La pataleta de De la Calle y los dientes de Gaviria

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Lo que más le convendría al exjefe negociador es tener la maquinaria del liberalismo a su lado.

Esta mañana el precandidato liberal Humberto de la Calle envió un ultimátum a su partido, para que lideren una coalición (alrededor suyo) para llegar unidos a primera vuelta y enfrentar a “Álvaro Uribe y Germán Vargas Lleras”. Y amenazó con irse y buscar su candidatura por firmas si no se llegaba pronto a unas reglas de juego claras.  

Fue una pataleta para precipitar que en el Congreso del Partido que se celebra a finales de este mes, logren los acuerdos a los que no han podido llegar los voceros de los precandidatos durante las últimas semanas.

Y aunque no tiene muchos dientes porque De la Calle no tendría tanto futuro por fuera del Partido Liberal, puede surtir efecto porque César Gaviria dobló su amenaza.

El ultimátum

En la rueda de prensa hoy en su sede en Bogotá, De la Calle insistió en las condiciones para irse con el Partido Liberal en 2018 que puso cuando lanzó su aspiración hace ya un mes: que se escoja un candidato único antes de que termine este año; y que los aspirantes firmen un “manifiesto liberal” en el que estaría el respaldo al Acuerdo con las Farc y los idearios liberales de respeto a las minorías (con lo cual sacaría de entrada a la senadora Viviane Morales y evitaría que Germán Vargas entre a una consulta con los liberales).

Insistió en que aunque no quería hacerlo porque defendía la institucionalidad, si no encontraba “ambiente” dentro del Partido, se iba por firmas.

 

Como ambiente se refería a que en las últimas dos semanas, los delegados liberales para definir cómo escoger al candidato rojo no han llegado a un acuerdo.

Estos delegados son Arturo Sarabia, exministro y empresario barranquillero que hace las veces de su vocero; la representante Olga Lucía Velásquez que representa a Juan Fernando Cristo; el ex militante del M19 Eduardo Chávez que representa a Viviane Morales y los precandidatos senadores Juan Manuel Galán y Luis Fernando Velasco.

Mientras De la Calle ha enviado el mensaje a través de Sarabia de que debería ser aclamado en el congreso del partido, otros precandidatos como Juan Manuel Galán, Juan Fernando Cristo y Viviane Morales buscan que haya una consulta abierta de candidatos en marzo entre todos los aspirantes liberales, y candidatos de otros partidos de la coalición como Juan Carlos Pinzón, Clara López e incluso -por qué no, ha dicho Galán- Vargas Lleras.

“Llegar divididos a marzo es un suicidio para el Partido”, advirtió De la Calle en su rueda de prensa.

Pero los demás aspirantes tienen razones para llegar así como están hasta marzo.

Por ejemplo, Cristo ha venido acumulando maquinaria dentro del Partido gracias a sus dos años como Ministro del Interior, lo que para un senador liberal consultado, es una garantía para tener votos de congresistas claves en regiones como Rodrigo Villalba en el Huila (con quien estuvo el fin de semana), los representantes del sur del país con los que se reunió en Villavicencio y grupos liberales en Tolima, sin contar a la propia Olga Lucía Velásquez, quien agrupa caudal electoral en Bogotá con miras a dar su salto en Senado.

El senador Juan Manuel Galán, quien lleva un año y medio en precampaña, cree que puede dar la pelea en una consulta abierta porque ha escalado en las encuestas donde miden reconocimiento (5.6 en la última de Opinómetro) y cree que puede ser un fenómeno electoral.  

También, creen algunos gaviristas malpensados, porque ir separados hasta marzo le convendría a Germán Vargas, que siempre ha sido muy cercano a los galanistas y cuya presidencia impulsaría a su hermano Carlos Fernando a la Alcaldía de Bogotá en el 2019.

Y la senadora Viviane Morales cree que puede capitalizar el voto cristiano de las iglesias que la apoyan y la convencieron de lanzar su aspiración en julio.

Mientras Galán nos dijo que al exvicepresidente y exnegociador “nada le sirve” para estar en el liberalismo, otro compromisario nos dijo que “De la Calle debería venir (al Partido) y defender esas ideas que él defiende a ver si logramos consenso”.

De la Calle propuso hoy un consenso entre el partido “que se ha usado en todos los partidos del mundo” (y que sería alrededor suyo), o una consulta interna entre los cinco aspirantes para noviembre, una fecha prevista por el Consejo Nacional Electoral.

De una u otra forma, teniendo en cuenta que es el que puntea en las encuestas entre los liberales, convertido antes de finalizar el año en candidato liberal, De la Calle podría emprender así un camino para ser el líder de la alianza por la paz que ha venido proponiendo, entre sectores como los Ni-Nís (Sergio Fajardo, Claudia López y Jorge Robledo) y los independientes como Clara López.

Su idea es que en marzo esta coalición, con él como cabeza liberal y los demás aspirantes que definan las otras alianzas, defina quién será el que le compita a Vargas Lleras y ‘el que diga Uribe’.

El factor Gaviria

Según supo La Silla Vacía por una buena fuente, cuando De la Calle convocó esta mañana a una rueda de prensa, iba decidido a anunciar que se iría por firmas.

Anoche, De la Calle se reunió en Bogotá con el ex gobernador de Antioquia Sergio Fajardo durante más de dos horas, seguramente para explorar la entrada de De la Calle en la coalición de los Ni-Ní con los senadores Claudia López y Jorge Enrique Robledo.

Aunque La Silla Vacía no sabe de qué hablaron, Fajardo ha sostenido que él cree mucho en la seriedad de De la Calle pero que no está dispuesto a aliarse con el Partido Liberal.

Es posible que eso haya sido un incentivo adicional para que De la Calle quisiera dar el salto del Partido que lo ha acompañado toda su carrera. Sin embargo, según supo La Silla, el ex presidente César Gaviria, entre otros cercanos, le aconsejaron no hacerlo o por lo menos darle otro chance a los rojos. Y a juzgar por su ultimátum de hoy lo lograron.

De su campaña nos negaron que De la Calle hubiese sido convencido y que, al contrario, el candidato insiste en que su plan A es ser el aspirante liberal. 

Sin embargo, César Gaviria dobló la amenaza, al ambientar a través de Julio Sánchez Cristo, en La W, la idea de que él desistiría de ser el presidente del Partido Liberal para acompañar la búsqueda de firmas de De la Calle.

Gaviria tiene el apoyo de al menos 40 de 60 congresistas rojos para ser el próximo director  y así quedó claro en la reunión que hubo a mediados de julio en la que también el expresidente pidió a los congresistas apoyar a De la Calle.

Por lo cual no tiene mucho sentido lo que trinó Julito para explicar la supuesta decisión de Gaviria de que lo haría porque el exministro Cristo “tiene inclinada la balanza a su favor para ser el director liberal”. Cristo trinó y dijo que no aspiraba a eso.

Como dentro del liberalismo nadie más de peso quiere asumir la dirección de la colectividad, que además de liderar una coalición para la paz, pretende también mantener su bancada en Senado y Cámara, ante la posibilidad de crecimiento de las listas del vargasllerismo y el uribismo, la amenaza de Gaviria le da a la pataleta de De la Calle los dientes que necesita.

Cumplir su palabra de irse por firmas es arriesgado para De la Calle, lo que no significa que al final no lo haga. Sobre todo, porque como dijo él hoy “no tiene banqueros” (en un sablazo a Vargas porque a él lo inscribió como ‘candidato ciudadano’ el presidente del grupo Colpatria), y porque cree que “es momento de robustecer la institucionalidad de los partidos. Ahora hay más recogedores de firmas que votos”.

También es arriesgado porque suponiendo que los Ni-ní lo aceptaran dentro de la coalición como independiente, no es claro -a juzgar por las encuestas- que De la Calle pudiera ganarle a Fajardo o a Claudia López.

Por eso, a él lo que más le convendría es ser el candidato del Partido Liberal para contar con el impulso de la maquinaria del Partido y sumar el voto de opinión que tiene de los que valoran y agradecen que haya logrado terminar el conflicto armado con las Farc. Además de su experiencia y trayectoria en el Estado.

En todo caso, si él se va por firmas, el mayor beneficiado sería Vargas Lleras, que tiene origen en el partido Liberal, y varios aliados dentro de la colectividad, como el representante Alejandro Carlos Chacón. Y ese será, muy probablemente, el argumento que utilice César Gaviria, quien está fuera del país, y regresa esta noche para tener una reunión con sus congresistas y resolver su futuro dentro de la colectividad.

Como la mayoría de jefes del liberalismo como Cristo, Galán, Horacio Serpa y Rafael Pardo, así como De la Calle, están en contra de una posible fórmula con el ex Vicepresidente de Santos, es más fácil que al final logren un acuerdo para llegar con un aspirante único con apoyos de otros partidos y coaliciones que tampoco quieren ver a Vargas en segunda vuelta.

Si al final deciden que De la Calle es la persona, su pataleta -que más que fuerza demostró debilidad de liderazgo al interior de su propio partido- no habría sido en vano.

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