Daniel Quintero Calle

Daniel Quintero Calle

Alcalde de Medellín

6 Conexiones

El Alcalde de Medellín ha pasado por varios partidos e inició su vida profesional y política en Bogotá.

Nació en Medellín en 1980, y creció en Tricentenario, un barrio popular de la comuna 5 (Castilla), al noroccidente de la ciudad. A sus 17 años comenzó a estudiar Ingeniería Electrónica en la Universidad de Antioquia, una de las principales universidades públicas del departamento. 

Su mamá Estela Calle murió cuando él era adolescente, su papá Orlando Quintero es mecánico de carros, y tiene tres hermanos: dos menores, Juan David y Diego, y uno mayor, Miguel Andrés, quien fue concejal Verde de Medellín gracias al impulso de Daniel. 

En 2005, recién graduado y mientras cursaba una especialización en Finanzas en la Universidad de los Andes, creó Intrasoft, una firma de software que presta servicios tecnológicos comerciales como el envío masivo de mensajes de texto a celulares y el de callcenter, con una capacidad de hacer más de cien mil llamadas por hora. 

Duró ocho años en cabeza de su empresa, pero en 2012 se retiró; desde el 2009, el gerente es Pablo Cubides, un ingeniero industrial de Bogotá y amigo personal que hizo parte de ella desde su creación. 

Su llegada a la política fue en 2007, cuando se lanzó al Concejo de Medellín por el Partido Conservador. Según coincidieron un político godo y una de las personas más cercanas a él en política, su asesor Diego Romero, lo hizo por ese partido porque su familia era de tendencia conservadora.

En esas elecciones Quintero se dio a conocer por hacer campaña con un marrano azul con el que recogía fondos para financiar una campaña que no tenía el respaldo de ningún barón del partido. De hecho, se quemó con poco más de dos mil votos. 

En 2009, viajó a Estados Unidos para hacer un curso corto en Administración de Finanzas Públicas en Harvard Kennedy School of Government; y años más tarde volvió para hacer una maestría en Administración de Negocios (MBA) en Boston University.

En 2011 animó a su hermano Miguel, quien era empleado en Foto Japón, a lanzarse al Concejo por la Alianza Verde, sin tener ninguna trayectoria política.

Hicieron campaña juntos como en 2007, con el ya reconocido marrano, y con 5.777 votos Miguel se llevó la segunda de las tres curules que alcanzaron los verdes, que estaban creciendo y lograron impulso gracias a la alianza entre Sergio Fajardo (con aval verde) a la Gobernación y Aníbal Gaviria, liberal, a la alcaldía.

El paso fue corto pues para las elecciones siguientes Miguel no logró ser la cabeza y renunció al Partido. 

Mientras tanto, Daniel logró protagonismo a nivel nacional por cuenta de dos iniciativas.  

En 2012, siendo militante de la Alianza Verde, creó la fundación Piensa Verde con la que hizo activismo ambiental liderando discusiones y promoviendo la siembra de un millón de árboles el 20 de diciembre de ese año, en varios departamentos y otros países de latinoamérica. 

Un año más tarde se inventó, junto a otros jóvenes -Juan Carlos Upegui y Elí Shnaider fueron las otras dos caras visibles-, el Partido del Tomate, una propuesta que resonó entre quienes estaban indignados con la corrupción y la política tradicional, y logró fama y visibilidad en medios porque se tomaron plazas públicas en varias ciudades para lanzar tomates a fotos de políticos como el entonces expresidente Álvaro Uribe, el procurador Alejandro Ordóñez e incluso el entonces presidente Juan Manuel Santos, para quien Quintero trabajó luego.

Su revolucionaria indignación duró  hasta que al año siguiente no pudieron inscribir listas para las elecciones al Congreso, algo que era totalmente previsible por la reglamentación electoral. De ahí Quintero terminó lanzándose a la Cámara para representar a Bogotá por el Partido Liberal, lo que provocó algunas molestias entre sus excompañeros del Tomate.

Su candidatura también generó resistencia en algunas estructuras y bases liberales, porque sin ser de la capital, sin haber hecho política en el partido, y de la mano del presidente del partido en ese entonces, Simón Gaviria, cogió fuerza.

Incluso hubo polémica porque en la recta final de la campaña llegaron mensajes de texto a celulares de miles de militares liberales invitando a votar por él y a recoger la publicidad suya en la sede nacional de la campaña, lo que generó dudas sobre quién los mandó y cómo se tuvo acceso a los datos de los militantes del partido, como contamos en su momento. 

Finalmente se quemó pero sacó 16 mil votos, continuó en el partido Liberal y le hizo campaña a Santos para su reelección. Un año después de electo, desde la Casa de Nariño le ofrecieron ser gerente de Innpulsa, una entidad adscrita al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo que se dedica a ayudar a que pequeños emprendimientos salgan adelante, como había logrado con el suyo años atrás. 

Allí estuvo un año, y en julio de 2016 saltó al nuevo viceministerio de Economía Digital del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, por iniciativa del entonces ministro liberal David Luna

Allí ayudó a transformar el viceministerio de Tecnologías de la Información en el nuevo de Economía Digital (y allí llevó de asesor a su amigo, Pablo Cubides), pero no se alejó de la política.

En 2016 sacó una licencia por un mes para gerenciar la campaña por el Sí en el referendo por la paz en Antioquia, y en diciembre del 2017 renunció para ser uno de los asesores clave en la campaña presidencial de Humberto de la Calle. 

Luego de que el candidato liberal se quemara, y de que el partido decidiera apoyar a Iván Duque para la segunda vuelta, Quintero renunció públicamente a su militancia y apoyó a Gustavo Petro luego de que este firmó en piedra un acuerdo con Antanas Mockus y Claudia López. 

Después de las elecciones y la victoria de Duque regresó a Medellín para empezar a abonar terreno para su campaña a la Alcaldía.

Además su hermano Miguel, que terminó montado en el bus del gobernador Luis Pérez como director del banco de proyectos de Planeación de la Gobernación, renunció en octubre de 2018 para dedicarse a la candidatura de Daniel.

Inicialmente se empezó a mostrar con la Consulta Anticorrupción de ese mismo mes, pues salió a la calle a entregar volantes que invitaban a votar 7 veces Sí, pero con su cara y su nombre impreso al respaldo. 

Luego se hizo más visible liderando críticas contra la gerencia de EPM, tomando como bandera la crisis de Hidroituango, para hacer campaña.

Eso lo logró con algunos actos simbólicos como instalar unas gafas gigantes en la Plaza de La Alpujarra, al frente de los edificios de la Alcaldía de Medellín y la Gobernación, “para que no se hagan los de las gafas con lo que está pasando en Hidroituango”; o entregando un pedazo de queso al gerente de EPM Jorge Londoño en el Concejo, diciéndole “amigo el ratón del queso y aún así se lo come”. 

A finales de año empezó a recoger firmas con su movimiento Independientes, bajo el lema de no tener partidos ni jefes políticos. Logró avalarse con 53 mil de las 153 mil que entregó en Registraduría. 

Rechazó públicamente la propuesta de la Alianza Verde de solicitar un aval, y en septiembre bloqueó en Twitter a Gustavo Petro y Álvaro Uribe, después de que el primero lo apoyara, el segundo lo criticara, y su candidatura pasara a ser parte del rifirrafe polítco permanente entre los dos líderes. 

En campaña aceptó los apoyos públicos del exsecretario de Inclusión Social de Medellín, Luis Bernardo Vélez, que dejó de recoger firmas para adherir a él; y del senador liberal y padrino de su hija, Iván Agudelo, a quien le dio gracias públicamente por respaldarlo. 

Por debajo de la mesa otros políticos tradicionales y candidatos al Concejo de La U, Cambio Radical y el Conservador se fueron con él y le hicieron campaña con sus líderes en los barrios de la ciudad. Además, el equipo de Quintero y del gobernador electo Aníbal Gaviria organizó una fiesta días antes de las elecciones, para concretar la llave implícita entre ambos, como contamos en esta historia

A medida que se calentó la campaña por la cercanía de las votaciones del 27 de octubre, empezó a crecer en las encuestas hasta que desde medidados de mayo empezó a aparecer de segundo entre los 13 candidatos. En la última, realizada por Yanhaas y pagada por diferentes medios a tres días de las elecciones, Quintero apareció cuatro puntos por debajo de Ramos, lo que significó un empate técnico.

El 27 de octubre del 2019 le ganó al candidato uribista Ramos. 

Durante su gobierno Quintero no ha tenido buena relación con el empresariado paisa, particularmente con EPM. Incluso desde antes de que fuera candidato a la acladía, Quintero ya tenía roces con el grupo empresarial. El punto más álgido de esa mala relación llegaría en agosto de 2020, cuando toda la junta directiva de EPM renunció alegando que la Alcaldía no los consultó en el proceso de conciliación con tres consorcios encargados del diseño, construcción e interventoría de la hidroeléctrica Hidroituango y dos aseguradoras del proyecto de la generadora de energía más grande del país, para reclamarles por el pago de 9,9 billones de pesos por los sobrecostos de la obra. 

A esa masiva renuncia, se sumaría al día seguiente la de la Junta Directiva en pleno de Ruta N, una compañía pública dependiente de la Administración que es la punta de lanza de la innovación en la capital antioqueña.   

Con estas dos masivas renuncias, se deteriora cada vez más la relación entre Quintero y el empresariado paisa. Como contamos, eso le ha costado apoyos al mandatario, pero también le ha significado algunos nuevos, no tradicionales. 

Leer más.

CONEXIONES

Ramos y Quintero son rivales en la carrera por la Alcaldía de Medellín.

Quintero le hizo campaña a Petro en la segunda vuelta presidencial del 2018.

Por su amistad con el Exministro liberal llegó a la lista a la Cámara Liberal por Bogotá.