Manejo a crisis por versiones de acoso evidencia que prioridad de Quintero es su figura

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Las recientes versiones de acoso y abuso contra el Alcalde de Medellín sacuden su Administración y muestran la importancia que les da a las redes en su ejercicio del poder.

Después de venir andando sobre la miel por su manejo a la crisis del coronavirus, con una gestión reconocida no sólo en Colombia, sino también en medios como The Washington Post, al alcalde de Medellín Daniel Quintero le reventó uno de los escándalos menos tolerados por la sociedad hoy: le salieron unas denuncias por presunto acoso y abuso sexual.

El asunto, que se conoció el pasado martes 16 de junio, se agravó aún más cuando se supo que la Alcaldía se demoró en dar respuesta a los periodistas que hicieron la investigación, de alguna manera entorpeciendo su trabajo; y que una de las estrategias de comunicación en medio del escándalo fue apostarle a exaltar la figura de Quintero como padre, ofreciendo pauta publicitaria condicionada a Caracol Radio, como reveló La W.

Más allá de eso, el manejo que el mandatario y sus funcionarios le han dado a la crisis deja al descubierto que una de las prioridades de Quintero en el ejercicio del poder es resaltar su figura, sobre todo en redes sociales, y controlar todo el tiempo los mensajes que manda la Administración. 

Esto último no sólo con los medios, sino también entre sus funcionarios, algunos de los cuales han salido en medio de versiones de que no fueron lo suficientemente leales con él en redes. 

Entrevistamos a 26 fuentes dateadas, entre funcionarios y exfuncionarios de la Alcaldía, concejales, políticos cercanos, opositores de Quintero, académicos y técnicos que han trabajado con él; para constatar cómo es el poder por dentro de su Gobierno.

Menos pauta y más marketing digital

Mantener control sobre la pandemia del covid estos tres meses que lleva esa crisis, hizo que Medellín fuera reconocida hasta por diarios gringos como The Washington Post como “la ciudad pionera sorpresa” en el manejo del coronavirus, como dice un artículo del pasado 13 de junio.

Con la tecnología como llave mágica de ese éxito, como lo contamos, Quintero ocupó de manera positiva titulares aquí y en el extranjero.

Eso cambió la semana pasada, cuando apareció la primera versión de acoso en una cuenta de Twitter de una mujer que decía que en 2016, cuando era Viceministro de las TIC, el hoy mandatario supuestamente se había masturbado frente a ella sin su consentimiento. A eso se sumó la publicación de otra mujer en Instagram que aseguró que ella también había sido acosada por Quintero en un bar de Medellín en el que era mesera por esa misma época.

Las mujeres decidieron no avanzar con sus denuncias, la primera borró los trinos y cerró la cuenta y la segunda cambió de pública a privada su cuenta de Instagram, pero periodistas de La W y Blu Radio aseguraron que confirmaron que no se trataba de cuentas falsas y hablaron con las presuntas víctimas, quienes tomaron la decisión de no avanzar en las declaraciones por miedo.

El Alcalde se pronunció al respecto por primera vez a través de su Twitter el sábado, la noche antes de que Las Igualadas, un espacio de opinión del diario El Espectador, publicara la historia. Sin referirse explícitamente al asunto, Quintero trinó que “ataques desde cuentas falsas no son contra mí sino contra la honra de mis tres mujeres (esposa y dos hijas)”, y que venían de personas que “quieren vernos caer”. 

El periodista de la ciudad Juan David Ortiz contó, además, que el Alcalde había llamado ese día a Fidel Cano, director del diario y, entre otras cosas, le dijo que había decidido dejar todo en manos de su abogada y que tenían libertad de publicar, pero podían “ser sujetos de acciones legales” si dañaban su reputación.

En medio del escándalo, Telemedellín, el canal público al que la Alcaldía le delegó la función de contratar la pauta, le ofreció a Caracol Radio una por cinco millones de pesos a cambio de hacerle dos entrevistas al Alcalde direccionadas, pero “naturales” (como dijo La W), sobre su paternidad. Eso pasó justo el día en que Ias periodistas Isabel Escobar y Johana Fuentes pensaban publicar la investigación sobre las denuncias. 

Al tiempo, la Secretaría de Comunicaciones de la Alcaldía decidió no responder a los más de cinco periodistas que pidieron declaraciones oficiales (de hecho, tampoco le contestaron a La Silla Vacía para esta historia). 

Y la Alcaldía publicó un video con material de archivo de Quintero y una narración que lo exalta como esposo y papá, por motivo del Día del Padre; y otra nota con el mismo tema y el mismo material se publicó en las redes del noticiero Hora 13, que es un espacio privado dentro del canal público Teleantioquia, en el que la Alcaldía de Quintero pauta. 

Hoy en la mañana Quintero retomó el tema, pero no para responder, sino para retuitear un artículo de Semana en el que citan a la docente y escritora Carolina Sanín diciendo que “hacer una columna por un tuit es muy de otro nivel y es de un grado de irresponsabilidad bastante nefasto", refiriéndose al artículo de Las Igualadas.

La reacción del Alcalde y su equipo de comunicaciones no solo mostró que el mandatario optó por una conversación virtual unilateral, sin cuestionamientos; sino que también dejó en evidencia una estrategia que le apunta a resaltar la figura de Quintero y a intentar controlar lo que se dice, y lo que no, sobre él en medios de comunicación y redes sociales. 

Uno de los recursos a los que acude Quintero para lograr eso es el uso sofisticado y avanzado de las redes sociales, que él mismo ha sabido capitalizar a lo largo de su carrera como activista y político, y que fue clave en su campaña para ganar la Alcaldía (como contamos en este perfil). 

En su defensa por las críticas de querer pagar pauta condicionada, el mismo Quintero reveló que por decisión de él la Alcaldía no pauta hace diez días en medios nacionales y ha gastado en publicidad una sexta parte de lo que gastó la anterior Administración en el mismo periodo; pero sí está pagando por otras estrategias más modernas, por decirlo así.

Estrategias como el contrato que el pasado 2 de abril firmó Telemedellín con una empresa llamada Selecta Consulting Group por casi 90 millones de pesos para que, entre otras cosas, analice las conversaciones en redes sociales y el comportamiento de perfiles específicos en esas redes para medir su impacto social y político. El contrato no especifica cuáles cuentas están midiendo. 

También, la promoción con recursos de la Alcaldía a ciertas publicaciones en Twitter, como el video de la Secretaría de Seguridad en el que la Policía desmiente las acusaciones que hicieron en contra de la entidad de presuntas violaciones sexuales a mujeres capturadas en las protestas del 15 de junio.

Y un “plan de salvamento”, como lo llamó la Administración, a medios comunitarios de la ciudad, propuesto por la Secretaría de Comunicaciones para ayudarlos con plata a cambio de pauta, con el requisito adicional de que estos compartan y le den like a publicaciones del Alcalde, como también se puso de manifiesto en la entrevista de la W.

No es la única movida, distinta a la pauta, a la que le ha apostado Quintero con los medios.

En las últimas horas se conoció la de ofrecer a medios locales publicar contenido de la Alcaldía pasándolo como noticia y no especificando que se trata pauta, como lo aseguró ayer el portal Vivir en el Poblado sobre una propuesta que recibió de parte de Telemedellín en mayo.  

Detrás de esa estrategia está la Secretaría de Comunicaciones, que es la que le da la directriz a Telemedellín para contratar pauta o buscar free press. La dirige Juan José Aux, un joven politólogo que cubrió las elecciones como periodista de El Colombiano el año pasado y renunció para asumir el cargo al lado de Quintero. 

Aparte de Aux, hay otros asesores clave para Quintero en este tema: su asesor de despacho Juan Carlos Upegui, uno de los hombres que más le habla al oído al mandatario, pues además de ser el primo de la primera dama, Diana Osorio, lo acompaña desde que fundaron el Partido del Tomate. Y Felipe Morales, quien llegó hace una semana luego de renunciar a El Colombiano donde fue macroeditor de Actualidad durante tres años. 

Pero más allá de ellos, Quintero es el que lidera su propia estrategia. “Es muy buen comunicador, escucha a mucha gente pero la última decisión la toma él, incluso sin avisarle a nadie”, nos contó por fuera de micrófonos un funcionario que lo ha visto de cerca.

Han sido ideas propias las de los trinos en los que tilda las protestas ciudadanas e investigaciones periodísticas que no le favorecen como “mezquindad” o ataques para que a él le vaya mal

O de “activismo", según nos dijo la periodista Isabel Escobar, como el mismo Alcalde ha tildado su trabajo de los últimos meses.

Frente a eso, la Fundación para la Libertad de Prensa rechazó que Quintero presione o estigmatice a los periodistas que investigan su Administración y alertó sobre ingresos no autorizado a cuentas de Twitter de tres periodistas que han escrito sobre él en la última semana. 

“Él no suelta su celular, es un enfermo del Twitter, él se mete en todas las redes, en Facebook, Youtube, Instagram. Él es un científico de los datos y los analiza a diario, todo el tiempo”, nos detalló sobre Quintero el consultor Jhon Álvarez, mano derecha del expresidente liberal César Gaviria, quien conoce al Alcalde por la relación que éste ha tenido con los Gaviria hace años. 

Justamente, el éxito que ha logrado Quintero en estos meses se lo atribuye a esa estrategia: “Un Alcalde que lo ha hecho bien, que es referente en el mundo, ni siquiera en América Latina, porque ha manejado la pandemia bien, gracias entre otras a que maneja bien las comunicaciones, gracias al poder de las redes sociales”, dijo en entrevista a la W Radio el pasado miércoles.

Otro asunto que evidencia la gran importancia que le da el Alcalde a los mensajes es lo que ha pasado con parte de su gabinete.

Por ejemplo con el hecho de que la Administración haya decidido no darles contratos a dos técnicas a las que se le había prometido sus vinculaciones, según ellas mismas le dijeron a La Silla Vacía, luego de que criticaron en redes sociales algunas acciones de Quintero. (La Alcaldía no quiso hablar para esta historia, así que no pudimos incluir su versión). 

O que el Alcalde haya asegurado en Blu Radio el 20 de mayo que estaba muy contento con todos sus secretarios y no pensaba hacer cambios en él, y al día siguiente haya salido la secretaria de Desarrollo Económico, Paola Vargas. 

Retomando lo de su manejo a la crisis por las versiones de acoso, en la entrevista con La W del miércoles, el Alcalde dijo que no despediría a nadie y que asumía la responsabilidad por lo del ofrecimiento de la pauta condicionada a Caracol, porque, aunque cree que el free press es "maravilloso", dice que no está de acuerdo con usarlo para asuntos personales como su paternidad.

“Yo cuido a mi gente, quiero a mi gente, tengo un buen equipo, es un equipo de gente muy joven, sí, pero aquí todos estamos aprendiendo”, argumentó en la emisora. 

Sin embargo, los cambios que ha habido en su gabinete muestran que, más allá, y como es entendible, Quintero sí busca garantizar una total alineación con sus propósitos.

Uno de los principales tiene que ver precisamente con comunicar y con la información: su bandera de la tecnología. 

Quintero le ha inyectado su dosis de TIC a los proyectos más importantes de la ciudad y con eso pretende resolver los problemas gordos: el desempleo, la delincuencia, la movilidad, la educación y la desigualdad social. 

Hasta los problemas de violencia contra las mujeres. Según nos contó una fuente que hace parte de organizaciones de mujeres, en un consejo de seguridad extraordinario hace una semana, el Alcalde propuso, más como idea suelta que como proyecto estructurado, poner cámaras con sensores en el río para evitar que sigan tirando cuerpos de mujeres allí. 

“No es mala voluntad, sino un asunto de que no acaba de entender las problemáticas y creer que todo lo puede solucionar con tecnología”, nos dijo esa experta.  

Esa ha sido la bandera de siempre de Quintero y con ella pretende, en pocas palabras, cambiar el modelo económico de toda una ciudad alrededor de la ciencia, la tecnología y la innovación, encaminar a Medellín a convertirse en un “Valle del Software” (en esta historia le contamos de qué se trata).

“Tal vez no hemos caído en la cuenta de que tenemos el primer alcalde millennial”, nos dijo un político conservador y amigo de Quintero, para referirse no solo a su edad, sino a ese romance entre el Alcalde y el mundo digital. 

Todo eso lo quiere lograr con un gabinete que muestra la otra impronta de Quintero en el ejercicio de su poder: su capacidad de moverse como pez en el agua entre la política tradicional y lo alternativo.

Aquí y allá

Quintero se vendió en campaña como un alternativo, y aunque sí era la alternativa al uribismo, en la realidad él se mueve entre eso y la política tradicional.

Así lo evidencia su candidatura al Concejo de Medellín por el Partido Conservador en 2007, que haya estado en el Gobierno de Juan Manuel Santos en representación de la casa Gaviria, o que su salida de la campaña de Humberto de la Calle haya tenido que ver con prácticas que no le cayeron bien a ese equipo (precisamente su estrategia política y el manejo de datos de los contradictores de De la Calle).

El gabinete de Quintero es una mezcla entre amigos jóvenes que lo acompañan desde hace años; políticos tradicionales que conoce desde hace tiempo o le ayudaron en campaña; y técnicos de renombre a los que invitó a hacer parte. 

Aparte de su esposa Diana Osorio, a quien Quintero consulta muchas de las decisiones de la Alcaldía, hay un primer círculo de poder y son los que más le hablan al oído. 

Allí está Juan Carlos Upegui, su estratega político, y Santiago Bedoya, un politólogo de 25 años que aunque entró al círculo del Alcalde apenas hace dos años, fue clave en la construcción de su plan de Gobierno y en el Plan de Desarrollo. 

“Ellos interpretan muy bien el lenguaje y el querer de Daniel al momento de tomar decisiones”, nos dijo el director de Planeación Jorge Mejía, quien estuvo en contacto a diario con ellos para armar el Plan final.

Esteban Restrepo es su secretario de Gobierno, goza de la total confianza de Quintero, y manda en el gabinete; también lo acompañan Juan Pablo Ramírez, de Participación Ciudadana; Camila Villamizar, la secretaria privada; Andrée Uribe, la secretaria de Salud, con quien está en contacto a diario por la pandemia, y además tiene la condición de ser pareja de su mano derecha: Esteban Restrepo; y Sebastián González, el subsecretario de Tecnología y hermano de Diego González, amigo universitario de Quintero y actual director de la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU).

Todos ellos tienen en común ser jóvenes y de las entrañas de Quintero, porque lo han acompañado en diferentes trabajos y campañas, y son de toda su confianza. 

Pero Quintero también telefonea y se asesora de otros políticos, menos alternativos, que no están nombrados en la Alcaldía.

Por ejemplo, según nos contó Álvarez, el consultor de César Gaviria, el mandatario llama a ese expresidente de Colombia una o dos veces por semana, “le dice: voy a hacer esto, usted qué piensa, cómo ve esto otro. Le ha pedido agenda”.

Otro político externo clave para Quintero es Carlos Mario Montoya, un conservador que estuvo en su campaña y en la del detenido gobernador Aníbal Gaviria; y a quien el Alcalde le consulta temas de salud (porque es médico) y temas políticos, como la tradición de ciertos sectores y las movidas de las bancadas en el Concejo.

En su gabinete consintió a los liberales; a Óscar Hurtado lo nombró como secretario de Hacienda, un liberal de vieja data y de la casa política del gobernador Gaviria; a Jorge Mejía lo puso en la dirección de Planeación, él es del equipo del concejal liberal Fabio Rivera; y al exconcejal rojo Carlos Mario ‘el flaco’ Mejía, lo nombró director de la Terminal de Transportes de Medellín. 

Al Partido Conservador, en el que inició su carrera política, también le ha dado espacio. Natalia Urrego, secretaria de Infraestructura, es la cuñada del exalcalde godo de Itagüí León Mario Bedoya; Alejandro Arias, secretario de Desarrollo Económico, es del grupo de Gabriel Jaime Rico; Juan David Palacio, director del Área Metropolitana, también es de tradición conservadora y cercano al hermano del Alcalde, el exconcejal Miguel Quintero; y Álvaro Rendón, gerente de EPM, ha sido secretario general de ese partido.

Todos ellos lo apoyaron de frente en campaña y algunos, como Rendón, lo conocen desde hace años: “Fue quien lanzó a Quintero al Concejo por primera vez por el Partido Conservador y le enseñó mucho en sus primeros años dentro de la política”, nos dijo un concejal que los conoce de cerca. 

Además, Quintero ha demostrado saberse mover y armar coalición en el Concejo, en donde hasta ahora solo dos de 21 concejales le están haciendo oposición a su gestión: el uribista Alfredo Ramos y el verde Daniel Duque. 

Desde el inicio de la Alcaldía, el Concejo armó una coalición en la que solo quedó por fuera la bancada del Centro Democrático; pero luego hasta los uribistas, a excepción de Ramos, han estado cercanos al Alcalde. 

“Quince días después de iniciar el Concejo, en enero, hubo una reunión de bancada y una gran mayoría de los concejales querían hacer parte de la coalición de Quintero”, nos dijo un uribista que conoce las movidas del partido en la ciudad. 

Eso en parte porque algunos de ellos ya tenían cercanía con el mandatario. Por ejemplo Albert Corredor, del Centro Democrático, trabajó como su asesor en el Viceministerio de las TIC y luego en la campaña de Humberto de la Calle. O Lina García, del mismo partido, fue la directora de la Empresa de Vivienda de Antioquia (Viva) del exgobernador Luis Pérez, quien es cercano a Daniel Quintero y a su hermano Miguel, también exfuncionario de Pérez. 

Esa cercanía, según esa fuente uribista, ha generado que el Alcalde mantenga a funcionarios que venían de la Administración de Federico Gutiérrez, que gobernó con ese partido, o que los concejales puedan recomendar a sus conocidos para completar nóminas de contratistas en distintas dependencias.  

Mejor dicho, Daniel Quintero ha sabido jugar con burocracia con las reglas de la política tradicional.

Pero la cuota más directa e importante que hasta ahora ha dado es la Secretaría de Inclusión Social, la cuarta con más presupuesto dentro del municipio. En su dirección está Mónica Gómez, del equipo de Luis Bernardo Vélez, exsecretario de esa misma dependencia y actual concejal del movimiento Independientes con el que ganó el Alcalde. 

Además de tener a Gómez allí, la mayoría de propuestas, programas y proyectos en temas de inversión social de esa Secretaría son ideas de Vélez, quien se bajó de su aspiración a la Alcaldía para aliarse con Quintero en campaña y encabezar su lista al Concejo. 

Quintero también ha dado espacio a no tradicionales, como a Jairo Herrán, expersonero de Medellín, excandidato a la Alcaldía de Colombia Humana en la campaña pasada y recién nombrado como director del Museo Casa de la Memoria, tras la salida de la académica Cathalina Sánchez que venía de la Administración pasada.

Sánchez hacía parte de los técnicos sin recorrido político a los que Quintero nombró y hoy siguen; como Lina Gaviria en Cultura, que es una bailarina de renombre y organizadora del Festival Internacional de Danza Contemporánea Medellín-Bogotá;  y Carlos Cadena, un ambientalista y académico reconocido en la ciudad. 

Con todas estas personas, y con una apuesta de frente por figurar en medios y redes sociales como un alcalde estrella, Quintero llega a sus primeros seis meses entre las mieles por su gestión frente a la pandemia y un escándalo cuya magnitud y efectos aún están por verse.

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