El Alcalde de Barranquilla se consolida como el más poderoso del país al mantener una ficha suya en el ministerio de Vivienda mientras que el súper poderoso senador de La U en Córdoba Bernardo Elías es castigado con la pérdida de Fonade.
Char gana y el Ñoño pierde en el nuevo gabinete de Santos
Los cambios en el gabinete ministerial anunciados ayer por Juan Manuel Santos consolidan a Alex Char como el cacique regional más poderoso del país, pues el alcalde barranquillero es el único mandatario local que puede reclamar la titularidad de un ministerio: el de Vivienda.
Ante la salida de la ex alcaldesa Elsa Noguera, también de la cuerda de los Char, llega Jaime Pumarejo Heins, quien fue hasta ayer el Gerente de Desarrollo de la capital atlanticense.
Con el relevo en la cartera de Vivienda, Santos le mantuvo a Cambio Radical, partido del Exvicepresidente, su representación en un ministerio que ha controlado desde 2012, cuando su titular era el propio Germán Vargas Lleras.
Sin embargo, el cambio en el ministerio es más un guiño directo al charismo que al vargasllerismo, ya que, a diferencia Elsa Noguera –una figura nacional con vuelo propio que además de ser exalcaldesa de su ciudad fue fórmula vicepresidencial de Vargas Lleras en 2010 antes de llegar a minvivienda–, la carrera política de Pumarejo, hasta esta palomita, había tenido solo un alcance local y siempre de la mano de Char.
El 'vicealcalde'
Pumarejo es miembro de una poderosa familia de tradición liberal en el Atlántico que es accionista del principal periódico de Barranquilla: El Heraldo, medio en cuya junta directiva estuvo hasta el año pasado.
Su padre, Jaime Pumarejo Certain, fue el primer alcalde electo popularmente en Barranquilla por el Partido Liberal y en honor a su abuelo, Alberto Mario Pumarejo Vengoechea, fue bautizado popularmente el puente sobre el río Magdalena que da entrada a la ciudad.
A los 27 años, después de un breve paso por una multinacional en el exterior, este administrador de empresas y sistemas de información de la universidad de Purdue (Estados Unidos) con MBA y especialización en finanzas corporativas del Instituto de Empresa de Madrid, inició su carrera pública.
Lo hizo como secretario de Desarrollo Económico del Atlántico en la Gobernación del conservador Carlos Rodado en 2004.
Cuatro años después se convirtió en uno de los funcionarios de confianza del entonces primerizo alcalde Alex Char como asesor de competitividad y secretario de movilidad, cargo que también ocupó durante la administración de Elsa Noguera.
En 2012 pasó a ser gerente del nuevo Centro de Convenciones, cargo al que renunció para aspirar a la Gobernación bajo la sombrilla de Char pero dentro del liberalismo para las elecciones regionales de 2015.
Esa aspiración desató un pulso de meses en el que el propio Char, para entonces candidato a reelección en la Alcaldía, participó activamente.
Los políticos de la ciudad recuerdan una reunión de Char en Bogotá con el expresidente liberal César Gaviria, el senador rojo del Atlántico Álvaro Ashton y el entonces codirector del liberalismo Horacio Serpa, en la que se pactó que Cambio Radical, en cabeza de Char, iría en fórmula con el candidato liberal a la Gobernación.
Y como en el liberalismo del Atlántico Pumarejo era visto como un extranjero que realmente representaba a la casa Char y los colores de Cambio Radical, el elegido para tener el aval fue el actual Gobernador Eduardo Verano,a quien su militancia de años en el trapo rojo y buenas relaciones en la dirigencia nacional liberal le terminaron dando la ventaja.
Al final Verano y Char se aliaron y ganaron la Gobernación y la Alcaldía, respectivamente.
En la segunda alcaldía de Char, Pumarejo llegó pisando fuerte. Su influencia es tal que en los círculos políticos es conocido como el ‘vicealcalde’, ya que Char suele dejarlo encargado de la Alcaldía cuando se va de viaje.
Como Gerente de Desarrollo lidera temas de infraestructura y desarrollo urbano, como las concesiones de vías, el nuevo Centro de Convenciones y la Avenida del Río. También tiene decisión sobre los proyectos de recuperación del espacio público y en políticas de movilidad como la peatonalización de las seis vías principales del centro. E incide en la Empresa de Desarrollo Urbano (Edubar), en el Foro Hídrico que se encarga, entre otras cosas, de la recuperación de 120 parques; y coordina acciones del Departamento Administrativo del Medio Ambiente (Damab), como la siembra de 250 mil árboles.
Esto también le ha valido ganarse el mote entre los demás funcionarios de la Alcaldía de “supersecretario”, apodo que, como contamos en La Silla Caribe, comparte con el Director del Área Metropolitana Jaime Berdugo.
Esta experiencia ahora le servirá para el nuevo cargo, desde el cual podrá, entre otras cosas, inaugurar muchas obras iniciadas años atrás por sus predecesores, incluido el candidato Vargas Lleras.
Sí a Correa, No al Ñoño
Las movidas del Presidente Santos también tocaron a otros poderosos del Caribe, que se han visto en los últimos meses salpicados en escándalos mediáticos. Pero con resultados opuestos.
Al exalcalde de Montería Carlos Correa, a quien la Fiscalía investiga por un caso de corrupción en Córdoba durante su mandato, lo pasó de la Alta Consejería para las Regiones a la dirección de Findeter, una entidad apetecida por los políticos porque financia proyectos de desarrollo en las regiones.
Esta la segunda vez que Santos respalda a Correa, a quien primero ratificó en la Alta Consejería y ahora lo nombra en Findeter una entidad cuyo presupuesto para 2017 ronda los 500 mil millones de pesos.
La movida de Correa es una jugada que le sirve a Santos por partida doble. Porque aunque Correa en realidad es “del Presidente”, tanto el Partido Conservador, al que perteneció formalmente como Alcalde, como Cambio Radical, uno de cuyos directivos es Luis Felipe Henao, su ex jefe cuando fue viceministro de Agua, lo ven como cercano.
Pero así como respaldó a Correa tomó distancia del senador de La U Bernardo ‘el Ñoño’ Elías, su aliado en Córdoba que, como contó La Caribe, a punta de mermelada le aceitó la maquinaria de su reelección en 2014 y del plebiscito en 2016.
Después de que la Fiscalía le acaba de compulsar copias ante la Corte Suprema de Justicia por supuestamente haber participado en la estructura montada por Odebrecht para repartir coimas en Colombia y hacerse a contratación de obras públicas, Santos le aceptó la renuncia a Ariel Alfonso Aduen, ficha del Ñoño Elías, en la dirección de Fonade.
Esta entidad que el presidente le dio al Senador como una ‘pruebita de amor’ para que lo ayudara en el plebiscito del año pasado, es la encargada de tramitar muchos proyectos regionales que se hacen con los cupos indicativos que gestionan los congresistas.
Dado el presupuesto que maneja y la incidencia que tienen los congresistas en la escogencia de los contratistas, es clave para la mermelada que se reparten y muy apetecida en época preelectoral.
La distancia de Santos, sin embargo, no fue solo con él Ñoño’, sino con La U en general. En cabeza de ese fondo, que era de dominio del Partido, dejó encargado al director de Planeación, Luis Fernando Mejía, de corte técnico pero cercano al ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas y al ex director de Planeación SImón Gaviria.
Esto ha puesto en alerta al propio partido del Presidente ante la posibilidad de que ese fortín se quede en manos de los conservadores.
Dejando a Fonade en la interinidad un poco más de tiempo, Santos gana un poder de negociación frente a La U que, sobre todo en la Costa, le ha mostrado los dientes más de una vez por medio de la llamada ‘disidencia costeña’.
Si la jugada le sale, el Presidente ganaría la disciplina que necesita en su partido para votar los proyectos claves para la implementación de la paz que se discutirán este último año en el Congreso, como la reglamentación de la JEP, la creación de las circunscripciones especiales de paz y la reforma electoral.
Y evitaría, de paso, que el sector costeño del partido termine del lado de Uribe, que podría ser el desenlace si la jugada le sale mal.
Con estos cambios, Santos vuelve a demostrar su interés estratégico en la Costa, una región que fue clave para su reelección en 2014. Al reforzar sus vínculos con uno de sus políticos más poderosos como Char y mantenerse al margen de sus congresistas más cuestionados, como el Ñoño, comienza a armar el tablero político de último año de su mandato y a jugar sus cartas de cara a las próximas elecciones.