Palacios, el viceministro que manda como ministro

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Siendo viceministro, es Palacios quien suele asistir como delegado del MinInterior a los programas diarios del presidente Iván Duque, un espacio donde van los jefes de las carteras, salvo contadísimas excepciones. Acá, en una de las transmisiones. Foto: Presidencia.

Hace un año era un concejal más de Bogotá. Hoy, es ficha clave en el engranaje entre el Congreso y Casa de Nariño, con un poder que se siente incluso más que el de la Ministra.

El politólogo cesarense Daniel Palacios es hoy por hoy el principal enlace entre la Casa de Nariño y los congresistas de la renovada (y aceitada) coalición del presidente Iván Duque, que en tres meses le ha servido para poner a aliados suyos en la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría y la Corte Constitucional; y que está a punto de salvar a su Ministro de Defensa en dos mociones de censura.

 

Eso no sería llamativo si Palacios fuera el Ministro del Interior, pero no lo es.

Es el viceministro de relaciones políticas, un cargo que hasta hace menos de un año, cuando llegó al mismo nombrado por el propio Duque, era un puesto visto como un refuerzo más de la labor del jefe de la cartera, quien es el que tradicionalmente lleva la batuta de las relaciones con los políticos y la coalición del gobierno de turno.

Sin embargo, desde que quedó en evidencia que la ministra Alicia Arango no quería seguir en el cargo e hizo pública su renuncia al Presidente (quien al final se la negó), la figura de Palacios comenzó a ganar fuerza dentro del Gobierno y Congreso como su posible reemplazo, como nos lo dijeron para esta historia, por aparte, una veintena de congresistas, funcionarios y políticos en Cesar y Bogotá.

Este asunto es importante porque evidencia cómo el poder de un Viceministro por momentos se siente más que el de la Ministra de la política y cómo parece estar quedando por fuera de juego Arango, una de las altas funcionarias del Gobierno Duque más cercanas al corazón del uribismo pura sangre.

Así está emergiendo ese nuevo poder.

El nuevo engranaje

Según cuatro altos funcionarios del Gobierno que conocen de la movida política (un Ministro de la entraña de Duque y tres funcionarios que trabajan a diario el tema), el engranaje de las relaciones políticas pasa por dos personas: Palacios y la jefe de gabinete, María Paula Correa.

“Coordina todas las actuaciones en el Congreso, hace parte del círculo cercano, es la mano derecha de Maria Paula Correa. Para muchos es quien ejerce como Ministro del Interior”, nos dijo un alto funcionario de la Casa de Nariño.

Puntualmente, según esas fuentes y ocho congresistas más, Palacios hace la parte operativa de estar pendiente del día a día del Congreso, reunirse con los congresistas de la coalición, mover los proyectos, las proposiciones y los votos; y recibir las hojas de vida de los recomendados, asuntos todos que normalmente están en manos del ministro de la política respectivo.

“Es quien hoy está llevando la batuta del Ministerio”, nos dijo un senador conservador que lleva varios periodos. Del mismo modo nos hablaron otros siete congresistas de ese partido, del Liberal, Cambio Radical, La U y el Centro Democrático.

Es él quien llama a los presidentes de las comisiones donde el Gobierno tiene intereses para que los proyectos estén en el primer orden del día y así garantizar que sean aprobados. Así ha pasado con el paquete legislativo de reactivación, que es hoy por hoy la única carta que tiene el Gobierno Duque para pasar en el Congreso.

Y también al que buscan los congresistas autores de proyectos para lograr que el Gobierno les apoye sus iniciativas. “Daniel, por decirlo así, se compromete con un congresista, le gestiona temas, pero no lo decide, lo decide María Paula”, nos dijo un uribista con entrada directa en Palacio. “Él los mantiene a punta de palabra, sabe hablarles y funciona”, nos dijo un Ministro.

Así está pasando con la aprobada reforma a la política que impulsan varios partidos y que pasó la semana pasada su primer debate -de ocho- con una polémica propuesta de aumentar el número de Senadores de 108 a 120.

Aunque ese punto no tenía apoyo del Ministerio -y aún así fue aprobado-, Palacios nos dijo que acordó con el ponente, el representante José Daniel López (Cambio Radical), que para el segundo debate en la plenaria esa propuesta sería modificada: el tamaño del Senado se mantiene y 12 de los 108 senadores actuales serían escogidos regionalmente.

Lo mismo ocurrió con la aprobación de la cadena perpetua para violadores de menores en junio. Según tres congresistas de las comisiones primeras en Senado y Cámara, fue Palacios el que llamó a la coalición para garantizar el quórum y los votos de la polémica iniciativa, que quince días después ya era ley en la plenaria.

Un asunto que muestra que su crecida en poder venía un poco antes de la intención de la Ministra Arango de renunciar (que fue a principios del mes pasado).

“Se encarga de que salgan los resultados que el Gobierno quiere que salgan”, nos dijo un alto funcionario de MinInterior que trabaja a su lado. Eso incluyeron las votaciones para las elecciones a la Defensoría del Pueblo en la Cámara y para la Procuraduría en el Senado.

Tres senadores (uno godo y otros dos del Centro Democrático) nos reiteraron para esta historia que Palacios estuvo contando en Senado -y Correa en Palacio- los votos a favor de Margarita Cabello, quien ganó la Procuraduría con casi la mayoría de los votos.

Como contamos en su momento en esa elección funcionó que Cabello tenía entrada en casi todos los partidos; pero también que los conservadores que en principio iban con Wilson Ruiz, se bajaran de esa aspiración ante la ventaja de Cabello.

No obstante, dos uribistas, por aparte, nos dijeron que ahí medió también la garantía que “desde el Gobierno” llegó para los godos de que Ruiz sería el nuevo MinJusticia, como efectivamente ocurrió hace una semana.

Palacios nos negó que hubiera promesas de por medio. Una fuente más del uribismo -que no pudimos confirmar de manera independiente- nos dijo que allí jugó un papel clave el expresidente Álvaro Uribe, quien propuso el nombre de Ruiz para el Ministerio, ante la jefe de gabinete Correa.

Más allá de las versiones, todos los congresistas consultados reiteraron que en los últimos meses es Palacios quien lleva la batuta en la cartera para la filigrana política.

Eso de entrada es llamativo porque los congresistas suelen evitar hablar con los viceministros, más aún si éstos no han pasado por el Congreso -como Palacios- porque esos funcionarios normalmente no tienen poder de decisión. 

“Mi interlocutor con el Gobierno es él. Yo puedo hablar con él una vez cada 20 días, diferimos en mil temas, pero puedes hablar tranquilo con él. Con la Ministra he hablado una vez en mi vida”, nos dijo un congresista de Cambio Radical. “Todo es con él por ahora, y así ha venido ocurriendo desde que llegó”, nos dijo otro senador del Centro Democrático.

Esa lógica cambió con el nuevo engranaje, que comenzó a funcionar desde finales del año pasado, cuando Duque, como contamos decidió ampliar su coalición entregando tres ministerios a los partidos La U, Cambio Radical y Conservador. 

Sobre las razones del empoderamiento de Palacios obtuvimos dos versiones.

La primera, repetida por diez políticos y dos directivos uribistas, es que la Ministra está “cansada”. “Venía de un paro, de negociar dos salarios mínimos con sindicatos, ella ya está en otra tónica”, nos dijo un Senador amigo de ella, por lo que “Daniel capitaliza una ausencia de poder en el Ministerio, porque no ha habido Ministro en dos años”, como nos dijo un congresista del uribismo.

Como contamos en su momento, Arango llegó al Ministerio del Interior como una de las mujeres fuertes del primer círculo del Presidente, con experiencia en el manejo de congresistas y con la intención de defender a su jefe y la agenda legislativa a punta de acuerdos. 

Pero el cambio de agenda obligado con la pandemia, que requería funcionarios más técnicos en la primera línea y sus salidas en falso la relegaron a la banca.

En los últimos meses se ha dedicado a la otra cara que tiene su cartera y que es menos mediática: el diálogo con comunidades indígenas y afro. Precisamente, luego de hacer acto de presencia en el Congreso en la moción de censura al MinDefensa el miércoles, Arango al otro día estaba firmando un convenio de 30 vías terciarias para los cabildos de Nariño.

Y desde este fin de semana es la delegada principal del Gobierno para negociar acuerdos con la Minga del Cauca.

La segunda, que nos dijeron en el Ministerio del Interior, es que la Ministra está tras bambalinas porque le da mucho juego a sus viceministros, como Palacios y Carlos Baena. “Alicia te deja actuar y te da toda la confianza”, nos dijo el viceministro que maneja los temas del Congreso.

Y sigue siendo una figura de peso dentro del gabinete. “Si ves que te llama del Ministerio de Alicia te hacen caso”, nos dijo un alto funcionario de Duque, en referencia a que una de las labores de Palacios es coordinar citas con los congresistas en los ministerios y éstos responderían más rápido porque se trata de la cartera de una de las funcionarias más queridas por Duque y de su jefe político, Álvaro Uribe.

Esos factores juegan a favor de Palacios, quien lleva 20 años haciendo el ‘curso uribista’ como miembro del primer círculo del expresidente; lo que le ayuda a ser parte del combo de la Casa de Nariño, con Correa y Arango a la cabeza.

El curso uribista

Palacios viene de una tradicional familia de Valledupar siempre cercana a la política y más puntualmente al uribismo. Su abuelo materno, Aníbal Martínez, fue contralor General (condenado por corrupción) y exalcalde de Valledupar; su tía, María Cleo Martínez, fue senadora liberal en los 90 y aliada del cuestionado clan familiar de los Gnecco en Cesar.

Tres políticos cesarenses nos contaron, por aparte, que era conocida la amistad de Aníbal Martínez con Uribe; y era esa familia la que llevaba al expresidente a sus paseos por el río Guatapurí a inicios de siglo. 

Su corta carrera en lo público la ha hecho en Bogotá, donde sus padres son notarios; pero en política arrancó hace 20 años en las juventudes uribistas con los hijos del expresidente, Tomás -hoy directivo del CD- y Jerónimo.

Es politólogo de la universidad de la Florida y tiene una maestría en gobierno con énfasis en seguridad de Harvard. Estando en Estados Unidos fue que conoció a la hoy jefe de gabinete Correa. A finales de la primera década del siglo, cuando volvió al país, tuvo su primer acercamiento por unos meses como enlace del MinInterior de Fabio Valencia Cossio en el Congreso.

Pero su interés siempre ha estado ligado a la carrera militar. De hecho, una escoliosis en la espalda lo sacó de ese rumbo, y a conocidos y amigos les dice que se ha preparado toda su vida para ser Ministro de Defensa, porque la seguridad es el tema que más maneja.

De ser el “cargamaletas” de Uribe, como nos lo refirió un uribista que lo conoce, pasó a ser su secretario privado durante las campañas al Congreso y Presidencia de 2014. Un cargo de entera confianza del expresidente, porque le manejaba la agenda privada y pública. 

Fue por orden de Uribe que Palacios entró de cuarto en la lista cerrada del Concejo de Bogotá del Centro Democrático en 2015, que encabezó Diego Molano (hoy director administrativo de Palacio y otro poderoso de la Casa de Nariño), recomendado de Oscar Iván Zuluaga; y donde también estaba el hoy concejal Andrés Forero, uno de los amigos más antiguos del presidente Duque.

La lista cerrada que armó el hoy embajador en Estados Unidos, Francisco Santos, sacó seis concejales con 271 mil votos, el único cargo de elección popular que ha tenido Palacios. En el Concejo, como nos dijeron tres cabildantes y un periodista de vieja data que cubre esa entidad, Palacios siempre se encargó de temas de seguridad y de dar beneficios a la fuerza pública, como un programa especial para acceder a vivienda, empleo y educación para familiares de uniformados. 

Cuando llegó a la Presidencia del Concejo en 2018, inspirado en Uribe, comenzó a hacer una especie de consejos comunitarios llamados ‘alianzas por la seguridad’. Aunque eran impulsados desde el Concejo, normalmente era Palacios quien los cuadraba y encabezaba. Allí llevaba a la cúpula de la Policía y a funcionarios de la Alcaldía del entonces mandatario Enrique Peñalosa para resolver temas del día a día de la gente.

Ese año, cuando Duque ganó la Presidencia tenía seguro un puesto en el Gobierno. “Era claro que él iba a entrar al Gobierno, el mismo Presidente lo decía”, nos dijo el congresista del Centro Democrático, Juan Manuel Daza, excompañero de colegio de Palacios y su antecesor en ese Viceministerio.

Y dentro del Concejo comenzó a moverse la versión de que Palacios estaría en la cartera de Defensa -como contamos en su momento-. Dos personas que dicen saberlo de primera mano, nos dijeron que fue el propio Viceministro el que echó a andar el rumor.

Palacios dice que no quería dejar su puesto en el Concejo y por eso declinó la oferta que él dice que le hizo Duque. Un mes antes de acabar su periodo en esa entidad, en noviembre de 2019, renunció al cargo para aterrizar en Interior.

Hoy, ese poder emergente de Palacios hace fila para suceder a Arango. En el Ministerio nos dijeron que Arango no se irá “hasta que el Presidente lo decida” y que a Palacios no le trasnocha reemplazarla. “La que decide al final es María Paula”, nos remató un Senador que sabe de la movida.

Ya sea con ella, o con Duque, al final, Palacios ya tiene terreno ganado.

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