Este miércoles, Marta Lucía Ramírez y su Partido Conservador adherirán a la campaña por la Alcaldía de Bogotá de Enrique Peñalosa.
Marta Lucía Ramírez adhiere a Peñalosa
Este miércoles, Marta Lucía Ramírez y su Partido Conservador anunciarán su alianza con la campaña por la Alcaldía de Bogotá de Enrique Peñalosa.
Esta alianza mantiene el ‘momentum’ de Peñalosa, es un mal presagio para Pacho Santos y tendrá en el radar político a Marta Lucía con miras a su objetivo último que es la Presidencia en el 2018.
La Silla supo en exclusiva que este anuncio se hará hoy a las diez de la mañana y que entre Peñalosa y ella han firmado un acuerdo programático de seis páginas alrededor de cuatro temas: lucha contra la corrupción; política especial para la mujer y la familia; desarrollo local integral; y seguridad.
El apoyo de la ex candidata presidencial se venía discutiendo desde hacía meses pero se había demorado porque el Partido Conservador estaba atravesado. Tanto Telésforo Pedraza, el único representante azul por Bogotá, como el senador Efraín Cepeda, querían adherir a la campaña del candidato liberal y de la U Rafael Pardo para fortalecer su candidatura como de la Unidad Nacional. Incluso en julio el Directorio Distrital Conservador anunció su respaldo a la aspiración de Pardo.
Sin embargo, Ramírez y su aliado, el presidente del Partido, David Barguil, lograron reversar el apoyo y llegar con todo el partido donde Peñalosa.
El argumento que utilizaron y que nadie pudo rebatir es que Marta Lucía sacó en las pasadas elecciones presidenciales más de 366 mil votos en Bogotá, cuatro veces más de lo que sacaron todos los conservadores juntos en las legislativas en la capital.
Aunque a decir verdad, el Partido Conservador pesa muy poco en Bogotá. Tiene apenas tres de los 45 concejales, sacó 110 mil votos (menos del 5 por ciento) al Concejo en 2011; solo 63 mil a la Cámara y 86 mil al Senado el año pasado y tiene apenas dos congresistas (el representante Telésforo Pedraza y el senador Fernando Tamayo).
Y con la irrupción del Centro Democrático, en esta campaña se augura que en el improbable caso de que saque al Concejo los mismos votos que sacó a la Cámara, podría quedarse con un solo concejal.
Por eso, el liderazgo de Ramírez es fundamental para la sobrevivencia del partido en Bogotá y Bogotá es clave para ella porque le podría dar una base desde donde arrancar en su carrera a la Presidencia en tres años.
Como ella tiene esa meta clara (desde los 25 años) y es una política disciplinada, desde febrero de este año arrancó una campaña sui generis por Bogotá. Lanzó la ‘Gerencia por Bogota’ para pensar en los problemas de la ciudad y proponer soluciones. Armó una propuesta y la puso en discusión con empresarios, políticos, académicos y líderes sociales. Lo hizo con tal ímpetu que durante varios meses en los corrillos políticos estaban convencidos de que más temprano que tarde lanzaría su candidatura por Bogotá.
Pero no lo hizo. Prefirió más bien adherir a Peñalosa, frustrando las esperanzas que había en el Centro Democrático de que finalmente se inclinaría por Pacho Santos.
Mal augurio para Pacho
Como contó La Silla, Ramírez ha estado muy activa en los últimos meses promoviendo una alianza entre el Centro Democrático con políticos conservadores no santistas en varias regiones, que le permiten al uribismo pensar en conquistar -así sea en coalición- algunas gobernaciones y grandes alcaldías.
La mayoría de estas alianzas, sin embargo, se han dado alrededor de los candidatos conservadores y por eso los uribistas esperaban que ‘en reciprocidad’ los conservadores martalucístas apoyaran a Pacho Santos y Juan Carlos Vélez a las alcaldías de Bogotá y Medellín, respectivamente. Sobre todo porque en ninguna de las dos ciudades los azules tenían candidato propio.
Por eso esta decisión de Marta Lucía de inclinarse por Peñalosa será mal recibida en el círculo uribista y como dijo un analista consultado por La Silla, podría volverse “la cuota inicial de como Pacho terminará, así no sea nominalmente pero sí en voto útil, donde Peñalosa”.
Dado que hay mayor cercanía ideológica entre Peñalosa y Pacho Santos que entre Pacho y Rafael Pardo, si al final la campaña termina siendo muy reñida, como se ve actualmente en las encuestas, mucha gente termina votando no exactamente por el que quería sino por su segunda opción con más chance de ganar.
La alianza con Marta Lucía, ex ministra de Defensa de Uribe y aliada del ex presidente en las últimas elecciones presidenciables, podría reforzar el argumento del ‘voto útil’ para los uribistas a favor de Peñalosa si a medida que se acerca el 25 de octubre se mantienen las tendencias actuales en las encuestas en las que Pacho va de cuarto. Esto sin que Peñalosa tenga que pagar el costo con el votante de centro de ser visto como el 'candidato de Uribe'.
Y aún si esta desbandada no se da y se mantienen fieles a Pacho, la adhesión de Marta Lucía le sirve al candidato de Cambio Radical y firmas en otros dos sentidos.
Primero, le puede granjear más simpatía entre las mujeres, que en la pasada campaña favorecieron mayoritariamente a Marta Lucía. Ser mujer le ayuda, y además la candidata presidencial ha emprendido una estrategia en los últimos meses de empoderar a políticas de base y eso puede traer nuevos votos femeninos a la campaña peñalosista.
Y segundo, fuera de reforzar el discurso de seguridad por su experiencia como ex ministra de Defensa, le puede sumar credenciales a Peñalosa en la lucha contra la corrupción y la politiquería porque aunque ella ha deambulado por varios partidos (como Peñalosa) es vista como una política que no le juega a la politiquería tradicional pues se ha peleado públicamente con varios de los caciques y se ha vuelto una especie de símbolo de rebeldía dentro de los godos.
Pero quizás lo más importante para Peñalosa, además de los potenciales 360 mil votos que Ramírez sacó en Bogotá en las pasadas elecciones y que faltará ver si los puede endosar, es que esta adhesión le prolonga al candidato lo que los expertos llaman ‘el momentum’, que es seguir siendo la campaña donde “pasan cosas”.
Este anuncio viene después del aval de Cambio Radical y la trepada de Peñalosa en las encuestas.
Lo que gana Marta Lucía
Ramírez, por su lado, consigue con esta alianza visibilidad pues aunque llegó donde Peñalosa después de Vargas Lleras, a diferencia del Vicepresidente, ella no tiene ningún impedimento legal para hacer campaña públicamente. Como dijo otra fuente “ella se sube mañana en ese carro con Peñalosa y no la baja nadie hasta el 25 de octubre”.
Estos meses de televisión y de estar en el radar público con sus temas de anticorrupción y seguridad le darán un mayor reconocimiento en el público con miras a las presidenciables. Y en el caso eventual de que Peñalosa gane, “liderará esos temas y tendrá resultados para cobrar”, dijo alguien cercano a ella.
Dentro de su partido, habiéndoles ganado este pulso a los líderes azules de Bogotá, ella pisa fuerte en una plaza que es clave para llegar a la Casa de Nariño y le coge una ventaja a eventuales rivales suyos dentro del Partido como el ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas.
Despejada la incógnita de a quién apoyaría Marta Lucía Ramírez, ahora queda la otra, y es a hacia quién se inclinará la poderosa maquinaria de la burocracia de la Alcaldía de Petro el día de elecciones.