El hermano confidente, el puente de Luis Pérez con Vargas

Silla Paisa

Mario Pérez es una de las figuras clave de la campaña de Germán Vargas en Antioquia.

En el debate presidencial del miércoles pasado en Medellín el director de la Luciérnaga, Gustavo Gómez, hizo una serie de videos detrás de cámaras. En uno de ellos le toma del pelo a Germán Vargas, al presidente de Cambio Radical Jorge Enrique Vélez, y otro hombre que los acompaña, en el pequeño comité del final del debate.

Ese tercer hombre, que no es conocido, es el hermano del gobernador de Antioquia, Luis Pérez, y una de las pocas personas que le habla al oído, el que de cuando en cuando le dice “Parale bolas a esto, te estás equivocando en aquello” y que, incluso, gerenció su campaña a la Gobernación en 2015.

Hace unas semanas Mario entró a la campaña de Germán Vargas, según le confirmaron a La Silla Paisa por aparte Jorge Enrique Vélez y un excandidato al Congreso de Cambio Radical por Antioquia.

Lo hizo “para liderar el proceso en una especie de gerencia. Es como el jefe de debate de Vargas en Antioquia. Siempre que Vargas está aquí, él está”, le dijo a La Silla el segundo, que nos pidió no citarlo. “Nos acompaña a reuniones con la gente, va a los municipios, a visitar los concejales”, nos explicó Vélez.

Por eso, que Mario esté de frente en la campaña de Vargas, “totalmente aquí”, en palabras de Vélez, muestra que a pesar de que su sobrino Nicolás sea senador electo del uribismo y cada vez esté más cerca del Centro Democrático, Luis Pérez mantiene sus buenas relaciones con Vargas, su aliado de vieja data.

Pero, más allá de eso, muestra también la importancia de su hermano en medio del hermetismo que caracteriza al Gobernador.

Poder a voces 

A Mario Pérez en la gobernación lo tratan de ‘doctor’. No tiene contrato alguno que lo vincule con la gobernación de Antioquia y procura ser invisible cuando recorre los pasillos de La Alpujarra. A Mario poco le importa figurar en público. “Él se cuida mucho de opinar sobre política”, le dijo a La Silla Guillermo Mejía, amigo personal de Mario y asesor jurídico de Luis.

Tampoco le gusta hacer alarde del poder que su hermano tiene “No es como un mayordomo que sale a decir en todas partes que es familiar del gobernador”, nos dijo Jhon Jairo Roldán, representante liberal.

Aún así, el nombre de Mario Pérez es comidilla política. Incluso, su nombre llegó a sonar entre amigos como posible candidato al Senado, rumor que desmintieron en su momento el gobernador y el mismo Mario. La Silla habló al respecto con más de veinte fuentes.

Ellas pertenecen o han pertenecido al gabinete de Luis Pérez, son políticos que lo han apoyado en campaña, diputados, concejales y congresistas rojos, azules, de Cambio Radical y de oposición, asesores políticos, analistas y periodistas.

La mayoría pidió reserva de su identidad. “No quiero que Luis se llegue a molestar por lo que yo diga sobre su hermano”, nos dijo una de ellas. “Al interior del gobierno hay mucho celo y mucho cuentecito”, nos dijo otra para justificar su off the record. Entre las fuentes que intentamos contactar está Mario, por supuesto. Lo buscamos directamente y a través de su esposa, pero ambos nos bloquearon de Whatsapp.

Él ignoró nuestras llamadas y su esposa nos dejó esperando respuesta para una cita. Por su parte, el gobernador negó cualquier participación de su hermano en su gobierno. “Mario nada tiene que ver con lo público, ni le gusta. Suficiente tiene mi familia conmigo en el gobierno”, dijo, y advirtió que relacionarlo con su administración es “una muy mala telenovela”.

Estratega y confidente

Las opiniones de Mario no son determinantes ni vinculantes pero sí las escucha el Gobernador y eso, en el caso de Luis Pérez, no se puede decir de casi nadie más. No es activista político (solo esta vez, que está metido en la campaña de Vargas), pero respalda en silencio todos los proyectos de su hermano. Sugiere alianzas políticas, comportamientos, actitudes.

Es ‘luisperista’. “Ama al gobernador, le ayuda en lo que necesite, pero su rol ha sido sobreestimado en los chismes de pasillo”, le dijo a La Silla Rodolfo Correa, ex asesor de la campaña de Pérez y de la gobernación, que conoce a Pérez desde hace 15 años.

A pesar de que sus allegados abogan por preservar su bajo perfil, es un hecho que en 2015 Mario gerenció la campaña de su hermano. Y lo hizo “porque le dio pesar ver lo desordenadas y riesgosas que son las campañas”, le dijo el Gobernador a La Silla.

Una vez metido el ruedo político, Mario y su esposa aportaron 203 millones de pesos para financiar la campaña. Junto con los 200 millones de pesos que le prestó el exparlamentario y periodista condenado por narcotráfico Luis Javier Castaño y los 194 millones que aportó Cambio Radical, el Partido de Vargas, estos tres aportantes sumaron el 75 por ciento de la plata reportada al Consejo Nacional Electoral.

Además de manejar la plata de la campaña, Mario intercedió para incluir a los conservadores en las discusiones programáticas cuando decidieron apoyar a Pérez, según le dijo un azul -que hoy es funcionario de la Gobernación- a La Silla, y fue el enlace para la publicidad en los municipios. Sin embargo, nunca se subió a una tarima a dar discursos. Aunque ahora, con Vargas, a tarima sí se sube.


 

La contienda terminó con el 39 por ciento de los votos de Antioquia, con una ventaja del 10 por ciento sobre Andrés Guerra, el candidato de Álvaro Uribe, y un 20 por ciento sobre Federico Restrepo, el de Sergio Fajardo. Con el sabor de la victoria, Mario Pérez encabezó la comisión de empalme antes del relevo en el gobierno.

Ya en la Gobernación, Mario se ha ganado un espacio al lado de Luis que nadie más tiene dentro de la Alpujarra. Cinco fuentes coincidieron en que Mario es la puerta de entrada para acercarse al gobernador. Dos personas que están dentro de la Gobernación y de la Asamblea y tres políticos del departamento dijeron, además, que él es el que atiende a excandidatos, concejales y alcaldes que vienen de las regiones antioqueñas a buscar un espacio con el gobernador.

“Es como un ‘primer damo’, es el ‘primer gestor’”, le dijo a La Silla un exalcalde del Occidente antioqueño y que suele visitar al Gobernador en su despacho: “Cuando un alcalde llega con un proyecto, el Gobernador le pide que se lo muestre al hermano para que dé el visto bueno. Él dice: ‘Si le gusta a mi hermano, me gusta a mí’”, agregó.

“Mario es el filtro, el colador, por quien tiene que pasar el que desee acercarse a Luis Pérez”, nos dijo una fuente conocedora de las dinámicas de poder en Antioquia, que insistió en querer quedarse por fuera de micrófonos. “Pérez cada vez va cerrando más su círculo, y quién define quién entra y hasta dónde, es Mario”.

Un señor de bajo perfil

Mario es administrador de negocios de la universidad Eafit y se dedica a comprar, urbanizar y vender predios en el Oriente Antioqueño. También es el representante legal de Aromas de Colombia, una sociedad constituida hace 32 años dedicada a fabricar, distribuir, importar y exportar jabones, detergentes, perfumes y artículos para tocador. Pero según le dijo su esposa a La Silla, la empresa no funciona desde hace varios años.

Mario y Luis hacen parte de una familia conformada por ocho hermanos oriundos de Cañasgordas, Occidente Antioqueño. Cada uno tiene roles bien definidos. Mejía y personas consultadas cercanas a los Pérez Gutiérrez coinciden en que Luis Pérez es el referente, el líder, el “visionario”, el que siempre va de saco y corbata, camisas finas de colores y bien peinado.

Mario, en cambio, es el consejero, el prudente, el intelectual, el ‘sabio’, el que se viste informal y sencillo. El que no habla mucho, pero escribe cuentos, teatro, poemas y toca el saxofón. Mario no se monta en carros oficiales ni en helicópteros y no suele asistir a eventos sociales. Por eso su presencia llama la atención cuando aparece en público, y más si lo hace con vestido elegante.

Ahora suele visitar el piso 12 de la Gobernación, donde está el despacho de su hermano. Va directo a las oficinas de las dos personas del gabinete que trabajan más cerca del gobernador: Iván Echeverri, el secretario privado, y el asesor Guillermo Mejía. A ellos les gusta leer los escritos de Mario y al mismo tiempo le ayudan a entender problemas jurídicamente espinosos, como la puja entre Antioquia y Chocó por Belén de Bajirá.

En ese círculo de confianza también entra Iván Correa, a quien el gobernador le confió la Fábrica de Licores, uno de los grandes fortines de Antioquia.

Ellos han ocupado varios cargos públicos y han hecho parte del selecto círculo de Pérez, pero no son más que ejecutores de sus ideas ambiciosas. “Luis no tiene un equipo de constructores de ideas, sino de ejecutores”, nos dijo Rodolfo Correa. Y ninguno de ellos logra acercársele tanto como su hermano.

Aunque le gusta enterarse de lo que pasa, opinar sobre las decisiones que se toman y a veces hace propuestas, no se mete en asuntos de gobierno. “Está vigilando desde afuera y está pendiente de lo que se dice y de lo que no se dice en medios”, nos dijo otra fuente cercana al gabinete y al gobernador.

“Mala telenovela” o no, el hermetismo con que Luis Pérez gobierna da lugar a que quienes lo rodean se pregunten quién es su mano derecha o, al menos, quién puede traspasar la barrera de su confianza. Y arman mitos a su alrededor. Mario es esa persona: un hombre invisible, ajeno al mundo de los votos pero sí al de la administración, a quien el poder que no se ha comprobado se lo da la cautela y la autonomía de su hermano menor.

Además, ahora, en plena campaña presidencial, es la figura que prueba que Luis Pérez y Germán Vargas siguen muy cerca.

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