Ambos vencieron al uribismo en Antioquia, son liberales y no tienen jefes políticos, pero hay tres cosas que los diferencian.
Aunque rodeado de los mismos, Aníbal Gaviria no se parece a Luis Pérez
Foto: cortesía Gobernación de Antioquia
Luis Pérez y Aníbal Gaviria, que esta semana se reunieron para arrancar el proceso de empalme entre sus administraciones, tienen cuatro cosas en común: ganaron la Gobernación de Antioquia con el grueso de la clase política a su alrededor; ya habían gobernado; son liberales; y vencieron al uribismo en su casa, con la misma ficha, Andrés Guerra.
Pese a todas esas similitudes, hay tres cosas que muestran que Gaviria no gobernará como Pérez.
Eso encontramos tras hablar con nueve políticos que los conocen a ambos porque han hecho parte de su gabinete, los han apoyado en campaña o son sus rivales. Todos ellos nos hablaron bajo condición de anonimato.
Pérez manda solo, Gaviria suele delegar
La primera diferencia entre Pérez y Gaviria es en su estilo de liderazgo. El primero toma más decisiones en solitario, y el segundo las analiza en equipo, según coincidieron por aparte cinco de nuestras fuentes.
“Luis Pérez tiene los proyectos privilegiadamente en su cabeza. Gaviria empodera más a su equipo en la concepción de los proyectos”, nos dijo un político exfuncionario de Pérez.
El ejemplo concreto es cómo asignan proyectos de inversión a los 125 municipios del Departamento.
Gaviria, cuando fue gobernador, armaba una vez al año una feria en el centro de eventos Plaza Mayor, de Medellín, llamada “jornada de acuerdos municipales”.
Allí los alcaldes y líderes de los municipios, luego de estudiar los proyectos bandera del Plan de Desarrollo, viajaban a la capital y conversaban con cada secretaría del Departamento para acordar proyectos específicos.
En cambio, Pérez discute personalmente los proyectos para los municipios a través de su programa “Café con el Gobernador”, que consiste en una cita en su despacho con el Alcalde y los concejales de cada municipio.
En esa reunión discutían y priorizaban los proyectos que necesitaba cada municipio.
Luego, Pérez se los comunicaba a sus secretarios de despacho, y él mismo les hacía seguimiento.
Pérez ha hecho 122 cafés con el Gobernador, uno por municipio.
Otro ejemplo, que nos puso un diputado, es que mientras este atiende a los diputados que gestionan proyectos para los alcaldes de su cuerda, Pérez se compromete directamente con los alcaldes, dejando de lado una de las tareas que dan poder a los diputados.
“Aníbal reconocía públicamente, con nombre propio, las iniciativas que uno como corporado tenía. Luis Pérez agradece a la Asamblea en general por aprobarle cosas”, nos contó esa fuente.
Aparte, Pérez tiene un círculo cerrado de asesores que encabeza su hermano Mario, como contamos en esta historia, pero sin el peso de que tienen con Gaviria personas como Juan Esteban Álvarez, quien administra parte de los negocios privados de su familia, o Luis Alfonso Bravo, quien asesoró a nivel jurídico a Guillermo Gaviria y a Aníbal en la Gobernación y en la Alcaldía.
Ese estilo de gobernar de Gaviria con la participación de muchas personas, contrasta con Pérez que se manda solo; algo que también se refleja en la elección del gabinete.
Entregan distinto los cargos
Como Gaviria no es ficha de un gamonal, sino que heredó el capital político de su hermano, el exgobernador inmolado Guillermo Gaviria, no se le debe a nadie, pero se rodea de muchos aliados con maquinaria para llegar al poder.
Tal cual lo ha hecho Pérez, quien no tiene una estructura propia, y suele gobernar con coaliciones de varios colores.
Pero les dan juego burocrático de forma distinta: Gaviria elige a su gente en compañía de sus consejeros, y Pérez se encarga él mismo de cortar la torta burocrática.
Nuestra fuente exconcejal nos puso un ejemplo: “Aníbal dice: ‘Yo necesito un jefe de Planeación del Área Metropolitana’. Los concejales le podían llevar las hojas de vida que quisieran. Podía tomar una decisión de ahí, o escoger a alguien de él”.
Eso es porque, coincidieron tres de nuestros políticos consultados, Gaviria busca más que todo gente técnica.
Otra fuente nos recordó que, cuando llegó a la Alcaldía de Medellín en 2012, “tomó prestadas” de EPM varias funcionarias de carrera para su gabinete, como Alba María Quintero, su secretaria General; Alejandra Vanegas, secretaria de Gestión Humana; y Ana Milena Joya, secretaria de Medio Ambiente y luego subdirectora ambiental del Área Metropolitana.
Aparte, la elección de su gabinete la suele discutir con su gente más cercana como su esposa Claudia Márquez, su hermana Irene Gaviria, Luis Fernando Suárez Vélez, quien fue su vicealcalde y es el coordinador del empalme con la actual Gobernación, y su amigo personal Juan Esteban Álvarez.
Ese último, según nos contó un político cercano a él, también está atento a la milimetría política en su gabinete.
Gaviria también suele llamar personalmente a los políticos para invitarlos a ocupar cargos concretos, según coincidieron tres de nuestras fuentes, que lo saben de primera mano.
Una de ellas, un excandidato que le hizo un guiño en un artículo de prensa a pocos días de las elecciones de 2011, nos contó que “una semana después de ganar, me llamó y me ofreció ‘tal’ cargo” (no lo nombramos porque la fuente nos pidió reserva).
El estilo de gobernante que delega también se nota en los nombramientos: cada secretario es el que define mandos medios y funcionarios de sus dependencias. Por esa autonomía para administrar la burocracia, nos contó un diputado actual, “a los políticos les va mejor con Gaviria que con Luis Pérez”.
Eso es porque el actual gobernador está pendiente de a quién se nombra en todo tipo de cargos; y su criterio es que sean personas de confianza.
Incluso, cuando elige nombrar cuotas políticas, las escoge sin avisarle a sus padrinos.
“Cuando arrancó su gobierno, armó su gabinete sin consultarle a nadie. Fue una decisión autónoma de él”, nos dijo otro diputado que apoyó a Pérez, a quien, según nos contó, le nombraron un amigo sin que él se enterara.
Además, añadió, su relación es directa con los políticos más poderosos, y también con los menos. “Si tú llamas a Luis Pérez y le dices “doctor, estoy aguantando hambre”, allá te busca una plaza y te la da”.
“Uno le manda a Luis Pérez 15 o 20 hojas de vida a través del secretario privado o general, y ya él va escogiendo”, nos contó el diputado que siente que Gaviria consiente más a los políticos.
Pérez es protagonista, Gaviria no tanto
Un punto en el cual coincidieron las personas con las que hablamos para esta historia, es que ambos gobernantes “piensan en grande” y le apuestan más que todo a los proyectos de infraestructura, como más vías secundarias, terciarias y veredales, y el puerto de Urabá.
Gaviria ha dicho que fortalecerá en las regiones la Universidad Digital, uno de los proyectos bandera de Luis Pérez; y apalancará el Ferrocarril de Antioquia, que está en el Ministerio de Hacienda esperando buenas noticias sobre su financiación.
Las propuestas de ambos son ambiciosas.
Las de Pérez, más tangibles, como construir más de mil kilómetros de placas huella, o inaugurar un autódromo y un “Central park” en Bello. Las de Gaviria son más sociales, como ampliar la cobertura de la Gerencia de Seguridad Alimentaria Maná, o reducir los homicidios a su índice más bajo.
Pero la diferencia clave entre ambos gobernantes la marca la crisis de Hidroituango, frente a la cual Pérez atizó las críticas a EPM como socia de la empresa promotora y responsable de su construcción, y le empezó a cobrar por los retrasos de la obra.
En cambio, como durante la Alcaldía de Gaviria se tomaron decisiones claves del proyecto -como el cierre de los túneles de desviación y la aceleración de la obra- su tono frente a Hidroituango será más suave y conciliador.
Pero más allá del megaproyecto, Gaviria suele ser “más cerebral” y Pérez “más atrevido”, como nos dijo nuestra fuente exfuncionario de Pérez.
Uno de los diputados que consultamos nos lo dijo así: “Ambos piensan en grande, solo que Aníbal no lo dice”, (el eslogan de la gobernación de Pérez es “piensa en grande”).
Por eso, mientras que Pérez es más protagonista a través de ruedas de prensa, cartas al Gobierno Nacional, denuncias por presunta corrupción y regaños públicos a sus funcionarios; el estilo de Gaviria lleva menos peleas y más silencio.