El Presidente de la Cámara ha dado varias muestras de poder y se ha logrado mover en una línea que le puede llegar a torpedear el camino a Duque.
Chacón pone los reflectores sobre la Cámara (y él mismo)
La decisión de darle trámite a la moción de censura contra el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, que se hundió ayer, puso, como nunca antes, los reflectores sobre el presidente de la Cámara, Alejandro Carlos Chacón, un político de Norte de Santander que en los últimos años ha ido ascendiendo en la escala de poder del Congreso.
Su capacidad para alinear gente dentro y fuera de su propia bancada, de tenerlos a todos contentos, de saber qué peleas caza y, en palabras de dos congresistas, de tener claro cuándo tiene que tensar o aflojar la pita, hoy lo tienen como uno de los políticos que pueden torpedearle o hacerle más sencillo el camino al presidente Iván Duque en un año clave para él.
Las movidas
El hecho de que no haya mermelada en el Congreso pone al presidente de la Cámara en una posición en la que puede brillar.
A diferencia de sus antecesores, Chacón tiene mucha más independencia en su cargo, porque como la relación del ejecutivo y el legislativo ha cambiado, no tiene encima ni la presión ni acuerdos con el Gobierno que lo lleven a buscar que se agilicen los trámites de una reforma que le convenga al Presidente o a un Ministro o para frenar una reforma que al Gobierno no le guste. Por lo que tiene la capacidad de utilizar esa independencia del Congreso a favor de la Cámaras.
Una de esas muestras de poder autónomo fue la forma en la que manejó el trámite de la moción de censura a Carrasquilla que terminó ayer en la tarde con 120 votos por el no y 22 por el sí, una votación que estaba prácticamente cantada.
Por un lado, permitió que avanzará la moción a pesar de que su par del Senado, Ernesto Macías, había alegado previamente que no era jurídicamente viable.
Con eso, Chacón permitió que la oposición tuviera su espacio, pero al mismo tiempo, como contó La Silla, llevó al ministro Carrasquilla a una reunión de la bancada liberal en la que según El Espectador le aseguraron que no lo iban a tumbar.
Efectivamente todos los liberales, a excepción de Juan Carlos Losada, Jose Luis Correa y Ángel María Gaitán (los únicos tres que firmaron para que se tramitara la moción), votaron en contra de tumbar al Ministro, por lo que ese empujón de Chacón, aunque no es claro si fue solo por su gestión, se hizo sentir en la votación, en la medida en que él llevó a Carrasquilla a hablar con su bancada.
Las luces apuntan a la Cámara
“Chacón es una persona que entiende el poder del Congreso, entiende que hay contrapesos y que para eso es necesario el debate”, le dijo a La Silla el segundo vicepresidente de la Cámara, el representante por Bogotá de los verdes, Inti Asprilla.
Al tramitar la moción ganó, y obtuvo para la Cámara, un protagonismo que no es usual, pues por lo general el Senado es más mediático. Eso le suma fuerza con sus colegas.
De hecho, en los tres meses de este Congreso, Chacón ha logrado que la Cámara le lleve la ventaja al Senado en otros temas, con la ventaja de que esa corporación empezó a trabajar más rápido porque logró conformar las comisiones antes y la decisión de quién sería su presidente fue más fácil.
“Usted puede ver el poder de Chacón en que no hubo discusión frente a quién debía ser el presidente de la Cámara” le afirmó a La Silla el representante liberal bogotano Juan Carlos Losada.
Logró, por ejemplo, que allí se hiciera el debate del senador Iván Cepeda sobre el caso del senador Álvaro Uribe y los falsos testigos o el de la crisis de Hidroituango, o que se aprobara primero el Presupuesto General de la Nación.
Eso le ha permitido a Chacón estar en una línea lo suficientemente lejana al Gobierno que no solo ha quedado en evidencia con la hundida moción de censura a Carrasquilla, sino también esta semana cuando le dijo en un foro a la ministra de Justicia, Gloria María Borrero, que no tenía “ni idea” de la rama.
Ocho representantes del liberalismo, Cambio Radical y el Partido Conservador, le contaron a La Silla por aparte que el hecho de que no se pliegue ha calado bien porque como aún no es clara la relación del Gobierno con el Congreso, en palabras de una de las fuentes, “envía el mensaje de que podemos rebelarnos en cualquier momento y que solo nosotros tenemos el control”.
Todo eso refleja que ha leído el momento político y que lo ha usado para lucirse en su presidencia.
Algo que se debe a su experiencia, porque a comparación de Macías cuenta con más tiempo en el Congreso (este es su tercer periodo), y según cuatro congresistas con los que hablamos ese tiempo en el Congreso le ha permitido ser más hábil que el presidente del Senado.
Y porque en su bancada todos los primíparos le copian -19 de los 35 están estrenándose-, según nos contaron 5 representantes liberales, porque les ha dado juego a todos los sectores en las plenarias, y porque dentro de su partido es reconocido como uno de los aliados clave del expresidente César Gaviria.
“Chacón llegó a ese cargo con la bendición de Gaviria y lo que hemos visto es que se mantiene leal a él”, un representante liberal que hace parte del círculo cercano de Chacón.
Ese protagonismo de Chacón, como contó La Silla, se hizo sentir en que fue fundamental para que Felipe Córdoba llegara a la Contraloría y en que dentro de su bancada logró mover todas las fichas para poner a su propio magistrado en el Consejo Electoral.
Pero esos logros solo se deben a un camino que ha ido pavimentando con el tiempo.
El ascenso al poder
A Chacón hay tres cosas que le reconocen todos los políticos que lo conocen, y que incluso no son de su cuerda: es sagaz, tiene estrategia, y sabe dar suficiente caramelo como para que los que lo rodean crean que son sus amigos.
“No es de los que se mete en una pelea si no está seguro de que la va a ganar”, dijo a La Silla un congresista que ha sido su compañero desde que 2010, cuando entraron por primera vez al Congreso.
Prueba de ello ha sido la manera en la que ha crecido políticamente.
Como ha contado La Silla, él empezó a militar en el Partido Liberal desde que era estudiante de derecho de la Universidad Libre de Cúcuta, pero en la medida en que fue avanzando se acercó a diferentes líneas dentro de esa colectividad.
Arrancó bajo el ala del exvicepresidente Germán Vargas Lleras, de quien es amigo personal; luego, cuando Vargas Lleras se apartó del liberalismo para crear Cambio Radical, se acercó a la línea del exministro del Interior, Juan Fernando Cristo; y más adelante aterrizó en las toldas del expresidente César Gaviria.
Todos tienen en común que en algún momento han sido la voz principal del liberalismo en el país, lo que deja claro que Chacón tiene claro a quiénes busca de amigos.
Al tiempo aprendió cómo amasar su propio poder.
La primera muestra la dio en su natal Norte de Santander cuando se desmarcó de los Cristo una vez tuvo la visibilidad suficiente para pelear espacios, y empezó a recoger a una parte de las bases del liberalismo que le dieron los votos suficientes para pasar en 2010 de elegirse como el apoyo de los Cristo y del condenado alcalde de Cúcuta, Ramiro Suárez Corzo, a en 2014 desmarcarse en la mitad de la campaña de Andrés Cristo y elegirse con caudal propio.
En adelante le ha peleado a esa casa política todo el poder burocrático que tiene en la región.
En el Congreso también aprendió a escalar.
Su primera aparición mediática fue en 2012 cuando siendo representante primiparo fue presidente de la conciliación de la fallida reforma a la justicia que hizo célebre al entonces representante Simón Gaviria porque cuando se conocieron los micos dijo que la había aprobado sin leerla.
Desde su entrada al Congreso, Chacón tuvo a su favor la cercanía con Vargas Lleras, de quien jamás se desligó pese a su acercamiento con los Cristo.
Eso lo convirtió en una suerte de puente entre los rojos y Cambio Radical, y lo dio a conocer dentro de la bancada como el “hombre más cercano al vargasllerismo dentro del liberalismo”.
Además, al tiempo fue estrechando relaciones con congresistas de todas las regiones y de diferentes partidos que le permitieron robustecerse cuando aún no era tan visible.
Todos esos pasos, según cuatro fuentes que conocen su carrera política desde que arrancó, fueron premeditados.
“Chacón es muy sagaz entendiendo momentos políticos. Sabe en qué momento actuar”, dijo a La Silla un político de Norte que pidió la reserva de su nombre.
Fue eso lo que le sirvió para meterse como una tercería en la pelea por la Presidencia de la Cámara en 2016, reventar a la bancada liberal y hacer que hasta Juan Manuel Santos enviara delegados a calmar la pelea.
Y fue eso mismo lo que le pavimentó el terreno para quedarse con la nominación de su partido para la presidencia el primer año del Gobierno de Duque.
“Es el arte de capitalizar apoyos, de no dar puntada sin dedal”, nos un dijo un representante de su partido que pidió la reserva de su nombre.