Los ñoños la tienen cuesta arriba en su propia casa

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Como en política uno más uno no es dos, los senadores más votados de la Unidad Nacional santista protagonizan una apretada pelea por el poder en su propio patio: Sahagún, el pueblo de Musa Besaile y Bernardo ‘el Ñoño’ Elías, los congresistas de La U nacionalmente famosos por la mermelada y por su poderosa maquinaria multiplicadora de votos.

Como en política uno más uno no es dos, los senadores más votados de la Unidad Nacional santista protagonizan una apretada pelea por el poder en su propio patio: Sahagún, el pueblo de Musa Besaile y Bernardo ‘el Ñoño’ Elías, los congresistas de La U nacionalmente famosos por la mermelada y por su poderosa maquinaria multiplicadora de votos.

A pesar de esa estructura, de haber conseguido la inédita inversión de casi 70 mil millones de pesos (gestionados por el Ñoño Elías ante el Gobierno Nacional) para obras que se hicieron y modernizaron Sahagún y de tener al actual Alcalde, la carta de los ñoños para la Alcaldía no la tiene para nada cantada, como podría parecer que es lo lógico.

La carta es el diputado de La U Baldomero Villadiego, quien incluso en encuestas internas de su campaña hace dos meses aparecía perdiendo.

Su dolor de cabeza es un candidato que, sin estar apadrinado por una familia poderosa ni contar con la misma máquina de su principal contendor o con congresistas acompañándolo en tarima, se mueve con fuerza y amenaza con romper la hegemonía de los dos apellidos que hoy mandan en el tercer municipio de Córdoba. Los argumentos que usa ese contendor son que las obras de la mermelada no eran prioritarias y que el pueblo no puede seguir gobernado por las mismas familias.

Ese candidato es Jorge David ‘el Davo’ Pastrana Sagre, está avalado por el viejo PIN y paradójicamente ha militado en los grupos del Ñoño y de Musa, quienes dirigen cada uno su casa política aunque vayan en alianza para estas regionales.

Arquitecto sahagunense de 40 años, Pastrana siente que los ñoños lo traicionaron al no cumplirle los acuerdos que alguna vez tuvieron. En el caso del Ñoño Elías, el Davo fue elegido diputado en 2008 con la mayor votación del departamento por el grupo de la Ñoñomanía y esperaba de su entonces jefe político unas cuotas burocráticas que nunca llegaron. Por eso, renunció a La U, cuando aún era permitido el transfuguismo, y buscó paraguas en el viejo PIN en donde se convirtió en director de la colectividad para Córdoba.

Con Musa lo que sucedió fue que Pastrana acordó votar por él a Senado el año pasado, a cambio de que ese congresista lo llevara como candidato a la Alcaldía de Sahagún en estas locales. Aunque los Davistas (como llama el Davo a sus simpatizantes) votaron por Besaile, éste no cumplió su parte porque se alió con el Ñoño Elías.

Como lo contó La Silla Caribe, los ñoños se aliaron luego de acordar que el Ñoño pondría el candidato en Sahagún, mientras Musa decidiría la carta para la Gobernación. Y así sucedió.

El escenario que estos dos senadores enfrentan en su pueblo guarda similitudes con la pelea que protagonizan por la silla principal de Córdoba.

Aunque va arriba en las encuestas, en esa puja por la Gobernación el candidato de los ñoños (Edwin Besaile, hermano de Musa Besaile) enfrenta a un aspirante que también siente que lo traicionaron los poderosos de la clase política tradicional y que -al igual que el Davo Pastrana- ha logrado simpatías y solidaridad por presentarse como el David que pelea contra Goliat.

Ese candidato es Carlos Gómez (avalado a última hora por el vargasllerismo de Cambio Radical), quien perdió el respaldo del grupo del gobernador, que es de La U, Alejandro Lyons, luego de que los ñoños se quejaran en Palacio de Nariño en Bogotá por la división del partido de Santos y de allá le llamaran la atención a Lyons.

En el caso de Sahagún, el Davo Pastrana ha logrado sumar simpatías también por un campeonato de fútbol (que se llama ‘Davo Pastrana’) que patrocina y organiza desde que era concejal. Él se lanzó por primera vez en 2000.

Su campaña está montada en el discurso de que el poder en Sahagún no puede ser para los mismos y que las obras de la mermelada del Ñoño Elías, gracias a las cuales el pueblo (120 mil habitantes) tiene hoy entre otros una ciclovía y un estadio con los que no cuenta ni la vecina capital sucreña Sincelejo, se propusieron al ojo sin tener en cuenta necesidades urgentes.

En las presentaciones que hizo a diario hasta esta semana, montado en una silla plástica por todas las esquinas del pueblo, Pastrana aseguró varias veces a sus coterráneos que “mientras se construyó una ciclovía que pocos usan, el 90 por ciento de los 35 corregimientos de Sahagún no cuenta con alcantarillado”.

La buena recepción de su proyecto se evidencia en que parte de las vallas que hoy empapelan a Sahagún, un municipio que vive y respira política, y que incluso llegó a tener cinco senadores al tiempo, sean del davismo.

Las vallas, los afiches, murales y pancartas son usadas por los sahagunenses para cantar su voto y son pocas las casas que no tienen una.

Pero, según nos contaron dos personas del pueblo que conocen la movida política allí, sobre el Davo hay unas preocupaciones y ruidos. Por ejemplo, está el hecho de que hace cuatro años fue candidato a la Alcaldía (perdió contra el actual Alcalde por 400 votos, luego de lo cual denunció un presunto fraude) con el apoyo del confeso ladrón del cartel de Bogotá Emilio Tapia.

Esa cercanía con Tapia se debe a que el hermano de este candidato, llamado Manuel Pastrana Sagre, fue uno de los hombres de confianza que el cerebro del carrusel se llevó a trabajar como asesor en la capital, justo en la época en que un grupo de empresarios y políticos se robaban la ciudad. Manuel Pastrana, que hace campaña activa por el Davo, no tiene sin embargo ninguna investigación abierta por estos hechos.

Adicionalmente, muchos se preguntan cuál es el papel del cuestionado exrepresentante sucreño Yahir Acuña en la campaña de David Pastrana. Como lo ha contado La Caribe, Yahir es el jefe del viejo PIN, el partido que avaló al Davo, en la Costa e incluso estuvo con el candidato y la senadora Doris Vega (esposa del parapolítico Luis Alberto ‘el Tuerto’ Gil) en un evento público hace unos meses en Sahagún.

Al respecto, Pastrana nos aseguró que su hermano Manuel jamás fue testaferro de Emilio Tapia, sino que simplemente trabajó para él. Y también dijo que Yahir Acuña no lo está apoyando porque el exrepresentante tiene una alianza con Musa Besaile, quien está respaldando a la esposa de Acuña (Milene Jarava de Acuña) a la Gobernación de Sucre. La alianza de Musa con Yahir es cierta y la habíamos contado en La Caribe.

En la orilla de enfrente del proyecto ‘davista’ que tiene en ascuas a los ñoños, y en el que también está supuestamente montado parte del grupo del Gobernador Lyons, está la candidatura del diputado de la Ñoñomanía Baldomero Villadiego.

Baldomero es ingeniero, tiene 48 años y el respaldo con el que cuenta en Sahagún también se evidencia en decenas y decenas de afiches y pancartas por todo el pueblo. A ojo de visitante y a falta de encuestas independientes (las dos campañas dicen tener sondeos que muestran ganador a su repectivo candidato), la cosa parecería estar pareja. Ese, no obstante, no es el escenario que uno imaginaría en el pueblo de los senadores más votados del santismo en todo el país.

La principal bandera de la propuesta del ñoñista tiene que ver con aumentar la inversión social en los rezagados 35 corregimientos sahagunenses, buena parte de los cuales no cuenta ni siquiera con una vía pavimentada.

Este candidato se hizo políticamente de la mano de los exsenadores sahagunenses Salomón Náder Náder y su hijo Mario Salomón Náder Muskus (condenado en 2012 por parapolítica), para quienes trabajó como su mano derecha y dirigiéndoles sus campañas en Córdoba.

De hecho, Villadiego llegó al grupo del Ñoño de la mano del exalcalde de Sahagún y hacendado Ghassan Náder, pariente de esos excongresistas, quien heredó la estructura del otrora movimiento Mipol en el que militaban los Náder.

Fue precisamente luego de la caída de Mario Salomón Náder y del excongresista, también de Sahagún, Reginaldo Montes, ambos condenados por sus relaciones con los paramilitares, que los ñoños quedaron dueños y señores de la política en el municipio.

La continuidad de ese súper poder hoy la representa a nivel local Baldomero Villadiego, quien curiosamente no nació en cuna de oro como sus padrinos políticos sino que por el contrario viene de un barrio popular de Sahagún.

La carrera por la Acaldía, en la que también participa por el uribismo y con menos opción el excontralor de Córdoba Jorge Luis Hoyos Usta, se corre en medio de los rumores por la supuesta lluvia de billete que cae en los barrios de manos de las campañas. Al respecto, davistas y ñoños se acusan mutuamente.

La tensión este domingo de elecciones va a ser total en esta tierra que es musical y sabanera, aunque buena parte del país sólo la reconozca por un tarro de mermelada.

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