Las cuentas alegres dejan dudas sobre el presupuesto de Duque

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Los ingresos que estimó para el próximo año parecen muy altos. Su proyecto de ley muestra que el foco de la reactivación estará en proyectos de infraestructura y energía.

Esta semana los congresistas ponentes del proyecto de ley de Presupuesto, el Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, y su viceministro Juan Alberto Londoño, empezaron a discutir rubro por rubro cómo distribuir los $314  billones para 2021.

El Congreso discute esta ley todos los años y es clave porque define cuánta plata podrá gastar el Gobierno el próximo año en inversión, deuda y funcionamiento.

La semana pasada aprobó que el presupuesto sumará los 314 billones, y ahora tendrán que definir si se distribuye entre entidades como lo propuso el Gobierno o harán ajustes, como casi siempre pasa.

A pesar de esos cambios, el proyecto del Gobierno muestra cuáles son sus cuentas y sus prioridades (como la súper chequera del Contralor General o de la poca relevancia de la implementación de los Acuerdos de Paz con las Farc).

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Unas cuentas alegres

Uno de los puntos más polémicos, que seguramente revivirá en los debates de las próximas semanas, es que las cuentas que hace el Gobierno de sus ingresos son muy optimistas.

El Gobierno espera que en 2021 la economía crezca un 6 por ciento, y con ese crecimiento sus ingresos aumentarán considerablemente porque recaudará más impuestos.

Por ejemplo, MinHacienda le dijo al Congreso que calcula que el recaudo del IVA crecerá 42,4 por ciento en 2021, una cifra que un documento de la Contraloría para el Congreso dice que “considera elevado frente a la dinámica de la economía”.

Como contamos en esta historia el Gobierno espera que la economía se recupere rápidamente de la crisis por la pandemia, pero la mayoría de los analistas que siguen estas cifras, incluido el Banco de la República, consideran que la recuperación será más lenta o la ven incierta.

El Banco, por dar un caso, tiene un rango amplio del crecimiento de la economía para el otro año, calcula que será entre el 3 y el 8 por ciento, aunque también dice que lo más probable es que sea del 4 por ciento, dos puntos menos de lo que pronostica el Gobierno.

Si el Gobierno se descacha, el otro año recibirá menos plata de la que espera y tendrá un hueco en el presupuesto que implicará recortar las inversiones o endeudarse más.

 
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Un hueco de venta de empresas

El Gobierno calcula que el próximo año recibirá 12 billones de pesos por venta de empresas (cerca del 4 por ciento del total de presupuesto y un punto del PIB).

En las sesiones conjuntas de las comisiones económicas de la Cámara y el Senado, el ministro Carrasquilla dijo que no necesariamente se trata de privatizar empresas, que en su plan para este año estaba vender participaciones minoritarias en pequeñas compañías como plazas de mercado o electrificadoras pequeñas, y que el plan se retrasó por el covid.

En todo caso, como contamos en esta historia, llegar a 12 billones es muy difícil.

Hoy Gobierno tiene 27,2 billones de pesos en activos (con cifras presentadas en 2019) de los que podría vender 4,5 con relativa facilidad; 2,6 con algo de dificultad pero están en proceso (las acciones en Coltel); y el resto son acciones Ecopetrol e ISA, muy difíciles de vender por razones técnicas y políticas, más en un año preelectoral.

Además el próximo año podría ser aún más difícil vender porque la economía seguirá golpeada, es improbable que la valoración de esos activos se recupere a niveles previos a la pandemia, y por tanto venderlas podría ser un mal negocio y producir menos pesos.

Por eso, el viceministro Londoño dijo la semana pasada que estas ventas dependerán “de la dinámica que hay en el mercado y si están bien pagas. Uno no saldría a vender una empresa en un momento en el que te la van a pagar mal”.

Por eso, es probable que por lo menos parte de esos 12 billones de pesos no se logren.

 
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Hay ingresos de “otros recursos” que no se sabe qué son

Otra cuenta preocupa a varios analistas: el Gobierno incluyó ingresos de “otros recursos de capital” por 26,1 billones de pesos y que dice que definirá en una estrategia en los próximos 18 meses para llenarlo.

Es decir que se da hasta el final del próximo año para definir cómo se conseguirá esta plata.

En el Congreso, Carrasquilla y Londoño han dado pistas de que pueden ser deuda externa o interna, y en uno de los anexos del proyecto dice: “se tiene previsto emplear una estrategia de financiamiento que, con fundamento en un monitoreo permanente de los mercados financieros, minimice el riesgo cambiario y el riesgo de refinanciación”. Es decir es deuda, pero no es claro de qué tipo.

Para algunos analistas, esto puede ser inconstitucional.

“Incumpliría el principio de anualidad del presupuesto que dice que todos los ingresos y gastos se deben programar para un mismo año”, dijo Juan David Oviedo, asesor del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana,a La Silla.

Algo similar decía la portada de ayer de Portafolio, con un artículo que dice que el presupuesto puede terminar con un hueco de 38 billones de pesos, un 12 por ciento de todo su monto.

Esto es llamativo porque cuando el Gobierno Duque recibió el presupuesto del Gobierno Santos, puso el espejo retrovisor para decir que estaba desfinanciado (en papel tenía más gastos que ingresos) y ahora presenta uno que en el papel está balanceado pero deja dudas de sus ingresos.

 

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La plata de la reactivación no es clara

De acuerdo con Andrés Escobar, analista y viceministro de Hacienda del Gobierno Santos, el presupuesto no siempre tiene 100 por ciento definidos los ingresos y usualmente deja un margen de maniobra, pero sus cuentas sí deben cuadrar con los pronósticos del Plan Financiero que presenta todos los años el Gobierno.

El Plan es un documento que sale a mediados de año, antes del proyecto de presupuesto, en el que el Ministerio de Hacienda proyecta cuánto se va a endeudar, cuánto va a gastar y cómo, en una terminología diferente a la del presupuesto. Por eso, el Gobierno presenta un anexo en el presupuesto para mostrar que cuadra con el Plan Financiero.

De acuerdo con el de este año, el gasto del Gobierno se desfasa en los 4,7 billones de pesos del plan de reactivación económica, divididos en 500.000 millones de funcionamiento, 98.000 millones de deuda y 4,1 billones de inversión.

Hacienda explica que restó esa plata del Plan porque cuando salió el documento no se había contemplado esa plata para la reactivación, porque es una propuesta nueva.

El dinero iría para los Ministerio de Hacienda, Transporte, Vivienda, Ciudad y Territorio, para la Agencia Nacional de Infraestructura y para el sector de Inclusión Social y Reconciliación.

Como el Congreso ya aprobó el monto total del presupuesto, con esos 4,7 billones de pesos, en principio el Gobierno solo podrá cumplir con la meta de déficit del Plan Financiero si logra recaudar todavía más plata en 2021, algo que -como explicamos en el punto 1- es difícil.

 
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Los más golpeados son deporte, trabajo y ciencias

Cuando se mira el presupuesto de inversión el que muestra mejor las apuestas del Gobierno (la otra parte, el presupuesto de funcionamiento, es más difícil de cambiar porque incluye salarios o mantenimiento de oficinas) los que tendrán un mayor recorte son tres sectores con corte social.

En Deporte, que solo tiene al Ministerio recién creado por Duque como una de sus nuevas apuestas, la inversión caerá 60 por ciento. Según dos congresistas ponentes, ese ha sido uno de los temas más discutidos entre ellos y probablemente le den más plata en el trámite legislativo.

El segundo sector con más recorte en la inversión es el de Trabajo, donde están el Ministerio, el Sena, el Servicio Público de Empleo y la Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias. La caída obedece a un recorte en el presupuesto de inversión de las dos primeras en 1,8 billones de pesos.

También caen los ministerios de sus otras dos banderas de campaña: el Ministerio de Ciencia, con 28 por ciento menos para invertir; las cuatro entidades del sector cultura, incluido el Ministerio, con una reducción de 19 por ciento; y el el sector agro, en el que seis de las siete entidades tienen recortes y en total reporta una caída de 13 por ciento.

 
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Los bendecidos y afortunados son los de la reactivación

Los sectores donde crece más el presupuesto de inversión son los que tienen más que ver con el plan de reactivación y donde el Gobierno quiere meterle el foco para jalonar la reactivación económica.

Son los sectores de Minas y Energía (aumenta el 27 por ciento), Transporte (23 por ciento), Hacienda (22 por ciento) y TIC (16 por ciento).

Hacienda y Transporte son los sectores con más plata para invertir, y suman casi 3 de cada 10 pesos para eso.

En Transporte están los proyectos viales que Duque ha mencionado como la punta de lanza de su plan de reactivación económica; y en Hacienda hay plata para financiar también proyectos de infraestructura como el Metro de Bogotá y el Regiotram de Occidente, y otros claves como la modernización de la Dian, los sistemas de transporte urbanos y a los subsidios a la tasa de interés para compra de vivienda.

De las entidades de Hacienda la que más aumenta su presupuesto de inversión es la cartera del mismo Ministerio.

Minas, que maneja las energías renovables que Duque ha mencionado como clave para la reactivación, crece principalmente porque incluyeron desde el proyecto la plata para pagar todo el año de subsidios de energía y gas que, como contamos en esta historia, usualmente solo se mete en el Congreso.

El otro sector ganador es el de TIC, que está en cabeza de Karen Abudinen, una de las funcionarias clave del Gobierno por sus buenas relaciones con el Congreso y su cercanía al Presidente y al clan Char, y cuyo presupuesto para invertir aumentará 16 por ciento.  Es un sector clave dada las necesidades de digitalización que quedaron con evidencia en la pandamia y que es otra apuesta de Duque.

Aquí las entidades que más sumarán son la Agencia Nacional del Espectro, cuyo presupuesto aumentará un 22,3 por ciento; Computadores para Educar y la Agencia Nacional de Gobierno Digital, que tendrán 207 y 97 por ciento más para invertir, respectivamente.

 
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