La polémica militarización de Barranquilla, que anunció desde noviembre el alcalde Alejandro Char, finalmente no comenzó el primero de enero. En cambio, arrancará el próximo lunes 15 de febrero. La Silla Caribe conoció detalles de la medida que tiene divididas las opiniones.
Retenes móviles en la militarización de Barranquilla
El alcalde Alejandro Char anunció, tan pronto fue elegido alcalde de Barranquilla, la llegada del Ejército a las calles para combatir la inseguridad.
La polémica militarización de Barranquilla, que anunció desde noviembre el alcalde Alejandro Char, finalmente no comenzó el primero de enero. En cambio, arrancará el próximo lunes 15 de febrero. La Silla Caribe conoció detalles de la medida que tiene divididas las opiniones.
El Ejército entrará a las calles de La Arenosa con un grupo inicial de 150 militares de la Segunda Brigada. Y en llave con la Policía, los uniformados realizarán retenes móviles en la ciudad, especialmente en los barrios donde el Fondo de Seguridad del Distrito tiene identificada una mayor presencia de expendios de droga y pandillas.
Los puntos exactos donde se harán las requisas en las localidades más vulnerables, como las suroriente y suroccidente, no serán divulgados para evitar “poner sobre aviso a los delincuentes”, le dijo un vocero de la Alcaldía a La Silla.
Aunque Char había anunciado la llegada del Ejército para la primera semana de enero, detalles logísticos no hicieron posible que se cumpliera esa primera fecha. Por ejemplo, todavía el Distrito, la Policía y el Ejército están definiendo cómo asumirán el costo del combustible de las camionetas y motos en las que los uniformados harán los patrullajes.
También están por definirse el tiempo que durarán los militares en las calles y el número total de hombres, que podría llegar a los 200 a finales de febrero.
Como contó La Caribe, con esta medida, Char busca contrarrestar las peores cifras de homicidios que ha tenido esa ciudad los últimos cinco años, la mayoría de ellos por intolerancia y enfrentamientos por droga. Situación que es la gran ‘papa caliente’ que su grupo político no ha logrado enfriar estos ocho años que lleva en el poder.
Sin embargo, no han faltado las voces en contra de esa medida. El primero en mostrar su desacuerdo fue el director nacional de la Policía, general Rodolfo Palomino, quien dijo que los ejércitos “están para la guerra”, más en un país en conflicto armado desde hace cinco décadas como Colombia.
Mientras que líderes de opinión de Barranquilla como el ex alto consejero para la Prosperidad Samuel Azout argumentan que las medidas represivas no son la solución. “Los policías jamás podrán acabar con las pandillas; sí podrán la educación y las oportunidades para los jóvenes”, dijo Azout en un trino.