La ola de opinión de la consulta anticorrupción no amedrentó a las maquinarias, los alternativos inician fallando y las firmas fueron el principal desinflado de la previa, son algunas de las conclusiones que deja el arranque electoral.
Los seis puntos que trazan el despegue de la campaña en los santanderes
Desde hace un año el tablero político se empezó a acomodar en los dos santanderes de cara a las elecciones locales del 27 de octubre.
El sábado finalmente se dio el banderazo de salida y se demarcó el punto del que parten todas las fuerzas con votos en la carrera.
Entre otras cosas quedó claro que la ola de opinión de la consulta anticorrupción no amedrentó a las maquinarias, que los alternativos arrancan fallando y que las firmas fueron el principal desinflado de la previa.
Así es el despegue.
Las maquinarias se fueron de frente
Aunque durante toda la temporada pre electoral en los dos santanderes uno de los dilemas de las maquinarias estuvo en la búsqueda de candidatos que, además de representar sus intereses, pudieran posar de independientes en la campaña, al final ese criterio no pesó.
En Santander, salvo por el caso de Ángela Hernández, la diputada de La U que es famosa por sus declaraciones homofóbicas, que recogió los avales liberal, uribista y cristianos, y quien no está salpicada en casos de corrupción, los otros dos candidatos tradicionales vienen del ADN de los poderosos locales.
Mientras que Cambio Radical decidió darle aire a Elkin Bueno, quien viene de ser Alcalde de Barrancabermeja en tres ocasiones y estuvo prófugo mientras lo investigaban por parapolítica; el clan Aguilar sacó al ruedo nuevo candidato de la familia y logró que, además de un movimiento por firmas, Mauricio Aguilar, tuviera el aval conservador.
En Bucaramanga pasó lo mismo.
Fredy Anaya, quien es una de las caras de la política tradicional y, como ha contado La Silla, mueve varias maquinarias, salió con nombre propio y se llevó los avales de Cambio Radical y el Partido Conservador.
Similar es el caso de Claudia Lucero López, quien aunque es una cara nueva en términos electorales, ha estado detrás de las campañas de su esposo, el senador Miguel Ángel Pinto, y de su sobrino, el gobernador Didier Tavera, y presiona a funcionarios y contratistas para participar en política a cambio de trabajo.
En Norte de Santander, Silvano Serrano se convirtió en uno de los candidatos súper poderosos para las locales de octubre.
Como contamos, se llevó los avales Conservador, de La U, Liberal y Cambio Radical, y tiene a 7 de los 8 congresistas regionales de su lado. Además, es el candidato del gobernador William Villamizar, y con todo ese impulso lo dan como virtual ganador.
En Cúcuta la movida fue parecida.
Jorge Acevedo, quien recogió firmas, se convirtió en el candidato del exalcalde condenado por homicidio Ramiro Suárez, y sumó en el camino el respaldo de Cambio Radical y La U.
Con ese último respaldo también sumó a su bolsa la maquinaria de la Gobernación, que si nada cambia le moverá votos en octubre.
Los alternativos depegan desinflados y divididos
Aunque en ambos departamentos el voto alternativo se expresa diferente, parte de la expectativa para esta campaña estaba en cómo los partidos que lo representan se iban a organizar para sacarlo a las urnas en octubre.
El plante con el que partían era diferente en cada región, pero principalmente estaba enfocado en los resultados de la primera vuelta presidencial, donde los candidatos de los sectores no tradicionales dieron sorpresa.
En Norte de Santander, donde el voto de opinión es de derecha, Sergio Fajardo cerró de segundo con poco más de 100 mil votos, algo que sorprendió hasta a los propios directivos regionales de su campaña; y Petro, aunque cerró en el último lugar en ese entonces, sacó 56 mil votos, y en la segunda vuelta subió a 112mil.
Además en Santander, donde el voto alternativo viene tomando fuerza desde 2015, y donde en las legislativas se consolidó al elegir Senador y Representante; Fajardo también quedó de segundo en las presidenciales con 271mil votos.
Sin embargo, al final solo en el segundo departamento consolidaron la candidatura a la Gobernación con Leonidas Gómez, quien renunció a los cinco meses de posesionarse en el Congreso como Senador del Polo para volver a competir por el primer cargo del departamento.
Su nombre desde muy temprano aglutinó al Polo, a los verdes y a Compromiso Ciudadano -movimiento de Fajardo-, y finalmente sumó a la Colombia Humana -UP. Además, aunque la semana pasada hubo una fractura con Fabián Díaz, el representante a la Cámara de los verdes en Santander, es la cara regional de los alternativos para las locales.
En las demás plazas claves no se unieron o se quedaron sin caras.
En Bucaramanga, donde estaba la mayor expectativa regional por el impulso a los independientes que le va a meter el alcalde Rodolfo Hernández a la campaña, no hubo acuerdo y los votos de esas tendencias salen partidos en varios pedazos.
De la baraja inicial de nueve precandidatos, las opciones quedaron reducidas a cuatro nombres que separados le apuntarán a llevarse la mayor porción de votos de ese sector y que en la práctica terminarán fraccionando la torta de votos alternativos en la ciudad.
Además, aunque el guiño de Hernández está entre dos -Juan Carlos Cárdenas y Sergio Prada- aún no está claro a quién se lo va a dar, y tampoco si ellos se van a unir para aumentar sus posibilidades.
Así que en Bucaramanga arrancan desinflados.
En Norte de Santander para la Gobernación no hubo acuerdo para poner candidato y para ese cargo los votos de primera vuelta quedarán dispersos.
Y en Cúcuta, el Polo, Colombia Humana y los verdes no lograron un acuerdo y decidieron buscar por su cuenta la Alcaldía.
Es decir, la ya reducida torta de votos alternativos en esa ciudad, de entrada va a estar partida en tres pedazos, y por lo que se ve hasta ahora no hay muchas posibilidades de alianza.
El uribismo escogió papel secundario
En los dos santanderes el uribismo ganó en primera y segunda vuelta, pero para las locales no tradujo la victoria en apuestas propias.
En Santander, donde Duque cerró en la primera vuelta con el 44 por ciento de la votación y en la segunda vuelta con el 60 por ciento de la votación no puso candidatos propios y le cedió el protagonismo a otras corrientes políticas.
Mientras que en la Alcaldía de Bucaramanga terminó sumándose al bus de la liberal Claudia Lucero López, quien fue por firmas; en la Gobernación se decantó por Ángela Hernández, candidata de La U.
Aunque esta última es afín a ese partido y de hecho Uribe fue la primera persona en candidatizarla para ese cargo, lo particular fue que para irse tanto con ella como con López, desechó toda la baraja propia de candidatos que tenía dentro de sus toldas.
Ese patrón, como contó La Silla, se repitió en varias regiones del país, donde más allá de su estructura, el uribismo prefirió apostarle al todo vale para obtener una porción de poder regional, algo que no ha logrado concretar.
En Norte, que es el departamento más uribista del país, el caso fue opuesto.
Para la Gobernación decidió avalar a Juan Carlos García-Herreros y para la Alcaldía de Cúcuta a Iván Gelvez, pero ambos tienen un problema de fondo y es que carecen de estructuras fuertes y no lograron aglutinar a ningún sector diferente para apalancarse.
Eso, pese a que la campaña arrancó con la expectativa de que existiera alianza entre conservadores y uribistas con miras a derrotar el continuismo de las estructuras de William Villamizar en la Gobernación, y del condenado Ramiro Suárez en la Alcaldía.
Aunque particularmente Gelvez viene de las entrañas del uribismo y eso en buena medida le ayuda a apalancar el voto de opinión local, aún no es tan claro cómo pueda crecer, porque los conservadores también sacaron candidato propio y el resto de la derecha está repartida.
Además, para la Gobernación García -Herreros tiene en contra que sus bases están principalmente en el Partido Conservador (viene de allá y saltó al uribismo porque no le dieron el aval) y que ese partido está jugado con Silvano Serrano, quien es el candidato que aglutina toda la maquinaria.
Así que en Norte el uribismo va con candidatos propios, pero con la votación de derecha repartida.
La Farc apuesta fuera de su bastión
En los dos santanderes la injerencia de la Farc es diferente.
Mientras que en Norte, específicamente en el Catatumbo, la extinta guerrilla tuvo una de sus retaguardias; en Santander su influencia empezó a ser más bien marginal desde la implementación de la seguridad democrática de Álvaro Uribe.
Sin embargo, en el segundo departamento es donde van a tener sus apuestas más llamativas.
En esa región le apostarán a dos alcaldías: Málaga con Julio César Medina, un profesor que intentó llegar al Concejo de ese municipio en 2011 en la lista de Aico; y en Floridablanca con Henry Ardila, un abogado que inició su vida política en la década del 90 militando en el Partido Liberal y fue concejal por ese partido a inicios de los 2000.
Además, tendrá aspirantes a concejos en 11 municipios y dará la pelea por la Asamblea.
La mayoría de esas listas tienen en particular que no están completas, y que salvo por cuatro, en todas solo aparecerá un renglón.
En la Asamblea la aspirante será Oliva Martínez Reyes, quien en 2015 intentó sin éxito aspirar por ese mismo cargo en la lista de la UP, y en Bucaramanga, según nos explicaron las directivas del partido, solo seis de los 19 renglones estarán ocupados y, de esos, solo dos serán excombatientes.
Que compitan en esas condiciones será complicado para ellos porque aunque su apuesta en todo el país estaba pensada en las locales, no concretaron una estructura regional en Santander aún cuando hace un año definieron que Jairo Cala, quien es santandereano y viene de tener actividad en el Magdalena Medio, era uno de los congresistas del partido.
El panorama se repite en Norte, algo que es muy llamativo porque, a diferencia de Santander, en ese departamento la extinta guerrilla tuvo control territorial, tiene base social, e interfirió en la política local en los últimos 25 años.
Allí no competirán por ninguna Alcaldía, y de los 11 municipios que comprenden la jurisdicción del Catatumbo, solo en tres llevan lista propia a los concejos: San Calixto (7 candidatos, entre ellos 3 excombatientes), El Carmen y El Tarra (ambos con un solo renglón).
Aunque parte de la expectativa estaba concentrada en si Carmen Ropero Suárez, quien como militante de las Farc fue conocido con el alias de ‘Ruben Zamora’ y fue comandante del Frente 33, iría en la lista a la Asamblea de Colombia Humana- UP, aún no han definido si entrará en temporada de cambios.
Así que casi borrados en su fortín, y con apuestas dispersas en Santander, la Farc se medirá en octubre en los dos departamentos.
Los partidos de minorías sirvieron de salvavidas (como de costumbre)
Los partidos más pequeños suelen funcionar para las elecciones locales como una suerte de comodines de última hora.
En esta ocasión no fue la excepción y en ambos departamentos resultaron salvando las aspiraciones de tres candidatos que la semana pasada salieron oficialmente al ruedo electoral.
En Norte de Santander le dieron aire a dos exuribistas.
Como contó La Silla, Ramiro Luna Conde terminó lanzándose a la Gobernación por ADA luego de haber perdido la puja por el aval en el uribismo, y encima terminó entregando los avales de ese partido en ese departamento.
Además, Mais le dio vía libre a la aspiración de Juan Carlos Rosas a la Alcaldía de Cúcuta, quien llegó allí en similares condiciones a la de Luna, y quien también intentó recoger firmas pero desistió.
Aunque esas aspiraciones arrancan débiles, que hayan entrado al espectro y dividen aún más la torta de votos del uribismo, que de por sí arranca debilitada, porque como contamos atrás, las demás aspiraciones también son de derecha y encima cuentan con todas las maquinarias
En Santander, el PRE, que pudo entregar avales a última hora debido a una medida cautelar, se convirtió en el salvavidas de Jhan Carlos Alvernia en Bucaramanga.
Su familia, como hemos contado, está detrás del millonario negocio de la contratación con sindicatos de papel de todo el personal del Hospital Universitario de Santander y varios hospitales de la región.
Su figuración en la campaña es clave porque las campañas de Alvernia se mueven con mucha plata y por esa razón entra a pelear el voto de la maquinaria en la capital de Santander.
Fue el quién hace cuatro años le abrió camino a Rodolfo Hernández porque fue el que partió las estructuras liberales y les arrebató el triunfo.
Si la mecánica se repite también podría entrar a dividir los votos de maquinara en la capital que principalmente están concentrados en Claudia Lucero López y Fredy Anaya.
Los de firmas terminaron desinflados
El principal desinflado de la precampaña en los dos santanderes fueron los candidatos por firmas para las alcaldías capitales.
Mientras que en Cúcuta arrancaron 11, en Bucaramanga lo hicieron 9, y en ambos casos sobrevivieron menos de la mitad.
El de la primera ciudad fue el caso más dramático.
Solo cuatro cumplieron con la meta: Hernando Acevedo, empresario del transporte público; José Fernando Bautista, un exestratega de campaña cercano a Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos; Jorge Acevedo, excandidato a la Alcaldía y dos veces candidato a la Cámara; y Martha María Reyes, mano derecha del condenado exalcalde Ramiro Suárez.
Solo los tres primeros se inscribieron porque la última desistió para irse con la candidatura de Acevedo por directriz de su padrino político. Los demás terminaron recibiendo avales de partidos pequeños, o se retiraron y no volvieron a sonar.
En Bucaramanga, cuatro de los nueve cumplieron con la meta y se inscribieron.
Fueron Claudia Lucero López, quien renunció al Partido Liberal y es esposa del senador Miguel Ángel Pinto y tía del Gobernador Didier Tavera; Juan Carlos Cárdenas, que arrancó como el candidato de Rodolfo Hernández pero se ha ido desinflando; Jaime Andrés Beltrán, pastor cristiano que venía del liberalismo; y Pedro Nilson Amaya, quien se eligió en la toldas del partido del parapolítico Luis Alberto ‘el Tuerto’ Gil Castillo y luego se distanció de él.
De los otros cinco candidatos, dos se fueron para el Concejo de Bucaramanga -Luis Saavedra y Jorge Eduardo Gutiérrez-, dos se retiraron -Gigio Vera y Luz Elena Mojica- y uno -Carlos Sotomonte- terminó impulsando una lista por firmas afín al alcalde de Bucaramanga Rodolfo Hernández.
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