Petro superó la votación de Juan Manuel Santos en 2014, quien había obtenido 34.619 y a Antanas Mockus, que había obtenido 17.728 en 2010.
La votación histórica de la izquierda en Caquetá
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Las primeras elecciones presidenciales tras los Acuerdos de La Habana podrían estar mostrando los efectos de la paz con las Farc.
Estos efectos no se manifestaron necesariamente a través del partido surgido de la guerrilla, que no participó en la contienda electoral -desmintiendo el discurso de que se le había “entregado” el país a las Farc-, su expresión podría ser más indirecta y podría tener que ver con lo que ocurrió en estas primeras elecciones presidenciales del posacuerdo: la mayor votación en la historia de la izquierda en el país y en el Caquetá.
En Colombia hubo 8.034.189 de votos, el 42 por ciento de la votación nacional, y en el Caquetá 43.511 votos, el 34 por ciento de la votación departamental. Como lo muestra la siguiente tabla, Petro sacó la votación más alta que un candidato de izquierda ha tenido en el Caquetá.
Petro incluso superó la votación de Juan Manuel Santos en 2014, quien había obtenido 34'619 y a Antanas Mockus, que había obtenido 17'728 en 2010.
Ahora, vale aclarar que Caquetá no es ni ha sido un departamento de izquierda, este departamento es un bastión electoral uribista. Sin embargo, analizar los procesos territoriales tiene que ver con entender sus desarrollos particulares y por ello es valioso observar las dinámicas históricas y tendencias departamentales.
En un texto anterior en este portal nos preguntábamos si con Petro continuaría la tendencia del uribismo a disminuir en el departamento. Antes de segunda vuelta escribimos: “el crecimiento de Petro de primera a segunda vuelta puede ser mucho mayor al de Mockus en 2010 (que sólo aumentó 3 puntos) y puede ser algo inferior al de Santos II (que fue de 18 puntos). Sería satisfactorio que el porcentaje total de Petro en el Caquetá sobrepase el 35% (contando los porcentajes sumados de Fajardo y De La Calle)”.
Entre primera y segunda vuelta en el Caquetá Petro creció 11 puntos y alcanzó el 34 por ciento de la votación departamental, sin duda fue un crecimiento significativo y la mayor votación de izquierda en la historia del territorio. Las victorias en Cartagena, Solita y Montañita se mantuvieron, continuando la tradición histórica en estos municipios.
En contraste, el uribismo tuvo el porcentaje de votación más bajo en el histórico electoral. Paralelo a esto, las cifras muestran que en el Caquetá la participación electoral continúa aumentando.
En Cartagena del Chaira, un municipio emblemático por los altos niveles de abstención electoral, la participación también aumentó (sobre participación en Cartagena del Chaira véase aquí). Allí Petro obtuvo mayor votación que Duque, como se observa en la gráfica por municipios.
La dejación de las armas por parte de las Farc, más allá de las dificultades en la implementación de los acuerdos, puede ser visto como uno de los eventos más importantes para la ampliación de la democracia colombiana en las últimas décadas. Buena parte del país se está estrenando en votar sin las noticias diarias de secuestros, tomas, bombardeos y atentados, sin que el tema sea cómo acabar a las Farc, y haber puesto fin al chantaje y a la mordaza de la guerra está permitiendo que los colombianos sueñen con otros mundos posibles y se sientan con la libertad de votar por ellos.
Para nadie es un secreto que el uribismo creció como un parásito de la guerra con las Farc, y pegado al uribismo todo tipo de tradiciones retardatarias. La pregunta es, ¿qué será ahora de un gobierno uribista sin las Farc? ¿Podrá mantener su atractivo entre gran parte de la población?
Ahora bien, en el Caquetá la política minero-energética fue uno de los principales motivos de rechazo hacia Santos por parte de la población. Los caqueteños se han manifestado con multitudinarias movilizaciones contra la posibilidad de que entren petroleras al territorio.
Ya sea por cinismo, ignorancia o una mezcla de ambos, sectores uribistas en el Caquetá usaban ese mismo discurso para desprestigiar a la paz y a Santos, un discurso popular antes del plebiscito por la paz en el Caquetá decía que la paz de Santos era la llegada de las petroleras.
Ahora que Duque, afín a la explotación petrolera, continúe con la promoción del extractivismo en la región, ¿Cómo reaccionarán los caqueteños? ¿Seguirán fieles a la doctrina uribista? Cuando con Uribe entró la explotación petrolera a San Vicente del Caguán en 2006 se vivía uno de los momentos más fuertes del conflicto armado en el departamento, la oposición fue muy débil. ¿Qué pasará ahora cuando la agenda antipetrolera ha llegado tan lejos en la región?
La pregunta es entonces si tras los Acuerdos de Paz y el rechazo a la incursión petrolera seguirá el uribismo teniendo un bastión en el Caquetá
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