Aunque en estos momentos tiene la balanza a su favor, el Gobernador de Norte de Santander aún debe esperar un nuevo fallo del Consejo de Estado sobre el proceso de pérdida de investidura que lo tiene en la cuerda floja.
El calvario de William Villamizar no ha terminado
William Villamizar, gobernador de Norte de Santander.
El último cartucho que quemó el gobernador de Norte de Santander, William Villamizar, para salvarse de un fallo del Consejo de Estado que le decretó pérdida de investidura, preliminarmente volteó la balanza a su favor. Además, desató un choque de trenes interno en ese tribunal, que es el que, a la postre, aún debe resolver un último recurso que definirá, ahora sí, si continúa en el primer cargo de ese departamento.
El cartucho que le funcionó (por ahora)
Un nuevo fallo de la Sección Primera del Consejo de Estado que echó para atrás la decisión que en julio del año pasado le había decretado pérdida de investidura al gobernador de Norte de Santander, William Villamizar, volvió a crispar los ánimos en el universo político de ese departamento.
La decisión fue el último cartucho que quemó Villamizar luego de que en octubre le hubieran negado la aclaración de esa decisión. Se dio en cumplimiento a una tutela emitida por la Sección Segunda (Subsección B) de ese mismo tribunal, que en enero de este año dijo que el fallo de julio le había vulnerado varios de sus derechos fundamentales al poderoso político regional.
Los líos que desde mediados del año pasado tienen a Villamizar en la cuerda floja se remiten a que en 2002, cuando era concejal de Cúcuta, aprobó una prima de servicios para los empleados de la Alcaldía, cuando esa función solo es competencia del Congreso.
Por esa razón, que ya ha sacado del juego a varios políticos regionales, entre esos a 19 concejales de Floridablanca, en Santander, el Consejo de Estado a mediados del año pasado determinó que había incurrido en una falta llamada ‘indebida destinación de recursos públicos’, y le quitó su investidura como concejal.
Si bien los hechos ocurrieron hace 15 años, el fallo afectaba la continuidad de Villamizar en la Gobernación de Norte, porque le generaba una inhabilidad que empezaba a surtir efectos desde el año en que cometió la falta y en consecuencia le impedía haberse inscrito para ocupar ese cargo en 2015, porque la ley dice que quien haya perdido la investidura como concejal no podrá ser elegido gobernador.
Más allá de los efectos, según la tutela de la Sección Segunda, la decisión que le quitó la investidura a Villamizar habría violado sus derechos al debido proceso, a la no autoincriminación y a la participación en la conformación del poder político, por lo que le ordenó a la Sección Primera que en 30 días profiriera un nuevo fallo teniendo en cuenta los aspectos que pasaron por alto los derechos del Gobernador.
Básicamente las razones que la Sección Segunda dijo que se debían tener en cuenta en el nuevo fallo fueron cuatro.
Por una parte dijo que aunque el abogado del Gobernador reconoció en el proceso que su cliente había aprobado el proyecto de acuerdo en cuestión, no se podía entender esa declaración como prueba porque Villamizar no fue el que hizo la confesión y él tenía derecho a no autoincriminarse.
Por otro lado, dijo que aunque Villamizar asistió a la sesión en la que se aprobaron los beneficios salariales y él siendo parte de la plenaria le dio el visto bueno, no se podía probar que efectivamente votó el proyecto porque en las actas la votación no fue nominal.
Además, dijo que como el acuerdo que lo tiene emproblemado estaba vigente no podían decretarle la pérdida de investidura, porque, entre otros, lo aprobó convencido de que estaba cumpliendo la ley, y que no es posible decir que existió destinación indebida de recursos públicos, porque el acuerdo no lo favoreció a él sino a los empleados de la Alcaldía.
Aunque lo que originalmente dijo el fallo fue que la Sección Primera tenía que emitir una nueva decisión en un mes, y eso, por lo menos en principio, abrió nuevamente la expectativa de lo que pasaría con el futuro político de Villamizar porque se esperaba que la Sala debatiera los argumentos de la tutela y emitiera una nueva decisión, eso no fue lo que pasó.
En su lugar, el magistrado Roberto Serrato, quien fue el ponente del fallo de julio y del que se publicó ayer, lo que hizo fue copiar toda la decisión de la Sección Segunda y en dos apartes en particular dejó en evidencia un choque de trenes en el Consejo de Estado.
El choque de trenes y lo que le falta
Por una parte, en el resuelve del fallo, que es donde se consignan las decisiones finales del proceso, Serrato comenzó diciendo que emitía la decisión solo por cumplir la tutela con la que la Sección Segunda le lanzó un salvavidas a Villamizar.
Por otro, en dos apartes de la nueva decisión dejó claro que a la Sección Primera le quedó la sensación de que se le metieron al rancho y que la Sección Segunda se extralimitó en sus funciones.
“En la medida que la Sección Segunda, Subsección B, del Consejo de Estado sustituyó al juez natural de los procesos contencioso- administrativos con pretensión de pérdida de investidura, procediendo a decidir la controversia conforme a su visión particular, esta Sala citará la providencia del 18 de enero (la tutela)”, dice en el punto previo a las consideraciones.
Además, antes de emitir el resuelve del fallo se señala: “esta Sección da cumplimiento al fallo… pese a que no comparte los razonamientos y las conclusiones a los que arribó la Sección Segunda”.
Esas dos manifestaciones, dejaron claro que en medio del enredo jurídico de William Villamizar, en el Consejo de Estado se enfrentaron criterios, que hay una sala en desacuerdo con la decisión que hoy tiene al Gobernador de Norte de Santander con la balanza a su favor, y que, además, la pelea no ha terminado.
Y es que este fallo no es el último que se conocerá sobre este proceso contra William Villamizar.
La razón es que la tutela de la Sección Segunda fue impugnada por la Sección Primera, y ahora está en manos de la Sección Cuarta del mismo Consejo de Estado, que será la que deberá definir si efectivamente hubo vulneración de derechos y en consecuencia si el nuevo fallo que se emitió tiene o no lugar.
Y es que como en la sentencia de ayer, quedó explícitamente dicho que se emitía en cumplimiento de una tutela y esa tutela aún no está en firme, ahora todo dependerá de lo que la Sección Cuarta decida.
Sin embargo, y a diferencia de todo lo que ha sucedido en el proceso, esa decisión solo tiene dos posibles resultados: Si confirman la tutela, el nuevo fallo es el que prevalecerá y Villamizar continuará su vida política sin ningún contratiempo; en cambio, si la deniega, el fallo de julio del año pasado quedará en firme y lo obligará a salir de la Gobernación, por la inhabilidad que le generaría el tener un fallo de pérdida de investidura a sus espaldas.
El telón de fondo
En medio del sube y baja jurídico de William Villamizar, desde finales del año pasado un movimiento político empezó a tomar forma y le abrió un espacio más a la ya nutrida baraja de aliados con los que cuenta el Gobernador.
El senador conservador, Juan Manuel Corzo, quien era el único enemigo político de Villamizar y cuyo grupo, como lo contó La Silla, era el que estaba impulsando el proceso en el Consejo de Estado, acortó distancias con el Gobernador.
Seis fuentes de Norte, entre políticos, funcionarios de la Gobernación y periodistas, le confirmaron a La Silla, que de las rencillas que nacieron entre el congresista y el Gobernador por el incumplimiento de compromisos en la campaña de 2011, poco queda ya.
“No sabemos qué pasó, pero sí es cierto ya las peleas quedaron atrás. Ahora uno ve que llevan una buena relación”, le dijo a La Silla un político conservador de Norte.
La simpatía que ahora tienen es tanta, que desde que arrancó el año y con la salida de Yebrail Haddad de la Secretaría de Gobierno de Norte, está tomando fuerza la versión de que será alguien de Corzo quien llegará a ese cargo, el segundo más importante de la administración.
El principal nombre que se ha metido en el sonajero es el de Silvia Corzo, la hermana del senador, quien, según tres fuentes de la región, no ha asumido el cargo porque un problema médico se lo ha impedido.
“Si no llega Silvia llega alguien de la cuerda de Corzo. Eso ya está cantado”, le dijo un político de Norte a La Silla.
Así que mientras parcialmente se le arregla el caminado a William Villamizar, una vieja amistad política renace. Con ella, Villamizar se aseguraría de tener a toda la clase política de Norte bajo su sombrilla, y Corzo de ganar participación, cuando su poder se ha mermado sustancialmente en su región natal.
Ahora Villamizar tendrá que esperar el nuevo fallo y ahora sí definitivo de la Sección Cuarta del Consejo de Estado sobre la continuidad de todos sus derechos políticos. Solo hasta que se conozca se sabrá si canta victoria, o si definitivamente recibe el golpe y sale de la Gobernación.