Machos en las vías y un método para soluciones conductuales

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Quisiera dar mi aporte de cómo abordar problemas sociales complejos como el machismo en las vías con un método claro y fácil de seguir.

Recientemente La Silla Vacía me invitó a ser parte de un hackatón para “combatir el machismo y la agresión al conducir en las vías”. La idea de un hackatón es reunir a varias personas que tienen algún conocimiento de un tema y tratar de resolver un desafío entre todos. El problema a solucionar era: los accidentes de tránsito causados por hombres y que se originan en actitudes o creencias machistas. 

Del desafío salieron ideas muy interesantes y unas posibles soluciones. Sin embargo, quisiera dar mi aporte de cómo abordar problemas sociales complejos con un método claro.

Los problemas sociales son difíciles de resolver, en gran parte, porque contienen muchas problemáticas provenientes de distintas causas. Tener un método es valioso porque ayuda a descomponer un problema complejo y abordarlo a través de pasos sencillos. Los accidentes de tránsito pueden darse como consecuencia de muchos comportamientos, con causas muy distintas las unas de las otras.

Adicionalmente, al momento de pensar en un problema social los prejuicios empiezan a surgir y tenemos la tendencia a conectarlos a una única causa. Este país está mal por culpa de la corrupción, las mujeres ganan menos que los hombres por culpa del machismo, esta ciudad tiene muchos accidentes porque la gente no sabe manejar. En fin. 

Por supuesto, lo anterior no ayuda en nada y nos lleva a discusiones eternas. Por esto, lo primero que hago es dejar de pensar en la causa del problema y me concentro en identificar cuáles comportamientos concretos componen esa problemática. Para esto uso una herramienta que se conoce como simplificación comportamental, a través de la cual descompongo un desafío en tres categorías: problemática general, conjunto de comportamientos y comportamientos concretos.  

En el primer nivel escribo la problemática general, ‘el machismo en las vías’. De esto se desprenden un conjunto de comportamientos que están conectados. Uno podría pensar que los accidentes causados por hombres están relacionados con dos grupos: ‘la conducción agresiva’ y la ‘conducción temeraria’.

En el primero, están todos los comportamientos que se realizan con la intención de generar daño físico o psicológico a un tercero. En el segundo, están los que se realizan para mostrar destreza y habilidad al conducir. Ambos conjuntos de comportamientos causan muertes y lesiones a terceros. Sin embargo, hay una diferencia fundamental. Los que manejan agresivamente lo hacen con la intención de hacer daño; los otros, no. Puede que los que manejan de forma temeraria no les interese mucho el bienestar de los demás, pero no están pensando en lastimar a nadie. 

Una vez realizo esta simplificación puedo empezar a llenar el tercer nivel, los comportamientos concretos que se desprenden de esos grupos. Para la conducción agresiva podrían ser: chupar rueda del carro de adelante, cerrar con el vehículo a otros, pitar agresivamente, gritar y amenazar desde el vehículo, y lastimar a terceros con el vehículo o por fuera de él. Para la conducción temeraria propongo: exceder los límites de velocidad, participar en carreras ilegales, no respetar señales de tránsito ni semáforos, y adelantar en curvas. Con este subnivel me empiezo a dar cuenta de que algunas soluciones pueden servir para un caso, pero no para el otro.

De esta simplificación comportamental, salen dos tendencias muy distintas. Si en efecto el problema es el machismo en las vías, esto puede llevar a comportamientos agresivos y/o temerarios. Con esto voy a un paso más allá para diagnosticar mi problema, porque aún dentro de los hombres que se podrían calificar como machistas, no todos son agresivos y/o violentos. Después de esto tengo la opción de concentrarme en un solo conjunto de comportamientos o en los dos. El número que decida cubrir dependerá de mi capacidad para proponer y generar soluciones.

Ahora sí podemos preguntarnos qué puede estar causando estos comportamientos. Pero antes es bueno tener una teoría que me ayude a explicar la ocurrencia de un comportamiento. Sugiero utilizar COM-B, una herramienta de diagnóstico comportamental y de diseño de estrategias de cambio de conductas muy usado por los que trabajamos en este campo.

Las siglas de COM-B hacen referencia a las fuentes de un comportamiento que pueden explicar una acción. De acuerdo a este modelo, un comportamiento se realiza porque una persona tiene la capacidad (C) física o psicológica de llevar a cabo una acción, porque existe la oportunidad (O) física para realizarlo (dinero, tiempo, proximidad, obstáculos o facilidades) o porque hay muchas personas que realizan ese mismo comportamiento (oportunidad social); y/o existe una motivación (M) consciente o inconsciente para realizarla. De ahí sus siglas COM-B, que explican un comportamiento (Behaviour).

De acuerdo con todo lo anterior, qué puede estar causando estos dos conjuntos de comportamiento. Frente a la conducción agresiva, las personas pueden estar motivadas por su gusto por la violencia o un sentido de identidad que relaciona la violencia al volante como una característica esperada de un macho. Por el lado de las capacidades, es posible que tengan poco autocontrol o conocimiento de estrategias para evitar la violencia. Si son las oportunidades para realizar esa acción, es posible que ese comportamiento sea aprobado por sus pares o por lo menos tolerado.  

Repetimos el proceso con las causas de la conducción temeraria. Por el lado de las motivaciones, pueden estar las emociones que se sienten al manejar rápido o las creencias personales de que un macho debe conducir así. Tal vez estos machos sobredimensionen sus capacidades para conducir rápido sin consecuencias negativas. Por último, desde las oportunidades es posible que existan creencias de que eso equivale a una muestra de destreza y hombría para el resto de personas.

Luego hay que pensar en cuál sería la estrategia más fácil y barata de implementar y con el mayor alcance. Después de todo, queremos mitigar este comportamiento en la mayor cantidad de personas posible. Empecemos por descartar las estrategias más obvias. Cuando hay un problema de comportamiento, lo que más se sugiere es resolverlo a través de la educación. Una opción sería mostrarles a los conductores las consecuencias de manejar de forma agresiva y/o temeraria. En pocas palabras, convencerlos de que esas acciones no son adecuadas. 

De acuerdo al modelo de COM-B las anteriores serían estrategias para alterar las motivaciones personales. Sin embargo, esto se lleva haciendo desde hace mucho y estos comportamientos siguen siendo frecuentes. Además, para una persona que actúa así es muy fácil disociar sus acciones de su responsabilidad.

En la práctica cuando se confronta a alguien con las consecuencias de sus acciones, éstos realizan ejercicios mentales para justificar sus conductas, convencerse de que realmente el daño no es tan grave o que hay personas mucho peores que ellos. Yo soy violento, pero es que en esta ciudad toca; es que la gente no sabe manejar; para qué me compré esta moto si no es para manejarla rápido; y así. Luego, alterar las motivaciones conscientes no parece muy promisorio. 

Vamos a enfocarnos en modificar las oportunidades y luego les comento cómo éstas se conectan con las motivaciones inconscientes. Las oportunidades son importantes porque son las condiciones que nos provee el contexto para realizar una acción. Hay tres razones para pensar en modificar las oportunidades. La primera, es que la mayoría de los contextos son comunes a todos. Segundo, porque los seres humanos no solo actuamos de acuerdo a nuestras preferencias sino que nos dejamos guiar por las acciones de los demás. Por último, es más fácil modificar el comportamiento de terceros que no participan en esas acciones que de los conductores que las valoran positivamente.

En este punto de nuestro proceso ya sabemos que queremos cambiar comportamientos de hombres jóvenes, alterando la oportunidad social de conducir temeraria o agresivamente y que nos gustaría realizarlo a través de un medio barato, atractivo y de amplia difusión. 

Ofrezco una de las ideas que sugerí en el hackatón. Usar las aplicaciones de citas como Tinder y Bumble para que las mujeres muestren mensajes que desaprueben ambas conductas. Para alcanzar esto las mujeres deben escribir en su perfil de la aplicación un mensaje como: “Si manejas como un animal, no me des match” o “no me subo al carro/moto de alguien agresivo”. O algo más pegajoso pero con el mismo tipo de mensaje.

¿Qué se consigue con esto? Lograr reducir la oportunidad social de manejar rápido y de forma agresiva. Primero, porque le muestra a nuestro público objetivo que estas conductas no son atractivas para los demás. Si el que maneja es joven y heterosexual, la desaprobación de las mujeres puede ser muy importante.

Por otro lado, al lograr que muchas personas difundan este mensaje también se pueden alterar las motivaciones. Esto genera un proceso que se conoce como disonancia cognitiva, donde las creencias personales entran en conflicto con una idea o una creencia social y esto lleva a la persona valorar si sus creencias iniciales son correctas. Es decir, al observar que los comportamientos de macho al volante que disfruta son rechazados, su motivación de continuar con esos comportamientos se reduce.  

La campaña Pinky, de la Autoridad de Tránsito de Australia, ofrece un precedente de que una estrategia de este estilo puede funcionar. Pinky buscaba asociar la conducción temeraria con una señal de mano que representaba tener un pene pequeño. La campaña se realizó en el 2007, por lo que una versión más actualizada puede usar las apps de citas.

Una ventaja de mi propuesta es que estaría mejor focalizada pues los mensajes aparecerían en los lugares donde más importa y para las personas que más se accidentan. Además, puede ser mucho más barata de realizar que una campaña tradicional de comerciales, aunque requiere reclutar a muchas mujeres para que cambien su información de perfil. Sin embargo, es posible iniciar la tendencia a través de redes sociales y que mujeres reconocidas o famosas lo ayuden a difundir.

Para terminar este largo artículo, dejo una lista resumiendo los pasos que acabo de realizar. Con esto pretendo dar una idea de cómo abordar y proponer soluciones a problemas sociales. Espero que les sirva. 

  1. Simplificación comportamental.
  2. Teoría del cambio (COM-B).
  3. Identificar posibles causas usando COM-B.
  4. Seleccionar fuentes del comportamiento a modificar usando COM-B
  5. Seleccionar contenido de la estrategia.
  6. Seleccionar medio de difusión.

 

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Red de Ciencia e Innovación

*Este es un espacio de opinión y debate. Los contenidos reflejan únicamente la opinión personal de sus autores y no compromete el de La Silla Vacía ni a sus patrocinadores.

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