Para el ELN, la Serranía de San Lucas va a convertirse en su epicentro, es la llamada Sierra Maestra colombiana, que entre el Magdalena Medio y el Bajo Cauca es el eje de control sobre el Nororiente colombiano.
El ELN y su relación con el territorio (sures de Bolívar y Cesar)
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Los grupos armados colombianos, especialmente las organizaciones guerrilleras, han centrado su accionar político-militar en las zonas rurales, sus ejes de despliegue estratégico siempre se habían dirigido al cercamiento de los grandes centros urbanos de producción (Barranquilla-Bucaramanga-Medellín).
Para el ELN, La serranía de San Lucas va a convertirse en su epicentro, es la llamada Sierra Maestra colombiana, que entre el Magdalena Medio y el Bajo Cauca es el eje de control sobre el Nororiente colombiano. Al eje horizontal formado entre Santander y Antioquia que se apoya en la Serranía de San Lucas, se añade el eje vertical de la frontera con Venezuela que une al Norte de Santander con Santander y Arauca. (PNUD, 2003: 56).
Estos planes de despliegue estratégico de sus fuerzas se vieron alterados por factores políticos y militares. En el plano interno, las variables que más influyeron en dicha alteración fueron: el Plan Colombia y sus sucesivas evoluciones (Patriota y Consolidación), especialmente su componente aéreo, la elección de Álvaro Uribe, el paramilitarismo, el aumento exponencial en el número de efectivos de la fuerza pública, la ofensiva militar sostenida sobre sus áreas de retaguardia, la captura y muerte de mandos guerrilleros estratégicos y su tardía vinculación con el narcotráfico.
En este contexto, los territorios en los que hace presencia deben ser entendidos como la suma de tres componentes estratégicos, el territorio como espacio geográfico, lo social como fuente de apoyo y finanzas, y lo político como elemento generador de legitimidad. Es por esto que la guerra en Colombia ha convertido las periferias rurales en escenario central de sus dinámicas.
Desde los años ochenta, en el caso de las guerrillas, éstas iniciaron la construcción de sus retaguardias estratégicas. Entendiendo estos territorios como áreas de repliegue militar, centros de entrenamiento y de operaciones de sus comandancias centrales y como la base desde la que se trazan las rutas de aproximación a otras regiones. Es precisamente en estas zonas en las que han construido sus mayores acumulados político-militares y no en vano se relacionan estrechamente con su historia y antecedentes fundacionales.
El nacimiento territorial del ELN se da en el departamento de Santander, en una zona rural de pequeños y medianos productores agrícolas, muy cerca del puerto petrolero de Barrancabermeja, lo que favoreció su vinculación al movimiento obrero de esta ciudad y al movimiento estudiantil de Bucaramanga. Luego se expandió hacia el Magdalena Medio y la Serranía del Perijá (Cesar, Norte de Santander y Arauca).
En sus zonas de influencia, el ELN se presenta como un agente dinamizador de la participación de las comunidades en los asuntos de la vida local, este trabajo es realizado por las comisiones de trabajo político organizativo (TPO), que tienen como función esencial la creación, promoción y orientación de organizaciones sociales legales (Juntas de Acción Comunal, comités de caminos, clubes deportivos, etc.) y clandestinas como los colectivos o grupos de estudio y trabajo de milicianos.
Por otro lado, a través de la coacción armada ha logrado la distribución directa en las comunidades de los beneficios producidos por los grandes proyectos de explotación minera y petrolera (especialmente en el departamento de Arauca). También buscan el control y regulación de las actividades económicas para incidir en el desarrollo local.
El ELN en territorios del Caribe
Sur de Bolívar
En esta región, ha hecho presencia histórica por medio de las estructuras armadas que conforman el Frente de Guerra Darío de Jesús Ramírez Castro. En el sur de Bolívar, hacen presencia activa en las zonas rurales de ocho municipios, en los que también hay rentas ilegales lo que representa un riesgo alto y en tres de ellos hay presencia de ELN, Grupos Armados Organizados y rentas ilegales, lo que los pone en un riesgo electoral extremo.
Sur del Cesar
En el caso del sur del departamento del Cesar, el ELN hace presencia en la zona rural de seis municipios (las zonas medias y altas de la Serranía del Périja), a través del Frente Camilo Torres Restrepo y la Compañía Capitán Mauricio, adscritos al Frente de Guerra Oriental. Aunque sus dinámicas armadas están más ligadas al Norte de Santander.
En estos dos territorios del Caribe colombiano, el ELN mantiene aún cierta capacidad operativa, como se evidencio durante el reciente paro armado realizado por esta organización ilegal entre los días 10 y 13 de febrero, ya que cinco de las seis acciones armadas que desarrollaron en la región Caribe, se concentraron en el ataque a infraestructura vial y energética ubicada en municipios del sur del Cesar (Aguachica, Curumaní, Gamarra, La Gloria y Pelaya) y días antes atacaron una patrulla de la Policía de Tránsito que se desplazaba entre Aguachica y Río de Oro.
En el sur de Bolívar (subregión con cultivos de coca y minería ilegal), aunque con menor intensidad, durante el 2018 también han pasado a la ofensiva atacando con explosivos y armas de fuego las estaciones de Policía de los municipios de Arenal y Norosí y en el mes de enero en el corregimiento Buenavista de Santa Rosa del Sur, también fue atacado el puesto de policía con un lamentable saldo de dos agentes muertos. En esta área, el ELN hace presencia activa en la zona rural de los municipios de Arenal, Cantagallo, Morales, Montecristo, Río Viejo y Santa Rosa del Sur.
Con este contexto puede afirmarse que la actividad armada desplegada por el ELN desde mediados del mes de enero tendría como objetivo hacerse sentir con el fin de que el nuevo Gobierno continúe con las negociaciones que se adelantan en La Habana
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