La terna de la Procuraduría se acelera

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La Corte Suprema y el Consejo de Estado ternarían esta semana o la siguiente, y Santos poco después. Ordóñez va perdiendo poder.

Mientras la mayoría de titulares y debates políticos giran alrededor del Acuerdo de La Habana y el plebiscito, la carrera para elegir al reemplazo de Alejandro Ordóñez en la Procuraduría se aceleró. Y con ella van quedando claras dos cosas: que Ordóñez se está empezando a convertir en un funcionario sin poder real, y que su reemplazo podrá ser del Partido Liberal o del Conservador pero será mucho menos godo que él.

Las cortes meten el acelerador

Hasta hace una semana, todo indicaba que la terna para la Procuraduría se demoraría por lo menos todo el mes de septiembre. Eso, por lo menos, indicaban los primeros pasos del Consejo de Estado y la Corte Suprema, que ponen cada uno a uno de los tres ternados.

El proceso comenzó a tiempo y sin afanes. El Consejo de Estado decidió el 17 de julio abrir una convocatoria durante un mes entero, hasta el 18 de agosto, que incluía luego una revisión de las hojas de vida por su Sala de Gobierno y un plazo de 10 días para que los ciudadanos las comentaran.

Algo similar hizo la Corte Suprema, que también montó un proceso que tardaba un mes y medio solo en tener las hojas de vida definidas, antes de escuchar a los candidatos y votar, algo que puede demorarse solo una sesión o puede tardar meses.

Según la dijo a La Silla una fuente conocedora del proceso, las dos Altas Cortes hicieron un acuerdo para tomárselo con calma y elegir candidato al mismo tiempo. Eso es fundamental porque el primer ternado suele aprovechar esa ventaja para arrancar en forma la campaña en el Senado antes que sus rivales, y así los candidatos de las dos cortes arrancaban en pie de igualdad.

Pero todo cambió el lunes pasado, cuando la Sala Plena del Consejo de Estado revisó las hojas de vida, excluyó a tres candidatos porque no cumplían los requisitos y le metió el acelerador al proceso: convocó a los demás a una audiencia este miércoles, con la posibilidad de que después de oirlos elija su candidato.

Según supo La Silla con dos fuentes del Consejo y otras dos que están siguiendo el proceso, eso se debió a que todo está prácticamente listo para que el Consejo elija al ex ministro Fernando Carrillo, por encima del ex magistrado de la Corte Suprema Augusto Ibáñez.

Como ese equilibrio se puede romper con cierta facilidad, varios consejeros decidieron acelerar la decisión. Ante eso la Corte Suprema también se aceleró: el miércoles pasado publicó las hojas de vida de los inscritos y el jueves decidió hacer también una audiencia esta semana, el jueves.

Aunque en esta Corte la decisión parece estar menos cocinada, según tres conocedores del proceso todo indica que el elegido sería el ex magistrado de la Corte Constitucional Humberto Sierra Porto. El ex vicefiscal Jorge Fernando Perdomo, que pintaba como otro de los candidatos fuertes, parece desgastado, según las tres fuentes, al igual que el ex magistrado del Consejo de la Judicatura Wilson Ruiz.

Si se dan esos cálculos, las dos Altas Cortes ternarían a dos liberales, uno javeriano y con trayectoria en el alto Gobierno (Carrillo) y otro externadista y más cercano a la Rama Judicial (Sierra Porto), pero ninguno que venga del corazón de la Rama.

Con esa decisión enviarían una señal clara de que los tiempos en los que los aliados de Ordóñez, conservadores y que crecieron en la rama como él, quedaron atrás. Pero también que en su caso importa poco que la Procuraduría quede en manos de un conservador, como está pactado en la repartición de cargos entre los partidos de la Unidad Nacional.

¿Guiño a los conservadores?

El tercer miembro de la terna saldrá de la Casa de Nariño, que por naturaleza es más sensible a esos pactos políticos, y más en vísperas del plebiscito. Y quizás por eso en ella suenan dos nombres de candidatos conservadores: el ex ministro y ex senador Eduardo Pizano de Narváez y el ex secretario de presidencia de Andrés Pastrana, Juan Hernández Celis.

Pizano, abogado uniandino que renunció hace un mes a la presidencia del gremio de gas Naturgas en la que estaba desde 2009, apareció hace poco en las cábalas pero con mucha fuerza. Tanto que según D’Arcy Quinn en Caracol o el 1,2,3 de CM&, será el ternado por el presidente Juan Manuel Santos.

 

Su nombre ha venido desplazando a Hernández, un abogado rosarista como Pastrana, quien sonó primero. Sin embargo, según supo La Silla, Hernández no ha dado su brazo a torcer. Una fuente muy cercana a él le confirmó a La Silla que sigue interesado. “Aquí el Presidente es el que tiene que decir si Juan Hernández va o no va... asi de sencillo”, explicó.

Los dos candidatos comparten varias características, más allá de ser conservadores, que le dan viabilidad a sus candidaturas.

Una es que han estado cerca del gobierno de alguna manera, como parte del grupo de pastranistas que han sido cercanos a Santos, sobre todo Hernández.

Hernández es delegado del gobierno de Santos en la junta directiva de la Cámara de Comercio de Bogotá, Corferias y del Banco Agrario, fue asesor del DPS entre el 2012 y el 2014 y, sobre todo, es cercano al ministro de Hacienda y también conservador Mauricio Cárdenas.

Pizano, aunque menos cercano, ha mantenido posiciones de crítica constructiva al gobierno y no ha estado en la orilla conservadora que ha criticado el proceso de La Habana. Además, es amigo de Santos.

Otra es que son conservadores moderados, distantes de las posturas ultraconservadoras de Ordóñez. Por ejemplo, Pizano le dijo a Diana Calderón hace algunos días que va “ocasionalmente” a misa.

Los dos han sido objeto de críticas en la campaña. Las de Hernández afloraron primero, dado que empezó a sonar antes.

Una de ellas es su edad: está cerca de cumplir 65 años, que es la edad de retiro forzoso para el Procurador y otros altos funcionarios como los magistrados de las altas cortes (excepto la Constitucional), aunque hay un proyecto de ley en curso que podría aumentar esa edad a 70 años.

La Silla Vacía intentó comunicarse con Hernández para verificar esa información, pero no pudo hacerlo. Lo que sí pudimos verificar es que se graduó de la universidad en 1978, por lo que probablemente ronde los 62 o 63 años.

Otra es que como secretario de presidencia de Andrés Pastrana estuvo en medio de un escándalo por cuenta de negocios de la empresa de la familia de su esposa con el Ministerio de Defensa, que llevó incluso a que renunciara después de un debate del senador Javier Cáceres por uno de esos contratos, aunque luego la procuraduría lo exoneró y regresó a Palacio como Secretario Privado de Pastrana.

Y la tercera es que su trayectoria no está en asuntos de justicia (ha sido concejal de Bogotá, cónsul en Houston, secretario de Gobierno y director del Idrd de Pastrana en Bogotá, pero nada de justicia), algo en lo que Pizano está igual (ha sido consultor, presidente de Naturgás y senador de la Nueva Fuerza Democrática, el movimiento conservador de Andrés Pastrana en los años noventa).

La otra crítica al ex ministro es que, según se rumora, no tendría los 15 años de experiencia profesional que se requieren para ser elegido Procurador. Aunque ese argumento puede sonar descabellado, porque Pizano está en la vida pública hace 20 años, el rumor es que se demoró en hacer el trámite de su grado como abogado y solo lo hizo en 2002, aunque terminó materias muchos años antes.

Aunque la Silla no pudo hablar con Pizano para saber cuándo se graduó de la universidad, dos fuentes cercanas a palacio explicaron que su hoja de vida ya pasó la revisión de la secretaria jurídica, Cristina Pardo.

Por ahora no se sabe a quién elegirá Santos, que esta vez no hizo una convocatoria pública de hojas de vida como la que realizó en el caso del Fiscal General. Pero esos dos candidatos muestran que, por lo menos en principio, quiere mostrarle a los conservadores su intención de cumplir los acuerdos y poner un Procurador azul

Aunque falta ver si los senadores conservadores reciben esos nombres con beneplácito y si Santos toma la decisión al tiempo con las cortes, o si se demora y lo pone a arrancar en desventaja.

Sea como fuera, tan pronto haya por lo menos un ternado el poder del Procurador actual empezará a desvanecerse convertido en lo que los gringos llaman un “pato rengo” (lame duck).

Por ejemplo, tiene mucho menos peso un anuncio de Ordóñez de iniciar una investigación cuando en cuatro meses será reemplazado, pues en ese plazo es difícil que haga un proceso disciplinario completo.

Esa sensación suele crecer a medida que hay más hechos concretos de que viene el reemplazo, y por eso la acelerada de las Cortes en definir sus candidatos a la terna le restan poder.

Quizás por eso Santos se ha demorado más en ternar que en decirle a los funcionarios públicos que no se preocupen por las advertencias del Procurador de sancionarlos si hacen campaña por el plebiscito, y Ordóñez anda más dedicado a hacer una suerte de pre campaña electoral que prepare su futuro.

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