En dos semanas comienza la gira nacional uribista para intentar arrebatarles votos a los partidos de la coalición santista en las próximas elecciones locales. En el Caribe, el Centro Democrático (CD) le apuesta fuerte a las alcaldías de Cartagena, Valledupar y Montería.
Los ases del uribismo para conquistar el Caribe
En dos semanas comienza la gira nacional uribista para intentar arrebatarles votos a los partidos de la coalición santista en las elecciones locales. En el Caribe, el Centro Democrático (CD) le apuesta fuerte a las alcaldías de Cartagena, Valledupar y Montería.
Allí también jugarán sus cartas por municipios metropolitanos como Malambo (Atlántico) o los segundos más grandes de cada departamento como Aguachica (Cesar) y buscarán tener una alta participación en los concejos, especialmente en Barranquilla, Santa Marta y Cartagena.
El Caribe es una región prioritaria, pero inhóspita para los uribistas porque se enfrentan a ocho departamentos que con dos millones de votos fueron clave en la reelección en segunda vuelta del presidente Juan Manuel Santos. Para lograr esa representación, los uribistas han diseñado una estrategia, cuyos detalles conoció La Silla.
La colectividad se concentra en sumar simpatizantes con el poder de convocatoria de su líder natural, el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien seguirá promoviendo a los candidatos en reuniones privadas durante esta primera parte de la contienda y en la plaza pública cuando la ley lo permita.
También buscarán cautivar el voto de opinión porque dicen no tener maquinaria y contar solo con el patrimonio de los 250 mil sufragios que obtuvieron en el Caribe en las legislativas pasadas. Sin embargo, en las elecciones presidenciales demostraron que son capaces de aceitar una maquinaria, que aunque más pequeña también funciona.
Desde el 20 de junio próximo, Uribe y el presidente del CD Óscar Iván Zuluaga estarán en aquellas ciudades y municipios donde el partido tiene más expectativas de ganar, le dijo a La Silla el senador Jaime Amín. En el caso del Caribe estarán, entre otras, en Valledupar, Montería, Cartagena y Aguachica.
Los uribistas también concentran sus fuerzas en dar golpes de opinión con propuestas sobre la realidad regional, más allá de las diferencias en temas nacionales como el estilo de gobierno de Juan Manuel Santos o el proceso de paz en La Habana. En la agenda ya tienen programada una visita a San Andrés a finales de este mes.
La bancada costeña del CD y Uribe llegarán allí a proclamar como límite marítimo entre San Andrés y Nicaragua el meridiano 82, frontera que el país perdió tras el fallo de La Haya en 2012. Desde la isla, los uribistas pedirán una consulta nacional para que el país decida si debe acatar o no esa decisión internacional.
En la gira nacional participarán todos los senadores porque reforzarán en las regiones los proyectos programáticos de los candidatos. Así, quien sea experto en temas financieros o de seguridad le ayudará a los aspirantes de los diferentes municipios, sin importar que no sean de su departamento, a formular mejor sus propuestas de cara a los retos locales.
La estrategia uribista contempla alianzas con otros partidos, incluidos los de la Unidad Nacional, le dijo a La Silla el director de esa colectividad Óscar Iván Zuluaga. Las alianzas ya comenzaron. En el Cesar, por ejemplo, van unidos con los liberales por la Gobernación.
El uribismo llega a capitalizar alianzas en una Unidad Nacional ya de por sí fraccionada y que no ha logrado cumplir la orden explícita del presidente Santos de llevar candidatos únicos para estas elecciones locales. El convenio tácito consistía en que si uno de los tres partidos de la coalición (Liberal, La U y Cambio Radical) consolidaba un aspirante a la alcaldía capital, los otros dos le apostarían a la respectiva gobernación o viceversa.
Como estos primeros meses de la contienda lo han demostrado, en algunos departamentos las fuerzas internas de los partidos, representadas en sus congresistas y direcciones nacionales, siguen sin ponerse de acuerdo.
La creatividad que los uribistas han demostrado en el Capitolio también estará presente en las locales. Sus candidatos tendrán uniformidad en la publicidad. Desde la dirección se unificarán criterios de color y de fotografías. Si bien como bancada no son mayoría en el Congreso, se han destacado por ser los más disciplinados y los que suelen dar de qué hablar con sus carteles in situ o símbolos vía Twitter.
Como en las tres campañas presidenciales de Uribe y en la de Zuluaga, para esta contienda local los ganaderos serán clave en la financiación. Muchos de ellos ya integran los comités financieros que están marchando en cada departamento para definir las actividades con las que recolectarán fondos. Subastas ganaderas y de obras de arte, así como rifas y donaciones son algunos de los eventos con los que esperan sumar a la bolsa de cada candidatura.
En el Atlántico, por ejemplo, el comité financiero lo integran seis empresarios. Entre ellos, la exdirectora de Proexport Nubia Stella Martínez, el palmero Ramiro Dávila y el ganadero Rafael Amarís.
Un militante del partido le dijo a La Silla que la financiación es otro obstáculo para la colectividad porque, a diferencia del dinero que tienen los demás partidos por cuenta de los caciques electorales, fortalecidos por estar aliados con el gobierno santista, el CD no maneja el mismo flujo de caja.
Diferentes fuentes consultadas por La Silla aseguraron que una campaña a una gobernación puede costar hasta 10 mil millones de pesos o 15 mil millones si está reñida, mientras que por una Alcaldía, dependiendo si es una capital como Barranquilla o Cartagena, hasta 10 mil millones de pesos.
“Es una proeza iniciar esta contienda por alcaldías y gobernaciones sin tener ningún tipo de respaldo burocrático. Es como una gesta épica”, aseguró un militante del CD.
Con Gina Benedetti, Sergio Araújo Castro y Carlos Ordosgoitia, el uribismo busca ganar las alcaldías de Cartagena, Valledupar y Montería, respectivamente. Los tres son cercanos al expresidente Uribe.
Benedetti coordinó en Cartagena la campaña presidencial de Uribe en 2001. Un año después fue nombrada embajadora de Colombia en Panamá, cargo en el que estuvo durante nueve años.
Araújo Castro, por su parte, hace parte de la tradicional familia Araújo. Ellos son viejos aliados uribistas. María Consuelo, su hermana, fue canciller y ministra de Cultura durante la presidencia de Uribe, y su hermano Álvaro, el exsenador condenado por parapolítica, también fue aliado del gobierno uribista desde el Congreso. Sergio además ocupa una de las 11 sillas de la dirección nacional del CD y fue coordinador de la campaña presidencial de Zuluaga el año pasado.
Aunque en Cartagena el panorama no está claro porque hay 22 aspirantes más, en la ciudad el nombre de Benedetti no suena fuerte todavía. Sus principales contendores tienen de lado a la maquinaria o algunos de ellos, como el exconcejal Andrés Betancourt, capitalizan más el voto de opinión.
Benedetti también tiene en contra que en La Heroica el uribismo no es muy fuerte. En las elecciones pasadas obtuvo 48.136 votos en todo Bolívar, siendo la sexta fuerza de votación. De esa suma, Cartagena puso 30 mil votos. El senador Fernando Araújo Rumié, hijo del excanciller Fernando Araújo, logró salir a flote gracias a estar en el octavo puesto en la lista cerrada para Congreso liderada por Uribe.
En Valledupar, en cambio, sin haberse lanzado aún a Sergio Araujo le pronostican más posibilidades, especialmente si va en fórmula con el aspirante a la Gobernación, avalado por el partido Liberal Arturo Calderón. A diferencia de Bolívar, aunque con menos votos, en el Cesar el CD fue la segunda fuerza más votada en marzo del año pasado y logró convertirse en la número uno en Aguachica, el segundo municipio más importante después de la capital.
Araújo no la tendrá fácil porque deberá enfrentarse a los Gnecco, contendores políticos históricos de su familia y hoy dueños de la gobernación con Luis Alberto Monsalvo Gnecco. Tampoco está claro que vaya a ser la fórmula del aspirante Calderón.
Hasta ahora, se pelean la alcaldía de Valledupar Augusto ‘Tuto’ Uhía, quien va por firmas, pero cuenta con el apoyo del representante conservador de la casa Gnecco, Ape Cuello, y puntea en las encuestas. También están Andrés Arturo Fernández, pariente de los Gnecco y a la espera de aval, y la carta que designe Cambio Radical, partido aliado a los Gnecco.
En Montería, el Centro Democrático busca ganar la Alcaldía con Carlos Ordosgoitia (hijo del excongresista y exdirector del INCO Luis Carlos Ordosgoitia), quien ha descartado declinar su aspiración y ha dicho que se mantendrá hasta el final. Esa plaza es uribista. Fue la única capital en la que el CD se impuso en las presidenciales pasadas. El santismo ganó en todos los municipios cordobeses, menos en esa ciudad donde Zuluaga obtuvo más de 70 mil votos.
En la capital de Córdoba, los votos uribistas están divididos entre el conservador Marcos Daniel Pineda y Ordosgoitia. Pineda tiene todas las de ganar porque su bandera es el continuismo de la administración de Carlos Eduardo Correa y cuenta con la poderosa estructura de su mamá, la senadora Nora García Burgos.
Desde su primer año de mandato, Correa ha obtenido más del 80% de favorabilidad y su gestión lo hizo ganador del título de mejor alcalde que da la organización londinense City Mayors.
En departamentos como La Guajira y Atlántico, el CD ya tiene candidaturas propias, pero estas tienen menos posibilidades que las anteriores que contamos. La colectividad espera que la contienda avance más para definir si las mantiene hasta el final o adhieren a otros candidatos.
En el caso del Atlántico, Manuel Díaz, hijo del exembajador en Jamaica y exgobernador Ventura Díaz, recorre desde hace semanas los 23 municipios de ese departamento promocionando su nombre y sus ideas de gobierno. Especialmente le apuesta a la seguridad. Así lo dice en un video en el que retrata al Atlántico como un territorio del lejano oeste, sin ley suficiente para detener los homicidios y hurtos.
Su candidatura sigue sin despegar y se ve difícil que lo haga ante los nombres de Eduardo Verano y Jaime Pumarejo, jugadores que llegarán hasta el final sin importar si son avalados o no por el Partido Liberal.
En Barranquilla, el CD no tiene candidato propio ni lo tendrá. Los uribistas ven con buenos ojos la aspiración del exalcalde Alejandro Char -quien se inscribirá en julio con el aval de Cambio Radical-. La casa Char es vieja aliada de Uribe.
Por los lados de La Guajira, con la candidatura a la Gobernación de Jairo Suárez Soto, el partido lo que busca es hacer más presencia porque es poca su fuerza allí. En las legislativas pasadas, el CD solo obtuvo 9.513 votos en ese departamento.
Para la Gobernación sus posibilidades son nulas ante las dos fuerzas que en las últimas dos décadas han mandado allí: Nueva Guajira, que juega con el exalcalde de Maicao Ovidio Mejía, y los Ballesteros, que apoyan a la exalcaldesa de Albania Oneida Pinto.
En Magdalena, el CD tiene de candidato al exdiputado Jorge Luis el ‘Negro’ López, con el que esperan darle la pelea a Rosa Cotes Vives, tía del actual gobernador Luis Miguel el ‘Mello’ Cotes y esposa del exalcalde condenado por parapolítica Francisco ‘Chico’ Zúñiga.
El ‘Negro’ López cuenta con el apoyo de concejales en los municipios y de líderes comunitarios. Hasta ahora no va de la mano de familias tradicionales como los Pinedo, Diazgranados y los Vives, quienes siguen pulseando nombres como candidatos propios o en coalición.
Para la Alcaldía de Santa Marta esa colectividad tiene cuatro precandidatos inscritos y espera decidir en los próximos días cuál será el mecanismo para escoger a uno de ellos. En esa capital, la balanza ligeramente se inclina al exsecretario de Gobierno Rafael Martínez, candidato del alcalde Carlos Caicedo. En parte, por la división de los grupos tradicionales políticos que siguen sin decidir candidatos.
Con todo este ajedrez político en pleno movimiento y la mayoría de las fichas que lo componen más cercanas al santismo, los uribistas la tendrán cuesta arriba en estas elecciones locales. Mucho más porque juegan con la presión de aterrizar en alcaldías, gobernaciones, concejos y asambleas esa influencia que han consolidado como partido y desde el año pasado en el Congreso.