Aunque en la mayoría de municipios con más coca ya empezó el trabajo, falta lo que más evita la resiembra.
La sustitución de la coca sí está llegando a donde es pero muy lento
Aunque la cifra de la Oficina de las Naciones Unidas, Unodc, de 171 mil hectáreas sembradas a diciembre del año pasado, alarmó al gobierno Duque y mostró que la coca llegó a su máximo histórico, si se mira en detalle por municipios hay una luz, aunque no tan fuerte.
La luz es que el Programa Nacional de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, Pnis, que el Gobierno Santos lanzó en mayo del año pasado, sí está llegando a donde toca; lo que le quita fuerza es que lo está haciendo muy lento.
De los 20 municipios con más coca, ya entró a 13, pero no en todos ha entrado al mismo ritmo.
En dos (Sardinata en Norte de Santander y San Pablo en Bolívar) apenas han firmado un acuerdo colectivo en el que las familias muestran su voluntad de dejar atrás la coca, pero aún no hay compromisos concretos.
En otros siete ya firmaron acuerdos individuales con las familias para que arranquen la mata y les comenzaron a pagar, pero no ha llegado la asistencia que es clave para que los campesinos puedan poner a andar sus proyectos productivos y así no tengan la tentación de volver a sembrar coca.
Y sólo en cuatro ya llegó la asistencia.
Aquí puede ver en detalle en qué va cada municipio. (Instrucciones: Haga clic en cualquier convención del menú para filtrar los datos).
Además, en los 20 municipios donde se disparó la coca a comparación de 2016, apenas en cuatro ha entrado el Programa, de los cuales en tres ya van en la fase de asistencia técnica.
Esto es preocupante porque en la mitad de esos municipios había menos de diez hectáreas de coca sembradas en 2016 y en casi todos no solo se dobló, sino que se triplicó y en algunos casos se disparó como nunca se había visto.
Por ejemplo, Arauquita, donde como hemos contado, hay una disidencia de la Farc, pasó de tener 6 hectáreas en 2016 a 116 el año pasado.
Aquí puede ver información de otros municipios.
Otro dato interesante son los municipios con mayor concentración de coca de acuerdo a su tamaño.
El más impresionante es San Miguel, en Putumayo, pues más de la mitad de su superficie tiene cultivos de coca. Ese municipio queda en toda la frontera con Ecuador y es un corredor estratégico para sacar la droga, además de ser el epicentro de la disidencia del frente 48 de las Farc.
Esa misma coincidencia de tener actores armados y a la vez tener buena parte de su superficie sembrada de coca se da en El Tarra, en la región del Catatumbo en Norte de Santander (que tiene el 9 por ciento de su superficie con coca). Allí, además de disidencia de Jhon 40 de la Farc, hay una guerra entre el ELN y el EPL.
Lo mismo pasa en Tumaco, que tiene el 5 por ciento, y que además de ser el municipio con más coca en todo el país, es el epicentro de la guerra que hoy libran el Frente Oliver Sinisterra de Guacho, las Guerrillas Unidas del Pacífico que comandaba alias ‘David’, además del Clan del Golfo, el ELN y otros grupos.
Aquí puede ver los demás.
(Nota metodológica:Los datos de avance del Pnis los tomamos del informe con corte a agosto de este año de la Fundación Ideas para la Paz, FIP. Los puede consultar aquí. Los datos de las hectáreas de coca sembradas por municipio salieron del Observatorio de Drogas del Ministerio de Justicia, que a su vez se basa en las cifras de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Unodc. Aquí puede consultarlas)