Peñalosa alebresta a los ambientalistas antes de la Van der Hammen

Silla Cachaca

La decisión del Alcalde de Bogotá de meter ciclorrutas en los humedales se suma a al menos otras cinco que lo enfrentan con los defensores del medio ambiente. Y con eso los prepara para la pelea mayor: la de urbanizar la Reserva Forestal del Norte.

El reciente decreto del alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, que permite la construcción de ciclorrutas en los humedales no sólo alebrestó de nuevo a los ambientalistas, sino que se sumó a otras cinco decisiones que le han servido a ese movimiento social para calentar los motores del debate que pinta más fuerte, debido a su magnitud: el de urbanizar la mayor parte de la reserva Thomas Van der Hammen, en el norte de la ciudad, con el fin de construir casa para 450 mil familias.

Para hacerlo, el Alcalde debe lograr que la CAR apruebe su proyecto de modificar los límites de la Reserva, para lo que necesita primero que el Ministerio de Ambiente defina los términos en que debe presentar esa propuesta. Espera que eso sea en las próximas semanas. Y si la CAR le da luz verde, Peñalosa incluirá el proyecto en el nuevo Plan de Ordenamiento Territorial, que debe discutir el Concejo el año entrante.

Por lo pronto, estas seis decisiones ya tienen a los ambientalistas, uno de los grupos que primero comenzó a organizarse dentro de la oposición a Peñalosa, organizados contra la Alcaldía en veedurías, mesas de discusión e incluso en los tribunales poniendo demandas. La administración responde que sus políticas tienen sustento técnico.

(Haga clic en cada pestaña para desplegar el contenido de cada decisión)

La decisión: El 20 de octubre Peñalosa firmó un decreto que modifica la política Distrital de Humedales (que creó Lucho Garzón en 2007), para que en ellos se puedan construir obras como ciclorrutas, senderos para bicicletas, alamedas, plazoletas, luminarias y adoquinados.

La controversia: Los ambientalistas que hacen parte de la Mesa Distrital de Humedales (un espacio en el que se encuentran con la Alcaldía) cuestionan la decisión por considerar que no es claro el impacto de obras de ese tipo en esos ecosistemas, por más que el secretario de Ambiente, Francisco Cruz, argumente que en caso de hacerlas servirán para “recreación pasiva”, es decir, de bajo impacto.

El otro argumento de la Alcaldía es que el POT vigente, del 2000, sí permite esas obras en los humedales, por lo que la Política definida en 2007 no podía prohibirlas.

En qué va: La decisión ya está tomada, aunque desde la semana pasada comenzó la discusión en la Mesa Distrital de Humedales (en la que no fue discutido antes). Sus integrantes de la sociedad civil anunciaron que insistirán en que el Distrito les presente un plan detallado de lo que pretende hacer en los humedales.

 
Compartir
0