El gavirismo en el Magdalena no dio ni Jota

Silla Caribe

En esta foto aparecen la representante Kelyn González y el exdirectro de Planeación, Simón Gaviria.

Una Representante cercana a los Gaviria definió las listas y por eso el exmagistrado liberal Jota Vives decidió meter su candidato por La U.

 

El malestar que causó, al interior del liberalismo, la forma en la que el expresidente de ese partido César Gaviria armó las listas al Congreso llegó al Magdalena. Y podría terminar costándole una curul en la Cámara a los liberales.

La historia tiene que ver con una disputa de poder local rojo entre el exmagistrado del CNE Joaquín José ‘Jota’ Vives, uno de los principales líderes liberales en ese departamento, y la actual representante liberal Kelyn Johana González (pareja y heredera política del excongresista Rodrigo Roncallo, investigado por parapolítica).

Resulta que Jota esperaba tener influencia en la conformación de la lista a Cámara del Magdalena (como la tuvo en las legislativas pasadas), pero quien terminó definiendo los candidatos fue González, quien hace parte del gavirismo y es especialmente cercana al hijo del expresidente: Simón Gaviria, exdirector de Planeación.

Eso llevó a que Vives decidiera lanzar a su candidato a la Cámara por el Partido de La U y no por su tradicional partido.

Ese candidato es el exdiputado liberal Francisco Porto Infante quien, tras el periodo de modificaciones, apareció con el número 104 de la lista de La U.

Porto fue diputado del Magdalena por el Partido Liberal desde el 2003 hasta el 2013 cuando renunció para lanzarse a la Cámara en 2014 con el apoyo de Jota Vives. En esas elecciones, quedó, con 17.381, en el cuarto lugar de la lista liberal, que fue la más votada en el departamento y obtuvo dos de las cinco curules. Luego fue director del Partido Liberal en Santa Marta y jefe de debate de Vives en su campaña a la Gobernación en 2015.

Su aspiración por los rojos podría haber tenido fuerza debido a que el actual representante liberal Jaime Serrano desistió de su reelección a la Cámara, con lo cual se abría un espacio.

“Esa lista la hicieron al antojo de Kelyn González. Eso lo hizo Gaviria para darle juego al grupo de Simón.”, nos aseguró un liberal que conoce bien las movidas de esa colectividad en tierra magdalenense, pero prefirió que omitiéramos su nombre.

En efecto, González y Simón Gaviria son cercanos desde que el esposo y jefe político de la primera, Rodrigo Roncallo, fue compañero en la Cámara del exdirector de Planeación entre 2006 y 2010.

Su amistad es tal que, a mediados del año pasad y antes de que Simón se fuera a hacer una maestría en Harvard, el hijo del ex presidente se reunió en el apartamento de Roncallo con él y trece congresistas liberales, incluyendo los representantes Mauricio Gómez, Fabio Amín y Silvio Carrasquilla.

Roncallo publicó una imagen del encuentro en redes sociales refiriéndose a Simón como “futuro Presidente”.

La movida de Jota Vives -quien el año pasado fue decisivo para que las directivas del Partido Liberal en Magdalena fueran más del lado de Serrano que de González, y que hace dos años obtuvo 119.560 votos en su campaña a la Gobernación- disminuye los chances de los liberales de repetir la hazaña de lograr las dos curules que sacaron en el 2014.

Primero, porque le quita votos al liberalismo para sumárselos a la lista de La U, liderada por Hernando Guida, primo del exministro Sergio Diazgranados.

Eso, sumado al hecho de que Jaime Serrano, quien con 28 mil votos fue el más votado de la lista, ya no va, hace que sea más difícil que logren los 93 mil apoyos que hace cuatro años les permitieron ser el partido más votado del departamento.

Así las cosas, la apuesta del gavirismo por fortalecer a sus aliados podría terminar costándole un puesto a su partido en las legislativas de este año.

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