El nuevo secretario de Seguridad de Maurice Armitage tiene el reto de reducir las cifras de homicidios, que ya superan las del mismo periodo del año pasado.
Villamizar aterriza en Cali con un reto cuesta arriba
Andrés Villamizar se convirtió hoy en el quinto secretario que manejará la seguridad en la administración de Maurice Armitage, luego de una interinidad de casi tres meses. Más allá de las críticas regionalistas por venir de Bogotá, el nuevo Secretario recibe una ciudad con un índice de asesinatos que ya superó el promedio del mismo periodo del año anterior y en aumento.
La aterrizada
Villamizar es un economista bogotano egresado de los Andes, especialista en asuntos públicos del Externado, con una maestría en seguridad nacional de la universidad de Georgetown en Estados Unidos.
A inicios de la década pasada trabajó en el Ministerio de Defensa, a inicios de esta década en el Ministerio del Interior como subdirector de Seguridad Ciudadana, fue director de la Unidad Nacional de Protección, gerente de la campaña de Enrique Peñalosa en Bogotá, director de la fundación Azul Bogotá que defendió la obra del Alcalde ante la revocatoria impulsada en parte por la oposición de su antecesor Gustavo Petro y en los últimos meses estuvo en la campaña de Germán Vargas Lleras y Juan Carlos Pinzón, de quienes ha sido cercanos durante su vida profesional.
Aunque en Cali detractores del Alcalde y precandidatos a su sucesión criticaron que el nuevo funcionario fuera foráneo (como lo hicieron Roberto Ortíz que se lanzará por firmas y también Jorge Iván Ospina, que buscará la aspiración por los Verdes), lo cierto es que desde la renuncia de María Ximena Román en marzo, Armitage buscó por fuera de Cali su reemplazo.
Esto, según nos dijo una persona cercana al Alcalde, para darle perfil al cargo y hacer lobby para las necesidades de la ciudad que dependieran del Gobierno, principalmente del que va a ser elegido la próxima semana.
En principio el primer opcionado fue Jairo García Guerrero, subsecretario de seguridad de Bogotá. Incluso su nombramiento fue anunciado por medios a inicios del mes pasado. Pero el nombramiento, al que Armitage le consultó a su colega de Bogotá, Enrique Peñalosa, se truncó porque renunció el secretario de seguridad de Bogotá, Daniel Mejía y García Guerrero tuvo que devolverse para reemplazarlo.
Para ese momento, a Villamizar, según dos fuentes de la Alcaldía, ya le habían ofrecido el cargo, a través de la secretaria de Gobierno, Lina Sinisterra, una de las manos derechas de Armitage y la encargada por él de buscar el reemplazo de María Ximena. No obstante, Villamizar no aceptó en ese momento por estar en campaña.
Tres fuentes, dos de la Secretaría de Seguridad y otra de afuera que dice saberlo de primera mano, nos dijeron, por aparte, que otro nombre que estuvo entre los opcionados fue el de Mauricio Jaramillo, exalcalde de Chapinero en Bogotá y actual director de fortalecimiento social de vendedores ambulantes de Metrocali.
Incluso, su nombramiento fue ventilado con altos mandos de la Policía Metropolitana y se daba como un hecho dentro de esa Secretaría.
Aunque no supimos las razones por las cuales el nombramiento de Jaramillo se cayó, lo cierto es que la semana pasada, luego de la primera vuelta presidencial, el nombre de Villamizar volvió a activarse y tras una reunión con Armitage, aceptó el cargo.
“Fue más importante para el Alcalde mi perfil, mi experiencia en temas de seguridad nacional que las críticas de que no soy de la región. Bienvenidas las críticas, no pretendo llegar a imponer nada”, nos dijo Villamizar.
Pero más allá del debate regionalista y de cómo llegó el nuevo Secretario, el reto hacia adelante es importante, teniendo en cuenta que la capital del Pacífico atraviesa una de sus épocas más violentas.
Reducción de homicidios: el reto cuesta arriba
Cali es la principal capital del Pacífico y receptor de desmovilizados, víctimas del conflicto y miembros de grupos narcotraficantes ante el aumento de cultivos ilícitos en el sur del Pacífico, además de la aparición de disidencias en Buenaventura (a dos horas de Cali) y de disidencias en el norte del Cauca, todo un reto en seguridad ciudadana, que hasta ahora no ha podido contener la actual administración.
Así las cosas Villamizar recibe la ciudad con un índice de homicidios que ya superó las 500 muertes violentas en los primeros cinco meses del año, especialmente en marzo y abril donde se presentaron 128 y 118 homicidios, respectivamente, según datos del Observatorio de Violencia de Cali y que bajó en mayo (89 asesinatos) en parte por la ley seca impuesta el fin de semana del día de la madre y la primera vuelta presidencial.
Esto pese a la implementación del plan Fortaleza, la estrategia de Armitage y la Policía para atacar los principales focos de atracos, homicidios y riñas de la capital.
Incluso en el tercer fin de semana de implementación a mediados de marzo, en la ciudad hubo 19 muertos y en los primeros dos meses del año al menos 140 asesinatos fueron relacionados a criminalidad o venganzas entre bandas criminales.
A eso se suma que el año pasado hubo 14 mil denuncias por atracos y en el primer trimestre de este año hubo 1.047 robos de vehículos en la capital (la tercera a nivel nacional según Asopartes luego de Bogotá y Medellín) y cada día hay 20 denuncias de robo de celular.
Así las cosas, el reto de Villamizar, según nos dijo, es bajar la tasa de homicidios, buscar con el Gobierno Nacional que llegue que Cali tenga 5 mil cupos carcelarios más para lo que se requieren recursos estatales, aumentar en al menos 2 mil uniformados el pie de fuerza de la ciudad (actualmente hay 8 mil policías) y poner en pleno funcionamiento las 1.400 cámaras de seguridad que tiene el municipio.
Retos para los que, al menos en el tema de Policía, cámaras y cupos carcelarios, dependerá del Gobierno Nacional que llegue y que actúe en los 18 meses que le queda a la actual administración para mostrar resultados.