Las áreas protegidas son la principal estrategia para frenar la deforestación

Silla Sur

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Esta áreas son particularmente importantes para cuidar el medio ambiente. Así están siendo afectadas en Colombia y esto está haciendo el Gobierno.

El planeta está viviendo un momento decisivo en su historia relacionado con la conservación de la naturaleza que es el soporte básico de la vida en la tierra. La humanidad debe entender que la naturaleza es indispensable para asegurar nuestro futuro y que conservarla es un prerrequisito no negociable para conseguir un mundo próspero, equitativo y saludable. 

Lo que está ocurriendo es muy grave y así lo confirman los científicos de la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos de Naciones Unidas -Ipbes- quienes en este año presentaron un alarmante informe sobre la extinción de especies y la pérdida de ecosistemas que avanza más rápidamente que nunca antes en la historia de la humanidad.

Por esta razón, es indispensable que fortalezcamos las estrategias para frenar este deterioro y que logremos revertirlo en los próximos años. El otro año es la reunión de las partes del Convenio de Diversidad Biológica, en China. En esta reunión los países llevarán planteamientos y aspiraciones ambiciosos para definir las metas para corregir el rumbo y que permitan en el 2050 que la humanidad pueda lograr convivir en armonía con la naturaleza.

La principal estrategia para lograr este propósito a nivel global son las áreas protegidas. En ellas, los gobiernos y la sociedad destinan esfuerzos, tecnología y recursos económicos para mantener áreas estratégicas y representativas de los ecosistemas que deben lograr un buen estado de conservación de la riqueza natural que las distingue.

Colombia, el país más diverso y rico en especies por metro cuadrado a nivel mundial, ha asumido con responsabilidad esa tarea y hoy una importante área de su territorio, más de 31 millones de hectáreas, se encuentran protegidas por categorías de conservación y uso sostenible de su biodiversidad. En esta tarea participan las autoridades y comunidades que velan por su protección para garantizar que sus beneficios se mantengan como la base natural que garantiza el bienestar y el desarrollo del país. 

Una parte muy importante de estas áreas protegidas la constituye el sistema de Parques Nacionales, que cuenta con 59 áreas con una extensión de 17’500.000  hectáreas de territorio continental y marino, más del 10 por ciento del territorio del país.  

410 mil hectáreas del sistema de Parques están seriamente afectadas principalmente por deforestación realizada para el establecimiento de actividades ilegales como la ganadería, los cultivos ilícitos y, en general, el acaparamiento ilegal de tierras. 

El Ideam nos da la información oficial de que en 37 Parques Nacionales se ha deforestado más de 15 mil hectáreas entre los años 2017 y 2018, y que actualmente hay 318 puntos de alerta de deforestación. 

Cada metro cuadrado deteriorado en los Parques es gravísimo porque estas áreas están llamadas a garantizar la conservación de la naturaleza. En estos sistemas la pérdida del bosque se traduce en pérdida de especies de fauna, flora, ecosistemas y un impacto muy fuerte al clima.  

 

¿Cuál es la estrategia del Gobierno?

Ante la gravedad de esta situación, actualmente el gobierno del presidente Duque ha formulado la Política de Defensa y Seguridad del Estado que define como una prioridad la protección del agua, la biodiversidad y el medio ambiente. Esta prioridad tiene una profunda incidencia en la política de defensa y seguridad del Estado, ya que los identifica como objetivos estratégicos y resalta su conservación como el principal asunto de interés nacional.

La Política de Defensa y Seguridad establece que las Fuerzas Militares y la Policía Nacional deberán trabajar de manera articulada con los organismos de inteligencia, la Fiscalía General de la Nación y las autoridades ambientales, con el fin de crear una Fuerza de Protección Ambiental Integral.

En el marco de la política de Defensa y Seguridad y bajo el principio de la legalidad, se establecieron las Zonas Estratégicas de Intervención Integral – ZEII –  en las cuales se han priorizado importantes Parques Nacionales. En estas zonas se desarrollarán las estrategias de coordinación interinstitucional (Fuerza Pública, Fiscalía General y autoridades ambientales) que permitirán actuaciones oportunas y contundentes para frenar la deforestación.

Como parte fundamental de la estrategia, en el artículo 9 del Plan Nacional de Desarrollo se creó el Consejo Nacional de Lucha contra la Deforestación, que está encargado de concretar acciones para detener la deforestación e implementar las estrategias de reforestación y restauración en el marco de la legalidad, el emprendimiento y la equidad. 

El Consejo cuenta con el importante componente de la información técnica y las acciones de inteligencia de los organismos del Estado encargados de proveer los datos precisos para que la Fiscalía y la Fuerza Pública actúen rápida y oportunamente para frenar la deforestación en un determinado lugar.

Para lograr este propósito, recientemente fue lanzada oficialmente por el presidente Iván Duque la campaña Artemisa, que es una campaña de carácter permanente y de trabajo interinstitucional que busca enfrentar el crimen de la deforestación que ha venido afectando gravemente a nuestro país. 

La campaña ya comenzó a dar resultados con dos operativos exitosos en el Parque Nacional Chiribiquete, que lograron desmantelar infraestructura ilegal y la judicialización de personas que estaban deforestando en el Parque Nacional. 

El presidente Duque dijo que la campaña también es un importante elemento de pedagogía y conciencia colectiva para que en toda la Nación haya una apropiación de nuestra riqueza natural. Esta estrategia se adelantará también en los Parques Tinigua, Picachos, La Macarena, y en los otros Parques Nacionales en los que se sufre esta acción depredadora.  

No solamente se hacen estos operativos liderados por la Fiscalía General de la Nación, el Ejército, La Fuerza Aérea, la Infantería de Marina y la Policía Nacional, sino que también se inicia la extinción del dominio de los bienes con los cuales se estaba realizando la actividad criminal de la deforestación.

Para complementar esta estrategia, en el artículo 7 del Plan Nacional de Desarrollo se abre una nueva posibilidad de diálogo que nos permite acordar con campesinos en condición de vulnerabilidad el cambio de las actividades ilícitas que estén realizando en los Parques por actividades permitidas tales como el ecoturismo, la restauración o la investigación científica, pues este artículo permite celebrar acuerdos transitorios para recuperar las áreas deterioradas en los Parques y propiciar el mejoramiento de la calidad de vida de estas comunidades.

No tengo duda de que la deforestación es la tragedia ambiental más grande que sufre el país y por eso no podemos ahorrar esfuerzos para derrotarla. Hay una luz de esperanza si los Colombianos reaccionamos como la ha dicho el presidente Iván Duque:  "(…) que esta estrategia tiene que ser un tema que nos una como país. Que todos luchemos por la defensa de la biodiversidad, la defensa de nuestra selva tropical, la defensa de nuestros Parques Nacionales".

*Este es un espacio de opinión y debate. Los contenidos reflejan únicamente la opinión personal de sus autores y no compromete el de La Silla Vacía ni a sus patrocinadores.

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