Uribismo dilata objeciones, pero se pega tiro en el pie con el Plan

Silla Paisa

Uribismo logró dilatar, una vez más, votación de objeciones a la JEP en el Senado, pero al tiempo le apretó los plazos al Plan, que se discutirá hoy en Cámara.

Como lo venía haciendo desde hace una semana larga, el uribismo logró ayer seguir dilatando la votación en Senado de las objeciones presidenciales a la ley estatutaria de la Jurisdicción Especial para la Paz JEP, columna vertebral de los Acuerdos de Paz con las antiguas Farc, que por votos van rumbo a hundirse.

La paradoja es que, con ello, le apretó aún más los tiempos al Plan Nacional de Desarrollo del Gobierno, que se discutirá luego de la JEP y tiene plazo para ser votado hasta dentro de una semana.

Aunque en la Cámara, en donde las objeciones ya fueron votadas y se hundieron, el presidente Alejandro Chacón citó a plenaria para discutir el Plan hoy a partir de las 8 de la mañana, esa movida podría terminar mutilando parte clave del proyecto.

La sesión de casi ocho horas ayer en el Senado se convirtió en una feria de la dilación, en la que los protagonistas no fueron los votos y sus argumentos, sino los impedimentos y las recusaciones, que al final terminaron por llevar el debate a un estancamiento y citación para hoy a las 2 de la tarde.

El Gobierno estuvo en todo momento presente, buscándole apoyos a las objeciones, con una guardia pretoriana de ministros, entre los que estaban la del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez y hasta el canciller Carlos Holmes.

En La Silla detallamos en un twitterazo en vivo cómo, en un principio, se empezaron a votar los impedimentos de los senadores que, en su mayoría, argumentaban no poder votar las objeciones por tener relación cercana con alguna persona interesada en acogerse a la JEP.

Aunque eran muchos, y se generó una duda respecto a si quienes estuvieron impedidos en el debate de la estatutaria en 2017 lo seguían estando ahora, el trámite se estaba llevando a cabo.

De repente, el uribista presidente del Senado Ernesto Macías terminó recusando al senador opositor del Polo Iván Cepeda, debido a que este no se declaró impedido (la esposa de Cepeda trabaja en la JEP, pero el Senador había advertido que no se declararía impedido por ello).

La recusación de Macías abrió la puerta a nuevas recusaciones desde otras orillas, en respuesta a la suya.

Puntualmente, el senador de La U, y uno de los más férreos defensores del Acuerdo, Roy Barreras, recusó a Macías y al jefe del uribismo Álvaro Uribe.

Al primero por haber puesto una tutela contra el trámite de las objeciones en la Cámara (Macías asegura que primero debieron tramitarse en el Senado), y al segundo porque fue el líder del No en el plebiscito de los Acuerdo de Paz.

Al final, fueron siete los senadores recusados. Aparte de los anteriores congresistas: el mismo Roy Barreras (recusado por el uribista Santiago Valencia por haber sido negociador de paz con las Farc), el conservador Laureano ‘el Gato volador’ Acuña (recusado por no declararse impedido, aunque luego sí se leyó su impedimento, basado en que tiene un familiar que está siendo investigado por falsos positivos) y los uribistas Fernando Nicolás Araújo y Ciro Ramírez (porque su padre es víctima del conflicto y porque su padre fue condenado por parapolítica, respectivamente). Los tres últimos recusados todos por Wilson Arias del Polo.

Frente a tantas recusaciones, el presidente de la comisión de ética, el liberal Miguel Ángel Pinto, citó hoy a las 9 de la mañana a esa célula  para que escuche la defensa de los recusados y tome una decisión.

Todo esto sucedió en medio de los reclamos de la oposición, defensores de los acuerdos, que criticaban la demora y pedían votar enseguida, en respuesta a la clara estrategia dilatoria que ha venido liderando el uribismo y también porque saben que están los votos para hundir las objeciones.

Aunque, las intervenciones de los opositores, al presentar impedimentos o recusaciones, también fueron extensas y alargaron aún más.

Cerca de las 9 de la noche, un senador nos contó off the record que “la falta de voluntad para votar es tal” que Macías le anticipó que definitivamente no se tomaría decisión sino que se correría el debate para hoy, como efectivamente sucedió minutos después.

El rumor que empezó a correr entonces en el Senado es que Macías se había movido porque tiene la expectativa de que la tutela que puso contra el trámite de las objeciones en la Cámara -que ya fue admitida- se resuelva en las próximas horas y obligue a la votación nuevamente entre los representantes.

Así nos lo contaron dos senadores por aparte, al término de la jornada de ayer.

Si eso sucediera, una vez hundidas hoy las objeciones por el Senado, la estatutaria de la JEP no podría pasar a sanción presidencial, sino que tendría que mantenerse en el Congreso, hasta que la Cámara vote.

Pero ese escenario aún es hipotético, pues depende de la decisión del juez que falle la tutela.

En cualquier caso, con su apuesta para enredar el trámite de la JEP, el uribismo podría estar también pegándose un tiro en el pie respecto al Plan de Desarrollo, que tiene los tiempos justos.

El efecto en el Plan 

Con lo de ayer, el Plan de Desarrollo pierde un día para su discusión en el Senado.

La idea inicial de Planeación y de Hacienda era presentarlo ayer lunes, y empezar el debate simultáneamente en la plenarias de Cámara y Senado hoy para que, en el escenario más optimista, estuviera aprobado esta semana y pasara a conciliación entre lunes y martes.

Ahora, el Gobierno corre el riesgo de que, por la complejidad de los temas que quedaron pendientes para debatir, la discusión se demore más de lo previsto y termine poniendo al Ejecutivo en una carrera contrarreloj para pasar uno de los proyectos más importantes de esta Administración.

Esto porque entre los artículos que tienen que debatir tienen proposiciones pendientes sobre asuntos polémicos, como el plan de inversiones del Plan, las facultades extraordinarias para que el Gobierno restructure el Estado, los aranceles a los textiles y el plan para salvar Electricaribe.

Además de los debates de los temas complejos, hay que contar que en las plenarias se deben discutir también impedimentos y la ponencia de los verdes para hundir el Plan, lo que podría tardar hasta un día.

Aunque la Cámara de Representantes puede arrancar con el debate, mientras el Senado resuelve el chicharrón de las objeciones de la JEP, la estrategia planteada por el presidente Chacón, para avanzar rápido en el trámite, puede además terminar mutilando el proyecto al que le apuesta el presidente Iván Duque.

Para avanzar más rápido en el debate, Chacón nos contó que les envió una carta a las comisiones de la Cámara, hace dos semanas, para que se reunieran y revisaran los artículos que tenían que ver con temas de sus comisiones y definieran una lista con aquellos que consideran que no deben ser tramitados vía Plan de Desarrollo si no a través de una Ley ordinaria.

La idea es que estos artículos que presenten las comisiones se voten en bloque y negativo, con lo que se reduciría el número de temas a debatir.

El Presidente de la Cámara agregó que aunque no tenía las cartas a la mano, recordaba que la comisión Séptima había enviado una lista con 17 artículos y la Sexta otra con 15 artículos, y entre todas las comisiones sumaban unos cincuenta artículos.

Nos dijo también que entre los artículos listados por la Comisión Séptima estaban varios relacionados con los temas pensionales que se incluyeron en el Plan, que han sido polémicos desde que se empezó a tramitar la ley, y que según la Comisión deben ser discutidos en una ley aparte.

“No tenemos problemas para tramitar el Plan, no somos un palo en la rueda. Lo que no puedo permitir es que sustituyan al Congreso”, nos dijo Chacón.

Pero en la práctica, de llevarse a cabo esta estrategia sería un golpe duro para el Gobierno, porque no podría pasar todas las minirreformas que propuso en su proyecto de ley.

Además ratificaría que la Cámara de Representantes como un territorio hostil para el Gobierno, donde no tiene las mayorías aseguradas, donde también se hundieron proyectos claves como las objeciones a la JEP y la lista cerrada para elecciones al Congreso, corazón de la reforma política presentada por el Gobierno el año pasado, como lo contamos aquí.

Aún si se logra aceptar esta proposición, y se tumban de tajo 50 artículos del Plan, quedarían pendientes por debatir más de 130 artículos que tienen proposiciones que quedaron pendientes del debate anterior, los impedimentos y la ponencia alternativa del Partido Verde.

En todo caso, por ahora, los tiempos dan. En especial porque si se logra debatir y aprobar en la Cámara, el Senado podría adoptar el texto y agilizar así el trámite, aunque no sea el proyecto ideal para el Gobierno. Algo parecido a lo que sucedió con la Ley de Financiamiento que terminó definiéndose así.

El peor escenario para el Gobierno es que, por ejemplo si la tutela de Macías obligara a la Cámara a votar de nuevo las objeciones, o por alguna otra dilación, los plazos se cumplan y no se alcance a votar su Plan.

En este más remoto caso, el Gobierno podría aprobar por decreto el Plan de Inversiones del primer proyecto de ley radicado en el Congreso, y abriría un debate jurídico sobre qué artículos del plan pueden considerarse parte del Plan de Inversiones, y cuáles no.

En las próximas horas se aclararán los caminos, tanto de la JEP como del Plan. De momento, algo ya es claro: en su afán por hundir la primera, la fuerza del Gobierno está golpeando sus propios intereses.

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