Las claves de la campaña por Bogotá

Silla Cachaca

La búsqueda del centro, el factor Peñalosa, los candidatos de coaliciones (aunque ya no por consulta), entre otros.

Con el lanzamiento hoy de la candidatura de Claudia López a la Alcaldía de Bogotá, queda prácticamente listo el ramillete de aspirantes a ese cargo, asumiendo que Carlos Fernando Galán hará oficial su aspiración en las próximas semanas y que difícilmente habrá un candidato nuevo que salga de las toldas de la Colombia Humana de Gustavo Petro o uno fuerte de Cambio Radical.

Así son 12 aspirantes en una carrera en la que ya habido movidas que permiten identificar cuáles serán sus aspectos claves:

 

1

La disputa será por el centro

Hasta ahora todo apunta a que los candidatos competitivos serán representantes de tres bloques de partidos: unos de centroizquierda, unos de centroderecha y otros que no se matriculen en ningún lado y le apuesten a ser tercería.

Al final, sin embargo, todos buscarán a los votantes de centro, un espectro que, como ha contado La Silla Cachaca, es el que más está creciendo en la ciudad, como quedó demostrado en las elecciones legislativas del año pasado, y se manifestó sobre todo en el respaldo que obtuvo la Alianza Verde y el triunfo de Sergio Fajardo en primera vuelta por encima de Gustavo Petro e Iván Duque.

Además, en Bogotá ha venido cayendo el poder de la izquierda que alguna vez concentró el Polo, mientras que la derecha del uribismo nunca ha sido lo suficientemente fuerte como para poner alcalde, y la de Cambio Radical, el partido más votado hace cuatro años, viene de capa caída.

Lo interesante será ver cómo concreta cada candidato el discurso para el votante de centro.

Lo que se ha notado hasta ahora en la mayoría de quienes aspiran a ser el candidato de centroizquierda o de sectores alternativos es un discurso de cambio frente a las políticas de Peñalosa, pero casi siempre con la consigna de “construir sobre lo construido” o de “mantener lo bueno y cambiar lo malo”, como lo hizo Claudia López al anunciar su candidatura en redes, pero que también hace parte, por ejemplo, del discurso de Navarro de no polarizar.

En el caso del metro, por ejemplo, como contamos ayer, la mayoría de candidatos que se ubican en la centroizquierda continuaría el proyecto elevado de Peñalosa si éste logra adjudicar la obra, con el argumento de no generar traumatismos ni someterse a peleas judiciales.

Desde la derecha el discurso de centro le apuntará a prometer la continuidad de la agenda de ciudad que dejará trazada Peñalosa, pero cambiando algunas políticas.

Ángela Garzón, por ejemplo, dice que no intervendría la Reserva Van der Hammen, mientras que Miguel Uribe le dijo a La Silla Cachaca que a pesar de venir de las entrañas de esta administración, acepta que falta conexión con la gente y que ha habido errores de comunicación y de tono que él pretende cambiar.

El uribismo, además, acaba de dar una muestra de que los votantes de centro son los que pueden marcar la pauta, pues Garzón salió elegida candidata de un mecanismo de encuestas que privilegió a los votantes no uribistas sobre los uribistas (derecha pura).

En esa búsqueda del centro es que adquieren sentido las candidaturas de Carlos Fernando Galán y de Lucho Garzón.

 
2

El factor Peñalosa puede tener límites

Si finalmente se impone el discurso por el centro, desmarcarse y tirarle duro al Alcalde para ganar votantes dada su alta impopularidad puede ser un mecanismo rentable, pero limitado.

Al menos la encuesta más reciente sobre intención de voto a la Alcaldía, de hace un mes y que hizo el Centro Nacional de Consultoría, muestra que los tres punteros son Claudia López, Antonio Navarro y Carlos Fernando Galán. Los dos primeros tienen un discurso de cambio que hace la salvedad de mantener y terminar lo bueno o lo que quede contratado, mientras el tercero está en ese lugar a pesar de que es directamente relacionado con el Alcalde y defiende, con algunas salvedades, su apuesta de ciudad.

 
3

Habrá candidatos de coaliciones, pero elegirlos por consulta ya no suena atractivo

Desde el año pasado viene cogiendo fuerza la idea de que los candidatos que lleguen hasta el final surjan de consultas entre partidos que integren coaliciones. Y se ha venido hablando de una posible coalición de centroizquierda en la que cabrían los candidatos de los verdes, el Polo, Colombia Humana y movimientos nacientes como Activista.

Y una de centroderecha que agrupe a los del Centro Democrático, Cambio Radical y al exsecretario de gobierno de Peñalosa Miguel Uribe Turbay.

Los partidos ya hicieron la solicitud para participar, pero aunque se mantiene la idea de hacer alianzas, ya no es obvio que los candidatos se definan mediante consultas.

El principal factor es que el Consejo Nacional Electoral las programó para el 26 de mayo, un día en el que no hay unas votaciones diferentes que catapulten a quienes resulten ganadores, como sí ocurrió el año pasado en las consultas previas a las elecciones presidenciales, que se realizaron el día de las legislativas y les dieron un empujón a Gustavo Petro e Iván Duque.

Además, una consulta en mayo, por hartos votos que tenga, es a cinco meses de las elecciones y es difícil que un candidato que gane impulso en ese momento lo mantenga por tanto tiempo.

Por otra parte, aunque La Silla no pudo confirmarlo de primera mano, ya comenzó a correr la versión según la cual Álvaro Uribe no quiere que Ángela Garzón participe en una consulta, que sería con Miguel Uribe Turbay. Éste sí la está impulsando y esta semana les envió una carta a los partidos Liberal, MIRA, Cambio Radical, Centro Democrático, Colombia Justa Libres, Conservador y La U.

Llevar a Garzón como candidata hasta el final es una posibilidad teniendo en cuenta que arrastra votos de centro y de mujeres, y que Uribe Turbay hasta ahora no marca alto en las encuestas, por lo que podría verse forzado a adherirse a ella más adelante.

Por el lado de la centroizquierda, como dice nuestro columnista Héctor Riveros, sea quien sea el candidato entre Claudia López y Antonio Navarro, es difícil que vea incentivos en medirse en una consulta con candidatos que hasta ahora también pintan mucho menos fuertes, como Luis Ernesto Gómez, Jorge Rojas y Celio Nieves (la posibilidad de que a Hollman Morris lo acepten en una alianza cada vez se hace más lejana debido al lío que enfrenta por maltrato intrafamiliar).

Eso se definirá en las próximas semanas, pero la necesidad de hacer alianzas se mantiene, así que si la competencia no es a voto limpio, lo que se prevé es un tejemaneje por llegar a acuerdos programáticos a lado y lado.

 
4

La segunda vuelta, aunque no es segura, se vuelve más atractiva para los que le compiten a la centroizquierda

En este momento se mantiene la posibilidad de que haya segunda vuelta este año, gracias a un proyecto que cambia la Constitución y cursa su cuarto de ocho debates en el Congreso.

El quinto debate se hará en la segunda quincena de marzo y el proyecto sería aprobado del todo entre mayo y junio.

Uno de sus autores, el representante de Cambio Radical José Daniel López, le dijo a La Silla Cachaca que el año pasado se aprobó el proyecto con vigencia de 2019 por asuntos de trámite, pero que su compromiso es presentar una ponencia para el quinto debate que cambie eso para 2023.

Eso no quita que haya partidos que se sientan atraídos por la posibilidad de dejarla para este año, particularmente los que se vayan a oponer en campaña al candidato de la centroizquierda, teniendo en cuenta que como éste tiene altas posibilidades de ganar en una primera vuelta, en una segunda en la que se reacomoden las fuerzas el competidor puede crecer y ganar.

 
5

La maquinaria no será protagonista, pero le puede dar un empujón al que la tenga

Para elegir alcalde de Bogotá cuenta más el voto de opinión que el que está atado a las estructuras de los partidos tradicionales, además porque en la ciudad partidos como La U, el Conservador y Cambio Radical vienen de capa caída. Incluso el Polo, que llegó a tener una fuerte estructura en los gobiernos de Lucho Garzón y Samuel Moreno, es hoy mucho menos fuerte que entonces.

Eso no quiere decir, sin embargo, que las maquinarias no puedan incidir en la elección.

Hace cuatro años, Peñalosa logró que Cambio Radical le pusiera el centavo que le faltaba para el peso: sacó 906 mil votos, 128 mil más que Rafael Pardo, que quedó de segundo. Ese mismo día, Cambio Radical sacó para Concejo 371 mil votos, que se presume se fueron en su mayoría para Peñalosa y sin los cuales la victoria probablemente le hubiera sido esquiva.

 
6

Es difícil que el candidato de Petro tenga agenda petrista

Gustavo Petro hasta ahora no le ha dado el guiño a ningún candidato porque ha dicho que respaldará al que salga de una consulta interpartidista de los sectores alternativos.

Eso a pesar de que en contienda hay dos aspirantes que provienen de sus toldas: Hollman Morris, avalado por el Maís, y Jorge Rojas, que recoge firmas aunque ya recibió el aval de la Unión Patriótica.

De darle el respaldo a alguien, Colombia Humana lo definirá en una asamblea que debe celebrarse de aquí a un mes.

Parece casi imposible que respalden a Morris, por su lío por maltrato intrafamiliar, así que queda la opción de que le den el guiño a Rojas, respaldado hasta ahora por un sector de ese movimiento.

Una alta fuente de Colombia Humana le dijo a La Silla Cachaca que es casi imposible que salga otro candidato de esas toldas.

Pero como todo indica que sea quien sea el candidato de ellos no tendrá la fuerza que tuvo Petro en su momento, el excandidato presidencial terminará dando su respaldo más decidido al candidato de la centroizquierda que se vaya decantando como el que tenga reales posibilidades de arrebatarle la Alcaldía a Peñalosa y la centroderecha, salga de una consulta o por otro mecanismo.

Todo indica que esa persona será López o Navarro, con lo que Petro puede asegurar un acuerdo sobre asuntos básicos, pero no una agenda que replique su Bogotá Humana.

Eso si los verdes antipetristas no se ponen en la mitad para evitar esa alianza.

Ceder en ese sentido puede serle útil para su nueva campaña presidencial en 2022.

 
7

La Coalición Colombia puede ampliarse, pero...

Las coaliciones que se armen para la Alcaldía de Bogotá pueden ser un indicio de cómo se armen para las presidenciales de 2022, teniendo en cuenta que Bogotá es una plaza de connotación nacional.

Por ejemplo, será un laboratorio para ver si se sostiene la Coalición Colombia entre los verdes, Compromiso Ciudadano y el Polo, al menos el sector que lidera el senador Jorge Robledo.

Pero la Colombia Humana de Petro está pidiendo pista y aún está por definirse si entra.

En las presidenciales no entró por la resistencia principalmente de Sergio Fajardo (Compromiso Ciudadano) y de Robledo, pero en esta ocasión el candidato verde, López o Navarro, puede llevar la batuta y tienen más apertura a Petro. Lo demostraron votando por él en la segunda vuelta presidencial, algo que no hicieron ni Fajardo ni Robledo.

Además, Robledo y Petro ya se reunieron.

Lo que podría interponerse en un eventual acuerdo es la resistencia de los sectores verdes que no la van con Petro, y esperar una definición clara de Fajardo, aunque éste ya dijo que en Bogotá respaldará las decisiones de Claudia López.

O también, que aliarse con Petro se pueda volver costoso políticamente porque eso tire la coalición a la izquierda o porque se considere que no es estratégico después de su aparición en el petrovideo.

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