Varias elecciones estaban supuestamente cantadas. Estos son seis casos en los que se pateó el tablero.
Los seis totazos de estas elecciones
Varias elecciones estaban supuestamente cantadas. Estos son seis casos en los que se pateó el tablero.
Todas las encuestas daban como ganador al uribista Alfredo Ramos, hijo mayor de Luis Alfredo Ramos, exdirigente conservador, exalcalde de Medellín (1992-1994) y exgobernador de Antioquia (2008-2011).
Pero, como hace cuatro años, esas encuestas se pifiaron, aunque mostraron un crecimiento paulatino de un segundo candidato (al que también le iban llegando algunos políticos). Y ganó: es el exviceministro de TIC Daniel Quintero Calle con el 38 por ciento y una votación de 303 mil votos; Ramos sacó un poco menos del 30 por ciento, con 235 mil votos.
Quintero fue candidato al Concejo de Medellín como conservador, luego saltó al Partido Verde y en 2013 fundó un movimiento que se llamó el Partido del Tomate, con el que se lanzó a la Cámara pero se quemó. Fue director de Innpulsa y viceministro en MinTic, de David Luna. A finales de año empezó a recoger firmas con su movimiento Independientes con el que llegó a la Alcaldía
Su victoria muestra que Ramos no pegó como candidato, que el uribismo no es tan fuerte en Medellín y que una campaña creativa y fuerte en internet puede sorprender.
En Palmira estaba en juego la hegemonía del “caicedismo” de la gobernadora Dilian Francisca Toro, liderada por el notario tercero de Cali, Jorge Caicedo (cuñado de Dilian). La ficha de ese grupo era el contador y exdiputado Luis Alfonso Chávez, que venía de ser asesor de la gobernadora Toro y también, como cuota del cuñado de la mandataria, gerente de la empresa Vallecaucana de Aguas.
Pero ganó el verde Óscar Escobar por menos del uno por ciento. Con 61 mil votos (40,84 por ciento) le ganó a Chávez, que sacó un poco menos de 60 mil votos (39,97 por ciento).
Escobar era director de tecnología de Maurice Armitage y con el apoyo de Sergio Fajardo se lanzó por primera vez a cargo de elección popular con un discurso anti maquinaría y anti corrupción.
Cúcuta era manejada desde La Picota por el condenado Ramiro Suárez Corzo, que en 2015 eligió a su ahijado, César Rojas, con una maquinaria que bautizó la ‘mancha amarilla’. Este año su apuesta era Jorge Acevedo, de la Coalición “Cúcuta para todos” y el respaldo de La U y Cambio Radical.
Pero ganó el ingeniero civil y empresario, Jairo Yañez, que se estrenó en la política.
Inicialmente fue precandidato del Centro Democrático pero se retiró porque tenía que invertir dinero en una encuesta para elegir al candidato definitivo, así que llegó a los verdes a último minuto. Tuvo el respaldo público de varios empresarios de la región como el del popular exalcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández, y del excandidato presidencial Sergio Fajardo, y ganó de forma totalmente sorpresiva.
El panorama para la alcaldía de Cartagena no era muy alentador porque los dos punteros eran los cuestionados Yolanda Wong (La U), que tiene una imputación penal por presunta corrupción, y William García (Colombia Justa Libres) con una investigación disciplinaria en la Procuraduría. Entre ellos estaban divididas las casas políticas tradicionales, varias de ellas lideradas por corruptos y parapolíticos, que han puesto los alcaldes cuestionados del pasado.
Por eso fue un gran palo William Dau Chamatt, un abogado primiparo en la política que llegó a convertirse en el alcalde de Cartagena con el 29,13 por ciento de los votos. Detrás de él quedó García con el 26 por ciento de los votos y Wong solo obtuvo el 11 por ciento.
Como La Silla Caribe contó, Dau iba en ascenso por el eco que genera su discurso anticorrupción en una ciudad que ha tenido 12 alcaldes, entre titulares y encargados, en una década.
Dos de sus propuestas de anticorrupción son el concurso artístico y musical "El baile del corrupto" o vender a fondos buitre (empresas extranjeras que se dedican a comprar deudas a precios bajos y litigan para cobrarlas a precios altos), los derechos de reclamo por delitos de corrupción, para que éstas se encarguen de quitarle el dinero a los corruptos.
Los punteros para la alcaldía de Jamundí eran los exalcaldes Marleny Muñoz (Liberal), con el apoyo de ASI y Cambio Radical y alcalde en 2007 y 2009; y William Sicachá (La U). Muñoz, quien fue representante de Cambio Radical y tenía el apoyo del conservatismo.
Como contó La Silla Pacífico, el alcalde Edgar Yandy le hizo campaña de frente a Muñoz, pero terminó ganando, uno de los novatos, el verde Andrés Felipe Ramírez con el 29.61 por ciento de los votos. Ramírez tuvo el apoyo de Sergio Fajardo y del representante Catalina Ortíz. Abajo del concejal y ahora alcalde de Jamundí quedó Muñoz con el 27 por ciento.
En la campaña para la alcaldía de Buenaventura había diez candidatos, cuatro de ellos iban punteando.
Eran Ligia del Carmen Mosquera, de La U y aliada de la gobernadora Dilian Francisca Toro; el exconcejal y verde Jaime Marínez, Héctor Copete, que se lanzó por quinta vez con al aval de Aico; y Víctor Vidal, representante del Comité Cívico de Buenaventura y del candidato del Polo y de Colombia Humana.
Finalmente ganó el Comité que en 2017 paralizó a Buenaventura por 21 días, una prueba de que una movilización social puede cristalizar en un movimiento electoral victorioso.