Bucaramanga, más bonita con ciclorrutas

Sep 17, 2020

Diego Moreno

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Luego de que la construcción de las ciclorrutas lograra destrabarse en un despacho judicial, el panorama para la ciclo-inclusión en Bucaramanga empieza a aclararse. Aunque en un sector de la ciudadanía sobreviven las críticas, por primera vez ciclistas tienen garantías.

Una mujer va sola en bicicleta, atraviesa un congestionado sector de la ciudad; un hombre pedalea por la calle, no viste licra, lleva traje formal; unos niños juegan en la ciclorruta, sin saberlo hacen sus primeros ejercicios de movilidad.

Una persona con discapacidad motriz y un adulto mayor, ambos en silla de ruedas, utilizan la ciclo-infraestructura para desplazarse, autónomamente o con sus cuidadores.

Son escenas que día a día comienzan a ser más frecuentes en el paisaje vial bumangués, caracterizado por la exclusión y la hostilidad. Y aunque todavía dista muchísimo del paisaje holandés, por mencionar un referente, hay que reconocer que es un buen inicio.

Al final, después de tires y aflojes jurídicos, Bucaramanga le cumple a los y las ciclistas, pagando así una deuda histórica de mínimo 20 años, luego de décadas de falsas promesas y fuertes inversiones en infraestructura para automotores. Las consecuencias saltan a la vista.

Por primera vez en la ciudad bonita la bicicleta es una opción segura, cómoda y eficiente para transportarse, tanto para un anciano como para un niño. Son los primeros 20 kilómetros de una red de ciclorrutas con todas las de la ley. ¡Enhorabuena!

Algo bueno que trajo el covid es que aceleró los procesos de implementación de la infraestructura ciclista y para muchos la bicicleta pasó de ser vista como enemiga a amiga, no solamente en Bucaramanga. Con o sin coronavirus, la cicla hace rato reclamaba un espacio digno en las calles.

En la capital santandereana, luego de más de un año de un desgastante proceso judicial que tenía en vilo 17,4 kilómetros de vías ciclistas, hoy por hoy estas obras avanzan en más del 70 por ciento de su construcción y el alcalde Juan Carlos Cárdenas anuncia que en diciembre próximo serán entregadas oficialmente.

A medida que se vaya extendiendo esta red ciclista, más personas se subirán a la bicicleta. Es un fenómeno bien conocido que los expertos en transporte llaman inducción de la demanda. Ocurre lo mismo para los carros y es la explicación de por qué muchas ciudades han llegado, o están llegando, al colapso automotriz.

En los Países Bajos dicen: “construye y el ciclista vendrá”. Cuanta verdad.

Empero, el solo cemento no es suficiente para generar una bicicultura sólida. Hace falta, desde luego, el componente pedagógico y educativo que ayude a que todos los actores de la movilidad tengan una relación más armoniosa en las vías. Esa asignatura está muy pendiente en Bucaramanga, al igual que en muchas otras ciudades del mundo.

Entretanto, sería muy bueno que la administración Cárdenas vaya proyectando, si no lo está haciendo ya, los trazados de los 15 Km de ciclorrutas que fueron aprobados por el Concejo municipal para el próximo cuatrenio, y así cortar de plano cualquier manto de duda.

En ese sentido, la interconexión del Área Metropolitana es clave para lograr la integración de la bicicleta con el sistema de transporte masivo y así garantizar su expansión y cobertura de norte a sur, desde Los Colorados hasta Piedecuesta.

Finalmente, la invitación es para que los bumangueses y las bumanguesas aprovechen esta gran oportunidad que se abre en la ciudad y se suban a la bicicleta sin más titubeos, dejando atrás las excusas consabidas: es un medio de transporte para pobres, las calles son muy empinadas, hace mucho calor, voy a llegar sudado, etcétera. Sus bondades serán siempre superiores: descongestiona las calles, reduce los tiempos de desplazamiento, estimula la igualdad social, mantiene la salud, protege el medio ambiente, etc.

Llegó la hora de pedalear por Bucaramanga y resignificar la belleza que la ha hecho famosa.