Tres cosas que deja ver el informe de cultivos de la ONU en el Pacífico

Silla Pacífico

A 2017, según la ONU, en el Pacífico hay más de 65 mil de las 171 mil hectáreas de coca sembrada en el país.

El auge de las disidencias y bacrim, y un aterrizaje forzoso de los planes de sustitución, algunas de las causas de este hecho

La primera parte del informe del Sistema de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci) de la oficina de la ONU contra la droga y el delito (Unodc), ratificó lo que ya las comunidades, gobiernos regionales y militares sabían de antemano: los cultivos crecerían en el Pacífico.

La medición (cuyos datos por municipios por primera vez no fueron publicados en el resumen ejecutivo que fue entregado ayer en Bogotá), muestra que de las 171 mil hectáreas que hay en todo el país, 65.917 están en los cuatro departamentos del Pacífico, es decir, el 38.54 por ciento del total nacional.

1

Lo poco que se salva en Nariño viene de Tumaco

Que Nariño sea el departamento con más cultivos y que Tumaco concentre la mayor cantidad de hectáreas del país no es una sorpresa, teniendo en cuenta que durante 2017 las disidencias tuvieron su auge en la región, principalmente la de Guacho, la de David y la presencia del Clan del Golfo y el ELN.

Sin embargo, comparado con la medición de 2016, en Nariño el cultivo creció solo 3.100 hectáreas (de 42.627 de 2016 a 45.735 en 2017), lo que representa la tasa de crecimiento más baja del país, con un 7 por ciento.

Solo lo supera Meta, que creció solo un 2 por ciento, pero allá hay menos de 5.600 hectáreas.

Además, en el mapa general sobre la disminución de las hectáreas, en Nariño se concentra una cantidad importante que supondría las zonas de Alto Mira y Frontera, en Tumaco; una disminución de cultivo similar ocurrió en otros departamentos como Guaviare, Norte de Santander y Meta.

Según datos de la oficina de la ONU que conoció La Pacífico y que ayer no salieron en el informe, a 2017 las hectáreas cultivadas en Tumaco llegaron a 19.516, casi 3 mil menos de las que había en 2016; mientras que en Barbacoas, el segundo municipio con más coca de Nariño, subió de 3.359 hectáreas en 2016 a 4.590 en 2017. 

Ese bajo crecimiento se debería a dos razones: el resultado del programa de sustitución que aterrizó forzosamente en Nariño y la erradicación forzada de la siembra.

Según nos dijo Harold Ruíz, quien dirige la coordinación de la sustitución desde la Gobernación de Nariño, a diciembre de 2017 (fecha de corte del informe) se sustituyeron voluntariamente 7 mil hectáreas de las familias del sector de la Carretera y del consejo comunitario de Alto Mira y Frontera.

Un representante de ese consejo comunitario nos confirmó que ya lograron la erradicación de un 100 por ciento de las hectáreas que 4.800 familias tenían cultivadas, con verificación de la ONU y este mes reciben el tercer pago por esa labor.

Mientras que el Ministerio de Defensa dice que en Tumaco ha erradicado a la fuerza 15.500 hectáreas al 31 de diciembre de 2017, lo que explicaría que en ciertas zonas rurales del principal municipio cultivador de coca del país haya zonas donde disminuyó la siembra.

Ese levísimo avance, de todos modos, no tapa las preocupaciones de la zona con casi 46 mil hectáreas del país, que representan el 27 por ciento del total nacional.

Desde la Gobernación y los consejos comunitarios hay información de que existe resiembra de la mata, que podría llegar al 80 por ciento de los casos donde se arrancó previamente, según el gobierno regional.

“No sabemos de dónde sacan las cifras, porque cuando vienen los militares ellos cortan las matas, pero no las sacan de raíz, eso hace que vuelvan a crecer. Si las cifras de la ONU las sacaron con satélite, pueden ser engañosas porque el ‘zoqueo’, no elimina el cultivo”, nos dijo un miembro de Asominuma, que está en 33 veredas de Alto Mira y Frontera donde no ha llegado la erradicación.

Además, las mediciones de la ONU confirman que los cultivos se mantienen y crecen en zonas de influencia de las disidencias, bandas criminales y ELN, que mantienen el narcotráfico como su principal negocio.

En eso no solo está Tumaco, sino la región del centro y norte del departamento por el litoral pacífico, donde sí hay incremento generalizado.

Como contamos hace menos de dos semanas, por esta región, específicamente en El Charco (4.630 hectáreas a 2017), en plena frontera sur del Cauca, las disidencias de David y de Guacho se disputaban el control de una nueva ruta de coca con salida directa al mar Pacífico y por donde también hay laboratorios de procesamiento de la pasta, según reportes de la Defensoría del Pueblo a julio de este año.

 

2

En Cauca habría subregistro y no aterrizó la sustitución

Aunque la situación del Cauca no tiene el mismo impacto de Nariño, el informe de ayer mostró que se mantiene como un corredor clave de la coca hacia el litoral Pacífico.

Entre 2016 y 2017, la siembra creció un 27 por ciento, pasando de 12.595 hectáreas en 2016 a 15.960 en 2017.

Especialmente en el centro y en el sur del departamento hay presencia del ELN y también de carteles y narcotraficantes extranjeros, como confirmó el mismo informe de 2016 y el informe de disidencias de la Fundación Ideas para la Paz de este año.

Argelia precisamente fue epicentro de una masacre este año de ocho personas y que, como contamos en esta historia, se asocia a la pelea entre el ELN y carteles extranjeros de entrar a controlar las rutas del narcotráfico que desembocan por López de Micay y que ya a inicio de año había dejado 18 muertos.

Allí, como nos confirmaron dos fuentes en terreno y un exfuncionario del programa Pnis, persisten cultivos ilícitos y además, laboratorios de cristalización de la pasta, clave para el negocio ilegal.

A eso se suma que allí no existe todavía un acuerdo de sustitución de cultivos y solo en Argelia, cálculos de asociaciones campesinas y campesinos cocaleros dan cuenta de al menos 11 mil familias cultivadoras que podrían acceder al programa.

Según nos dijo el diputado de Marcha Patriótica, Jonathan Patiño, oriundo de Argelia, puede haber incluso un subregistro en la región. Mientras según reportó la ONU para 2017 las hectáreas en Argelia llegaban a 1.956, en el territorio hablan de casi 10 mil.

Se basan en que hace dos meses hicieron un barrido por las veredas del municipio y verificando con líderes y presidentes de juntas comunales.

A hoy, el programa de sustitución está en fase de preinscripción.

 

 
3

Que haya cultivos en los cuatro departamentos es una prueba de fuego para Cali

El Pacífico es la única región del país donde los cuatro departamentos que la componen tienen cultivos de coca, lo que supone un reto en seguridad para la tercera ciudad del país, Cali.

La capital del Valle es receptora de población de todos los departamentos, pero además, “paga todos los platos rotos del narcotráfico en el Pacífico”, según nos dijo el secretario de Seguridad de Cali, Andrés Villamizar.

Eso se ve reflejado en el índice de homicidios en la capital que supera la media nacional y cuyas causas van desde riñas callejeras hasta venganzas entre grupos narcotraficantes, bandas de microtráfico y pandillas incluidas en el negocio ilegal.

Por eso ayer desde la Alcaldía se pidió apoyo del Gobierno Nacional para controlar la situación.

Y por estos mismos platos rotos que paga la capital es que tanto el alcalde Maurice Armitage, como la gobernadora Dilian Francisca Toro fueron de los primeros mandatarios regionales que respaldaron la polémica medida de incautar la dosis mínima de droga e incluso Armitage pidió prohibir el porte de esa dosis.

“Claro que toda la zona del norte del Valle, además de la zona de Jamundí, Santander de Quilichao y el norte del Cauca impactan en lo que pase en Cali y hay una correlación de los cultivos con el negocio del microtráfico”, nos dijo, a su turno, una alta fuente del programa de sustitución de cultivos en Valle.

En lo que tiene que ver con el programa de sustitución, en Valle solo Jamundí, Buenaventura y Florida no hubo acuerdo con los campesinos.

 

 
Compartir
0