La clave fueron los grupos en Facebook y Whatsapp que se crearon en el paro del año pasado.
Las protestas contra la Policía reactivaron las organizaciones del 21N
Pablo Beltrán, el jefe negociador del ELN en Cuba, negó ayer que esa guerrilla hubiera estado detrás de las protestas de la semana pasada que han dejado 13 muertos y más de 50 CAI destruidos, como lo han asegurado el Comisionado de Paz, Miguel Ceballos, y el Ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo.
Aunque el Gobierno insiste en que detrás de las protestas hay un plan, 32 personas de varias regiones del país que conocen por dentro las movilizaciones del año pasado y que participaron en las de la semana pasada -entre líderes sindicales, estudiantiles y activistas- coinciden en que la convocatoria se hizo por grupos pequeños de personas que invitaron a plantones a través de redes sociales, sin una cabeza visible detrás.
Eso no quiere decir, necesariamente, que no haya habido infiltrados o grupos organizados dentro de las movilizaciones, ni que el ELN no pueda buscar capitalizarlas, como dijo el secretario de seguridad de Bogotá, Hugo Acero.
Pero la clave para que fueran extensas, aparte de la indignación por los abusos policiales, fueron los colectivos y grupos en redes que se crearon el año pasado durante el paro nacional.
De hecho, con las protestas de la semana pasada quedaron reactivados y ahora esperan que el lunes 21, para cuando el Comité Nacional del Paro convocó a una nueva movilización, muestre una fuerza renovada.
Las protestas de volantes en redes sociales
Según nuestra reportería en varias regiones, las protestas que surgieron tras el asesinato de Javier Ordóñez en manos de policías no fueron convocadas por una organización como las centrales obreras, las uniones estudiantiles o el Comité del Paro. Pero muchos miembros de esos grupos asistieron de manera espontánea porque vieron una invitación en redes sociales.
“En esta ocasión el movimiento estudiantil no tuvo nada que ver”, nos dijo un líder estudiantil en Bogotá que prefirió que no reveláramos su nombre por razones de seguridad, y refiriéndose a que no hubo convocatorias oficiales de organizaciones como la Asociación Colombiana de Representantes Estudiantiles (Acrees) o la Unión Nacional de Estudiantes de la Educación Superior (Unees) .
“Yo salí el miércoles porque recibí una invitación por Whatsapp y fui con mis amigos”, nos dijo un joven que salió a protestar ese día en Bogotá.
Ese día se movieron volantes como estos.
El jueves, después de una noche de protestas, violencia y abuso policial, circularon más volantes en redes, especialmente en Whatsapp, Facebook y Twitter.
Eran tantas convocatorias que el Comité Permanente para la Defensa de los Derechos Humanos, que suele mediar entre los que protestan y la policía, tenía detectados 19 sitios en donde podría haber protestas en Bogotá.
No en todos esos puntos hubo manifestaciones.
Por ejemplo, hubo una convocatoria a un plantón con antorchas en la Plaza de Bolívar que nunca se llevó a cabo porque la plaza estaba cerrada por las protestas del día anterior.
Otros volantes invitaban a plantones a los que sí llegó gente, y no sólo en Bogotá.
Dos líderes estudiantiles que participaron en las movilizaciones en Medellín, uno de la Universidad Pontifica Bolivariana y otro de la Nacional, le dijeron a La Silla que las protestas fueron convocadas a través de carteles sin la marca de una organización y difundidos en grupos universitarios en Facebook, como Publicalo Mijo UdeA y Publicalo Mijo Unal.
En Cali, Sebastián Vargas, integrante de ‘Nos unimos o nos hundimos’, iniciativa que nació en el marco de la campaña presidencial de 2018 contra la posibilidad de que el uribismo regresara al poder, fue uno de los tantos que movió el plantón del 9 de septiembre.
Lo hizo en una publicación en su Facebook movido, según le dijo a La Silla, por la indignación que le produjeron el asesinato de Javier Ordóñez y “la desconexión del Gobierno actual con el pueblo”.
Con una lógica parecida, otras tres fuentes de los organizadores del paro del año pasado de Cali dicen que el impulso fue creciendo a medida que organizaciones y ciudadanos se fueron sumando y rotando la información por WhatsApp.
Del mismo modo, Daniel Ramírez, un joven de 25 años que vive en Armenia, nos contó que salió a protestar el jueves porque vio otra invitación en redes sociales.
“En la mañana vi por Facebook una publicación que citaba a un cacerolazo a las 5 de la tarde en el CAI del Parque de la Vida. La empezaron a compartir varios conocidos y yo también lo hice. Fue momentáneo; desconozco quién la organizó pero puedo decir que fue efectiva porque asistieron las suficientes personas como para bloquear la calle”, nos dijo.
Este fue el volante que lo impulsó a salir.
En muchos casos, las convocatorias salieron de organizaciones nuevas que surgieron a raíz del paro.
“A raíz de las marchas del año pasado, nacieron y se fortalecieron muchos grupos barriales. La gente se dio cuenta que en las localidades también se pueden organizar sin necesidad de una institución”, nos dijo el líder estudiantil off the record. “Son ellos los que crean los volantes y los difunden en sus grupos de Whatsapp”.
Así, por ejemplo, en la localidad de Kennedy de Bogotá se creó el año pasado un grupo de Whatsapp que se llama 'Kennedy al Paro' con cerca de 300 personas, según nos contó Francisco Castañeda, líder de la localidad y excandidato al Concejo , que está en el grupo.
"El 9 y el 10 de septiembre por el grupo mandaron muchas convocatorias y la gente decía 'nos vemos en tal CAI' o 'llegó la Policía'. Es la manera cómo la comunidad y las organizaciones de la localidad se comunican", nos dijo.
En el mismo sentido, unos de volantes que llegaron a La Silla Vacía por dos fuentes diferentes, vía WhatsApp, están firmados por ‘La Primera Línea Futbolera’, que tiene solo 145 seguidores en Facebook y que no es conocido en el entorno de las barras en la ciudad —pero que retoma el nombre de la "primera línea" de manifestantes del paro del año pasado—.
WhatsApp fue clave para pasar de volantes al aire a movilización concreta, a través de grupos que quedaron armados en el paro del año pasado y en los que muchos manifestantes cuadran para definir a qué convocatoria van, o para armar una que ya arranque con fuerza.
Así, Julián Blanco, que hace parte de la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios (Aceu) en Barranquilla, nos contó que los puntos de encuentro de las dos protestas que hubo la semana pasada en la ciudad se acordaron en grupos de WhatsApp que nacieron en las movilizaciones del año pasado.
De hecho, la primera movilización, la del miércoles, fue muy escasa de lo improvisada.
“Yo estoy en cinco grupos de WhatsApp, en todos vi más o menos la misma conversación; pero se citaron diferentes parches en lugares diferentes y por eso la asistencia fue muy poca”, nos dijo.
Lo que sigue
Con todo eso, las protestas de la semana pasada dejaron lista una semilla renovada para coordinar futuras movilizaciones.
No solo por la indignación renovada, sino porque recuperó bríos y unidad la estructura que se fue cohesionando con el paro.
El Comité del Paro que, como contamos, se dividió a comienzos de año, decidió convocar conjuntamente una agenda para esta semana que tendrá como punto principal un paro el próximo lunes.
“La división que teníamos nunca se materializó. Vino la pandemia, nos desarticuló y todo el comité se siguió reuniendo de manera virtual. Las divisiones existen, pero el fin es el mismo y eso es lo que nos une”, nos dijo Valentina Zapata, delegada de la Unees ante el Comité.
“Todo lo que pasó fue muy espontáneo y eso nos impulsó. Las diferencias existen, pero este es un momento en el que tenemos que estar juntos”, nos dijo Jimmy Moreno del Congreso de los Pueblos, una de las organizaciones que, como la Unees, se había separado del Comité.
Esta semana están planeadas varias manifestaciones. Se sabrá si estas protestas organizadas por redes sociales logran revivir el paro que había apagado la pandemia.