Las declaraciones de renta del gabinete de Duque muestran los huecos del estatuto tributario

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Las declaraciones de la mayoría de Ministros y Ministerios están desactualizadas. Las que hay muestran que no siempre el impuesto es progresivo.

Hace un año contamos qué decían las declaraciones de renta de los ministros de Iván Duque. Para hacer seguimiento, repetimos el ejercicio ahora. Encontramos que revelan estas seis cosas

1

La transparencia se ha reducido

En 7 de los 18 ministerios, las declaraciones disponibles no son del ministro a cargo actualmente. Por ejemplo, en el Ministerio de Justicia está la declaración de la exministra Margarita Cabello, no la del actual ministro Wilson Ruiz.

Hace un año casi todos los ministros habían publicado sus declaraciones en las páginas web de los ministerios por invitación de una circular presidencial de Duque del 2018, justo después de la consulta anticorrupción. En ese entonces solo faltaban el de Salud, pues había cambio de ministro, y la de Cultura había publicado un documento errado.

Pero hoy ese impulso de transparencia quedó relegado en las páginas de los ministerios: solo 4 (Transporte, Educación, Vivienda y Trabajo) de los 18 tienen declaraciones presentadas el año pasado, y en 8 están publicadas las de ex ministros (en Salud y Agricultura ni siquiera son ex ministros de Duque, sino de Santos).

Eso hace más difícil conseguir las declaraciones, aunque la Ley 2013 del 2019, uno de los compromisos de Duque de aterrizar esa Consulta en leyes, obliga a que las presenten los ministros y centenares de funcionarios más.

Ahora aparecen en el Sistema Integrado del Empleo Público, que maneja el Departamento de la Función Pública, pero allí en todo caso solo encontramos 6 declaraciones recientes. Al final, entre este lugar y las páginas web, obtuvimos 8 declaraciones presentadas el año pasado, que corresponden a la renta de 2019, y otras 10 del año anterior, que se refieren al 2018.

2

El gabinete sigue siendo un microcosmos de la desigualdad

El ministro con mayor patrimonio, una vez se restan las deudas, es casi 15 veces más rico que el menos rico. 

Esa es la diferencia entre lo que tiene Alberto Carrasquilla, que para 2019 declaró un patrimonio de 2.612 millones, frente a Jonathan Malagón, que mostró tener 216 millones ese mismo año (Mabel Torres de Ciencia, tenía un patrimonio menor, de 174 millones, en 2018. No está publicada su declaración de 2019).

La desigualdad es clara, ya sea comparando todas las declaraciones que encontramos 

o solo las de 2019

 
3

Unos no deben un peso, otros la mitad de lo que tienen

La diversidad es muy grande: Carrasquilla declaró no deber ni un solo peso en 2019 (Karen Abudinen lo mismo pero en 2018), mientras Diego Mesa, uno de los más jóvenes del gabinete, debía más de 1.753 millones de pesos.

Curiosamente, la tercera que debía más de la mitad y la segunda con mayor deuda en pesos era Claudia Blum: según su declaración de 2018 debía 1.366 millones de pesos a pesar de que estaba a final de su vida profesional, ha sido Senadora y Embajadora y está casada con el presidente y uno de los dueños de la farmacéutica Tecnoquímicas.

En contraste Mesa y Malagón, el otro más joven del gabinete, declararon deber más de la mitad de sus activos, igual que Blum y Carlos Correa, aunque en pesos Malagón debía menos de un tercio de los otros.

 
4

Incluso con el mismo trabajo, sus ingresos eran muy desiguales

La gran mayoría de las declaraciones corresponden a años en que los hoy ministros todavía no ocupaban ese cargo, por lo menos no el año entero (incluyendo todas las que son de 2018, pues el Gobierno de Iván Duque arrancó en agosto).

Sin embargo, las cuatro de 2019 de quienes fueron ministros todo ese año, Ángela María Orozco, Alberto Carrasquilla, Jonathan Malagón y María Victoria Angulo, muestran ingresos significativamente diferentes, tanto en total (pueden tener otro tipo de rentas, como por dividendos o similares) como laborales (se puede deber a que recibieron más o menos viáticos, o pagos por actividades académicas)

 

5

Ninguno dijo que vivía de la renta

Además de la diferencia de la pequeña muestra de quienes tuvieron el mismo cargo, en general sus ingresos fueron muy diferentes en monto.

Pero su composición se asemeja más: el grueso fue por trabajar

Las excepciones son las ganancias ocasionales de Orozco, Wilson Ruiz y Carrasquilla, la pensión de Blum y de los "otros ingresos" Ángel Custodio Cabrera.

6

Pagan como el Estatuto: con una idea de ser progresivo pero muchos huecos

El impuesto a cargo (que debían pagar) era muy diverso, e incluso el del número uno, Rodolfo Zea, era el doble del segundo.

Como la idea de la ley tributaria es que se pague más a medida que tenían más ingreso, esa tendencia tiene sentido.

Por ejemplo, como Zea tuvo 8,5 veces los ingresos de Torres, debía pagar mucho, y efectivamente su impuesto fue 32 veces más grande.

El problema es que esa tendencia, que marca la progresividad del impuesto de renta, no fue constante.

El caso más claro es el de Blum, quien declaró que tenía que pagar solo 12 de sus 396 millones de pesos de ingresos (el 3,1 por ciento), mientras Abudinen o Diego Molano pagaron 47 y 50 de menos de 400 millones (el 13,5 y el 14,3 por ciento, respectivamente).

De hecho, no hay una tendencia tan clara al mirar el porcentaje de impuesto frente a los ingresos totales.

Eso no significa que necesariamente haya una ilegalidad, sino que muestra cómo el Estatuto Tributario premia cierto tipo de ingresos y castiga otros (además de que permite deducciones o descuentos a los que no todo el mundo tiene acceso).  

Quizás la tributaria que el Gobierno planea para este año, y que busca que La Nación aumente su recaudo ante la crisis económica por la pandemia, ayude a cambiar esto.

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