El uribismo en las presidenciales y hasta dónde puede crecer Petro en Caquetá

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En el Caquetá va a resultar nuevamente victorioso el uribismo, sin embargo cabe preguntarse si con Petro continuará la disminución del dominio de Uribe en el departamento.

El pasado 27 de mayo los resultados dieron como ganador en el Caquetá al candidato uribista con un 52%. Gustavo Petro, por su parte, lo sucedió con un 23% de los votos. Más allá de la ya conocida afirmación de que el Caquetá que vota es uribista (porque realmente el Caquetá más que uribista es abstencionista) el presente texto busca poner los resultados del domingo pasado a la luz de las anteriores elecciones presidenciales en el Caquetá para así situar los resultados en su verdadera dimensión histórica.  

Comparando los resultados del domingo con la votación para la primera vuelta de las presidenciales de 2014, la votación por el candidato uribista se mantuvo en el 52% mientras que la votación por el segundo pasó del 17% de Juan Manuel Santos al 23% de Gustavo Petro. Por su parte, sumando a los candidatos que apoyan la implementación de los acuerdos, estos obtuvieron un 49% de la votación (Petro, Fajardo y De La Calle) frente a un 29% de quienes apoyaban el proceso de paz con las Farc en el 2014 (Santos y Clara López). El apoyo al acuerdo entonces creció de 2014 a 2018. A su vez, la votación uribista para primera vuelta ha disminuido en el Caquetá (pasó de un 59 con Santos I, y se quedó con un 52 con Zuluaga y Duque). En contraste la participación electoral pasó del 37% y 35% en las primeras vueltas del 2010 y 2014 al 46% en las elecciones del pasado 27 de mayo.

En la primera vuelta del 2010, Mockus ganó únicamente en Solano. En 2014 Santos logró ganarle al candidato uribista en el municipio de Cartagena del Chairá; en esta ocasión Petro ganó en Cartagena del Chairá, Montañita y Solano.

En la siguiente tabla se muestra un resumen de los porcentajes de votación y de participación en los que han participado los candidatos uribistas y las alternativas en la primera vuelta de las últimas tres elecciones presidenciales.

La participación ha aumentado significativamente y el uribismo ha perdido fuerza.

Correspondiendo con el panorama a nivel nacional, el espacio que tiene Gustavo Petro para crecer en el Caquetá con miras a la segunda vuelta podría corresponder con la votación obtenida por Humberto de la Calle y Sergio Fajardo, en la siguiente tabla se muestra la sumatoria de estos votos por municipio.

La sumatoria total de los votos de Petro, De la Calle y Fajardo (56060) no alcanzan a superar la votación por Duque en el Caquetá (67884), sin embargo no deja de ser el proceso electoral una oportunidad para que las fuerzas políticas crezcan con resultados que no se ven a corto pero sí a mediano plazo.

Para la segunda vuelta, la tabla resumen de las elecciones anteriores muestra también un aumento en la participación, una disminución de la diferencia del uribismo con la segunda fuerza y un aumento en los municipios donde pierde el candidato de Uribe.

Los datos muestran que en el Caquetá va a resultar nuevamente victorioso el uribismo en segunda vuelta, sin embargo cabe preguntarse si con Petro continuará la disminución del dominio de Uribe en el departamento.

Si bien la votación uribista aumentó en 16 puntos entre la primera y la segunda vuelta de las elecciones de 2010 y 2014, es muy probable que ese aumento no sea tanto en esta ocasión, pues los votantes de De La Calle y Fajardo son más afines a Petro y los de Vargas Lleras ya se habían ido con Duque. Por su parte, el crecimiento de Petro de primera a segunda vuelta puede ser mucho mayor al de Mockus (que sólo aumentó 3 puntos) y puede ser algo inferior a la de Santos II (que fue de 18 puntos). Sería satisfactorio que el porcentaje total de Petro en el Caquetá sobrepase el 35% (contando los porcentajes sumados de Fajardo y De La Calle que corresponden a un 12%).  

La expectativa de las coyunturas electorales, y la pasión que esta despierta, deja de lado los análisis más sopesados de carácter histórico, pero estos análisis son importantes pues difícilmente un proceso político se modifica de un año a otro. Del 2010 hacia el presente, la participación electoral en el Caquetá ha aumentado al igual que la votación contraria al uribismo. ¿A qué se debe esta disminución del uribismo? ¿Qué papel puede jugar en esto el fin del conflicto armado con las FARC? Son cuestiones que cabe preguntarse. Ahora bien, el regreso del uribismo al poder de la mano de Duque puede hacer que haya una reversión de la tendencia y esta fuerza política, ahora con congresista, aumente su fuerza en el departamento.

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*Este es un espacio de opinión y debate. Los contenidos reflejan únicamente la opinión personal de sus autores y no compromete el de La Silla Vacía ni a sus patrocinadores.

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