Néstor Humberto Martínez no ha elegido vicefiscal, aunque sí ha dicho que será una mujer penalista. Éstas son las opcionadas, encabezadas por Mónica Cifuentes.
El sonajero para la vicefiscal de Néstor Humberto
Néstor Humberto Martínez fue elegido como Fiscal sin ser penalista. Por eso, y porque la reforma a la Fiscalía de Eduardo Montealegre dejó en manos del vicefiscal muchas operaciones centrales en el día a día, la primera decisión clave de Martínez será su vicefiscal, pero por ahora no está claro a quién va a elegir.
Martínez le dijo a La Silla que quiere que sea una mujer penalista pero que no ha definido ningún nombre.
La que pinta más fuerte es Mónica Cifuentes, quien también estuvo ternada a la Fiscalía y ha sonado como posible vicefiscal.
Cifuentes es percibida desde afuera como la gran favorita por dos motivos.
Primero, porque cumple con los requisitos para ser vicefiscal: es mujer, es penalista, ha trabajado en la Fiscalía y, como gerente jurídica de la negociación de La Habana, puede ayudar a orientar
Y segundo porque en la semana previa a la elección de Martínez se rumoró insistentemente que los dos candidatos habían llegado a un acuerdo en el que ella le pedía a los magistrados que la apoyaban que votaran por Martínez a cambio de que éste la nombrara vicefiscal.
Aunque ella negó públicamente la existencia de ese acuerdo, su nombre siguió sonando con fuerza. Y según un ex alto funcionario del Gobierno, el presidente Juan Manuel Santos le ha dicho a Martínez que le gustaría que la nombrara. Pero, según supo La Silla, Cifuentes y Martínez no hablan desde que éste fue elegido hace dos semanas, por lo que la duda se mantiene.
Además de eso ocho fuentes, entre funcionarios de la Fiscalía, jueces penales y abogados litigantes, le dijeron a La Silla que hoy tiene más fuerza Paula Andrea Ramírez Barbosa, una penalista de la Universidad de Ibagué con doctorado con honores de la Universidad de Salamanca, que es Procuradora Delegada para el Ministerio Público en Asuntos Penales.
Más ruido que opciones
En la Procuraduría, Ramírez es vista como uno de los directivos más cercanos a Alejandro Ordóñez. Eso quedó probado en 2011, cuando su delegado y amigo Gabriel Jaimes renunció a la entidad y Ordóñez movió a Ramírez, de apenas 32 años, de ser su asesora a un puesto encargado de más de 800 procuradores judiciales penales.
La Silla le preguntó a Néstor Humberto sobre ese rumor, y el Fiscal electo lo negó de tajo. “Es infundado”, afirmó.
También le preguntamos a Ramírez si le interesaría ser vicefiscal y si había tenido acercamientos con Martínez. “Claro, es un cargo excepcional”, dijo sobre lo primero. “No hasta ahora”, afirmó sobre lo segundo.
Por eso, el rumor no tiene mayor fundamento.
Además, aunque Ramírez es mujer y penalista (y tres fuentes en la Procuraduría la señalan como una persona muy competente y muy trabajadora), su cercanía con Ordóñez hace muy improbable que Martínez la nombre, pues llegaría apadrinada por un rival del Gobierno y un potencial competidor de Germán Vargas en las presidenciales de 2018.
Por último, Ramírez también ha sido cercana al ex Fiscal Eduardo Montealegre, quien también es tolimense y quien en 2012, cuando acababa de llegar a la Fiscalía, le ofreció las direcciones del CTI o la nacional de Fiscalías, pero prefirió seguir en la Procuraduría, según le explicó a La Silla, "por la cobertura nacional del cargo que no lo tiene ningún otro. Es realmente un escenario único de intervención penal".
Y con Montealegre peleado con el Gobierno, esa cercanía (y el hecho de que Noticias Uno le haya dado mucha importancia) también le quita opciones a la procuradora.
Con el nombre de Ramírez descartado, podría pensarse que Cifuentes está elegida. Pero según dice alguien que tiene el panorama de la elección muy claro, “parece que el doctor Néstor Humberto tiene una encrucijada en el corazón, tiene una baraja y aún está decidiendo.”
Los otros nombres
Aunque Martínez guarda total hermetismo, hay otros nombres sobre el tapete. “Como tantos le ayudaron a ser elegido, todos se sienten con poder el imponer vice”, dice alguien que conoce el proceso por dentro. “No quiero saber las presiones que tiene”.
”Como tantos le ayudaron a ser elegido, todos se sienten con poder el imponer vice”
Por eso, y ante la duda de la candidatura de Cifuentes, también está circulando el nombre de María Paulina Riveros, miembro del equipo de negociación del Gobierno en La Habana.
Riveros, abogada del Externado, ha hecho toda su carrera en el sector público y, aunque no está especializada en Derecho Penal (tiene una maestría de derecho de seguros de la Javeriana, el alma mater de Martínez), inició su carrera en la Fiscalía. Luego trabajó en varias entidades del Estado, incluyendo ser asesora de Martínez cuando él era Ministro de Justicia de Andrés Pastrana y directora de Derechos Humanos del Ministerio de Interior de Germán Vargas Lleras, aliado político de Martínez.
Esa experiencia pasada de trabajo con el hoy Fiscal, sumada a su cercanía con el Gobierno, su trabajo en La Habana y el haberse dedicado a los Derechos Humanos, le suman puntos. Pero le resta el que no es penalista y Martínez ha dicho que será una mujer que lo sea.
Entre las penalistas ha sonado con fuerza Carmen Maritza González, hoy directora de la Itrc (la entidad encargada de evitar el fraude y la corrpción en la Dian) y encargada también de la Uiaf (la institución que vigila los movimientos financieros), dos cargos de mucha confianza del alto Gobierno.
González quien fue directora del CTI de la Fiscalía cuando Viviane Morales dirigió esa entidad. González tiene la ventaja de que ha hecho casi toda su carrera inicial en la Fiscalía, por lo que conoce la entidad por dentro.
Llegó a la dirección nacional de instrucción criminal (que tras la Constitución de 1991 se transformó en la Fiscalía) en 1989, hizo carrera en el CTI hasta el 2002, fue asesora legal de la DEA y luego del IRS (la Dian gringa) en Bogotá entre ese año y 2010, y entre ese año y 2012 dirigió el CTI.
Ese conocimiento de la Fiscalía es una clara fortaleza de González. Pero su pasado también trae unos hitos que pueden jugar a su favor si Martínez quiere enviar un mensaje de que va a investigar a militares y empresarios, y en su contra, si desea lo contrario.
En 2001 el entonces fiscal Luis Camilo Osorio retiró a González después de que ella ordenó capturar al general retirado Rito Alejo del Río por presuntos vínculos con paramilitares y al difunto esmeraldero Víctor Carranza. Ese retiro fue tan ilegal que González luego tuteló, ganó el proceso y así volvió a la Fiscalía en 2011.
El tercer nombre que circula es el de María Mercedes López, la ex magistrada de la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura a quien Santos ternó a la Procuraduría en 2012, hecho que es una muestra de su cercanía al Gobierno. Además, ha defendido la negociación de La Habana.
López también cumple el requisito de ser penalista, pues tiene especialización y maestría en Derecho Penal, y fue procuradora judicial y magistrada de la Sala Penal del Tribunal de Pereira. La Corte Suprema la ternó en 2006 para hacer parte del Tribunal de Justicia y Paz. Sin embargo, no ha trabajado en la Fiscalía. La Silla la buscó para preguntarle si tenía interés en el cargo, pero no la pudo contactar.
En ese ramillete, Cifuentes parece seguir con ventaja en una decisión que no es menor, por todo el poder que tiene un vicefiscal
La importancia del vice
Desde la reforma a la Fiscalía de 2013, el Fiscal General es un presidente que se encarga de orientar gerencial y estratégicamente la entidad y de representarla en lo político, mientras el Vicefiscal es el jefe de todos los fiscales y quien en última instancia orienta los casos. Es decir, el responsable de lo que ocurre todos los días en los procesos.
Eso se nota, por ejemplo, en qué direcciones tiene cada uno bajo su cargo. El Fiscal tiene la de políticas públicas y planeación, la de control interno, la de comunicaciones y la de asuntos constitucionales, todas dirigidas a asuntos macro y no al día a día. La única excepción son las delegadas ante la Corte Suprema, que manejan los casos de más alto perfil.
En contraste, el Vicefiscal tiene bajo las direcciones encargadas de la investigación (la del CTI y las de las policías judiciales especializadas), la de investigación de análisis y contextos, que produce insumos macro para que los fiscales adelanten investigaciones con una lógica que Martínez ha criticado; las de fiscalías nacionales y fiscalías especializadas, que son el eje del funcionamiento de la Fiscalía; la del sistema penal acusatorio, que estudia cómo mejorar el sistema penal; la de protección y asistencia, que maneja los programas de protección de testigos, víctimas y funcionarios; y la de seccionales, que coordina las dependencias de las fiscalías en los departamentos.
Esa división de funciones es la que ha hecho que el vicefiscal Jorge Perdomo haya mojado más prensa y haya tomado decisiones más sonadas que sus antecesores - pues aún si Martínez avanza en su idea de reformar de nuevo la Fiscalía y tener más de un vicefiscal, para eso se requiere cambiar la ley, un procedimiento que no se demoraría menos de un año.
Por eso, por lo menos inicialmente quien sea la vicefiscal de Martínez seguramente aún más visibilidad e importancia que Perdomo, dado que Martínez no es penalista, y orientará la decisión en casos tan sonados como el de Interbolsa, el de Isagen, el de Santiago Uribe Vélez, el de Óscar Iván y David Zuluaga, los de los primeros generales por falsos positivos.
Y probablemente también será el encargado de supervisar la organización de los 45 mil expedientes que hay en la Fiscalía sobre el conflicto, y que son la materia prima con la que arrancará la Jurisdicción Especial para la Paz, como contó La Silla.
Por todo eso, y con la sombra de sus relaciones con el poderoso vicepresidente Germán Vargas y el hombre más rico del país, Luis Carlos Sarmiento Angulo, la decisión tiene un peso muy grande.
El próximo lunes se posesiona el nuevo Fiscal. Quizás para ese momento anuncie quién será su segunda de bordo y así mande una señal clara sobre el rumbo que le va a dar a su Fiscalía.