La disidencia costeña de La U se pinta de azul

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El grupo de "los siete coste?os de La U": Sandra Viilladiego, Armando Benedetti, Miguel Amín, Eduardo Pulgar, Bernardo 'el ?o?o' Elías, Musa Besaile y José Alfredo Gnecco.

Senadores de La U y del conservatismo armaron un grupo para apostar juntos en las presidenciales de 2018, independientemente de lo que decidan sus partidos, y mostrarse fuertes ante el Gobierno. 

A pesar de que para la refrendación de los acuerdos de paz ayer la aplanadora santista funcionó como un relojito, el partido más grande de la coalición está dividido, como lo evidencia el grupo que siete de sus 20 senadores armaron hace meses para pensar en jugar juntos en las presidenciales de 2018 y mostrarse fuertes ante el Gobierno y sus colegas para temas de representación burocrática. Así lo habíamos contado en La Silla Caribe en mayo. A esos siete congresistas, costeños y de gruesa votación todos, se les han sumado en las últimas semanas otros tres legisladores de La U de otras regiones y siete conservadores.

 

Ya se han reunido al menos dos veces en el apartamento y en la oficina del senador Armando Benedetti, el gestor de esta disidencia, director de La U y reciente protagonista de un escándalo, luego de que la Fiscalía le pidiera a la Corte Suprema investigar si tiene algún vínculo con un fraude ocurrido al Fondo de Prestaciones Sociales del Magisterio en Córdoba.

Crearon, incluso, un grupo de whatsapp para estar mejor comunicados entre todos.

Contrapartes suyas, tanto en La U como en el conservatismo, creen se trata de una simple movida para presionar por puestos al Gobierno, intentando armar un bloque sólido de 17 votos clave en momentos en los que al Congreso están por llegar las leyes de la paz y la reforma tributaria.

Sin embargo, si esta liga llena de caciques con votos pero sin aspirante que se vea fuerte a la Presidencia (al menos en el caso de La U) de verdad llegase a concretar su idea de alianza interpartidista para las elecciones de dentro de dos años, el peso de su maquinaria podría convertirse en actor determinante en esos comicios en los que el país se jugará el futuro del proceso con las Farc.

"Hacer lo que hizo Vargas Lleras"

Esta versión recargada de la disidencia costeña de La U que habíamos contado en mayo pasado es el coletazo de unas movidas en el proceso de elección del nuevo Procurador, hace un mes.

Como lo contó La Silla, para esa elección inicialmente la bancada de La U estaba dividida entre el grupo de Mauricio Lizcano (el presidente del Congreso que apoyaba a la exmagistrada María Mercedes López) y el grupo de los costeños y Roy Barreras (que apoyaban al exministro Fernando Carrillo, quien a la postre resultó ganador casi unánime luego de un guiño presidencial).

En una movida para ganarle el pulso interno a Lizcano (y de paso a su rival: el vicepresidente Germán Vargas Lleras, quien en principio también respaldaba a López), los costeños hicieron liga con siete conservadores que querían apoyar a Carrillo y no a López, que supuestamente era la candidata oficial del partido azul.

Dos senadores conservadores y tres del Partido de La U, por aparte, coincidieron en asegurarnos que varios miembros de ambas colectividades incluso se llegaron a reunir personalmente para ponerse de acuerdo en esa votación por Fernando Carrillo.

Paralelamente, tres legisladores de La U de otras regiones que estaban más cercanos a Lizcano también decidieron inclinarse por la candidatura del hoy Procurador, lo que dejó fracturado al grupo del Presidente del Congreso y selló su derrota en ese pulso.

Es en el marco de esta coincidencia de intereses que terminan encontrándose los siete costeños (Benedetti, Musa Besaile, Bernardo ‘el Ñoño’ Elías, Sandra Villadiego, Miguel Amín, José Alfredo Gnecco y Eduardo Pulgar), los tres de La U de otras regiones (Jimmy Chamorro, Milton Rodríguez y Ángel Custodio Cabrera) y los siete godos que se fueron con Carrillo desde el principio: Roberto Gerlein, Eduardo Enríquez Maya, Mauricio Delgado, Juan Manuel Corzo, Laureano ‘el Gato volador’ Acuña, Yamina Pestana y Jorge Pedraza.

Después de eso, también se ha reunido con ellos el senador antioqueño de La U Germán Hoyos.

Hablamos por aparte con siete de estos congresistas, de los dos partidos, y con matices todos nos confirmaron los encuentros posteriores a lo del Procurador y la idea central de éstos: pensar en constituirse en una fuerza que, con más de un millón y medio de votos que suman todos, unida pueda apostar fuerte en las presidenciales.

La línea que han tirado por ahora del lado de los costeños de La U es que no sería con un candidato que saldría de ellos, sino sentándose a acordar con uno de los aspirantes fuertes que salgan al ruedo, al que incluso quisieran ponerle la fórmula vicepresidencial (dos de las fuentes nos dijeron que Benedetti quiere que lo propongan a él, algo que hoy no está en las cuentas de nadie para esos comicios y menos después de su investigación).

Eso sí, por ahora ninguno dice esta boca es mía autorizando ser citado para evitarse inconvenientes en sus respectivos partidos, en donde aún no se define el tema de las candidaturas presidenciales. (“Pero así salgan candidatos propios de nuestros partidos, este grupo se decidirá por el que quiera, como lo hicieron los conservadores que se fueron con el Presidente teniendo candidato propio. Así toque debajo de la mesa”, nos adelantó uno de los senadores consultados).

“¿Qué es lo que queremos? hacer lo que hizo Vargas Lleras. Aquí el señor Vargas Lleras nos enseñó que uno va con los votos y negocia dos ministerios en vez de estar hablando tanto”, respondió otro senador (de La U) cuando le consultamos la idea de lo que quieren armar, en referencia a los acuerdos del hoy Vicepresidente para ser la fórmula de Santos en 2014.

Así, queda claro que la carta de presentación para sentarse con cualquier candidato serán los votos, que entre los que se están reuniendo están a la orden del día, pues por ejemplo allí tienen a los dos senadores más votados de La U (Musa y el Ñoño) y al más votado de los azules (Gerlein), que nada más entre los tres sumaron casi medio millón de apoyos en las legislativas pasadas.

Este grupo ya dio sus primeras muestras de sintonía y de fuerza la semana pasada, exactamente el día que en el Senado se presentó la proposición que citó al debate de ayer en el que se refrendó el Acuerdo con las Farc.

Aquí el señor Vargas Lleras nos enseñó que uno va con los votos y negocia dos ministerios en vez de estar hablando tanto.

Senador de La U.

La noche antes de ese día clave para el Gobierno, en una reunión en el apartamento de Armando Benedetti, parte de la disidencia en ciernes uconservadora había acordado que a la hora de la plenaria se quedarían en la oficina de ese senador hasta que del Gobierno “nos fueran a rogar que bajaramos a votar”, como nos contaron dos congresistas por aparte.

Efectivamente, unos 14 senadores de los dos partidos que se habían concentrado en el despacho del director de La U no llegaron a votar la proposición y a hacer quórum sino hasta después de que dos ministros (Juan Fernando Cristo, del Interior; y Aurelio Iragorri, de Agricultura) y el secretario de Presidencia, Luis Guillermo Vélez, subieron a buscarlos.

Al final, el Senado aprobó la proposición con los votos a ras: sacaron 54 y se necesitaban 52, con lo cual la liga liderada por Benedetti demostró que fue clave.

Un senador que estuvo presente en el encuentro en la oficina nos detalló que, en concreto, querían que el Gobierno les resolviera unas “dudas burocráticas” antes de ir a votar.

Otro legislador, que también estuvo, nos aseguró por su lado que su intención no era chantajear al Ejecutivo, sino darse importancia.

“Simplemente estábamos haciendo política, mostrándonos fuertes. Ya con Germán (Hoyos) somos 18 y eso teníamos que hacérselo saber al Gobierno, fuimos los salvadores ese día. Lo que pasa es que cuando estas cosas las hace Vargas es un berraco, cuando las hace un costeño es un bandido”, agregó ese congresista.

Precisamente, en ese sentido tres congresistas de La U y uno conservador, que no están en la disidencia costeñoazul y consultamos de manera separada para esta historia, opinaron que en realidad lo que quiere este grupo es concretar cuotas como el Fondo Nacional del Ahorro (cuya presidencia le van a dar a una cuota de los costeños, como lo contó La Silla).

“Se que se están reuniendo, es un tema de presión por cargos, lo que pasa es que decir eso no tiene presentación. Por eso lo revisten con la legitimidad de un proyecto político a mediano plazo. La U está dividida como nunca antes. Armando (Benedetti) juega a la división y es muy peligroso”, dijo uno de esos congresistas de La U.  

“La joya de la corona es el triunfo de Benedetti sobre Lizcano dentro del partido y poner el candidato a la Viceprocuraduría”, agregó otra de las fuentes.

En la disidencia, varios nos negaron eso argumentando que lo del Fondo Nacional del Ahorro ya es un hecho, por lo tanto no tienen que seguirlo pidiendo, y  también estaba pactado hace semanas que la viceprocuraduría será para La U porque “ese fue el acuerdo con (el Procurador) Carrillo”.

“Esto es básicamente para las presidenciales, sabemos que tenemos con qué”, nos dijeron en el grupo, en el que claramente la parada la mandan los costeños.

En la puja de poder que ya se está dando con miras a 2018 entre fuerzas como el uribismo, el vargasllerismo y quienes respaldan el proceso de paz, en este combo por ahora no deciden alrededor de qué candidato podrían activar sus poderosas máquinas regionales de votos.

Según cuatro de los congresistas del grupo, ninguno está descartado.

De hecho, dos de esas fuentes nos recordaron que la mayoría de estos senadores fue alguna vez uribista. “Ya hemos estado con todos, ¿cuál es el problema?”, dijo una de ellas.

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