Estos son los intelectuales que, desde espacios diferentes a la calle, han promovido transformaciones en los pueblos étnicos en el país.
Los súper poderosos intelectuales afros e indígenas
La movilización de los indígenas que arrancó esta semana gira alrededor de unas peticiones muy específicas, como contó La Silla Pacífico, como la autonomía para ser autoridades ambientales en su territorio. Es un paro que, como los anteriores de indígenas y afro, está alimentado por ideas cultivadas durante décadas y a veces siglos, por sendos intelectuales de las comunidades indígenas y afro.
Para identificar quiénes son los actuales súper poderosos de las ideas y seguir completando nuestro mapa del poder étnico hablamos con 15 personas, entre académicos, líderes sociales, y miembros de organizaciones que conocen el trabajo de los académicos de ambos pueblos étnicos.
Como siempre, hay personas que se nos quedan por fuera como el profesor Santiago Arboleda, Alfonso Múnera, Guzmán Caisamo, Rubiel Zalabata o Teresa Cassiani que no alcanzamos a incluir en este ránking pero que también han sido muy importantes.
Green, el primer indígena en haber obtenido un doctorado, es quien impulsó la creación de la Licenciatura en Pedagogía de la Madre Tierra de la Universidad de Antioquía, la primera de Colombia.
El objetivo de esta Licenciatura, que nació formalmente en 2005, es valorar a la sabiduría que proviene de todo el ecosistema, incluidos los espíritus y la naturaleza, y no solo el conocimiento racional. No tiene materias. Cada semestre parte de preguntas sobre el origen de cada uno, de su lengua, cultura y las respuestas se encuentran hablando con los abuelos y yendo a los territorios.
La primera promoción de esta licenciatura acreditada por el Ministerio de Educación se graduó en el 2011 y la segunda de 220 estudiantes está en séptimo semestre.
Green nació en 1957 en una isla en la frontera colombo-panameña de la etnia gunadule, hizo una maestría en Lingüística de la Universidad de los Andes y un doctorado en Educación en la Universidad de Antioquia, y actualmente es profesor de la Licenciatura en Pedagogía de la Madre Tierra.
También estudió teología y filosofía en la Pontificia Bolivariana de Medellín, fue presidente de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) y de la Organización Indígena de Antioquia (OIA) desde donde se preocupó por el tema de la Educación pues ésta “era usada como herramienta para eliminar las culturas de los pueblos indígenas”, dice Green.
Es una profesora misak, que aunque ya no ejerce, fue la encargada de crear cartillas y folletos pedagógicos y metodológicos para que estudiantes de primaria en el colegio Mama Manuela en el resguardo de Guambia en Silvia, Cauca, aprendieran a leer y escribir su lengua Namtrik pues ésta es primordialmente oral. Para los de secundaria, las cartillas se enfocan en hablar de su cultura y de la historia de su pueblo. Su idea era que los niños de su comunidad debían aprender Namtrik en la escuela para evitar que la olvidaran (pues en la Escuela sólo se hablaba y enseñaba español) y que otros que no la sabían la aprendieran.
Ella también fue la encargada de traducir apartes de la Constitución a su lengua y actualmente orienta al cabildo de Guambia, a los profesores de los colegios y a las familias en el fortalecimiento de la lengua guambiana pues al conservarla no perderán su identidad y cultura.
Muelas nación en Silvia, Cauca en 1945. Es licenciada en Educación Primaria y magíster en Lingüística y Español.
Es profesor de Filosofía de la Universidad de Nariño en Pasto desde hace más de 40 años y es uno de los académicos que más ha contribuído, con sus investigaciones sobre las comunidades indígenas Pastos, Quillacingas y campesinas de Nariño, a construir la historia de estos pueblos pues muchas de sus costumbres y creencias se perdieron y de esa manera contribuir al fortalecimiento de su identidad. Aunque no es indígena, sí es indigenista y solidario de las causas que los pueblos defienden, además sus orígenes tienen vínculos con la comunidad Yanacona del sur del Cauca.
Sus investigaciones han contribuido al conocimiento y entendimiento de estas comunidades indígenas que muchas veces no son reconocidas al no tener una lengua y vestido propio.
Mamian Nació en Almaguer, Cauca en 1949. Es doctor y magíster en Historia y licenciado en Filosofía y Letras.
Es uno de los fundadores y coordinadores de la Misak Universidad en el resguardo de Guambia, en Silvia, Cauca. Tunubalá es indígena misak y trabaja desde hace más de 17 años tratando de crear y fortalecer un sistema educativo propio para su comunidad.
La Misak Universidad nació en el 2011 con la intención de ser una alternativa a otras universidades y como continuación a las iniciativas de educación propia en primaria y secundaria.
La universidad tiene líneas educativas en Derecho mayor, administración propia, sociopolítica y económica propia y las 'clases' se dan en el territorio y no en salones. Este año se gradúa la segunda promoción de estudiantes y están en proceso de obtener el reconocimiento del Ministerio de Educación y de exigir que creen unas políticas universitarias diferenciales.
El gran logro de la Misak Universidad, según Tunubalá, es que están construyendo una propuesta epistémica indígena, formulando teorías que esperan sean reconocidas como saber científico que aporten a la sociedad en general.
Tunubalá estudió Historia en la Universidad del Valle. Es especialista en Proyectos Educativos y tiene una maestría en Estudios Latinoamericanos.
Es indígena nasa y la coordinadora de la Universidad Autónoma Indígena Intercultural (UAIIN), que nació en 2013 en el Cauca, como una iniciativa del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) de tener un sistema educativo universitario indígena propio.
Rosalba, que es Licenciada en Lingüística y Educación y especialista en Educación Indígena, desde el 2014 es la encargada de monitorear lo pedagógico y lo administrativo en la Universidad, y de tejer redes con otras universidades indígenas del mundo, así como trabajar para que el Ministerio de Educación la reconozca.
El objetivo de la universidad es romper con el “colonialismo del pensamiento”. Parten de la idea de que con la Conquista se impuso también una forma "correcta" de pensar y ver el mundo, la de Occidente, la del colonizador y se negó la de los indigenas. Entonces, ellos quieren romper con ese sistema y empezar a hacer valorar su forma de pensar y tener una alternativa para que los jóvenes indígenas estudien y fortalezcan su cultura y sus políticas propias, porque según Rosalba, las universidades convencionales no lo hacen y por el contrario, los sacan de las comunidades.
La universidad tiene una sede en Popayán, pero su característica es ser itinerante pues consideran que el conocimiento no está en un edificio, sino en el territorio. Actualmente tienen 600 estudiantes, y ya se han graduado 42. Ofrecen programas de formación como: pedagogía comunitaria, salud y derecho propio, desarrollo comunitario, revitalización de la madre tierra y lenguas originarias.
Es una de las intelectuales afro que más ha investigado sobre lo afro en Colombia desde la academia, sin dejar de lado su cercanía con las organizaciones sociales de base.
Uno de sus mayores logros ha sido investigar y posicionar en la agenda nacional el tema de las reparaciones de víctimas con enfoque diferencial para población negra como resultado de dos procesos: la esclavitud y el conflicto armado reciente. Se le considera pionera en hablar de este tema con su libro del 2005, Afro-reparaciones: memorias de la esclavitud, y justicia reparativa.
Su idea es que las instituciones que ofrezcan reparación a las víctimas no deben responder a un modelo estandarizado, sino que deben comprender las particularides de la víctima y reparar según sus necesidades y concepciones. Por ejemplo, si a negros o indígenas los desplazan no pueden pretender darles tierras en cualquier lugar como una forma de reparación porque ellos tienen una relación con su tierra de arraigo, de pertenencia. La violencia que puede sufrir un afro en Tumaco por ejemplo, tiene que ver también con las pocas oportunidades que la sociedad les ha dado, que a su vez tiene que ver con el racismo que viene desde la esclavitud.
Mosquera nació en Buenaventura, aunque creció en Cartagena. Es trabajadora social, magíster en Estudios Latinoamericanos y Ph.D en Trabajo Social. Actualmente es la directora de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Bogotá y Directora del grupo de investigación sobre igualdad racial, diferencia cultural, conflictos ambientales y racismos en las américas negras (IDCARAN) del Centro de Estudios Sociales (CES), desde donde ha trabajado otros temas como el multiculturalismo, procesos de desterritorialización de los negros, la falta de derecho mínimos, entre otros.
Es una académica y activista caleña que ha logrado posicionar y visibilizar el tema del feminismo negro y popular en Colombia. Para ella, las mujeres negras tienen otras reivindicaciones y sufren violencias y machismos diferentes a las que reivindica el feminismo blanco. Una idea del feminismo negro es hacer visible que además de la violencia que sufren por ser mujeres, se suma que por ser negras sufran violencias más grandes. Dice que la imagen de la mujer negra no es valorada dentro de la sociedad.
Sus investigaciones las combina con el trabajo comunitario con mujeres de base y por eso junto a la activista Bibiana Peñaranda crearon en 1996 la fundación Akina Zaji Sauda en Cali para empoderar a las mujeres para que defiendan sus derechos y luchen contra la violencia que sufren.
Su principal objetivo es reivindicar los derechos de las mujeres negras, visibilizar su discriminación y aportar al mejoramiento de la imagen de la mujer negra.
Por otro lado ha trabajado el concepto de feminicidio, no entendido como crimen pasional sino, en el caso de mujeres negras e indígenas, a una estrategia de terror para sacarlas de sus territorios.
Lozano es socióloga, magíster en Filosofía y doctora en Estudios Interculturales. Actualmente es directora de investigaciones de la Fundación Universitaria Bautista de Cali y docente de la maestría de Interculturalidad de la Universidad del Cauca.
Es una de las personas que más ha trabajado el racismo y la discriminación en la escuela transmitido por cartillas y libros, según ella, pensados para niños blancos y donde hay representación de los negros como esclavos, o en los que son invisibilizados. Además, del racismo por parte de las directivas y profesores.
Mena ha llamado la atención sobre la necesidad de cambiar estas prácticas creando libros y cartillas en las que lo niños negros se vean reflejados y desde donde vean que ser negro es motivo de orgullo y no de vergüenza, así como cambiar comportamientos de los profesores de, por ejemplo, orientar a los niños negros sólo a la danza y al deporte.
Por otro lado, en 1996 y desde el Ministerio, fue la primera secretaria de la Comisión Pedagógica de Comunidades Negras que ayudó a materializar la inclusión de la cátedra de estudios afrocolombianos, creada por la Ley 70 de 1993, en todos los colegios públicos y privados a nivel nacional.
Desde hace diez años, Mena realiza el evento África en la Escuela donde se reúnen maestras y etnoeducadores a crear iniciativas para combatir el racismo en la escuela.
Mena nació en El Bagre, Antioquia, aunque creció en Cali. Es historiadora, tiene un doctorado en Ciencias Sociales, una maestría en Investigación Social e Interdisciplinaria. Fue profesora de la Universidad Distrital, de la UPTC y de la UNAD. Actualmente es investigadora independiente.
Es la directora y fundadora del Centro de Estudios Afro Diaspóricos (CEAF) de la Universidad Icesi, el único en el país, desde donde ha trabajado la diáspora africana, para que se considere un campo de estudio y posicionar el tema en la academia y en las organizaciones de base.
La diáspora africana es entender que el pueblo afro está disperso por varios lugares del mundo debido a la esclavitud, pero que comparten un origen común en África, y que por eso comparten una identidad original. Que el pueblo afro asuma la diáspora los unirá para establecer una agenda común de trabajo y reivindicación, dice Vergara.
Desde el CEAF construye lazos con otros centros de estudio del mundo con los que pueden hacer intercambios y proyectos de investigación y enseñanza conjuntos.
Vergara tiene 29 años, es de Itsmina, Chocó, es profesora del Departamento de Estudios Sociales, es socióloga de la Universidad del Valle, doctora y magíster en Sociología, especialista en Estudios de la Diáspora Africana y en Estudios Latinos, Latinoamericanos y del Caribe.
Es una economista y antropóloga caleña que se ha enfocado en estudiar las intersecciones entre género, sexualidad, clase, raza y etnicidad. Parte de la idea que la sociedad relaciona a las personas negras con cosas negativas como pobreza y delincuencia, mientras que a los blancos no y esta lectura les asigna una posición o nivel social.
En el mismo sentido, Viveros ha estudiado las masculinidades negras y cómo éstas responden a estereotipos relacionados con su raza como por ejemplo ser fuertes y buenos amantes.
El objetivo de Viveros es entender y hacer visibles estas intersecciones, desnaturalizarlas y evidenciar que hacen parte de una construcción social.
Viveros tiene un doctorado en Antropología y una maestría en Estudios Latinoamericanos. Es profesora de la Universidad Nacional hace 19 años y Directora de la Escuela de Estudios de Género hace tres.
Es una intelectual y artista plástica afro de Bogotá, (parte de su familia es de Barbacoas, Nariño) y se caracteriza por hacer una producción artística afro y antirracista desde hace más de 20 años, posicionándolo dentro de las artes plásticas a nivel nacional e internacional.
Con su trabajo cuestiona la representación de los negros en diferentes espacios en imágenes, en el cuerpo mismo y en el arte. Sus obras, tanto individuales y colectivas, incluyen instalaciones, performances, escultura, fotografía, video, intervenciones y sonido, entre otros y lo articula con las comunidades.
Sus trabajos más conocidos fueron una serie que criticaba a la caricatura de la Negra Nieves que representaba a la mujer negra como empleada y Quieto Pelo, que surge de laboratorios con peinadoras en diversas partes del país, con la intención de revalorar los peinados afros, de recuperar esa tradición y hacer memoria.
Ángulo es artista plástica de la Universidad Nacional, tiene una maestría en Artes y actualmente es artista independiente.