El recontra espionaje
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Se destapa otro escándalo de interceptaciones ilegales, ahora, realizados por Ejército Nacional con el nombre de perfilamientos, algo que deja muy mal parado al gobierno Duque, forjando la sensación de siempre: en Colombia no se puede hacer política de oposición y quieren restringir a la prensa libre como sea; al periodista que incomode, hay que chuzarlo, para desprestigiarlo, armarle montajes y sacarlo del camino.
Pero ¿Por qué se presenta este hecho? Ya fue norma en los dos gobiernos de Uribe; en el gobierno Santos, cuando los militares también chuzaron el acuerdo de paz y ahora, en este periodo, se presentan por segunda vez, revelados por la revista Semana, el presidente fue enfático en rechazar los hechos, lo mismo el ministro de Defensa que trató de adelantarse cuando supo que la publicación saldría, pero quedo muy mal porque dejó muchas dudas y solo se limitó a retirar de la institución a 11 oficiales, sin responder preguntas claves ¿Para quién iba esa información? ¿Quién dio la orden de chuzar? ¿Por qué hay ese ensañamiento contra la prensa crítica? ¿Cuál es el verdadero discurso de este gobierno en temas de derechos humanos? ¿Cuál es el partido político que dicta esas directrices?
En fin, muchas respuestas que espera el país. Hay dos posibilidades o el presidente Duque no tenía conocimiento de las chuzadas, lo que demostraría que no tiene conocimiento de lo que pasa en el ejército, ni mando y le están jugando sucio; o sabía y, como fueron pillados, en semejante chambonada de perfilamientos, quiere hacerse el de la vista gorda, este tipo de seguimientos parecen dirigidos por el Súper Agente 86 y su fiel compañera la 99, evocando aquella serie gringa en la cual a los agentes del recontra espionaje todo les salía mal.
Es muy grave todo lo que se ha presentado, porque además las interceptaciones se hicieron con equipos de cooperación del gobierno de EE.UU., aunque está claro que a Trump poco le va importar que se esté chuzando a periodistas, con ese cariño que él le tiene a los medios, pero no deja de ser un punto negro para este gobierno, dice una cosa y aplica otra y, una vez más, evidencia que no ha podido desmarcarse de la sombra de los gobiernos de Uribe y ha optado por revivir varias de sus políticas más nefastas; directrices de falsos positivos, el Agro Ingreso Seguro de Uribito y ahora las chuzadas, lo único que falta es que implante de nuevo la seguridad democrática.
Es muy importante que la situación se resuelva pronto, lo que está en juego es el debilitamiento de la democracia, en tiempos de pandemia, cuando no hay un Congreso vigilante, algo que nos puede llevar a un Estado totalitario que dispone todo, sin tener en cuenta los DDHH, con una ideología extremista y militarista que puede abocarnos a la desinstitucionalización
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