La U ya decidió: Name será presidente del Senado ahora y Lizcano en tres años

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Después de semanas de división y versiones encontradas, los 21 senadores del Partido de La U decidieron escoger hoy por unanimidad a José David Name como su candidato a la presidencia del Senado, una dignidad que este año le toca a esa colectividad. Con ese acuerdo en la mano llegaron 15 senadores esta mañana a la reunión de bancada, pero el resto decidió acogerlo para no llegar partidos a la instalación del Congreso este domingo. El pacto incluye que Mauricio Lizcano (quien competía con Name) sea el presidente del Congreso en tres años, cuando le vuelva a tocar a La U. Bernardo 'el Ñoño' Elías, el segundo más votado de La U, cedió ese puesto que había pedido porque le exigían abandonar desde ya la comisión tercera.

Quien será el nuevo presidente del Congreso en uno de sus momentos más históricos -por la llegada de un expresidente con una bancada de 39 congresistas a hacer oposición y porque se discutirán todos los acuerdos que se pacten para la paz en La Habana- es el heredero del poderoso clan político del Atlántico de los Name, que ha tenido asiento durante 40 años en el Legislativo.

Su padre era el "viejo" José Name Terán, un histórico cacique liberal nacido en Sincelejo pero hecho en Barranquilla, que murió en 2011 y es recordado por muchos como un símbolo del clientelismo y de la política regional tradicional. Name Terán desde los años 50 ostentó toda clase de dignidades: fue concejal, diputado, representante, senador, ministro de Trabajo de Virgilio Barco en 1986 y fundador del Partido de La U en 2005. Un año después fue reemplazado por José David en el Senado.

Precisamente, la llegada de José David Name a la política como heredero de su padre coincide con la estrepitosa caída que sufrió el cacique en 2007, cuando fue derrotado por Eduardo Verano de la Rosa a la Gobernación del Atlántico. Luego de 37 años de triunfos ininterrumpidos en las urnas, ese hecho fue interpretado como la muerte política y el entierro de los Name, pero el nuevo senador llegó para salvar el día. En 2006 no sólo logró la segunda votación de La U, sino que desde entonces se ha mantenido en su curul y en marzo pasado se ubicó como el tercero más votado de su colectividad en todo el país.

Precisamente esa alta votación, además de su amistad personal con el presidente Juan Manuel Santos, es una de las credenciales que tiene para quedarse ahora con la presidencia del Senado por la que su padre pasó en los 80.

José David Name es administrador de empresas, tiene especialización en la Universidad de Columbia y en el Externado, en 1999 había sido cónsul en Nueva York y fuera de su herencia política es miembro de una de las familias más importantes en el mundo de las concesiones de infraestructura.

Su tío David Name, empresario barranquillero, ha sido asociado de la firma Consultores del Desarrollo Condesa. Entre los contratos que ha tenido esta firma con el Estado están la vía Cartagena-Barranquilla y la interventoría del Proyecto Hidroeléctrico Porce III, en el norte de Antioquia. 

Su hoja de vida destaca que ha sido de leyes como la de vivienda militar y la de energías limpias. Algunos de sus compañeros destacan de él que es un tipo calmado, lo que seguramente ayudará a evitar peleas ahora que la oposición llega recargada con Claudia López y Uribe. Otros dicen que no tiene la cancha para manejar un Legislativo que promete ser tan complicado. Él ha prometido que no será un presidente camorrista.

En la reunión en la que hubo consenso alrededor de su nombre hicieron las pases Armando Benedetti y Mauricio Lizcano, con abrazos incluidos. El viernes pasado se habían enfrentado verbalmente y casi se van a los puños, como lo contó La Silla. Benedetti era el tercer aspirante de La U a la presidencia del Senado.

Aunque estaba claro que la colectividad mayoritaria del presidente Santos está fraccionada, al menos para efectos de esta elección, y eso es un muy mal augurio a cuatro días de que se instale el nuevo Congreso, la decisión de que todos apoyen a Name cambia ese panorama.

Luego de semanas de rumores en todos los sentidos y hasta del episodio entre Lizcano y Benedetti, así se movieron las cosas para el encuentro de hoy:

Por un lado, Benedetti invitó a una comida en su casa a sus posibles votantes de hoy, pero apenas le llegaron siete congresistas: Ñoño Elías, Musa Besaile, Miguel Amín, Sandra Villadiego, Eduardo Pulgar, Martín Morales y José Alfredo Gnecco. Todos del bloque de costeños que no logró ponerse de acuerdo alrededor de un candidato, como lo contó La Silla.

En otra orilla, unos 15 senadores, entre los que se cuentan los otros dos aspirantes: Name y Lizcano, se dieron cita para decidir entre ellos dos (o incluso entre un tercero) un candidato único. Al final definieron que ahora apoyarán a Name y en tres años a Lizcano. Curiosamente, no hay muchos costeños en ese grupo.

Una de las razones que los movió es que, aunque el Gobierno había dado señas de que le simpatizaba más Benedetti, debido a llamadas que una alta funcionaria cercana a Santos había hecho a algunos congresistas dejando entrever eso, en Palacio no cae mal la aspiración de Name.

José David Name es del Atlántico, el departamento que definió la reelección. Además, como lo contó La Silla, con su elección simpatiza el ex senador (condenado por corrupción) Juan José García Romero, también gran amigo de Santos y otro hombre clave en su reelección.

Pero acaso lo que más unió a ese bloque mayoritario no es ni la cercanía a Name ni la cercanía a Lizcano, sino su anti benedettismo. Es decir, casi todos esos congresistas tienen en común que no quieren que Benedetti llegue a la presidencia del Senado pues creen que podría fraccionar aún más la colectividad.

Así se lo dijeron a La Silla tres de ellos por aparte y la razón principal que argumentaron son las peleas que ha casado Benedetti dentro del partido.

De hecho, desde hace unos días viene corriendo en los correos de algunos senadores de La U un mensaje titulado ‘Las peleas de Armando Benedetti con los miembros del Partido de La U’, en el que se detallan algunos de estos episodios.

Por ejemplo, el correo, que es anónimo y seguramente hace parte de la guerra sucia de la campaña, recuerda la vez que Benedetti dijo que “el Partido de La U no existe”, cuando lanzó críticas a Juan Lozano, cuando aseguró que “un funcionario como Roy Barreras debe trabajar y no robar” y cuando calificó de “viejo gagá” y “eunuco” a Aurelio Iragorri, el papá del actual ministro del Interior.

“Este grupo no soporta a Benedetti”, le dijo ayer por la mañana uno de los senadores de esa coalición mayoritaria a La Silla.

Por eso asumen el costo de desconocer las supuestas preferencias del Gobierno, porque de todas maneras Santos no dio ningún guiño.

A Lizcano, aunque venía trabajando con ahínco en su campaña desde hace varias semanas, no le fue difícil el acuerdo alrededor de Name debido a que la polémica que se generó por unos trinos de su esposa en contra de Santos le bajó la caña a su aspiración. De hecho, La Silla supo que el propio Presidente lo llamó para preguntarle por el tema y decirle que estaba preocupado.

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