Edgardo Maya Villazón

Edgardo Maya, abogado vallenato que creció en Bogotá, fue elegido como Contralor General el 19 de agosto de 2014. Ya había sido Procurador General por dos períodos, entre enero de 2001 y enero de 2009, y también es conocido porque fue esposo de la asesinada Consuelo Araújo Noguera, conocida en Valledupar como “La Cacica”, y miembro de una de las familias tradicionalmente más poderosas en el Cesar.

Maya estudió en el Gimnasio Moderno de Bogotá, un prestigioso colegio muy vinculado a la élite liberal, y luego derecho en el Externado, universidad también de clara estirpe liberal. Allí también hizo una especialización en derecho laboral y seguridad social.

Al terminar su carrera volvió a su natal Valledupar para ejercer su profesión, pero pronto entró al escenario público. Primero fue concejal de Valledupar por el liberalismo en una votación que en ese entonces fue récord pues le dio para elegir a tres concejales, y luego diputado del Cesar.

De la política electoral saltó a ser funcionario público como Contralor Auxiliar del Departamento y luego como director departamental del Instituto de Seguro Social.

Su siguiente pasó fue a la Rama Judicial: fue magistrado auxiliar de la sala laboral de la Corte Suprema entre 1986 y 1992, después del relevo generacional forzoso en la Corte tras la toma y la retoma del Palacio de Justicia.

Su salto a las esferas de poder nacional llegó en 1992, cuando se convirtió en magistrado de la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura cuando estaba en la sala laboral de la Corte Suprema. Con el apoyo de parte de la bancada costeña y sobre todo de su cuñado, el senador (y ya ex ministro) Álvaro Araújo Noguera, Maya entró en una terna liberal  y luego sacó 100 votos contra 54 del decano de derecho de la Universidad Nacional, Ricardo Sánchez, y 53 del decano de Derecho de la Universidad de Antioquia, Oscar Sánchez Giraldo.

En el Consejo Superior participó de las primeras discusiones sobre el fuero penal militar en vigencia de la Constitución de 1991, y estaba en la orilla de la minoría de tres magistrados que apoyaba no aplicarlo a delitos comunes.

Por ejemplo, en el escándalo del general Faruk Yanine Díaz, apoyó que no se enviara a la justicia penal militar porque los delitos (secuestro agravado y homicidio) no se dieron en cumplimiento de sus funciones. Tuvo la misma posición, minoritaria y derrotada,  en el caso del general Uscátegui por la masacre de Mapiripán.

Mientras tanto, su familia se disputaba el poder en el Cesar. Los Araújo, capitaneados por su cuñado Álvaro Araújo Molina, pusieron a Mauricio Pimiento en la gobernación en 1995, y La Cacica perdió las elecciones de 1997 con Lucas Gnecco (luego condenado por delitos electorales).

Del Consejo Superior pasó a la Procuraduría en diciembre de 2000, cuando su esposa llevaba cinco meses como Ministra de Cultura. Logró ser postulado por la Corte Suprema de un grupo de juristas prestigiosos como el ex ministro Carlos Medellín, y finalmente fue el elegido por la Alta Corte en la que había trabajado y donde tenía amigos.

Luego se enfrentó contra el ex consejero de Estado Libardo Rodríguez, ternado por el Gobierno Pastrana, y contra el ex rector de la Universidad Libre Jairo Parra Quijano, ternado por el Consejo de Estado. Y arrasó: sacó 88 votos contra cuatro de Parra y cinco de Rodríguez.

Pocos meses después, las Farc secuestraron y luego asesinaron a La Cacica.

En la Procuraduría, Maya tomó como bandera la lucha contra la corrupción, más que el énfasis en Derechos Humanos o en la paz que habían tenido sus antecesores.

Una de sus decisiones más sonadas en ese entonces fue su apoyo, en 2004, a la decisión del entonces Contralor Antonio Hernández Gamarra de congelar las regalías en los municipios y departamentos donde se estaban despilfarrando.

También tomó decisiones como procesar a directivos de Foncolpuertos por haberse robado más de 70 mil millones de pesos del erario; pedir que se anulara entre el Ministerio de Transporte y Dragacol; y también pedir que se anulara un laudo que obligaba a la Nación a pagar 63 millones de dólares a Termorío.

Pero quizás sonó aún más porque dijo que en las elecciones legislativas de 2002 había habido fraude, por haber inhabilitado al entonces Ministro de Interior de Uribe, Fernando Londoño; y, sobre todo, por haberle abierto una investigación a casi todo el Congreso por haber enviado hojas de vida a Carlos Ossa, en ese entonces Contralor General. Al final sancionó a ocho congresistas.

Apenas un año y medio después de iniciado su período llegó a la presidencia Álvaro Uribe, e inicialmente su relación no fue muy buena. Maya pidió a la Corte Constitucional tumbar 14 de los 19 puntos del referendo y luego criticó el proyecto de reelección. Sin embargo, antes de que Uribe se reeligiera fue Maya quien hizo lo propio.

A pesar de que en su discurso de posesión prometió presentar una reforma constitucional para prohibir la reelección del Procurador, en 2005 fue reelegido tras haber logrado que la Corte Suprema lo volviera a ternar. Su victoria fue arrasadora: sacó 90 de los 102 votos potenciales, contra solo tres de Manuel Santiago Urueta, dos de Ricardo Hoyos Duque y dos en blanco. Y eso que el entonces senador Carlos Moreno de Caro no alcanzó a llegar a votar por él porque se retrasó un vuelo.

En esa elección reunió el apoyo del uribismo, los conservadores, los liberales (que estaban en la oposición) y el Polo. Mejor dicho, de todos.

Esa unanimidad fue motivo de señalamientos de clientelismo para favorecer a congresistas o de haberlos mantenido amenazados con la investigación por las hojas de vida de la Contraloría.

En todo caso, en ese momento su familia estaba en el curubito del poder. La Ministra de Cultura era su sobrina María Consuelo Araújo; su sobrino Álvaro llegó en 2002 al Senado con Alas Equipo Colombia, tras haber sido representante durante dos períodos y haber heredado el poder político de Álvaro Araújo Molina (padre del senador y quizás el hombre clave en el ascenso político de Maya); su hijastro Hernando Molina Araújo había ganado la gobernación del Cesar en 2003; y el sobrino de su esposa, Jaime Araújo Rentería, era magistrado de la Corte Constitucional

Con ese poder familiar, Maya tuvo un segundo período signado por la parapolítica. Aunque él nunca ha tenido ninguna sindicación por eso, sus familiares sí.

En esos últimos años de su Procuraduría su sobrino Álvaro fue acusado y encarcelado por nexos con las AUC (y luego terminó condenado); su cuñado Álvaro papá fue investigado, aunque al final terminó exonerado; y su medio hermano Jaime Blanco Maya (que usa primero el apellido de su madre), fue investigado por financiación del bloque Mártires del Cesar de las AUC algo que Blanco luego aceptó, además de que fue condenado en 2013 a 28 años de cárcel por el asesinato de tres sindicalistas.

En todo caso, Maya terminó tranquilamente su período y mantuvo excelentes relaciones políticas, tanto en la Rama Judicial como con otras instancias de poder. 

Sus relaciones con el entonces presidente Uribe eran tan buenas que en 2008, cuando se empezaba a debatir quién sería su reemplazo, Uribe alcanzó a decirle a sus colaboradores que si no tenían un candidato fuerte, la carta sería Maya.

A inicios de 2009 Maya se casó con Adriana Guillén, una magistrada auxiliar de la Corte Constitucional a quien había sido su delegada para Asuntos Agrarios en la Procuraduría, y de quien era novio desde el 2005. Fue una boda civil y relativamente pequeña, pero a la que asistieron personajes de la política como Ernesto Samper, Maria Emma Mejía y Alfonso Gómez Méndez.

Guillén se dio a conocer en 2012 cuando Juan Manuel Santos la nombró como directora de la nueva Agencia de Defensa Jurídica del Estado en 2012.

El interés de Maya por llegar a la Contraloría arrancó casi un año antes de la elección y tuvo pronto el apoyo de Juan Maneul Santos y de Germán Vargas Lleras. Pero, a pesar de ese apoyo y de sus buenas relaciones, no fue fácil.

Primero, la entrada a la terna tuvo dificultades. Maya logró ser ternado a la Cotnraloría por la Corte Constitucional en una decisión controversial: después de que no hubo mayoría en una primera convocatoria en la que él estaba había que hacer una segunda convocatoria con nuevos nombres. Pero cuando se iba a votar ésta revivió la primera y ahí fue elegido, en una decisión que algunos magistrados señalaron como contraria al reglamento.

Luego, Maya fue señalado de estar inhabilitado por haber actuado como conjuez del Consejo de Estado en el año previo a su elección, lo que despertó un debate jurídico.

Y después, terminó siendo el motivo de una agria disputa entre Santos y el ex presidente César Gaviria, quien apoyaba a uno de sus contendores, el político liberal Gilberto Rondón.

A pesar de eso Maya fue elegido con 175 de 227 votos en el Congreso.