El último capítulo de esta relación conflictiva fue el nombramiento de la próxima presidenta del Concejo de Cali, Tania Fernández, del grupo político de la Gobernadora.
Se tensa (aún más) la pita entre Dilian y Armitage
Después de que durante la campaña del 2015 forjaron una insólita alianza, la relación entre el alcalde de Cali, Maurice Armitage, y la gobernadora del Valle, Dilian Francisca Toro, se ha puesto cada vez más tensa.
El último capítulo de esta relación conflictiva fue el nombramiento de la próxima presidenta del Concejo, Tania Fernández, del grupo político de Toro, que tendrá a su cargo la definición de la agenda de la corporación el segundo año de gobierno, cuando pasarán por el Concejo cambios presupuestales claves para Cali.
Esa elección le agrega un ingrediente más a la tensión que se generó desde la posesión de ambos hace 10 meses, cuando Armitage no respetó los acuerdos hechos en campaña para darle representatividad al grupo de Dilian Francisca Toro en la Alcaldía a pesar de que ella lo apoyó. Y que la gobernadora ha aprovechado para meterse por otros lados en las decisiones del municipio y ganar representatividad por su cuenta.
El último capítulo
Tania Fernández es una primípara en el Concejo de Cali y una persona de la entraña de la Gobernadora que tiene en Cali un grupo de tres concejales de La U de los 21 que tiene esa corporación. Llegó en reemplazo de su prima hermana, Norma Hurtado, que hoy está a la cabeza de la secretaría general de la Gobernación, nombrada también por la gobernadora y asumirá la presidencia del Concejo en enero.
Aunque era un cargo que ya estaba cantado que tendría La U por los acuerdos que se hacen cada cuatro años en el Concejo, que la nombraran a ella incomodó a la Alcaldía de Armitage.
Precisamente por lo cercana que es a la Gobernadora y porque según una fuente de la Alcaldía, Armitage estaba buscando que nombraran a alguien con más experiencia y que mostrara renovación en la forma de hacer política en la ciudad.
“Fue un nombramiento apresurado, eso generalmente se da en noviembre. Y nombraron a una primeriza para marcar un paso en la carrera. A Armitage lo vencieron”, dijo la fuente que pidió la reserva de su nombre.
Que llegue al Concejo una ficha de Toro es un dolor de cabeza para Armitage por varias razones.
Su relación hasta ahora con el Concejo ha sido complicada, como se demostró en la aprobación del proyecto de la reforma institucional que él pedaleó para modernizar el aparato de la Alcaldía y crear nuevos cargos para apalancar su plan de desarrollo y tener ahora una apadrinada de Dilian no lo hará más fácil.
Esa reforma empezará a aplicarse el próximo año y como propone la creación de las nuevas secretarías y puestos, probablemente desatará una nueva puja burocrática entre el Concejo y la Alcaldía . Y coincidirá con el momento en que la Alcaldía de Cali tiene pensado pasar por el Concejo la aprobación de unos cupos de endeudamiento de 120 mil millones de pesos para educación y otros 200 mil millones para obras de infraestructura.
En Cali, el Concejo sólo tiene un peso real en las decisiones de la Alcaldía que tienen que ver con el presupuesto. Y cuando el alcalde necesita facultades para hacer modificaciones tanto de porcentajes como de tiempos para usar la plata, justo lo que quiere hacer Armitage.
“Ahí es cuando realmente el concejo cogobierna y cuando el alcalde los necesita”, le dijo a la Silla un ex concejal.
Hasta ahora, Tania Fernández ha dicho que va a mantener una buena relación con el Alcalde. Y la Gobernadora le negó a La Silla Pacífico que ella fuera a intervenir en las decisiones de Cali vía Fernández.
“Yo no me meto en eso y nunca me he metido en eso. Ella es juiciosa, estudiosa, además fue una votación de todos los concejales. No tengo tiempo para meterme en el concejo de Cali”, dijo.
Aunque aclaró: “claro que voy a trabajar en Cali con las comunidades porque en Cali también votaron por mí y Cali pertenece al Valle. Lo que quisiera es que todos los alcaldes, incluyendo al de Cali, trabajáramos juntos para sacar adelante al Valle y recuperar el liderazgo”.
Sin embargo, lo que anticipan cinco fuentes que conocen de cerca las movidas políticas en Cali y en el Valle es que se intensifique la tensión entre ambos mandatarios vía Concejo, que podría terminar con que Armitage ceda a darle representación política en Cali a Dilian Francisca Toro y a otros grupos políticos. Y que fue la razón por la que empezó a agriarse la relación entre ambos.
Lo que habría detrás de la intención de Dilian de meterse en Cali, según tres de esas fuentes, es ampliar las bases de su grupo político que no es todavía muy fuerte en la ciudad para, en las próximas elecciones, lanzar un candidato propio a la Alcaldía.
“A Armitage le va a tocar tragarse el sapo”, dijo una de las fuentes que pidió no ser citado porque tiene una relación laboral con la Alcaldía.
“El Alcalde va a aflojar. Mientras siga perdiendo gobernabilidad va a tener que abrir espacios burocráticos y de dirección, sobre todo cuando se acercan las elecciones al Congreso”, dijo otro.
“Yo no me quiero referir a ese tema ahora. Esperemos que la cosa empeore o se ponga peor, como dicen en Boyacá”, le dijo a La Silla Pacífico el alcalde de Cali, Maurice Armitage, refiréndose a su relación con la Gobernadora.
Los antecedentes
Desde el primer día, la relación Dilian – Armitage comenzó mal. Luego de que la gobernadora decidiera apoyar al entonces candidato independiente a pesar de que su partido, La U, tenía de candidato oficial al ex vicepresidente Angelino Garzón.
Ese acercamiento parecía improbable porque, mientras él insiste en que la suya era una campaña cívica y empresarial, impulsada por su narrativa del ‘empresario de la reconciliación’, ella es una veterana política de carrera que lidera una de las maquinarias más disciplinadas del país y que es conocida como la baronesa de la salud por haberla convertido en uno de sus fortines burocráticos.
Después de que el presidente Santos le pidió que lo apoyara, se configuró un acuerdo tácito de que si ganaba Armitage, Toro tendría representación en su gobierno.
El apoyo a la campaña de Armitage llegó, como contó La Silla, a través de la directora de Coldeportes y mano derecha de la hoy gobernadora, Clara Luz Roldán, que movió a sus líderes sobre todo del sector deporte para apoyar el nombre del Alcalde.
Roldán venía de ser la ex secretaria del deporte en Cali durante el gobierno de Rodrigo Guerrero y candidata a la Alcaldía en competencia con Armitage. Por eso, lo que se esperaba en la Cali política era que ese cargo, que va a manejar 65 mil millones de pesos en los cuatro años, quedara en manos del grupo político de Dilian Francisca Toro.
Sin embargo, Armitage desde el principio, quiso mostrar que su gobierno tendría un carácter apolítico, (a pesar de que como contó La Silla, el empujón de la maquinaria de Toro le sirvió para ganar).
Por eso, nombró al administrador de empresas Silvio López, que según El País, fue una sugerencia de una de las hijas del Alcalde.
“Él dijo de frente que no iba a amarrar su gabinete a ningún acuerdo. A ella se le dejaron sus cuotas pero se ha bajado el perfil. Han quedado operarios básicos, los subdirectores [y directores] se peluquearon”, dijo una fuente de la Alcaldía.
Aunque en la administración de Armitage hay personas cercanas a Toro, empezando por el secretario de Bienestar Social, Esaúd Urrutia, que tiene un contacto directo con las comunidades de la ciudad, no son totalmente de la cuerda de la Gobernadora, según cuatro fuentes consultadas por La Silla Pacífico. Por eso, la deuda sigue pendiente.
“Armitage le debe el pago de esa secretaría y mientras eso no pase no va a haber cooperación”, dijo una de ellas.
La ‘falta de cooperación’ ha quedado en evidencia en los últimos 10 meses cuando Dilian Francisca Toro se ha metido en la política caleña, despertando la molestia del Alcalde que siente que se le están metiendo al rancho, según supo La Silla. Más cuando, como le dijeron a La Silla cinco fuentes consultadas para esta nota, el norte de la Alcaldía de Armitage no es claro y salvo la reforma institucional que ya logró aprobar pero que aún no ha entrado en vigencia, no ha hecho cambios visibles en Cali.
“Yo lo único que he hecho es hacer algo que me comprometí en campaña y que quedó en el Plan de Desarrollo y es apoyar a Cali en obras, programas y proyectos que beneficien a la comunidad”, le dijo Toro a La Silla Pacífico.
Lo ha hecho por ejemplo, cuando propuso crear un impuesto para ayudar a financiar la política de seguridad del municipio, luego de que, en los primeros meses del año –y según una fuente que conoce de cerca la situación- el Alcalde no tomó decisiones rápidas frente al aumento de los delitos en Cali.
A Armitage no le gustó la idea y respondió, dejando en evidencia los roces con la Gobernadora.
“Yo no le 'jalo' a ese proyecto. Estoy en contra, lo he dicho desde hace rato. Yo no tengo problema con que le cobren impuestos a los estratos ricos de Cali. Con lo que no estoy de acuerdo es que al Municipio se lo grabe con impuesto para alejar a los comerciantes y a los empresarios de la ciudad, que harán que Cali no sea una ciudad competitiva", dijo el Alcalde en ese momento.
O la semana pasada, cuando Toro se reunió por cuarta vez con representantes de nueve de las 22 comunas de la ciudad en sus “conversatorios ciudananos”, en las que oyó las “principales preocupaciones de los caleños”, según informó su oficina de prensa. Y luego de tres horas de oírlos, les prometió obras sobre todo en deporte, y “le llamó la atención” al subcomandante de la Policía, Coronel Javier Martín Gámez, por la inseguridad en la ciudad, un tema local que suele ser más del resorte de los alcaldes.
Además, hay rivalidad porque la Gobernación está manejando un volumen importante de recursos de temas claves para la ciudad como el agua, que suelen ser manejados por la Alcaldía de Cali.
Se trata de unos 5.800 millones de pesos, que le próximo año podrían llegar a ser 15 mil -según una fuente de la Administración- del Sistema de General de Participaciones que recibe la ciudad para el manejo de agua potable y saneamiento básico. Y que la ciudad perdió a mediados de agosto luego de que la Superintendencia de Servicios Públicos, tomara la decisión de descertificar al municipio porque no entregó unos documentos a tiempo.
Todo eso, sumado ahora a la nueva presidenta del Concejo, ha aumentado en la Alcaldía de Cali la sensación de que Toro “se quiere apoderar políticamente de la ciudad y por eso presiona por todos lados”, como le dijo a La Silla una alta fuente de la Alcaldía. Una alcaldía que todavía, en cambio, no ha mostrado muy claramente para dónde va.