El fantasma de corrupción del Quindío comienza a afectar al uribismo

Silla Paisa

El expresidente Álvaro Uribe se reunió con todos los precandidatos del Centro Democrático en Quindío.

Por rupturas dentro del Partido, corren el riesgo de repetir la historia de hace cuatro años para las elecciones de octubre. 

Pese a que el expresidente Álvaro Uribe visitó la semana pasada a su partido en el Quindío y se reunió con los casi 70 precandidatos inscritos para las próximas elecciones locales, el Centro Democrático todavía no cuenta con fichas fuertes para octubre. Por el contrario, se empiezan a sentir las fracturas internas.

Eso, porque las relaciones de algunos uribistas con las casas políticas que gobiernan hace más de ocho años, la de la exalcaldesa Luz Piedad Valencia y la exgobernadora Sandra Paola Hurtado, ambas investigadas por presunta corrupción, está generando choques que pueden debilitarlo para la contienda electoral.

El nombre que evidenció la ruptura

Algunos militantes quisieron aprovechar la visita del senador Uribe y del único representante uribista del departamento, Diego Javier Osorio, para preguntarles quién le había recomendado al Gobierno Nacional para la dirección del DPS departamental a Héctor Marín, exsecretario y exasesor del gobernador conservador Carlos Eduardo Osorio.

Pero no pudieron porque Uribe solo habló en una rueda de prensa corta y luego se encerró a escuchar a los precandidatos.

La pregunta surgió desde hace dos semanas, cuando apareció su nombre publicado en la página de Presidencia.

Es relevante porque un sector del uribismo quindiano se indignó de que fuera alguien cercano al gobernador Osorio y no a ellos, que desde el año pasado sienten que no les han dado espacio en las entidades nacionales, como contamos.

Más porque el DPS se convirtió en una despensa de apoyos políticos uribistas, y por eso muchos esperaban que ese cargo se lo entregaran al Centro Democrático.

Marín es de origen conservador, pero fue secretario de Gobierno de la exalcaldesa liberal capturada Luz Piedad Valencia. Luego pasó a trabajar en la Gobernación de Carlos Eduardo Osorio, a quien apoyó también Valencia, como secretario del Interior y asesor.

Su nombre no cayó bien porque, aunque es abogado, teólogo y licenciado en Tecnología Educativa, con dos especializaciones y una maestría, “viene de las entrañas de la capturada Valencia”, según un directivo del partido. Lo mismo confirmaron tres militantes más.

“Aunque tenga sus estudios no es el adecuado porque viene de trabajar con un sector del Partido Liberal que se robó los recursos públicos de Armenia”, dijo uno de los uribistas fundadores del Centro Democrático en el departamento que no quiso que lo citáramos para no pelear con el representante Osorio.

Y es que el disgusto lo alimenta la sospecha de que fue el representante quien envió la hoja de vida. Eso porque él fue asesor de despacho y secretario de Interior del Gobernador, al igual que Marín.

El representante Osorio negó a La Silla haber recomendado a Marín. “Pero qué bueno que un señor como Héctor Marín nos represente en una entidad tan importante a nivel nacional”, agregó.

Marín le dijo a La Silla que por su experiencia no necesitó recomendaciones de nadie y que el DPS le notificó que había sacado el mayor puntaje, por lo que espera el nombramiento entre esta y la próxima semana.

La Silla no pudo confirmar esta información con la dirección nacional de la entidad.

Por su parte, otro directivo del partido cercano a Osorio nos dijo que no se trata de que no tomen en cuenta a los uribistas para esos cargos, sino que en ocasiones sus hojas de vida no cumplen con las exigencias académicas y profesionales que piden. 

Sea cuál sea la razón, el posible nombramiento evidenció las rupturas entre los “pura sangre”, muchos de ellos fundadores del partido hace siete años, y la línea del representante Osorio, quien llegó al Congreso por su cercanía con el Gobernador y la palanca del expresidente Andrés Pastrana, según las cinco fuentes uribistas que consultamos.

Los primeros alegan que el Centro Democrático, en los años que lleva, no ha logrado tener un líder en el Quindío. Y que el representante Osorio, en vez de serlo, “está haciéndole favores a sus amigos godos y a los que le pusieron votos en las elecciones pasadas”, aseguró uno de los uribistas molestos.

Precisamente, los “pura sangre” le critican a Osorio que no le haya hecho campaña a ningún candidato al Senado del Centro Democrático, pero que el grupo político de la capturada Valencia, quien se lanzó al Senado y se quemó, le hiciera campaña a él. Ver foto de la doble campaña.

Por eso, si Marín asume la dirección del DPS, la indisposición dentro del partido puede aumentar justo en el momento en el que tienen que decidir cómo se van a jugar las próximas elecciones.

Los paracaidistas alborotan el avispero

La reunión del jueves también sirvió para que los 68 precandidatos a concejos, Asamblea, alcaldías y Gobernación se presentaran ante el expresidente Uribe y le contaran por qué quieren aspirar.

Aunque la lista es amplia, el partido no cuenta todavía con una ficha fuerte para los puestos más importantes; de hecho, muchos de los inscritos no son militantes del Centro Democrático.

Dos de los postulados, uno para la Gobernación y otro para la Alcaldía de Armenia, tienen más perfil de político tradicional que de “nuevos liderazgos”, rasgo que está buscando Uribe en la región paisa, como contamos.

Uno de ellos es Antonio 'Toñito' Restrepo, exrepresentante a la Cámara por Cambio Radical que renunció a su partido en julio del año pasado para "no tener jefes políticos" y aspirar por firmas a la Alcaldía.

Restrepo fue secretario privado de la exgobernadora inhabilitada e investigada Sandra Paola Hurtado en 2012; en 2014 llegó a la Cámara por Cambio Radical, el partido de Hurtado; y en 2015, apoyó a Sandra Milena Gómez, la ficha de Hurtado para seguir en la Gobernación que perdió.

Decidió irse por el Centro Democrático porque, según Restrepo, recoger firmas le sale muy costoso y, además, habrá muchos que hagan lo mismo. “Por eso el mecanismo se va a desgastar y no va a generar confianza”, explicó.

Desde inicios del año pasado empezó a alejarse de Hurtado para aspirar desmarcado de ese grupo político, según le dijo a La Silla, pero igual su inscripción no cayó bien entre algunos uribistas que dicen que Restrepo nunca ha sido cercano al partido y llega por oportunismo.

Esa molestia es generalizada entre los “pura sangre”, según dos directivos del partido y tres militantes que consultamos por aparte.

Pese a esa inconformidad, Restrepo dice que lo apoyan muchos exmilitares y empresarios uribistas porque lo conocen en los municipios, y que su voto es más de opinión, “como el del expresidente Uribe”.

Por ejemplo, es amigo de Ignacio 'Nacho' Gallego, un uribista clave en el departamento por ser de los afectos Álvaro Uribe y quien fue socio de Apuestas Ochoa (empresa que tradicionalmente financia campañas en la zona, y que comandó el cacique liberal Luis Emilio Valencia, ‘Carriel’, papá de la investigada Luz Piedad).

Gallego y Restrepo son cercanos desde que fueron concejales liberales a finales de los 90; el primero viene del liberalismo de los Valencia y fue representante a la Cámara por un año en 2004, en reemplazo de Luz Piedad; pero ahora es una voz que se escucha dentro del directorio del Centro Democrático, según uno de sus integrantes. 

La sensación que tiene este sector del uribismo, según una de las fuentes, es que más que fortalecerse “nos estamos convirtiendo en los idiotas útiles de los políticos tradicionales del departamento”.

Por la ausencia de candidatos fuertes y el desfile de políticos buscando escampadero en el partido, creen que pueden terminar como hace cuatro años.

El riesgo de repetir la historia

En 2015, el partido estuvo tan dividido que no tuvo candidatos propios; un sector apoyó al candidato godo Carlos Eduardo Osorio a la Gobernación, otros a la ficha de la exgobernadora Hurtado. Ni siquiera lograron ponerse de acuerdo para lanzar lista al Concejo de Armenia.

Ahora sienten que no se prepararon lo suficiente para salir a ganar, aún creyendo que tienen los votos suficientes.

“Ni siquiera nos apropiamos de la bandera anticorrupción cuando aquí ocurrieron tantos escándalos. No hubo comunicados, ni declaraciones en contra”, dijo un militante.

De hecho, el Embajador en Estados Unidos Francisco Santos le tiró una pulla el año pasado al representante Osorio por su silencio por los escándalos en la Alcaldía de Armenia.

Luego de la visita de Uribe, el Partido sacó un comunicado recalcando lo que dijo el Senador: “El Quindío es el epicentro de la corrupción en Colombia, por eso es necesario elegir una nueva clase dirigente en las próximas elecciones de octubre”.

Pero, según el militante uribista, esa renovación no se ve por ningún lado en el Quindío. “Aquí siguen los mismos con las mismas”, afirmó.

Esa ruptura puede hacer que, aunque el uribismo haya alcanzado por primera vez una curul quindiana en el Congreso y haya también arrasado en segunda vuelta con Iván Duque, no logre consolidarse como la primera fuerza en el Quindío en las elecciones de octubre.

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