Rey Borbón comienza a descabezar a los que no son suyos

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La semana pasada salieron del Incoder dos subgerentes y dos directores, un mini remezón con el que -durante el primer día que se acababa la ley de garantías- el actual gerente Rey Ariel Borbón terminó de cambiar toda la cúpula que no había llegado con él a la entidad de tierras que es clave en el proceso de paz.

La semana pasada salieron del Incoder dos subgerentes y dos directores, un mini remezón con el que -durante el primer día que se acababa la ley de garantías- el actual gerente Rey Ariel Borbón terminó de cambiar toda la cúpula que no había llegado con él a la entidad de tierras que es clave en el proceso de paz.

En el remezón salieron dos subgerentes con más de una década de trabajo en sus temas: Hernando Londoño, el subgerente de adecuación de tierras que es experto en distritos de riego -uno de los bienes públicos rurales claves en la transformación del campo- y que sonó el año pasado para dirigir el Incoder. Y a Javier Ignacio Molina, el subgerente de asuntos étnicos que ha jugado un papel clave en temas como el acuerdo entre Ecopetrol y los indígenas u'wa por el paso de un tramo del oleoducto Caño Limón – Coveñas.

Con ellos salieron también Ana María Talero, directora técnica de asuntos étnicos, y Óscar Mauricio Cortés, director de informática.

Según supo La Silla, el día después de elecciones hubo una reunión de altos directivos del Incoder a las seis de la mañana. En ese comité de gerencia, Borbón felicitó a Londoño porque su oficina fue una de las pocas sin ninguna observación ni hallazgo en la auditoría de control interno que se había hecho. Unas horas después hubo una segunda reunión con los cinco subgerentes, en la que les pidieron las cartas de renuncia a todos.

Molina pasó la suya y Londoño también, aunque con una fecha posterior porque en la primera semana de julio participaría en un congreso del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (Iica) en Costa Rica que tenía aprobado desde hacía un tiempo. Unos días después se encontró con una resolución que lo declaraba insubsistente, sin motivos claros. A ninguno de los otros tres subgerentes -todos puestos por Borbón- les aceptaron la renuncia.

Como contó La Silla, Borbón ya había hecho un primer remezón en la cúpula del Incoder al llegar a mediados de noviembre y a una semana del inicio de la ley de garantías. En esa carrera contra el reloj, había cambiado a dos subgerentes y cuatro directores. Casi todos los que llegaron son políticos de carrera conservadores y huilenses, como él y su padrino político, el senador Hernán Andrade.

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