La historia de Camilo Romero y su padre el candidato

Imagen

El ex senador Camilo Romero Galeano vive un caso único: no solo es un candidato de izquierda que ha cosechado apoyos hasta entre los conservadores y el antiguo PIN, sino que va a tener como fórmula a su papá - y, al revés de lo usual en política, el hijo va a jalonar al padre.

El ex senador Camilo Romero Galeano vive un caso único: no solo es un candidato de izquierda que ha cosechado apoyos hasta entre los conservadores y el antiguo PIN, sino que va a tener como fórmula a ser su papá - y, al revés de lo usual en política, el hijo va a jalonar al padre.

 

Romero, quien nació en Ipiales en 1976, está armando campaña a la gobernación desde hace varios meses y, según una encuesta de la Universidad de Nariño que salió este fin de semana, tiene una intención de voto del 26 por ciento frente al 11,5 de su más cercano rival, el ex senador y ex gobernador Parmenio Cuéllar.

Su papá, Ricardo Romero Sánchez, tiene casi escriturada la alcaldía de Ipiales, el tercer municipio más poblado de Nariño: en esa misma encuesta aparece con el 27,1 por ciento de la intención de voto, triplicando al segundo.

Esa fuerza del ex senador del Polo y copresidente de la Alianza Verde, que viene de que mezcla voto de opinión y el apoyo de una izquierda fuerte y en el gobierno, lo ha convertido en el caballo al que le quieren apostar otros grupos políticos, incluso en varios partidos de la Unidad Nacional: lo apoyan o están cerca de respaldarlo dos congresistas liberales, dos conservadores y uno del antiguo PIN..

La herencia de Romero

El resultado de la encuesta de esta semana no fue sorpresivo: una de diciembre de la misma Universidad le había dado una intención de voto del 20 por ciento, y en enero otra del Centro Nacional de Consultoría para el Diario del Sur le dio el 28.

Eso se debe, en parte, a que Romero es el heredero de una tradición de izquierda que es tan importante en Nariño que, con diferentes nombres y alianzas, lleva cuatro gobernaciones en el departamento del sur y ha puesto por lo menos un senador desde el año 2002.

Además de esa herencia general, Romero también es visto como el heredero de su tío Heraldo Romero Sánchez, un líder estudiantil y político importante en los años setenta, que fue concejal de Ipiales y de Pasto y quien dejó un legado que se nota en que en Pasto hay un barrio y una escuela pública que llevan su nombre.

El padre del candidato y hermano menor de Heraldo, Ricardo Romero, fue militante del M-19 y miembro de la AD M-19, concejal de Pasto tres veces y fallido candidato al Senado el año pasado, cuando Camilo lo impulsó como su heredero en el Senado. Sacó 23 mil votos, 14 mil de ellos en Nariño - donde le ganó al ex gobernador Navarro por un puñado de votos - y casi 8 mil en Ipiales, donde puso uno de cada cinco votos.

Con esa fuerza en el municipio fronterizo, Ricardo está de nuevo en campaña, ahora para ser alcalde, y esta vez está muy cerca de ganar, en buena medida gracias a su hijo,

Eso le da más fuerza a la aspiración de su hijo a la Gobernación, aunque también molesta por el mensaje de nepotismo que envía. “Esa es una situación que incomoda”, le dijo a La Silla uno de los políticos de los partidos tradicionales que lo apoyan.

Ricardo está casado con Myriam Margoth Martínez, ex directora de la Unidad que fue la directora de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp) durante la Alcaldía de Samuel Moreno Rojas, que terminó destituida e inhabilitada por irregularidades en la licitación del relleno de Doña Juana.

A ese legado, el ex senador le ha sumado un trabajo permanente para posicionarse en el voto de opinión: como estudiante universitario fue uno de los fundadores de 'Tienen Huevo', un “movimiento político juvenil mamagallístico” que le entregaba y lanzaba huevos a los políticos (y que sacó 4 mil votos a la Cámara de Bogotá en 2002); luego formó el colectivo Vamos Independientes -por el cual su padre aspiró a la alcaldía de Ipiales- que se terminó uniendo al Polo Democrático Alternativo; y ya como senador creó un grupo llamado Nueva Ciudadanía e impulsó un proceso de recolección de firmas para permitir la revocatoria de congresistas.

Esa trayectoria no ha estado exenta de críticas. Tras su ‘palo’ de 2010, cuando llegó al Senado con 44 mil votos -la cuarta mayor votación del Polo- y derrotando a conocidos barones del partido como Cuéllar, Jaime Dussán y Carlos Romero, se denunció que para esa aspiración había sido clave el apoyo burocrático de su madrastra en la Uaesp, ayudándole a sacar 6.500 mil votos en la capital, más que políticos del Polo que tenían bases de apoyo sindicales.

Romero explica esos votos no por el apoyo de su madrastra sino por su trabajo durante ocho años en compañía del hoy concejal de Bogotá (y copartidario) William Moreno, y siempre ha dicho que su relación con la esposa de su papá no ayudó.

En todo caso, su paso por el Senado, su recolección de firmas para revocar al Congreso y su exposición a los medios como precandidato verde el año pasado (cuando perdió con Enrique Peñalosa pero sacó más de 700 mil votos y dobló a John Sudarsky), dejaron en el olvido esos señalamientos y le dieron alas de independencia a pesar de que entre 2010 y 2014, o entre su candidatura y la de su padre, perdió 21 mil votos, la mitad de su electorado.

Ahora, con una suma de opinión y estructura de izquierda, y una campaña que le madrugó a sus rivales, Romero está en la punta en Nariño.

Hacia octubr

Hace algunos meses tres rivales para la candidatura de centro izquierda: el ex senador y ex gobernador del Polo Parmenio Cuéllar, el ex secretario de hacienda Nelson Leytón (quien renunció en septiembre pasado para no inhabilitarse) y el ex rector de la Universidad de Nariño Pedro Vicente Obando.

Oficialmente Cuéllar y Leytón siguen en la carrera, pero Romero les ha ido sacando ventaja.

Para la aspiración de Leytón (quien nunca ha sido candidato ni tiene votos proopios, y por eso era visto como la carta del continuismo) es fundamental que el grupo del gobernador Delgado se la juegue por él, pero, según tres fuentes de Nariño, el gobernador no ve con malos ojos la aspiración de Romero, por lo que pinta como el probable candidato del continuismo.

La de Cuéllar tiene tres debilidades. Una es que Romero ya le ganó una elección en 2010 cuando el ex gobernador se quemó reeligiéndose al Senado, y Romero se quedó con la curul del Polo nariñense (hasta que Cuéllar reemplazó a Iván Moreno Rojas tras su captura).

La segunda es que mientras Romero se fue a la Alianza Verde, Cuéllar se quedó en el Polo Democrático. Eso quiere decir que hoy solo podría lanzarse con el aval del partido de izquierda, que en Nariño perdió la fuerza desde que Navarro y Romero se fueron a Progresistas y luego a la Alianza Verde: pasó de sacar 75 mil votos en 2010 a 15 mil en 2014.

Y la tercera es que hace dos años Nariño perdió en la Corte Constitucional una tutela por cuenta de una pelea laboral con un grupo de trabajadores de la extinta Empresa de Licores, que se produjo por la decisión de la administración de Cuéllar de liquidar esa empresa en 2002.

Ese caso sigue vivo, en parte porque apenas la semana pasada el gobernador Delgado le reiteró a la Corte Constitucional su petición de anular esa sentencia (aprovechando que el ponente fue Jorge Pretelt y la tutela fue fallada con el voto de él, del polémico Alberto Rojas y con salvamento de voto de Luis Ernesto Vargas). Esa polémica puede revivir en la campaña y afectar a Cuéllar.

Mientras tanto, Obando decidió ir por la alcaldía de Pasto  y seguramente lo haga en llave con Romero. "Pedro es un hombre del sector alternativo y tenemos cercanía", le dijo Romero a La Silla.

En todo caso, el cambio de aspiración de Obando le dejó el camino abierto al ex senador.

Eso le ha permitido empezar a sumar apoyos en otros grupos políticos: solo con opinión y la estructura de la centro izquierda le queda difícil ganar, pero para políticos de otros partidos apostarle al ex senador es ir con el caballo ganador.

Para abrir esas puertas Romero recuerda a quién apoyó en la segunda vuelta del año pasado: "Nosotros acompañamos a Santos por La Paz y hoy estamos convocando a todas las fuerzas a ser el departamento del posconflicto", le dijo a La Silla. "Lo cierto es que no haré acuerdos de parcelar la gobernación ni que nos dejen las manos atadas".

Y ha funcionado desde hace un par de meses obtuvo el respaldo del senador conservador Eduardo Enríquez Maya, quien en 2011 apoyó a Delgado a la gobernación y sacó 46 mil votos al senado el año pasado.

Enríquez arrastró el apoyo de la representante Liliana Benavides, la más votada el año pasado con casi 50 mil sufragios y quien le puede ayudar a Romero con su maquinaria en el sector de la salud y su fortín en Guaitarilla

Después llegó el senador liberal Javier Tato Álvarez, con sus 40 mil votos.

Ahora suena también la llegada del representante rojo Neftalí Correa que pone votos en Tumaco, donde la izquierda nunca ha tenido fuerza; sin embargo, Correa aún no ha cantado su posición y, como codirector del Partido Liberal,

También se menciona la cabeza del antiguo PIN en Nariño, el representante Gilberto Betancourt, que pone su fortín en Samaniego y su fuerza en la zona de la cordillera. Sin embargo, se ha acercado a Cambio Radical (que en Nariño no lanzó lista a la Cámara) y eso podría complicar su llegada a donde Romero.

Al preguntarle si tiene esos apoyos, Romero es claro: "Y más", dice. "Es una unidad regional para un ProComún".

Si se terminan de decantar los apoyos de Correa y Betancourt, Romero tendría el apoyo de tres de los seis senadores y tres de los cinco representantes a la Cámara. Es decir, poco más de la mitad de la estructura política del departamento. Eso, más los 120 mil votos que sacó en la consulta verde de hace un año en Nariño, lo han convertido en el candidato a vencer.

La otra orilla

Con esos apoyos alineados con Romero, las otras estructuras políticas están del otro lado. La duda y su problema es quién sería su candidato para competirle al hasta ahora favorito.

En ese grupo están la senadora conservadora Myriam Paredes y su fórmula a la Cámara Oscar Fernando Bravo; el senador de La U Manuel Enríquez Rosero y su representante Berner Zambrano; y el senador liberal Guillermo García Realpe.

Hasta ahora ese grupo ha tenido como aspirante a Jhon Rojas Cabrera, quien renunció a la dirección de la caja de compensación regional, Comfamiliar, en octubre pasado para buscar la gobernación.

Rojas, que no ha hecho política electoral hasta ahora, es especialmente cercano a Zambrano, quien tuvo la votación más alta la la Cámara el año pasado con 51 mil votos, y en este momento cuenta con un poder extra: con José David Name y Roy Barreras es uno de los tres copresidentes de La U, que andan de gira por el país y son el primer filtro para otorgar avales.

Ese poder, sin embargo, no sirve mucho en lo local, pues no hay pelea por el aval de La U.

Además Rojas no despega en las encuestas. En la de diciembre tenía el 3,2 por ciento de intención de voto y en la de este fin de semana apenas creció al 4,26, apenas por encima del margen de error y no solo lejos de Romero sino detrás de Cuéllar y en empate técnico con Leytón.

Eso deja a este grupo, que pinta como el de la Unidad Nacional en Nariño, en una situación muy débil para pelear la Gobernación.

Según supo La Silla, hace dos semanas el senador García le dijo a varios políticos que en la Unidad Nacional en Bogotá veían con malos ojos la candidatura de Romero. Ese mensaje tuvo inicialmente el efecto de unir al grupo y de crear algo de nerviosismo entre algunos aliados de Romero que son de la Unidad Nacional.

Lo que enreda más el caminado de esta orilla es que la candidatura de Romero podría tener el efecto colateral de quitarle a la Unidad Nacional alcaldía de Pasto, que hoy está en manos de Harold Guerrero de Cambio Radical y es el principal apoyo para una eventual campaña presidencial de Germán Vargas en ese departamento.

En 2011 Guerrero le ganó esa elección al hoy candidato Obando por menos de mil votos, el 0,5 por ciento de la votación. Ahora Obando, que tendrá de su lado a Romero (y posiblemente a los apoyos de éste), tendrá una buena posibilidad de quedarse con el cargo.

Por lo menos arranca doblando a su más cercano contendor (el liberal Nicolás Toro, que quedó de tercero en 2011 con 20 mil votos menos que él) en la encuesta del fin de semana. Gustavo Núñez, el candidato de Cambio Radical, va de tercero con el 5 por ciento.

Sin embargo, la pelea por el apoyo del Gobierno sigue abierta. "(Romero no está en la Unidad Nacional y) de ñapa trajo a Angelino Garzón a Pasto. Imagínate cómo estarán en Palacio", le dijo a La Silla un político de la unidad Nacional que no apoya a Romero.

Por eso, el mensaje de García podría desarmar la alianza entre Obando y Romero, o por lo menos evitar que lleguen al primero los apoyos políticos del segundo.

Sin embargo, en Pasto dicen que el Ministro de Interior Juan Fernando Cristo envió un mensaje contrario al del senador: aunque Romero no es el candidato del Gobierno, tampoco es su enemigo ni crea resistencias. Ese mensaje, cuya realidad no pudo verificar La Silla, sí ha tranquilizado a los aliados de Romero, según le dijeron a La Silla dos de ellos.

Por eso, mientras para la alcaldía de Pasto la pelea sigue abierta, lo que pinta casi fijo es que el ex senador sea el quinto gobernador consecutivo que pone la centro izquierda en Nariño, que se convierta en una de las figuras de la Alianza Verde (que solo tiene otro candidato fuerte, Alonso Salazar en Medellín) y que su papá se quede con la tercera alcaldía del departamento. Justo uno de los departamentos más importantes para el aterrizaje de un eventual Acuerdo Final en La Habana.

Compartir
0