¿Está funcionando la tregua en Tumaco?
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En diciembre, en el barrio Bajito de Tumaco, se reunieron varios mandos medios de los principales grupos armados dentro y alrededor del municipio: las Guerrillas Unidas del Pacifico (GUP), el Frente Oliver Sinisterra (FOS, en ese momento Guacho aún estaba vivo) y Gente del Orden, que es, en efecto, el brazo armado del FOS en la ciudad.
Allí, acordaron tres puntos: dejarían de enfrentarse y de extorsionar a la población local; el grupo ahora conocido como ‘Los Contadores’ no haría parte del acuerdo; y, en caso que se violase esta tregua, se comunicarían y si se determina que algún miembro de un grupo efectivamente mató a un miembro de otro grupo, el culpable sería asesinado.
En el área rural de Tumaco, donde operan Los Contadores, la violencia no ha mermado, especialmente en los corregimientos de Llorente, La Guayacana y Candelillas. Por los ríos Mejicano, Rosario y Chagüí, también se han presentado combates conllevando a desplazamientos forzados masivos, igual que en la zona del Bajo Mira, cerca de la frontera con Ecuador y la costa del Pacífico. Rerecientemente en algunos municipios al norte de Tumaco, ha habido enfrentamientos entre las GUP y FOS, al parecer por divisiones internas en ambos grupos. Hace pocos días, varias personas fueron secuestradas y probablemente asesinadas en el municipio de Olaya Herrera, presuntamente por miembros de estos grupos armados. Ahí la tregua sigue intacta en unas partes, y rota en otras.
Pero en el área urbana de Tumaco, desde comienzos del año solo se han registrado siete homicidios según la Policía: ninguno en enero, tres en febrero, tres en marzo y uno en abril.
Parece que la tregua ha servido para disminuir los niveles de violencia. Sin embargo, la Fuerza Pública no lo ve así. En palabras de un alto mando de la Policía Antinarcóticos: “Nosotros no le damos tanta importancia a la tregua. Realmente es un resultado de nuestros esfuerzos…”.
Uno de los más altos mandos del Ejército en la zona argumentaba antes de la tregua que con la llegada de la Fuerza de Tarea Hércules en enero del 2018, los homicidios en la ciudad bajaron drásticamente, “hasta dos casos” era el argumento.
El argumento de la Fuerza de Tarea Hércules sugiere que la tregua es la consolidación de una tendencia de reducción de la violencia que ya estaba en marcha en la ciudad.
Decidimos evaluar este argumento utilizando tres factores para medir la intensidad de conflicto en la ciudad: homicidios, enfrentamientos e información cualitativa de la percepción de los ciudadanos y de los miembros de las disidencias en la ciudad.
Los homicidios
Para evaluar todos los argumentos sobre la reducción de violencia en Tumaco, revisamos los homicidios desde 2017, dado que la Fuerza de Tarea entró a la región en enero del 2018. Así podríamos comprobar si la presencia de la Fuerza Pública efectivamente llevó a una reducción de homicidios en la zona. Limitamos los homicidios a los cometidos con arma de fuego, pues los grupos armados en la ciudad usan este medio para asesinar, y no las armas blancas.
Fuente: Policía Nacional. Las cifras mes a mes por zona de Medicina Legal en el periodo son incompletas, aunque las que hay difieren un poco de las de la Policía.
Como muestra el gráfico, después de enero del 2018 – cuando entró la Fuerza de Tarea Hércules – solo se evidencia una disminución sostenida de los homicidios en el área urbana de Tumaco a partir de julio del 2018, lo cual sí se le podría atribuir en parte a la mayor presencia de la Policía en ciertos puntos de Tumaco. La violencia, que a finales de 2017 y comienzos del 2018 era casi omnipresente y extremadamente abierta en todas las zonas de la ciudad, volvió a concentrarse en los barrios más difíciles. Ahora bien, durante la primera mitad del 2018, se observan los mismos picos que caracterizaron el año 2017.
Luego, entre julio y noviembre, los casos se estabilizan alrededor de cinco homicidios al mes, para luego bajar a partir de diciembre; en las primeras seis semanas de la tregua, hubo un solo homicidio en la ciudad. Según diferentes fuentes, algunos de los casos de febrero y marzo están conectados a la tentativa del grupo de Los Contadores de entrar en la ciudad y traficar droga en el área urbana.
En cuanto a los homicidios, pareciera que la tregua si consolidó una disminución general de asesinatos en Tumaco, que empezó claramente en julio del 2018, seis meses después del aumento del pie de la fuerza militar en la ciudad, lo cual, a su vez, pone en cierta duda el argumento de que el incremento de la Fuerza Pública haya sido la única causa de esta tendencia; y especialmente que los casos se disminuyeron de inmediato después del aumento, como algunas autoridades lo han dicho.
Enfrentamientos armados
En segundo lugar, el conflicto en la ciudad se manifestó también a través de enfrentamientos armados.
Por ejemplo, durante el desfile de lanchas como parte del Carnaval en Tumaco, en febrero del 2018, un tiroteo dejó tres muertos.
En julio del mismo año, una serie de enfrentamientos en los barrios Vientolibre y La Paz desplazó a más de 600 personas, y dejó dos muertos.
En octubre, miembros de la Gente del Orden y FOS, atacaron la casa de la mamá de alias David, comandante de las GUP hasta septiembre 2018, cuando fue dado de baja por la Policía. Sin embargo, desde diciembre 2018, no ha habido ningún enfrentamiento en la ciudad:
Fuente: Monitores de UMAIC, 2017, 2018 y 2019, corte 15 mayo de 2019.
El gráfico muestra que no hubo enfrentamientos entre enero y mayo del 2017, cuando la disidencia en la ciudad estaba unida y también en un proceso de negociación y desmovilización.
Se entregaron en abril de ese año solamente 128 de un total de 333 disidentes; los 205 restantes siguieron inmersos en el conflicto, aunque no combatían a los desmovilizados.
En junio, los que no se entregaron se unieron a las GUP, y empezó otro conflicto contra aquellos que se entregaron, quienes, a su vez, volvieron a las armas en agosto de ese año, cuando se evidencia un pico de enfrentamientos.
Desde entonces, las balaceras entre los grupos no eran infrecuentes. Sin embargo, desde diciembre 2018, no ha ocurrido ningún enfrentamiento en la ciudad, consolidando una tendencia corta de disminución que se nota entre septiembre y octubre del año pasado.
Pero ¿explica la presencia de Fuerza Pública en la ciudad la disminución de los enfrentamientos? Dos razones indican que no.
En primer lugar, la tendencia general de la segunda mitad del 2017 seguía durante los primeros ocho meses de 2018, sobrepasando el aumento de pie de fuerza de enero del año pasado.
En segundo lugar, no hay información que indique algún cambio de estrategia de la Fuerza Pública en la ciudad, especialmente en los barrios donde se daban los enfrentamientos, que sirva de mecanismo causal para explicar la disminución de enfrentamientos armados después de diciembre del 2018.
Es más, sigue siendo poco común ver patrullas en los barrios con mayores índices de violencia, y simplemente no hay una presencia permanente de la policía en esta zonas. Miembros de la Policía y el Ejército se presentan de manera regular en lugares muy transitados por los Tumaqueños como el puente de Pindó - lugar de varios enfrentamientos en los últimos dos años - pero incluso se han reportado tiroteos allí con su presencia de Fuerza Pública.
Opinión de los habitantes de Tumaco
Finalmente, existe información cualitativa que señala que los habitantes de Tumaco sienten mayor seguridad en 2019, lo cual le atribuyen a la tregua.
Esto se escucha en los barrios más violentos, pero también lo dicen los líderes comunitarios y cívicos.
Durante diciembre, se hablaba de una tensa calma pues la violencia tan extrema había hecho que los tumaqueños no creyeran en la tregua. Sin embargo, con el paso del tiempo, hay indicios de confianza en la nueva dinámica de menor violencia y extorsión.
En el centro de la ciudad, por ejemplo, las tiendas se mantienen abiertas hasta las 8 o 9 de la noche, cuando durante los momentos más crudos del conflicto, las cerraban todas a las 6 p.m. en punto.
Además, los mismos miembros de los grupos armados argumentan que la violencia ha bajado drásticamente debido a la tregua. Un mando medio de las GUP le dijo a Crisis Group que la vida en su barrio es más tranquila después del acuerdo.
Al mismo tiempo, varios miembros de Gente del Orden, quienes trabajan con el FOS, han dicho lo mismo, y señalan que ya pueden salir de sus barrios tranquilamente.
El hecho de que los miembros de los grupos armados le atribuyan la disminución de violencia a la tregua refuerza el argumento de que esta sí explica la disminución del conflicto en la ciudad.
Sin embargo, la tregua no es la solución para Tumaco. Sigue siendo, en efecto, útil para que los grupos armados puedan traficar drogas por la ciudad más fácilmente.
Al mismo tiempo, el hecho de que Los Contadores no hagan parte de ella hace que la violencia siga viva en el campo y la amenaza latente en la ciudad.
Adicionalmente los enfrentamientos recientes en zona rural entre las GUP y FOS podrían llevar a que el acuerdo en la cabecera municipal se rompa, aunque no parece ser el caso hasta ahora.
Aunque la tregua ha bajado los niveles de violencia, para que realmente haya paz en Tumaco de manera sostenible, hay que cambiar las condiciones de fondo que sostienen el conflicto y el narcotráfico en la región – la pobreza, la desigualdad, la falta de acceso a la educación superior, entre otras – las cuales no se superan al aumentar el pie de fuerza ni con acuerdos temporales entre grupos armados.
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