Las cuentas de RCN que lastiman a Ardila Lülle

Silla Sur

Además de que el canal no levanta rating, lleva tres años perdiendo plata, casi seis meses sin presidente, y otras empresas de Ardila Lülle tienen que prestarle dinero para que funcione.

Los malos ratings de RCN le están pasando factura a uno de los hombres más ricos del país: Carlos Ardila Lülle.

El viernes de la semana pasada la Asamblea de Accionistas de RCN Televisión, conformada mayoritariamente por siete empresas de la Organización Ardila Lülle, acordaron que nuevamente no recibirán dividendos, porque el balance del año pasado quedó en rojo.

El 2018 fue el peor año de la empresa al menos desde 2011 (desde cuando tenemos información financiera), con una pérdida de 233.758 millones de pesos. Esa es cifra significativa para la organización porque equivale casi a las utilidades que en 2017 sumaron las tres principales empresas del grupo: Incauca, Providencia y Postobón.

Si bien los malos resultados están enmarcados en una crisis de los medios tradicionales, que en televisión enfrentan la competencia de plataformas como Netflix y la venta de publicidad por internet que es más barata, en 2018 su competencia directa, Caracol Tv, ganó 68.415 millones de pesos.

Esto indica que el problema del canal va más allá del negocio en general. Y sus directivos lo saben.

La crisis y el mago

RCN Televisión empezó a perder plata en 2016, con 91.464 millones de pesos. Ese resultado negativo se agravó en 2017 cuando perdió 95.135 millones de pesos.

En el informe de gestión de 2016, la empresa declaró que las razones del mal año eran el mal comportamiento de la pauta publicitaria, “el enfriamiento del crecimiento de la economía, la incertidumbre creada por la reforma fiscal de 2016, el proceso de paz y las elecciones en USA”, además de la subida de tasas del Banco de la República y la volatilidad del dólar.

 

Ante esa situación los Ardila contrataron al empresario paisa José Roberto Arango Pava, cercano al uribismo y conocido como “el mago Arango” porque logró reorganizar y reestructurar a empresas en crisis como la transportadora Rápido Ochoa, Acerías Paz de Río, Coltejer y Millonarios.

En una entrevista que dio el directivo recién entró al canal dijo que el diagnóstico de la empresa era claro: “El canal fue en cierta manera víctima de su éxito. Entonces se creó una cultura de gasto combinada con una tolerancia grande a las pérdidas”, dijo en ese momento.

Con este diagnóstico coincidieron otras tres fuentes conocedoras del canal (dos consultores contratados por la empresa y el analista de medios Omar Rincón) que por aparte coincidieron que son altos los costos, en particular del Noticiero y de NTN24, que es una empresa aparte pero de la que es dueña RCN Televisión.

“Por cada periodista que tiene Caracol, RCN tiene 10”, nos dijo Rincón quien en varias columnas ha publicado su diagnóstico del canal, en cuanto a la programación (ejemplos aquí y aquí).

Buena parte de la propuesta de Arango consistió en reestructurar la empresa administrativamente.

Por ejemplo, en marzo la empresa modificó sus estatutos para incluir en su objeto social la prestación de servicios de publicidad y manejo de eventos y mercadeo, para fortalecer esta línea de negocios en la que otros medios han incursionado con éxito desde hace varios años, como Semana, Portafolio y La República con sus foros.

También incluyó recortes de personal. Aunque no hay una cifra oficial, tres fuentes cercanas al canal nos confirmaron por aparte que a final del año habían despedido al menos 120 personas, la mayoría de NTN 24.

La reestructuración, sin embargo, no fue completa porque en octubre Arango renunció.

Una fuente cercana al empresario nos dijo que la razón de su salida fue que no pudo hacer mayores ajustes en la estructura de Noticias. Arango, a quien consultamos para esta nota, no nos confirmó esta versión. Nos dijo que prefería no opinar al respecto porque ya había salido de la empresa.

Tras su salida, llamaron a Paulo Laserna, que durante 10 años presidió Caracol Televisión. Aunque dos medios registraron que llegó como presidente del canal, solo fue contratado para hacer una consultoría sobre el contenido.

Así que desde octubre la empresa está sin presidente.

Una fuente que conoció de primera mano los resultados de la consultoría de Laserna, pero que no nos permitió publicar su nombre para no meterse en líos, nos dijo que una de las recomendaciones es fusionar las salas de redacción de NTN y Noticias RCN, algo que no aceptaron los accionistas.

“Ellos no son muy conscientes, creen que las explicaciones que dan los consultores no son válidas. Porque se los ha dicho todo el mundo, que hay que reformar el noticiero e insisten en el modelo”, nos dijo la fuente.

Y la recomendación va más allá de lo administrativo, pues también les han dicho que es clave hacer un cambio de imagen, pues encuestas y evaluaciones que han hecho del canal arrojan que las audiencias ven al noticiero como “sesgado” y “uribista”.

Esta tendencia "uribista" del canal fue reforzada desde la llegada de Claudia Gurissatti a la dirección de Noticias, en 2015 como lo contamos en esta historia.

En este diagnóstico coincidió el publicista argentino Ángel Becassino, a quien el canal contrató en 2016 con la firma Luis Fernando Pardo Asociados para hacer un estudio y propuesta de ajuste. Becassino nos confirmó que entonces el canal tenía en el radar que esa percepción estaba alejando audiencias e hiriendo el rating del noticiero.

“Esto es un problema porque lo que amarra un canal de televisión abierta son las noticias y los deportes”, nos dijo, pues el rating de estos programas ancla se traduce en el resto de la programación, que compite más directamente con plataformas tipo Netflix.

Esos dos ajustes no se han hecho. A pesar de los cambios administrativos, la línea editorial del noticiero se ha mantenido y el rating del canal, aún a pesar de otros cambios de programación o decisiones como reemitir la exitosa Betty la Fea, sigue por el piso.

Y esta crisis les cuesta cada vez más plata a los Ardila.

Los salvavidas del grupo

En el último año, tres movidas financieras le han permitido al canal mantenerse a flote, a pesar de las pérdidas.

Por un lado, en diciembre lograron canjear casi 50 mil millones de pesos de deuda por acciones, una movida que, según un reporte del 27 de febrero hecho por la empresa a la Superintendencia, están pensando repetir: avisaron que la Junta busca hacerlo por 150.000 millones de pesos.

Eso, claro, si los acreedores se le miden.

La segunda fórmula ha sido que otras empresas del grupo le presten plata: en marzo del año pasado la Junta autorizó pedirle 50 mil millones de pesos a Servinsa O.A.L., Besmit S.A.S., Heraga S.A.S. Proma S.A.S. y Carbe S.A.S. La mayor parte de la plata la prestarían estas últimas dos empresas con un cupo de 17.300 millones para el contrato de Proma y 19.100 millones de Carbe.  

Esa plata iba a “atender necesidades de capital de trabajo e inversiones inmediatas” (es decir, a funcionar), a tasas de 7 por ciento anual y para pagar en diciembre de 2022.

En febrero de este año autorizaron de nuevo préstamos similares por 116 mil millones de pesos con Servinsa e inversiones Gamesa.

La tercera es que RCN Televisión y sus accionistas le inyectaron 10.200 millones de pesos a NTN24. Esta decisión también se anunció en febrero de este año.

“Los dueños de la empresa han venido capitalizando la empresa. Si los dueños ponen la plata el canal sobrevive”, resume un exasesor de la empresa.

El problema es qué tan sostenible es la situación del canal en el largo plazo, y qué tanto están dispuestos a dar sus dueños a cambio de tener un medio de comunicación que les apoye en sus causas.

Consultamos al Canal RCN antes de publicar este artículo y a su gerente encargado Alejandro Álvarez a través de la oficina de prensa y no obtuvimos respuesta.

 
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