El Presidente cambió a solo 4 de sus 16 ministros, movió a los de su llavero personal y dejó molestias dentro de algunas colectividades de la coalición.
Las 6 cosas que revela el minicambio de gabinete de Santos
El presidente Juan Manuel Santos en el anuncio del nuevo gabinete. Foto: Presidencia de la República
Esta mañana el presidente Juan Manuel Santos anunció varios cambios en el alto gobierno, después de la crisis que anunció hace casi dos semanas. Lo hizo cambiando solo 4 de sus 16 ministros, pero aprovechó para mover varias fichas en otras 9 entidades que muestran varias cosas de la forma en que ha gobernado Santos, de sus movidas para las elecciones del próximo año y de sus metas para su último año.
Esas son:
Santos mantiene la estrategia de tener varios candidatos para derrotar al uribismo
Una de las grandes preguntas de los cambios de gabinete era si Santos se la jugaba por alguno de los precandidatos que vienen de su Gobierno, especialmente su ex vicepresidente Germán Vargas o su ex jefe Negociador con las Farc, Humberto de La Calle.
La respuesta es que no lo hizo y así deja abierto el juego para dejar que evolucionen sus campañas, y tener varias cartas que le puedan servir para impedir que el uribismo llegue a la Presidencia el próximo año, que todo indica que es su principal preocupación para el 2018.
A Vargas le mantiene sus puestos claves.
En el Ministerio de Vivienda reemplaza a Elsa Noguera con el también charista Jaime Pumarejo, hoy gerente de desarrollo de Barranquilla, conocido como el ‘vicealcalde’ en esa ciudad porque cada vez que Alex Char sale de la ciudad lo deja en encargo.
Y en la Superintendencia de Notariado nombra a la ex congresista liberal por Santander, Juana Bazán Achury, una de las liberales santandereanas que el senador de Cambio Bernabé Celis se llevó a ese partido en 2009.
Al liberalismo, que es el partido en el que De La Calle busca la candidatura, le deja quietos a todos sus ministros, incluyendo a los de carrera política que son Guillermo Rivera en Interior, Griselda Janeth Restrepo en Trabajo y David Luna (que se ha acercado al vargasllerismo) en TIC.
Además, le mantiene la Unidad de Víctimas, de la que sale el ex gobernador del Meta Alan Jara, enredado por acusaciones de corrupción en su administración regional.
Lo reemplaza otra liberal, que como él es víctima del conflicto y estaba trabajando en la entidad, con lo que manda una señal de continuidad: Yolanda Pinto, viuda del asesinado gobernador de Antioquia Guillermo Gaviria, y cuñada del ex alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria, y de la senadora liberal disidente Sofía Gaviria, con quien tiene serias diferencias sobre el proceso de negociación.
Además, al nombrar al abogado payanés y ex presidente de Millonarios Juan Carlos López como director del Bienestar Familiar en reemplazo de Cristina Plazas, Santos le da una cuota al liberalismo cercano a Rafael Pardo. López, entre otros cargos públicos, ha sido gerente de la empresa de teléfonos de Popayán, gerente de la Lotería del Cauca, concejal de Popayán por el galanismo y candidato liberal a la Gobernación en 2011.
Pardo y López tienen una amistad de vieja data y se encontraron cuando el primero era Ministro de Trabajo, en 2014, y López estaba dirigiendo Colombia Mayor, un programa auspiciado por el Ministerio de Trabajo para darle cobertura de subsidios a colombianos pobres de tercera edad. De hecho, con Pardo el programa se transformó y creció, algo para lo que trabajaron de la mano.
Además, el ex senador liberal Camilo Sánchez, que sonó varias veces como posible ministro de Interior, llegó a la alta consejería para las regiones, un cargo que es muy visible entre los políticos porque coordina la agenda del Presidente en los departamentos y sirve de enlace entre los mandatarios y políticos locales y la Casa de Nariño.
No suelta a los conservadores pero aprieta (y se arriesga a perder) a La U
Otra de las grandes señales que podía enviar Santos era si se la jugaba para alinear a las dos grandes bancadas en el Senado que amenazan con alejarse de él, enredar su agenda legislativa (ambiciosa para un último año de Congreso) e incluso terminar en la orilla uribista en las presidenciales.
La señal es que Santos no va a soltar a los conservadores y que le apuesta a apretar a La U para asegurar su fidelidad.
A los azules, Santos les mantuvo las cuotas del Ministerio de Minas con Germán Arce (quien es más del ministro conservador de Hacienda, Mauricio Cárdenas, que de la bancada), y les dio las cabezas de Findeter y Fiduagraria.
A la primera entidad, que financia proyectos de desarrollo territorial, llega Carlos Correa, hasta hoy consejero para las regiones y ex alcalde conservador de Montería (que tiene un proceso penal abierto por la corrupción en Córdoba, que incluyó una breve pero sonada detención). Dentro del conservatismo es visto de la cuerda de la senadora cordobesa Nora García Burgos, aunque con su paso por Palacio es también señalado como un conservador ‘de Santos’.
Correa reemplaza a Luis Fernando Arboleda, quien era cuota de La U caldense de vieja data.
A Fiduagraria, entidad afiliada al Banco Agrario, llega Marta Lucía Rodríguez, quien según dos senadores azules es muy cercana a la bancada, especialmente a la senadora nariñense Miryam Paredes y, según dos congresistas, al presidente del senado, Efraín Cepeda, también godosantistam aunque él nos negó que lo fuera directamente. En la entidad estaba como encargo el técnico Juan José Duque.
Pero La U no solo perdió Findeter sino que tiene en capilla si mantiene Fonade, una entidad clave para el trámite de los proyectos regionales con plata de los cupos indicativos (o mermelada), y el Ministerio de Agricultura.
En el primero Santos le aceptó la renuncia a Ariel Alfonso Aduen, ficha del Ñoño Elías que le había dado juego a Musa Besaile, por lo que era vista como la entidad de los Ñoños, grandes electores de La U (casi 300 mil votos en el Congreso en 2014) y claves para la votación de la reelección de Santos.
Como dejó encargado el director de Planeación, Luis Fernando Mejía, de corte técnico pero cercano a Mauricio Cárdenas, no es claro que La U mantenga esa entidad.
Algo similar ocurre en Agricultura, la única otra entidad donde no anunció un reemplazo sino que comprobó lo que había adelantado La Silla Vacía: el ministro, Aurelio Iragorri, se va a manejar La U. Pero no se sabe quién será su reemplazo, ni si los conservadores lograrán su propósito de recuperar el manejo de la entidad que tuvieron en el primer gobierno Santos.
Además de esas dos salidas sin reemplazo conocido (las dos únicas en los 13 cambios), los ministros de Comercio, María Claudia Lacouture, y de Transporte, Jorge Rojas, serán reemplazados por personas que son mucho más cercanos a Santos que a la bancada de La U: la antigua súperpoderosa de Palacio, María Lorena Gutiérrez y el ex ministro Germán Cardona.
En La U impactó que hace apenas cinco días sus bancadas se reunieron con Santos para planear la estrategia a 2018 por lo que que en la bancada revivieron las quejas en torno a sus pocas cuotas pese a ser la bancada más grande en el Senado (20).
“A Cambio que tiene siete senadores les respetaron todo”, nos dijo un congresista de La U. En ese mismo sentido nos hablaron otros cinco.
“Sí hay molestia dentro del Partido. Es un reacomodo que le ayuda a los liberales y a un sector conservador”, nos dijo el codirector de La U, Armando Benedetti.
Por eso, hay dos teorías sobre las motivaciones de Santos: una es que quiere ‘apretar’ a los congresistas que no estén alineados con él y amenazan con irse de la colectividad, y por eso dejó en suspenso los reemplazos en Agricultura (donde una fuente de La U dijo que posiblemente sería nombrado el actual viceministro Luis Miguel Pico, ex consejero político de Santos) y en Fonade.
La otra teoría, que viene ambientándose desde la reunión de la semana pasada especialmente en el sector de La U más cercano al exvicepresidente Vargas y el exembajador Juan Carlos Pinzón, es que Santos quiere empujar al partido hacia el liberalismo para fortalecer una candidatura de Humberto de La Calle y que por eso definió que el senador y exnegociador Roy Barreras será la cabeza de lista al Senado para defender las banderas de la paz.
Lo cierto es que después del anuncio de Santos, dentro de La U volvieron las solicitudes, por parte de algunos congresistas de la llamada 'disidencia costeña' para impulsar en la reforma política un artículo que permita el trasfuguismo. La propuesta quedó hundida la semana pasada antes de la reunión con Santos, pero revivió hoy, tras ver que les quitaron entidades.
Le apunta a dejar listo el ingreso a la Ocde
La llegada de María Lorena Gutiérrez al Ministerio de Comercio envía una señal clara de que el ingreso al club de países ricos, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (Ocde), en la que el Gobierno lleva trabajando casi desde su inicio, es prioritaria para Santos. En su visión de que su Gobierno es para transformar al país ya logró un acuerdo con las Farc y si logra ser parte de la Ocde, lo redondea.
Como Gutiérrez fue una de las cabezas de la estrategia para ingresar a la Ocde y desde Presidencia coordinó a los ministerios para ir implementando los cambios, su llegada al ministerio que se encarga de la diplomacia comercial y de decisiones fundamentales en política arancelaria, comercial e industrial, le puede dar el empujón final.
Más porque ella ha sido una de las funcionarias más poderosas de los dos períodos de Santos y tiene el oído del Presidente, por lo que al volver a estar en Bogotá podrá meterle el acelerador a lo que falta para asegurar el ingreso.
Deja técnicos en áreas con multinacionales, da más juego político donde no están
Quizás por la importancia de la Ocde, Santos deja a políticos en cargos que manejan contratos, presupuesto o políticas importantes, pero no donde las grandes empresas y las multinacionales tienen presencia.
Entre los técnicos que manejan sectores están Gutiérrez en Comercio (que a través de asuntos como los aranceles es fundamental para muchas grandes empresas); Germán Arce en Minas (donde maneja las políticas que más afectan a grandes petroleras y mineras); Alejandro Gaviria en Salud (un sector con multinacionales como Colsánitas y grandes empresas como Sura) y Germán Cardona en Transporte (encargado de acelerar las inversiones en infraestructura vial, donde hay contratistas muy grandes como Odinsa o Mario Huertas, y multinacionales como los españoles de OHL o los italianos de Impregilo).
En cambio, el Icbf que maneja un presupuesto de 2 billones de pesos pero que contrata esencialmente con entidades sin ánimo de lucro de bajo perfil, trae a Juan Carlos López, un abogado y excandidato a la gobernación de Cauca en 2011 por el liberalismo; en el Ministerio de Trabajo mantiene a la política liberal vallecaucana, Griselda Janeth Restrepo; y en Findeter, que financia obras en las regiones y mueve 449 mil millones de pesos, pone al ex alcalde de Montería, Carlos Correa.
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Sigue usando su 'llavero'
Otra de las conclusiones de los cambios es que Santos mantiene un ‘llavero’ de personas de confianza a las que cambia de cargos según sus necesidades. En esta ocasión nombró a su ex asesora y hasta ahora embajadora en Alemania, María Lorena Gutiérrez, en la cartera de Comercio; a su ex ministro de Transporte y hasta ahora embajador ante Italia, Germán Cardona, de nuevo en Transporte; a su ex gerente político de la campaña presidencial de 2009, ex ministro de Defensa y hasta ahora embajador ante la Unión Europea, Rodrigo Rivera, como Alto Comisionado de Paz, y a su hasta hoy alto consejero para las regiones, Carlos Correa, en Findeter.
De hecho, para el senador Armando Benedetti, codirector de La U, Santos hizo cambios “dentro del llavero”, y su colega conservador, Hernán Andrade, dijo que hizo cambios “moviendo a los suyos”.
En ese ‘llavero’ también parecen estar algunos de los que siguieron en su cargo, como la Canciller María Ángela Holguín y la ministra de Cultura, Mariana Garcés, que llevan 7 años en sus cargos; el Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas; y el de Defensa, Luis Carlos Villegas.
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Le da espacio a minorías que pueden definir la segunda vuelta
Dos de los nombramientos de Santos son guiños a minorías que pueden ser fundamentales en las elecciones de 2018.
El nombramiento de Jorge Eliécer Lara Palacios en la dirección del Icfes le permite a Santos reforzar su discurso de representación afro, pues Lara lo es. Nació en Tagachí (Chocó), es un contador con un doctorado en economía de la Atlantic International University, una universidad virtual, y ha hecho carrera en el Estado, pero no en asuntos de educación, y su experiencia en cargos directivos es corta.
Aunque lleva casi 30 años en Bogotá, guarda relación con su departamento y, entre otras, fue coordinador administrativo y financiero de la Dirección de Asuntos para Comunidades Negras del Ministerio del Interior cuando la dirigía César Antonio García Sánchez, un ex representante liberal por Chocó en 2013 (el ministro era el hoy Procurador Fernando Carrillo, de estirpe liberal).
Palacios fue director de planeación de la Secretaría de Gobierno en tiempos de Gustavo Petro y es cercano al hoy alcalde de Ibagué Guillermo Alfonso Jaramillo, y le hizo campaña (saliendo a repartir volantes con él y repartiendo publicidad) al hoy Alto Consejero para el Posconflicto, Rafael Pardo, a la alcaldía de Bogotá en 2015.
Con la llegada de Rodrigo Rivera a la consejería de paz le abre un espacio para los cristianos, pues el nuevo consejero de paz no solo pertenece a una iglesia evangélica (Avivamiento) sino que es transparente en su adscripción a ella y, como contó La Silla Vacía en 2009, llevó a Santos como precandidato a su iglesia en 2009 y ha impulsado que los pastores asuman posiciones políticas.
Por eso, su nombramiento deja en un cargo visible del Gobierno a una figura que puede compensar el giro de los votantes cristianos hacia el uribismo, a través de Alejandro Ordóñez y los cristianos que lo apoyan, e incluso de la aspiración presidencial de Viviane Morales.