En el liberalismo, empezando por su jefe César Gaviria, están poniendo a sonar el nombre del Rector de los Andes para que sea su candidato. El Exministro, por ahora, lo descarta.
Alejandro Gaviria, la esperanza de los liberales para el 2022
Foto tomada de la Universidad de los Andes
Tras haber jugado un papel de actor secundario en las presidenciales de las últimas dos décadas en Colombia, y luego de 26 años de no poner un presidente propio, el Partido Liberal quiere jugar fuerte en las elecciones de 2022 y para ello algunos de sus militantes han puesto a sonar un nombre: el del exministro de Salud y rector de la Universidad de los Andes, Alejandro Gaviria.
Gaviria ni siquiera milita formalmente en el partido ni ha dado muestras públicas de estar interesado en lanzarse, pero desde ya lo están moviendo a ver cómo pega, comenzando por el propio jefe del liberalismo: el expresidente César Gaviria.
Aunque aún faltan dos años para las próximas presidenciales, la movida tiene sentido con la precampaña arrancando: el cantado candidato de izquierda Gustavo Petro ya echó a andar su estrategia de radicalizar la ciudadanía contra el centro, como lo contamos; y en el uribismo y entre sus aliados tiran globos con una supuesta candidatura del hijo del detenido expresidente Álvaro Uribe: Tomás Uribe, que anunció en su twitter que será consultor del Centro Democrático, pero no está aspirando.
Para no quedarse entre los extremos, en el liberalismo quieren a Alejandro Gaviria, una carta que genera cohesión y que recoge el liberalismo ideológico, según el sentir de algunos.
De su posible postulación hablaron el fin de semana pasado en la Convención Liberal en la que César Gaviria fue reelegido, por dos años más, como la cabeza única del liberalismo.
El del Exministro fue un nombre mentado en esa convención.
Al finalizar el evento, ante la propuesta del representante Édgar Alfonso ‘el Pote’ Gómez de que el Rector de los Andes fuera el candidato del partido, el Expresidente Gaviria también manifestó su deseo de que él aspiré a la Presidencia, según lo que nos contaron por aparte cuatro personas, entre congresistas y asistentes, que estuvieron presentes.
Sin embargo, César Gaviria aclaró que todavía falta mucho tiempo y que todo dependerá, en últimas, de si el Exministro decide o no hacerlo.
“Alejandro Gaviria y el expresidente Gaviria son muy amigos y comparten buena parte de la agenda liberal de una Colombia moderna sin extremismos”, nos dijo al respecto una persona del círculo del Expresidente. “Tiene el respaldo de la base liberal, de juventudes del Partido y de buena parte de su dirigencia, pero hay otros perfiles que el Partido analiza”.
El primero en pedir públicamente una candidatura liberal de Alejandro Gaviria, hace poco más de tres meses, fue el senador paisa Iván Darío Agudelo que, en medio de elogios, hizo la propuesta en una intervención en el Congreso.
“Estamos en el momento más difícil de la historia de Colombia y necesitamos a una persona que nos lleve a llegar a consensos en lo esencial. Ese es Alejandro Gaviria. Yo mismo le he dicho que aspire”, le dijo Agudelo a La Silla Vacía.
La afinidad de los liberales con Gaviria —que, pese a no tener carnet, fue ministro de Salud por seis años en el Gobierno de Juan Manuel Santos en representación del liberalismo— es, principalmente, ideológica, pues creen que encarna los principios que defiende la colectividad.
En sus años de vida pública, Alejandro Gaviria se ha caracterizado por una carrera como académico, tecnócrata (ha trabajado en la Federación Nacional de Cafeteros, en el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial, el DNP y el Ministerio de Salud) y por defender ideas liberales. Ha abogado por un vuelco a la política contra las drogas, el derecho universal a la Salud y a la Educación, y la lucha contra la desigualdad.
“El discurso demócrata y en defensa de las libertades del profesor Alejandro Gaviria es nacional. Por ejemplo, su discurso sobre darle un vuelco a la política antidrogas le habla mucho a mi región”, nos dijo el representante rojo del Putumayo Carlos Ardila, que también espera que Gaviria se lance.
“Ojalá logremos convencerlo de que se lance. Él es una persona ajena a las prácticas políticas tradicionales y que representa los ideales liberales”, nos dijo a su vez el representante, también liberal, del Caquetá Harry González.
La Silla le preguntó directamente a Alejandro Gaviria por estas invitaciones a aspirar a la Presidencia con el respaldo de los liberales y nos respondió que, por ahora, no quiere hablar de eso.
“Quiero concentrarme en la universidad. Las recibo con gratitud y algo de incredulidad”, nos dijo. “Trato de no parar bolas”.
Aún así, la afinidad entre los liberales y el Rector de los Andes es tal que éste fue invitado a dar una charla en el Foro Programático del partido que se llevó a cabo, en la virtualidad, la semana pasada. Aunque su conferencia estaba programada para el jueves y sería presentado por el propio expresidente Gaviria —un privilegio que no tenía otro panelista—, Alejandro Gaviria al final no asistió.
Le preguntamos por qué no lo hizo y prefirió no responder. Sin embargo, una persona que estuvo en el foro nos aseguró que Gaviria se excusó y canceló porque vio que “el evento era muy partidista”.
Lo que pasó, según la fuente, es que la idea original era hacer un panel con tres rectores universitarios: Alejandro Gaviria de los Andes, Adolfo Meisel de la Universidad del Norte y Juan Carlos Henao del Externado. Sin embargo, Meisel dijo que no estaba disponible esa semana y Henao y Gaviria no podían el mismo día.
Por eso, decidieron separarlos y Henao quedó agendado para dar una conferencia el miércoles y Gaviria el jueves.
“Al final quedó organizado con el expresidente Gaviria como presentador. Alejandro pensó que esto le daba una connotación política, se excusó y se retiró. Por eso, fue reemplazado por De la Calle”, nos dijo esta persona que prefirió que no la nombráramos para ahorrarse problemas.
De acuerdo con cinco políticos y un analista consultados, una candidatura presidencial del Exministro tiene el potencial de voltear el tablero político del país en el que hoy reina la polarización, pues en principio no genera resistencia en otros sectores políticos, tiene la capacidad de mover el voto de opinión y, de contar con el apoyo de los liberales, podría incluso sumar la maquinaria roja en regiones (aunque habría que ver si él aceptaría esas formas de la política tradicional).
“Además del voto de opinión, Gaviria tendría el potencial, con el poder regional que tiene el Partido Liberal, de llegar con fuerza a lugares a los que no llegan otros candidatos de opinión”, nos contó una persona que conoce el partido por dentro.
En efecto, los liberales son, en la actualidad, el partido más fuerte en las regiones. Son la bancada más grande en la Cámara de Representantes (35 congresistas), que se eligen por circunscripción departamental y no nacional —como el Senado— y, por ende, muestra más la fuerza de los partidos en las regiones.
Además, en las pasadas elecciones locales fueron el partido más votado, en concejos (2,6 millones de votos) y asambleas (2,2 millones).
La figura de Alejandro Gaviria también tiene la fuerza para convocar a personas que no necesariamente militan en un partido. Prueba de esto es que, como revelamos en La Silla Vacía, el año pasado Petro lo buscó y lo invitó a lanzarse a la Alcaldía de Bogotá como parte de una coalición con otros sectores de izquierda. Gaviria declinó el ofrecimiento, pues, tras seis años como ministro, estaba a gusto en la academia y ya sonaba como candidato fuerte para ser rector de los Andes.
Aunque falta mucho para saber si este runrún que han echado a andar los liberales se concreta, la sola posibilidad hace que la campaña de 2022 no pinte tan calcada a la pasada de 2018, en la que la cosa estaba desde el principio entre Petro, el de Uribe y el exvicepresidente Germán Vargas Lleras.
Y, aunque el nombre de Gaviria sería refrescante, habría que ver si se le mide a recibir la sombrilla de un partido que apoyó al uribismo para llegar a la actual Presidencia y que el año pasado de regionales se recargó con un todo vale en el que se cuentan varios cuestionados, como contamos.