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César Gaviria utilizó el poder de armar las listas liberales no para sanar las heridas en el Partido sino para profundizarlas. Eso podría pasarle factura a su candidato presidencial, Humberto De La Calle.

Con la conformación de las listas al Congreso, César Gaviria envió el mensaje de que en el Partido Liberal las cosas se hacen a su manera. Eso provocó un gran malestar entre algunos de los líderes rojos a pocos meses de las elecciones y cuando el candidato presidencial Humberto de la Calle los necesita a todos detrás.

En menos de un mes, y como resultado de esa decisión de quien tenía en sus manos la definición de los avales, renunció Horacio Serpa, que en 2014 sacó la mayor votación liberal al Senado. Lo reemplazará su hijo Horacio José.  

El ex ministro Juan Fernando Cristo, adolorido por la parcialidad de Gaviria en la consulta, llamó a un “congreso extraordinario” liberal para revocar la presidencia de Gaviria.

Juan Manuel Galán (la tercera mayor votación con 75 mil votos hace cuatro años y a quien Gaviria le ofreció encabezar la lista) renunció a la reelección y dejó claro que su plan es agrupar en el Nuevo Liberalismo a las personas que no se sienten representadas por la colectividad.

Y Clara Rojas y Andrés Felipe Villamizar amenazaron con no inscribirse a la Cámara por Bogotá protestando contra la manera en que el ex Presidente ordenó la lista, como lo contó La Silla. Rojas finalmente se lanzó, Villamizar no.

La molestia con la lista del Senado tiene que ver con que le dio los primeros puestos a candidatos que vienen de la Cámara de Representantes, varios de ellos amigos de su hijo Simón, y que desplazan a figuras de peso en el Partido que durante la consulta se alinearon con Cristo y no con De la Calle, que contaba con el respaldo de Gaviria desde un inicio.

“Los Gavirias favorecieron en la lista a sus amigos que sí apoyaron a De La Calle, pero son también cercanos a Vargas Lleras”, dijo a La Silla Vacía un senador del bloque de Cristo. “Los amigos de Cristo somos lejanos a Vargas Lleras, y ahora apoyamos irrestrictamente a De La Calle, mire esa paradoja”.

Mencionó a Mauricio Gómez Amín, que encabeza la lista al Senado y que como hemos contado, es un representante a la Cámara con un solo período de experiencia y con fuertes lazos con los Char, aliados del ex Vicepresidente Vargas.

Él, así como el segundo de la lista Fabio Amín y la cabeza de lista a la Cámara por Bogotá Juan Carlos Losada, son amigos de Simón.

La misma acusación sobre Vargas la hizo recientemente el senador Luis Fernando Velasco (también cercano a Cristo).

Como contó La Silla Pacífico, Velasco se opone al aval liberal para la ex congresista Gema López por su cercanía con el exgobernador caucano Temístocles Ortega, que es su rival político en el Departamento y que va con Cambio Radical.

Velasco le dijo a La Silla que “Gaviria intenta mermar a los senadores que no maneja para poder hacer una negociación con Vargas, pero eso le saldrá mal pues hay un buen grupo del partido que no le juega a eso, y menos a poner a Simón de Vicepresidente”.

La idea de que Gaviria podría tener en la cabeza una eventual alianza con Vargas Lleras ha estado latente desde que se conoció el encuentro entre su hijo Simón y Vargas Lleras en febrero de este año.

Sin embargo, dos fuentes muy cercanas al ex Presidente le dijeron a La Silla que creen que una alianza con Vargas Lleras ya no tiene asidero, por dos razones.

La primera es que el ex Presidente se la ha jugado por De La Calle desde antes de que se concretara su candidatura, en parte, por la amistad que los une (De la Calle fue su Ministro de Gobierno hasta 1993) y porque realmente cree que es un buen candidato con opción de ganar.   

La segunda razón es que, con el paso de Vargas al No, sería incoherente para un Partido que ha defendido el Acuerdo de Paz por encima de cualquier otra bandera terminar aliado con un candidato que le tiene tantos reparos y cuyo partido votó en contra de la reglamentación de la Jurisdicción Especial de Paz y de las circunscripciones de paz.

Las listas

La versión de dos personas del círculo más cercano a Gaviria es que el ex Presidente quería era darle espacio a los aliados de De la Calle y enviar un mensaje de renovación con gente como Gómez Amín y Losada, o Juan Fernando Reyes Kuri en el Valle.

"La apuesta de Gaviria de renovación está en la Cámara, que es la escuela de liderazgo del partido”, le dijo a La Silla John Álvarez, que trabaja de cerca al ex Presidente. “Por eso Gaviria está avalando a esos ‘coroneles’ que buscan dar el salto, para graduarlos como ‘generales', en vez de ponernos a explorar otras cosas.”

En la lista al Senado se inscribieron ocho actuales representantes a la Cámara que, sumados, le aportaron 295 mil votos al Partido en las elecciones de 2014.  Seis de ellos están en los primeros diez lugares de la lista.

Algunos como Gómez Amín y Olga Lucía Velásquez apenas llevan un periodo en el Congreso. El que más tiempo ha estado es Fabio Amín, que con el actual completa tres.

Todos, a excepción de Velásquez que respaldó a Cristo en la consulta interna, y de Alejandro Carlos Chacón que “dejó en libertad a sus electores” y que es el rojo más cercano a Vargas Lleras, apoyaron la aspiración de De La Calle. Miguel Ángel Pinto, que tiene el tercer renglón de la lista se le volteó a Horacio Serpa en el último minuto y apoyó a De la Calle.

Gaviria también metió en los primeros puestos al senador y ex precandidato Edinson Delgado, que antes de la consulta adhirió a De La Calle y le organizó un evento de lanzamiento en Cali.

Y dejó más atrás a senadores del bloque de Cristo, entre estos su hermano Andrés Cristo Bustos y Guillermo García Realpe, que en 2014 obtuvieron la segunda y quinta mayor votación al Senado.

Todavía es temprano para saber si esta estrategia de los ‘coroneles’ le funciona. El analista político Francisco Miranda lo duda.

“El Partido Liberal tenía una oportunidad en estas elecciones de poder cobrar sus 6 años de apoyo a la paz, pero otras personas que estuvieron involucradas en el proceso de paz, que están en las elecciones como Juanita Goebertus o como Frank Pearl, no están allí, no fueron reclutadas”, dice.

Otro observador, cercano a Gaviria, también matiza la idea de la renovación porque los votos de los que saltan de Cámara a Senado ya habían elegido senadores en 2014 y, por lo tanto, no estarían trayendo nuevos votantes.

Es posible que, como dice Angélica Bernal, analista de la Unviersidad Jorge Tadeo Lozano, la intención de Gaviria fuera amarrar los cabos sueltos y “proyectar la idea de líder, de que tiene todo controlado. Juega con lo que tiene”.

Más allá de cuál de las versiones es la real, Gaviria utilizó el poder que tenía para armar las listas no para sanar las heridas que habían quedado por su manejo de la consulta interna sino para profundizarlas y reforzar la tendencia gavirista dentro del Partido.

Será ahora De la Calle el que, para bien o para mal, recoja los frutos de eso.

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