Silla Santandereana

Juan Fernando Cristo Bustos, exministro del Interior.

Fuera del gabinete presidencial, el exministro del Interior tendrá margen para moverse en dos escenarios que lleva tiempo labrando.

Si hay algo que ha defendido Juan Fernando Cristo desde que salió del Ministerio del Interior es la idea de una alianza interpartidista, que básicamente estaría cimentada en una “gran coalición de centro izquierda” integrada por los liberales, La U y sectores como el de Clara López, para defender del uribismo la implementación de los acuerdos de La Habana.

Ahora que está fuera del gabinete de Santos, ondear esa bandera le habilita dos caminos que empezó a labrar desde hace tiempo y que le pueden abrir varias opciones políticas en la carrera por las presidenciales.

El precandidato de las mayorías en la bancada

En los casi tres años que Juan Fernando Cristo fue Ministro del Interior hizo lo que más sabe: tender alianzas y ajustar acuerdos para mantener las mayorías de su lado. 

Eso le sirvió para sacar adelante la mayoría de leyes del Gobierno y convertirse detrás del Presidente Juan Manuel Santos en el hombre clave para el trámite de los acuerdos de paz con el Congreso, y -de paso- para afianzar una red de aliados que ahora que sale del gabinete presidencial como uno de los precandidatos liberales será su lado fuerte en la puja por la ungida roja.

Su fuerza la suma, según ocho representantes rojos, en la mayoría de la bancada de la Cámara -tendría de su lado alrededor de 30 de los 43 representantes- y en una porción del Senado -tendría a 12 de los 17-.

 

Según esas mismas fuentes, para alinear a ese número de congresistas a Cristo le ayudó la entrega de las cámaras de seguridad, patrullas y estaciones que repartió en casi todo el país, y a que, en boca de un representante que es su aliado, “los escuchó”.

La primera vez que mostró que tenía ese as bajo su manga fue en marzo cuando en medio del boom de las renuncias del gabinete de Santos, circuló una carta en la que 32 congresistas rojos le pidieron que renunciara para que “defendiera la paz en las calles”.

Como lo contó La Silla, esa carta la firmaron -entre otros- los codirectores Arleth Casado, Horacio Serpa y Rodrigo Villalba; además de senadores y representantes como el hermano del Ministro, Andrés Cristo, Guillermo García Realpe y Olga Lucía Velásquez, éstos dos últimos reconocidos dentro del Partido por ser fichas de Cristo en Nariño y Bogotá, respectivamente.

La segunda vez fue hace dos semanas cuando en dos reuniones -una organizada en la casa de la representante Velásquez con los representantes y otra con los senadores en un restaurante- asistieron la mayoría de congresistas para hablar con él sobre su futuro político. 

Tres fuentes que estuvieron en la cena de Velásquez, (a la que asistieron 31 representantes), y dos que estuvieron en la de los senadores (tres congresistas dijeron que fueron 12), le dijeron a La Silla que en ellas Cristo tanteó terreno sobre el respaldo político de sus copartidarios. 

“Parte de la discusión se fue en que era muy compleja su decisión. Pero al final como la mayoría le dijeron que si se quería lanzar tenía el respaldo, pues la sensación que quedó fue que midió su poder”, le dijo a La Silla uno de los representantes. 

Si bien ese respaldo de gran parte de la bancada muestra de entrada que en una eventual fogueada interna de su candidatura Cristo tendría maquinaria para competir e incluso para ganar con ventaja, es un arma de doble filo para él y podría empedrarle ese camino si finalmente se decide por ser el candidato rojo.

“Tener cara de político no es una ventaja con la crisis de imagen que tenemos todos y lo desprestigiados que están los partidos”, le dijo a La Silla un representante de la línea de De la Calle. 

Así que aunque ese es su fuerte, también podría ser su principal lastre teniendo en cuenta que en las encuestas no marca o marca muy poco, y estar alineado con todos los políticos tradicionales, cuando la mayoría están tratando de desmarcarse, le podría restar.

Humberto De la Calle en las últimas dos encuestas de la semana pasada (Gallup y Polimétrica) es el aspirante liberal con mayor intención de voto dentro de la baraja liberal (5,4 por ciento en una y 4 en la otra), mientras que Juan Manuel Galán en la primera no fue medido y en la segunda sacó 4 por ciento. A Cristo no lo midieron en Gallup y en Polimétrica solo preguntaron por su imagen favorable (alcanzó 15 por ciento positiva, 29 por ciento negativa y 56 por ciento de desconocimiento).

Además, en la pregunta de Polimétrica sobre cuál candidato liberal apoyaría, fue el que quedó con el margen más bajo. Alcanzó el 3 por ciento, mientras que De la Calle obtuvo el 36 y Galán el 34 por ciento, el 27 por ciento dijo no saber por cuál se inclinaría. 

Así que si en la convención se decide que en una consulta abierta se defina el nombre del candidato liberal, su fuerza quedaría en entredicho. 

“Cristo sale todos los días en RCN, Caracol, Blu, y que no marque en las encuestas, eso es para ponerse a pensar”, le dijo a La Silla un representante liberal que no es de la línea de Cristo. Otro nos dijo: “Aquí las encuestas deben pesar, por eso es mejor que la consulta sea abierta”. 

Aunque esa posibilidad no es la que tiene más fuerza en la bancada, entre otras, por la crisis de credibilidad de las encuestadoras (Cristo ha utilizado ese argumento en varias entrevistas), es algo con lo que seguramente tendrá que maniobrar teniendo en cuenta que Galán es el que más ha defendido que la consulta sea abierta para evitarse que la bancada lo deje sin oportunidades.

Pero mientras se definen sus posibilidades por este camino, Cristo tiene otro que ha venido labrando al tiempo y que podría tomar en cualquier momento. 

El ‘pegante’ de la interpartidista

Cristo dijo en las dos reuniones con congresistas, y lo ha repetido en sus salidas en público,  que no sabe aún si lanzar su nombre para una candidatura. Y argumenta que los partidos “no pueden solos” y que hay que buscar alianzas para sacar adelante una candidatura de coalición a favor de la paz.

Por eso, la propuesta que ha ido ambientando es que haya una consulta popular “por la paz”, como la llamó un Senador, entre liberales, La U y sectores independientes como el de Clara López.

El que consiga más votos sería el candidato presidencial y el segundo su fórmula, con el compromiso de que todos los aspirantes hagan campaña por esa ‘coalición por la paz’ de cara a la primera vuelta.

"El mecanismo por el momento es difícil concretarlo. Juntar a todo el mundo no es fácil pero la idea es mirar como se puede hacer la consulta", nos dijo Cristo.

Para atraer a los precandidatos hacia esa consulta, Cristo actuaría como facilitador para realizarla, y ya comenzó a hacerlo.

La Silla supo que, aprovechando su cercanía con los partidos de la coalición por la paz, ya ambientó la idea con Clara López, Humberto de la Calle, Claudia López, Juan Manuel Galán y Antonio Navarro. 

“Acá no se trata de quién es la persona, sino de defender ideas, propuestas, visión de futuro: con Humberto, Clara (López), Claudia (López), Juan Manuel Galán. Hay muchas coincidencias con muchos dirigentes, creo que hay que empezar a buscar coincidencias entre muchos sectores y dirigentes que coincidimos en medio de las diferencias”, dijo Cristo.

Aunque la idea también la tiene el precandidato y senador liberal Juan Manuel Galán (y de hecho la ha compartido con Clara López y con De la Calle), que todos estén de acuerdo con la misma consulta en marzo del otro año tiene inconvenientes. 

Por ejemplo, a De la Calle ha comentado en círculos privados y a congresistas que están con él que no le gusta esa consulta porque los votos llegarían atomizados entre los aspirantes y las demás campañas (sobre todo la uribista), ya tendría una campaña de más de un año de ventaja. 

“No podemos señalar a un candidato en una convención (como querría De la Calle)”, nos dijo el senador Guillermo García, quien dijo que en la convención del partido en septiembre el grupo de Cristo ambientará la propuesta de la consulta.

Y Clara, quien desde ya recorre el país hablando con sectores sociales en calidad de precandidata independiente, piensa aún si lanza su nombre por firmas o inscribe su candidatura por la ASI. De todos modos, aspira a que la gran convergencia ciudadana por la paz gire alrededor de ella. 

Otro inconveniente sería que La U no le jale a esa consulta, teniendo en cuenta que desde febrero, fueron invitados por el presidente Santos a que tengan candidato propio y desde ese momento la candidatura del exembajador Juan Carlos Pinzón comenzó a competir con la del senador y negociador en Cuba, Roy Barreras. 

Mientras Roy considera que la consulta con los liberales es la apropiada para decidir qué aspirante con la bandera de la paz llega a la primera vuelta, los congresistas que apoyan la candidatura de Pinzón (al menos 10 de la bancada de 58) aspiran a elegir por convención al aspirante. 

Y es ahí donde Cristo, acudiendo a sus dotes de malabarista político y constructor de alianzas comenzaría a construir una alrededor de la paz, para que se consolide en marzo. 

Ya sea como aspirante rojo o como facilitador entre partidos, Cristo dijo que renunció porque sabiendo de política electoral tras doce años de congresista y casi tres de ministro no le ve futuro a una candidatura liberal en solitario. Habrá que ver si sin su investidura logra que le copien con la misma facilidad y si lo hace antes de la convención liberal que será cuando se definirán las reglas del juego para 2018.

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