en el mismo lugar donde funciona el COEE. La idea es que con esa oficina haya más capacidad para que las personas que se inscriban puedan ser postuladas a las vacantes de las empresas.
Y la tercera pata de la política es recomendarle a los contratistas de la alcaldía que incluyan en la gente que contratan personas que hagan parte de estas minorías. “No podemos obligarlos a que lo hagan, pero sí les recomendamos que los tengan en cuenta”, dijo Rico a La Silla.
Para ejecutar toda esta política, la secretaría de Tics tiene un presupuesto de 350 millones de pesos para 2017. Casi nada frente al presupuesto de la alcaldía, que es de 500 mil millones para este año.
Los retos
A pesar de que la alcaldía ha logrado resultados este año con esa política, del lado de los empresarios y de los grupos minoritarios no sienten lo mismo.
“No hay un programa pensado específicamente para los grupos vulnerables. Lo del COEE es algo general, cualquier puede inscribirse y las víctimas de acá no sienten que les haya cambiado su situación”, dijo a La Silla Derly Pastrana, directora de la mesa departamental de víctimas del Huila.
A eso se suman otras dificultades. Como también le explicaba Pastrana a La Silla, COEE está pensado sobre todo para que la gente vaya hasta sus oficinas y se inscriba, pero hay gente que puede estar necesitando un trabajo y no se entera de que existe ésta opción. Frente a esto, la alcaldía nos dijo que constantemente participan en jornadas en las que la alcaldía manda a funcionarios a las comunas para explicar las políticas que está adelantando.
La dificultad para los jovenes, según nos dijeron en la alcaldía, tiene que ver sobre todo con que en las empresas piden un mínimo de experiencia que no tienen y de requisitos que no cumplen (apenas el 25 por ciento de los jovenes en Neiva llegan a la universidad) lo cual se vuelve un espiral porque si no hay empresas que les permitan ganar esa experiencia, va ser es muy difícil que consigan un trabajo.
Como muy pocos llegan a la universidad, terminan trabajando incluso antes de cumplir los 18 años en sitios donde precisamente por lo que no son mayores de edad, no los contratan formalmente.
Para los empresarios, falta que les expliquen mejor los incentivos de contratar a este tipo de personas.
“Falta pedagogía para explicarle a las empresas privadas los incentivos para contratar gente y también compromiso por parte de las empresas porque esto no puede recaer solo en los hombros de las alcaldías y gobernaciones”, dijo a La Silla José Luis Castellanos, un líder gremial huilense.
Así que a pesar de que la alcaldía le ha metido el acelerador este año, falta mucho para hablar de buenos resultados en este campo.
Este especial fue hecho gracias al apoyo del Gobierno de Canadá