La luna de miel entre el Alcalde de Cúcuta y su padrino finalmente menguó. Además de que Ramiro Suárez puso a los líderes en contra de César Rojas, políticos que antes estuvieron en su campaña se sumaron a la revocatoria.
La maquinaria del condenado Ramiro se le averió a César Rojas
La maquinaria de Ramiro Suárez con la que se eligió César Rojas como Alcalde de Cúcuta adoptó el nombre de la 'mancha amarilla'.
La luna de miel entre el alcalde de Cúcuta, César Rojas, y su padrino político, el condenado Ramiro Suárez, finalmente menguó.
Luego de que circularan varias versiones relacionadas con que el matrimonio político que consolidaron en las elecciones locales de 2015 estaba fracturándose, el martes en la noche un audio confirmó que los cimientos de la maquinaria que los montó en la cúpula del poder de la capital de Norte se quebraron.
En medio de esa reventada interna, hasta políticos que antes respaldaron a Rojas iniciaron la desbandada y anunciaron que empezarán a recoger firmas para revocarlo.
La decolorada de la 'mancha amarilla'
“El jefe dijo que no hay trabajo para nadie más, que tenemos que ir a reclamarle a César porque César se nos volteó”.
Así inicia el audio, que desde el martes se esparció en WhatsApp entre los grupos de líderes de Cúcuta.
Fue grabado por una líder de madres cabeza de familia de la Comuna 7 (de las más vulnerables de la ciudad), quien tras haber sostenido una reunión a través de Skype con el condenado Ramiro Suárez, salió a convocar un plantón en contra de César Rojas.
Ella no le reconoció a La Silla que la reunión había sido con Suárez, y dijo que no iba a dar nombres cuando le preguntamos detalles por la persona a la que se refería como “jefe”; sin embargo, tres líderes más, dos de los cuales lo supieron de primera mano, nos dijeron que el condenado exalcalde fue su interlocutor.
“Íbamos en grupitos de 20 y todos le reclamamos por el empleo, porque ya llevamos siete meses así y esto no fue por lo que trabajamos por ellos fue para eso”, le dijo a La Silla uno de esos líderes. “Tal cual es cierto lo que dice ese audio. Ramiro nos dijo que él ya no podía hacer nada más y que era hora de que nosotros buscáramos a César para pedirle una explicación”.
El problema con los líderes arrancó apenas inició 2017.
Como contó La Silla, Rojas endeudó a la ciudad en $30 mil millones en su primer año de Gobierno, y por eso tuvo que recortar este año gran parte de los programas de su administración, entre esos el del empleo, que en 2016 recibió $16 mil millones.
Ese programa, que fue ejecutado por Cambari, una fundación que recibió a dedo la ejecución de la millonaria suma, fue el que le sirvió a Rojas para mantener a todos los líderes que lo apoyaron en campaña alineados, y el que le dio el poder suficiente a Ramiro Suárez para mandar en Cúcuta desde la cárcel La Picota en Bogotá como si estuviera libre.
Fue tan emblemático, que incluso todos sus integrantes (personas de escasos recursos que empezaron a recibir medio salario mensual a cambio de trabajar medio tiempo arreglando parques) se autodenominaron la mancha amarilla, y se convirtieron en una especie de maquinaria permanentemente aceitada.
Como eso le sirvió a Suàrez hasta para dirigir la campaña por el Sí al plebiscito remotamente, según dos políticos que conocen por dentro la movida de la Alcaldía de Cúcuta, el recorte de César a ese programa fue el que más ahondó las fisuras que venían formándose.
“Ramiro quiere contratar más y más y César no quiere porque sabe que le toca firmar y el problema queda para él. Todo es por el manejo de la plata de Cúcuta y el del empleo es el tema más sensible”, le dijo a La Silla uno de los políticos. El otro dio una versión similar.
La Silla no logró comprobar esas versiones, pero en el mismo audio y según lo que nos dijeron tres líderes más, hay un elemento que refuerza esa tesis: el mensaje que Ramiro Suárez dio fue que César había preferido gastarse la plata del empleo en otros proyectos.
Eso atizó más los ánimos, que desde que arrancó el mes venían caldeados entre los líderes, que ya completan siete meses sin trabajar.
Y es que desde la semana pasada los líderes de Cúcuta empezaron a denunciar, que aunque los estaban llamando de Calidad Total, un operador que el año pasado se quedó con un contrato de $16 mil millones para proveer aseadoras y parte del personal administrativo de los colegios, y que este -año se ganó otro de $7 mil millones para el mismo fin, los hacían perder el tiempo
“Ahora no sé qué pasa, pero a los de Ramiro ni nos tienen en cuenta. A uno lo hacen esperar y hasta piden el certificado de instrumentos públicos, que eso cuesta $10 mil, disque para saber si uno tiene casa o la deuda del predial. Eso es un abuso”, aseguró una fuente.
Martha Castellanos, gerente de la empresa, nos aseguró que las versiones no eran ciertas, que no había criterios políticos para llamar gente, y que era falso que solicitaran el registro de instrumentos públicos (certifica las propiedades) a los interesados en tener un trabajo. Sin embargo, a La Silla enviaron fotos de las consultas del registro, y sobre el tema político dos concejales de Cúcuta, nos dieron una versión contraria a la de la empresa.
“Esto es para meter recomendados”, explicó a La Silla uno de ellos.
Pero más allá de lo que dejó en evidencia el audio, el mismo martes en la noche, la secretaria de Equidad de Género, Isabel Márquez, envió otra grabación en la que decía que “iba a estar muy pendiente” de quien asistiera al plantón y en el que advertía que quien lo hiciera quedaría “amenazado por convivencia”.
Los cinco líderes con los que hablamos nos dijeron que entendieron el mensaje como una amenaza y que por eso finalmente el plantón no se realizó.
“Es muy grave que una funcionaria intervenga así. Pero nosotros tampoco podemos arriesgarnos tanto”, le dijo a La Silla uno de los líderes.
Lo particular es que Márquez es una de las funcionarias que viene de la cuerda directa de Ramiro Suárez y que en esa medida tendría más sentido que apoyara a los líderes que recibieron la orden que a la administración directamente.
“Están intentando calmar todo desde adentro, para controlarlo y llegar a acuerdos”, le dijo a La Silla un político que conoce la movida de la Alcaldía por dentro.
La Silla intentó hablar con Márquez sobre el audio, pero no contestó su celular.
Los políticos que llegan a la revocatoria
Y mientras lo de los líderes se cocinó, Wilton Parada, un excandidato a la Asamblea de Opción Ciudadana que hizo campaña con César Rojas, dio el grito de independencia, colgó un video en sus redes sociales y anunció que empezaría a recoger firmas para revocarlo.
Al igual que los líderes de la mancha amarilla, Parada, un empresario con disquera en Cúcuta, se distanció porque le incumplieron la promesa que le hicieron en campaña.
Según sus cálculos, en 2015, cuando intentó llegar a la Asamblea de Norte y en su cruzada obtuvo 4.983 votos, le puso a Rojas 2.500 votos (los que obtuvo en Cúcuta) a cambio de que si era elegido impulsaría proyectos de música y le darían espacios para acomodar a parte de su grupo.
“Desde el 1 de enero de 2016 me desconocieron”, le contó a La Silla Parada. “Primero me dijeron que a los dos meses estaría listo el festival de música, luego que a los seis, luego que en diciembre, en diciembre me dijeron que lo pagara y que me daban la plata en febrero, luego que en julio y ahora me dicen que hasta después de elecciones. Eso es una falta de respeto”.
Parada llega a respaldar la revocatoria a César, teniendo como soporte además de sus votos, los de Mario Carrillo, quien sacó otros 5 mil en la lista a la Asamblea ese mismo año de los cuales 767 fueron en Cúcuta, y los de Nelson Ortega, excandidato de Opción Ciudadana al Concejo de Cúcuta quien se quemó por cerca de 100 votos en la búsqueda de la curul.
Los dos tienen en común que también apoyaron a César Rojas en 2015.
Actualmente Parada está en el sonajero de Cambio Radical a la Cámara, y en conversaciones para ser la fórmula del exgobernador de Santander, Richard Aguilar, hijo del parapolítico Hugo Aguilar, por lo que la fogueada en medios que inició desde ayer hablando de la revocatoria, seguramente le servirá trampolín para ganar visibilidad.
Según Pedro Murillo, líder del comité ‘Sí se puede revocar’, a hoy su grupo ha recogido 30 mil firmas, de las 30 mil que necesitan; sin embargo, con el margen de error, aún tendrían que recoger al menos 10 mil más para asegurarse de superar la verificación de la Registraduría.
Así que si la desbandada de la mancha amarilla toma fuerza y la llegada de Parada dinamiza el proceso, la revocatoria a César Rojas podría tomar un segundo aire cuando a sus promotores les queda un mes para radicarlas.